domingo, febrero 01, 2015

NOTICIA 1439ª DESDE EL BAR: REFLEXIONES QUE EN PRINCIPIO NO IBA A ESCRIBIR


Mi calendario comienza el mes de febrero con una frase de Samuel Beckett que dice: "Da igual, prueba otra vez, fracasa mejor".

La manifestación de ayer en Madrid capital ha sido multitudinaria. Es innegable que el objetivo primordial de Podemos ha sido cumplido. Pablo Iglesias y otros de los nombres más sonados de Podemos dijeron que convocarían esta marcha (no la han llamado manifestación y han preferido este otro término) para demostrar la fuerza de Podemos, la fuerza del cambio. Por esa mera razón yo no he apoyado ni participado de la marcha. Si hubiera sido por reivindicación social, o contra alguna ley injusta, o pidiendo alguna ley justa, o como parte de una huelga justa, o por alguna causa que uno la vea necesitada de manifestarse, hubiera ido. El mero hecho de convocarse por demostrar la fuerza de Podemos, luego matizado como la fuerza del cambio, no me parece una causa loable. Mal que les haya pesado a muchos la comparación es forzosa, una marcha sobre una capital para demostrar la fuerza de una tendencia o una formación política ya se hizo hace muchas décadas, fue parte del ascenso del partido fascista italiano en los años 1920. No digo en absoluto que Podemos sea fascismo, están en las antípodas, al menos aparentemente, yo lo afirmaría, están en las antípodas, pero sí digo que la intencionalidad de demostrar la fuerza de apoyos en la calle de su opción política con una marcha sobre una capital, eso ya está inventado. Realmente, ¿qué aporta? No reivindica nada concreto aunque los que participen digan que lo reivindica todo a la vez, y ambas cosas llevan razón, no reivindica nada y lo reivindica todo. Demasiado ambiguo. Una demostración de fuerza política sirve en política, se use el método que se use para hacerla, para ejercer presión al contrario político. No, gracias, no me apetecía participar de eso, menos cuando sin programa, al menos declarado, y con las afirmaciones realizadas varias veces estas semanas de que no pueden prometer nada y no van a prometer, no sabría exactamente a qué estaría apoyando, a qué proyecto político concreto. No gracias, no me apetece dar cartas en blanco, a pesar de que posiblemente Podemos sea la opción política más apetecible de votar ahora mismo en una urna para muchos y para mí mismo, sinceramente, también lo pienso; al menos es como para tenerla en cuenta como la aparentemente mejor opción.

Sin embargo, no creo que deba ser como mejor opción por, como dicen la gran mayoría de las personas con las que hablo últimamente, porque crean que es necesario un cambio de opción política. Yo les pregunto, ¿un cambio a qué? Por lo general la respuesta que he recibido son posturas a la defensiva en unas ocasiones o bien se sienten atacados y te atacan como si fueras un adversario. No, uno no pregunta ni hace de abogado del diablo a veces por ser adversario, sino porque, igual que no era lo mismo el mensaje de Izquierda Unida en 1985 de "OTAN no" que el del PSOE de "OTAN de entrada no", viene bien reflexionar y saber porqués. Viene bien un cambio, bien, de acuerdo, ¿a qué? ¿Cómo? ¿Lo será? Y para poder despejar incógnitas convendría comenzar a tener algunas respuestas. Espero que no se las estén reservado para el momento final, para colocarlas al lado de la campaña electoral en mayo, cosa que en su día le criticaron al Partido Popular en las elecciones europeas de 2014. Si era malo entonces cuando lo hicieron ellos, no debiéramos darlo por bueno si lo hiciera cualquier otro. Porque, por ejemplo, uno ha visto como en las elecciones municipales y autonómicas de 2011 salieron elegidos presidentes de comunidad y alcaldes, véase por ejemplo los de Madrid y el de Alcalá de Henares, que poco después  dimitieron y cedieron su cargo al segundo de a bordo de su partido, o sea, al segundo de la lista electoral, que es cerrada. Mucha gente se quejó y dijo que nadie les había elegido, por lo que no deberían ejercer. Es falso, claro que les han elegido, porque en España no se vota candidatos, sino listas de políticos organizadas en partidos, votas proyectos políticos, no personas, quien ejerza de presidente o de alcalde se elige por delegación de los ciudadanos en los candidatos elegidos en esas listas, o sea, que lo elige el voto de todos esos candidatos votados. No hay una elección por voto directo del ciudadano al candidato para ser presidente o alcalde, a pesar de que las campañas electorales están montadas en España de tal manera que pareciera que es así, este es un aspecto de la política española que juega  a la confusión de manera interesada y evidente. Como sea, cuando dimitieron y se eligió a los segundos de la lista, claro que habían sido elegidos por las urnas de los ciudadanos, pero mucha gente defendió y defiende que no les han elegido. Estaban equivocados, obviamente. Muchas de esas personas han optado hoy día por Podemos, cuando esas críticas comenzaron Podemos nunca dijo que esas personas no hayan sido elegidas por las urnas, no han cuestionado su legitimidad de gobierno, pero sí han dejado que la gente que les es simpatizante incurran una y otra vez en esas críticas. El repaso a hemeroteca es muy útil. Nadie de lo que podríamos llamar coloquialmente la cúpula de Podemos ha dicho jamás que esta forma de llegar a un gobierno no sea legítima ni ha criticado que no pueda ser así. ¿Por qué digo esto? Porque sabemos que al menos tres de los cinco eurodiputados de Podemos podrían abandonar sus cargos y dejárselos a los segundos de sus listas para poder presentarse y ejercer uno en Aragón, otra en Andalucia y otro directamente apunta a la presidencia de gobierno en noviembre. Si los ciudadanos vimos mal estas actuaciones en otras formaciones políticas, ¿por qué dejarlas pasar a las que nos caen simpáticas? Lo que está mal en unos, estará mal en todos. No soy yo uno de los que critican esta práctica, todo sea dicho de paso, pero sí soy de hacerme preguntas. ¿Cómo es posible que lo que no se tolera en unos, muchos ciudadanos estén dispuestos a tolerarlo en otros por el mero hecho de "ser caras nuevas"? Este ejemplo es una nimiedad, una tontería, o quizá no tanto, pero son todos esos pequeños detalles del ahora sí y ahora no que a mí me suscitan sobre todo preguntar, preguntar para saber, preguntar para confiar plenamente. No ofende quien pregunta.

