sábado, abril 11, 2015

NOTICIA 1470ª DESDE EL BAR: DE REPENTE UN CUBANO

El  miércoles, día 8 de abril pasado, el joven poeta Francisco José Martínez Morán cerró su temporada de espectáculos de poesía en el Corral de Comedias de Alcalá de Henares 2014-2015. Este evento estuvo esta vez dedicado a la poesía del exilio desde la Edad Antigua a la actualidad. El acto se llamó "Solo en tierra ajena", y lo interpretaron dos actores de Madrid, no dos poetas, Ana Otero y Juan Carlos Talavera. Yo llegué muy justo de tiempo, sorprendentemente las puertas ya estaban cerradas unos minutos antes de la hora oficial de empiece. Estábamos afuera varias personas que queríamos entrar. No esperábamos aquel cierre prematuro. La sala ya estaba llena. Habían quitado las primeras bancadas, pues los actores no quisieron actuar en el escenario si no a la altura del público, limitando así la entrada de aforo, que aún con todo era muy numeroso, el teatro estaba lleno. Nos abrieron las puertas en silencio a cuatro personas y nos encontraron sitio en la oscuridad de la obra empezada hacía un minuto. Exactamente nos lo encontraron en los palcos del lado derecho del segundo piso, dando con la lámpara tipo siglo XVIII de las bambalinas del techo de madera. 

La visión desde arriba me descubrió que estaban presentes casi todos los poetas del acto del día 21 de marzo. Al igual que pasó en ese acto, y como volvió a pasar en la inauguración de pinturas de artistas complutenses, allí no había nadie de la política municipal, ni un concejal. Y repito literalmente lo que dije por entonces: "(...) digo que bien está, pues si no les interesa, está bien que como personas que son con sus propios gustos, no vayan. Espero que esto mismo lo apliquen esta Semana Santa ellos mismos a todos aquellos políticos que se nieguen a ir de procesiones religiosas, porque en años anteriores no se han hartado de criticarles por no ir alegando que era su responsabilidad ir como servidores públicos. Así que esto es así: si no te gusta, no vayas". Sólo que los concejales del partido en el gobierno (PP) sí fueron a las procesiones de Semana Santa porque el alcalde, Bello, les dijo que como concejales tenían obligación de ir como representantes públicos. Curiosas varas de medir las de este PP local, que considera que da igual apoyar a su cultura local actual, tan crítica con ellos, pero consideran que su representatividad de los ciudadanos es obligatoria e indispensable detrás del obispo de tantas frases famosas en España entera por su dudable calidad democrática con los valores de nuestra sociedad constituída, nada digo de su impecable valor teológico al pronunciarlas, aunque discutibles también, pues doctores tiene la Iglesia. Como sea, si como personas no querían estar en estos actos culturales, que no estén. Mejor para ellos que no se vieron obligados a estar donde no querían y a hacer lo que no deseaban. Que cada uno esté donde más cómodo se sienta. 

Estoy seguro que tendrán pronto una súbita inquietud cultural complutense, a más tardar el 23 de abril, cuando venga el rey Felipe VI y la reina Letizia a entregar el Premio Cervantes de la Literatura a Juan Goytisolo y puedan ellos, concejales todos, hacer alarde de su cultura y conocimientos de Letras bien visibles en las fotografías y telediarios que les muestren muy bien ubicados junto a sus Majestades en la Universidad de Alcalá. Cada uno está donde quiere estar. 

El recital estuvo bien, la selección de poetas era bastante buena, y también de las poesías; Góngora, Garcilaso, el anónimo de El Cid, Pedro Garfias, Emilio Prados, Emilia Pardo Bazán, Unamuno, Semprún, Alicia Señarís, Espriú, Machado, Moratín, Alberti, Cernuda... y tantos otros. Si hubiera que poner un "pero" pondría dos. Por un lado el curioso caso una vez más donde la poesía de lenguas españolas se lee en su versión original, sea gallego, sea en catalán, mientras se opta por traducir lo que venga del anglosajón o el francés. Personalmente me parece mal que no se traduzcan unos y otros sí, me parece, con perdón, de "paletismo político". Es como el empeño de decir Londres, en lugar de London, cuando a la vez en esa conversación se dice A Coruña en lugar de La Coruña. En todo caso el idioma está para entenderse, como dijo García Márquez en su día, y mientras nos entendamos todo está bien. Yo aquí no veo una cuestión de estilo ni de entendimiento, más bien veo condescendencia nacionalista, sea la nación que sea, y por tanto veo más política que rasgo cultural. En ese sentido, ¿por qué no leer en latín o en griego antiguo los poemas épicos de Homero o de Virgilio? Todo esto no quita para que aprecie mucho la belleza del sonido del poema leído en su gallego natal o en su catalán natal, pero me pregunto si hubieran hecho lo mismo con un poema en vasco, poemas de exilio vasco (en cualquier siglo en que se haya dado) que me faltaron, por otro lado.

