sábado, enero 16, 2016

NOTICIA 1557ª DESDE EL BAR: ENCUENTRO POÉTICO EN DIÓGENES

Matias Escalera Cordero presentó ayer en los encuentros poéticos de la Librería Diógenes de Alcalá de Henares un recital mano a mano entre la joven poetisa Sara R. Gallardo (no llega aún a los 30 años ni se acerca demasiado, creo que quizá 27 años) y otro joven poeta, el de más éxito actualmente en la ciudad (hasta el punto que traspasa su poesía al resto de España y de vez en cuando aparece por los periódicos de tirada nacional), Francisco José Martínez Morán, 34 años, hacia los 35. Ambos acumulan unos cuantos premios poéticos. Ayer el encuentro se produjo por el mero hecho de recitar, así que Sara trajo sus dos libros de poemas , del que el más destacable para mi gusto es Berlín no se acaba en un círculo, editado por Ya lo Dijo Casimiro Parker, y Francisco José optó por traer varios de sus poemas antiguos en folio más el libro Grand3 Tercera Phase, donde colabora con Carlos Grande Grande, que es su más reciente aportación.

Grand3 tercera Phase contiene una serie de poemas muy breves, realmente muy breves, que se acercan a la poesía social. En general Martínez Morán tiende al poema breve, pero no a la poesía de reivindicación social, por lo que no sé si atreverme a decir que esa es una aproximación suya a ese tipo de temática, quizá motivado a sus circunstancias actuales, no tan malas, puesto que es ya maestro escolar público. Pero aquí todos hemos vivido trayectos de la crisis económica. He de confesar que de los muchos libros que hay de él en la librería yo no opté por comprarme este libro, si no uno anterior de 2013 publicado por Polibea, Obligación. Ya lo había ojeado unas semanas antes, mientras recogía la prensa Diagonal para repartirla entre los suscriptores. Ojeé ese y otros de sus libros. Sus temas son de un existencialismo muy personal e íntimo, mezclado con emociones y sensaciones muy variadas, la culpa, el amor, la justicia, la vida, la búsqueda, de la verdad o de la no verdad... Martínez Morán dedicó varios de sus poemas a su hija, y eso invita a pensar en su vitalismo, pues su hija es símbolo de vida, prolongación de la de los padres, y es ese vitalismo el que pasa y traspasa en sus poemas, incluso cuando los versos presentan al lector las dudas del autor ante temas altamente transcendentales camuflados de pensamiento acerca de algo que en principio hubiera pasado desapercibido.

Berlín no se acaba en un círculo aún no lo he comprado, pero es posible que lo compre tarde o temprano. Personalmente me parecen de mayor valor los poemas largos que leyó Sara R. Gallardo que sus poemas cortos, casi como frases, ocurrencias. Sus poemas largos llevan vida por dentro y laberintos de emociones en la lucha entre la soledad y el encuentro con el amor o con el desamor, que siempre es fruto de haber tenido amor. La violencia de la vida moderna y las necesidades que nos impone se disfraza en la ciudad de autobús, prostíbulo, casa, barrio marginado del resto de la ciudad. El frío hiela el alma, pero los recuerdos la avivan. Un libro escrito desde la experiencia vital de la autora en sus años de estudiante universitaria en Alemania. Una emigrante ocasional por estudios, no lo tiene difícil para volver, ni tampoco lo habrá tenido difícil para ir, puesto que presupongo que debió ir con una beca Erasmus. No dudo de las vicisitudes que haya podido pasar allí, pero sin duda no son las mismas que quien va en busca de trabajo sin nada, ni siquiera el idioma. Sus poemas ahora mismo, pese a ser escritos desde la perspectiva de una joven estudiante, podrían cuadrar con las perspectivas emocionales de los emigrantes españoles que se han ido en busca de trabajo por aquellos mundos lejanos a España en todos los aspectos. A mí me llamó mucho la atención estos poemas. Quisiera tenerlos.

Saludos y que la cerveza os acompañe.

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