El otro "pero" que pondría es una cuestión de gusto personal. Empiezo reconociendo el excelente trabajo de los actores y su dicción. No obstante, a mí en concreto me pone en guardia en parte cuando interpretan la espontaneidad y no la hay, cuando fingen casual lo preparado o hacen pasar por accidental lo programado de antemano. No me convence. No porque sea esta obra concreta, es que nunca me ha convencido que me traten de hacer creer fresco algo que no lo es, todo lo contrario, es producto de muchos ensayos. Un actor actuando en una obra, me parece muy bien, un actor como en este caso haciendo pasar por algo espontáneo lo que no lo es, no me capta. Así por ejemplo, el aparente desorden de los poemas por el suelo no pasaba de aparente, de antemano el espectador observador sabía cual era la hoja necesaria en cada momento, de hecho yo al menos las acertaba en mi cabeza. En mis recitales han habido muchos caos de hojas, quizá estos actores debieran venir a verme para ver lo que es un auténtico caos de hojas y no encontrar realmente el poema que vas a leer. 

Son dos "peros" menores. Lo cierto es que el recital fue excelente, la interpretación buena y la selección mejor. Tras este acto el bar Deltoya, del que habrá que hablar con detenimiento en el futuro porque está cubriendo una labor cultural en la ciudad sorprendente, con conferencias de Ciencia incluidas, celebró un recital de poemas de Enrique Sabaté, que presentaba su libro, del que ya hablé. Los acompañó de cantos de romances castellanos con instrumentos propios de otros siglos. Su chorro de voz tremenda le hacía parecer un Pablo Guerrero o un Labordeta o un Patxi Andión. También el bar estaba lleno. Yo este tipo de música lo he escuchado diversas veces, algún disco tengo, pocos en exceso, y siempre me retrotrae a unas raíces emotivas que me resultan extrañamente más cercanas que el flamenco o la copla, a pesar de que esta música no era la banda sonora de mi infancia ni por asomo. Muy recomendable volver a ver a Sabaté y enriquecerse con su canto castellano tradicional con algún toque suyo.

La cuestión es que Sabaté me regaló dos entradas para ir ayer viernes 10 al Teatro Salón Cervantes al espectáculo de poesía "Cómo comer Poesía y no subir de peso", del cubano Alexis Díaz Pimienta, que actuó junto a su hijo Axel Díaz Hernández, a la cantadora flamenca Charo Martín y al guitarrista Javier Navarro. Así que invité a la amiga que me asistió económicamente para que pudiera ir al hospital de urgencias para que operaran mi arteria cortada en un accidente de cocina, tal como conté el pasado día 2. Por cierto que escribo a una mano, pues sigo manco. Allí estuvimos y vimos a muchos del recital del 21 de marzo otra vez, a mucha gente del antiguo bar Perro Verde y a bastante gente en general, aunque hubo poco público en relación al gran tamaño de la sala. En el Corral de Comedias hubiera vuelto a haber lleno.

Se trataba de la presentación de este poeta cubano en Alcalá de Henares con recitado a secas a veces, a veces acompañado de son y guajira cubana, a veces acompañado de flamenco andaluz. Su estilo era la improvisación poética en décimas (versos undecasílabos con estructura ABBAACCDDC en rima consonante). Es una estructura muy española, propia de los siglos XVI y XVII, pero sobre todo del siglo XVII, del Barroco. Quien más la popularizó fue Góngora. También era muy propia de los trovadores y su canción popular. Probablemente a través de la trova española llegó entre los siglos XVI y XVII a América. Las décimas se han perpetuado en ese continente más que en España, hasta el punto que buena parte de la música popular hispanoamericana tenga por base la décima. La trova cubana es muy famosa, pero las décimas más conocidas son las del son cubano. Sinceramente no soy experto en música cubana, aunque me guste, y no sabría decir si el son es parte de la trova, si son cosas diferentes, si son lo mismo o qué cuestión sobre todo esto.

En Cuba se acostumbra mucho a improvisar en décimas, en buena parte porque son educados desde niños en la Literatura y la música de manera fundamental. Así ocurre que ahora mismo es en la isla donde está muy vivo un género literario poético llamado repentismo, que es componer poesía de manera repentina, o sea improvisada al momento, en voz alta y con público. Muchas de las composiciones repentistas han acabado siendo canciones populares del son desde los años 1940 y 1950, si acaso desde el mismísimo periodo independentista de 1895-1898. Una de las modalidades del repentismo es la lucha poética entre dos o más personas, lo que nos puede recordar actualmente a las "peleas de gallos" de los cantantes de música rap y hip-hop. Problema: que aunque hay partes de cierto valor poético interesante, hay otras que simplemente es la búsqueda de rimar por rimar. La rima en sí misma no es poesía, es una herramienta de la poesía. Mucha gente lo confunde y no comprende que puede existir poesía sin rima, del mismo modo que versos rimados no son en sí mismos poesía necesariamente. Dicho esto, el trabajo de Alexis Díaz Pimienta fue muy bueno, incluso se atrevió con versos de pie quebrado, que son improvisaciones a partir de versos octosílabos o de palabras sueltas que le aportaba el público al azar. A cada reto se atrevía a más. Tras casi dos horas de espectáculo logró levantar al público varios minutos sin  que él lo pidiera para acompañarle con palmas. Ciertamente tiene un talento para la improvisación de décimas bien medidas que raramente se suele encontrar en alguien, incluso con palabras tan extrañas como "gamusino", "José Martí", "huracán", "chupito sin gapito", "Silvio", "Ítaca", "chocolate" y otras.

Este mes de abril está siendo un gran mes de encuentros poéticos y aún quedan muchos otros por venir. Saludos y que la cerveza os acompañe.

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