Por supuesto Podemos ahora mismo vuelve al discurso de no somos de izquierda ni de derecha, "aquí viene gente que votaron a unos y a otros partidos". Bueno, eso no es ni bueno ni malo, pero no es cierto que no sean de nada, no es cierto que sean de centro. Sin tener programa oficial, la verdad es que muchas de las cosas que van dejando caer los círculos en sus propuestas de lo que ellos desearían lograr o consensuar para un programa son más de izquierda que de otra cosa. Claro que del inicial "no pagamos la deuda", al actual "renegociaremos la deuda", hay un trecho muy grande y que quizá pudiera defraudar a más de un trabajador, del mismo modo que el baile de la edad de jubilación en sus propuestas puede ser muy significativo. No les pido que se definan ya, aunque sería deseable, pero sí les pido que cada vez que dicen unas u otras afirmaciones, si pudieran, las desarrollaran más allá de cuentos de gatos, ratones y relojes que hacen tic-tac contando el tiempo que le queda al gobierno actual. Que un día me dicen X, de acuerdo, explícame un poco ese X, desarróllamelo, déjame valorarlo. Si dentro de una semana cambias de opinión y me dices Y, de acuerdo, pudieras tener razón en cambiar de opinión... pero desarróllamelo, no sea que mañana nos encontremos con otra reforma laboral, o educativa o de lo que sea, que no me convenza nada. A mí personalmente me falta escuchar más argumentos políticos para hacerme más opinión, más allá de las parábolas y los símiles. Más opinión para votar. Ojo, no es cualquier cosa, votar para elegir a quien me gobierne y cómo me gobierne, o sea, votar para que legisle sobre mi vida y mi vida se desarrolle gracias y acorde a sus leyes. No hay mayor robo en la vida que el robo de tiempo, y el tiempo de gobierno es tiempo de vida de los ciudadanos. No es pedir mucho conocer algo de lo que cree o piensa a aquel que aspira a gobernar sobre mi vida. Porque no nos engañemos, la política de parlamentos y ayuntamientos al final quien dictamina es quien se sienta en los escaños y butacas. Claro que, como ha dicho Pablo Iglesias, él no promete porque no le gustan los políticos que prometen. Entiendo, en principio parece razonable que diga esto basado en que si luego no puede cumplir su promesa no quiere que alguien se sienta defraudado, pero, si no se compromete a prometer nada, luego cómo podemos confiar en lo que diga. Eso es algo bastante básico. Si no se me puede prometer nada, cómo puedo creer que vas a hacer X o que se va a intentar. ¿Puede existir pacto entre ciudadano y político mediante el voto o las asambleas si el político no va a prometer nada al ciudadano? ¿Estamos ante un "OTAN no" o ante un "OTAN de entrada no"? Da la sensación que lo que se pide es fe, más que confianza.

Pienso en estos momentos en el actual gobierno de Syriza en Grecia. El partido de izquierdas griego se da la mano tanto con Izquierda Unida como con Podemos, aunque se ha evidenciado mucho sus muchas coincidencias con Podemos. Es importante tener respuestas a determinadas cuestiones, porque si hubiera un caso análogo, a mí no me gustaría que como socio de gobierno Podemos eligiera en España, como Syriza ha hecho en Grecia, a un grupo político tan en las antípodas ideológicas que es incluso xenófobo. Este es un caso real en Grecia. No sé qué opinaran muchos de los votantes de Syriza ahora mismo de ese hecho, pero sí sé qué me parecería a mí. Es importante preguntar y ser respondido por quienes aspiran a gobernarte.

Un argumento que he escuchado varias veces en mi barrio, un barrio obrero, es que tienen carreras universitarias. Pero, ¿es que no la tienen Rajoy o Pedro Sánchez, por ejemplo? Sí la tienen. Ese argumento no me es muy válido. El argumento que más oigo es el citado de que hay que cambiar a  algo nuevo. ¿Y qué es ese algo nuevo? A la gran mayoría con los que hablo, a excepción de los que son miembros activos de los círculos, les da igual, y te lo dicen sin más. No les importa. Sólo quieren caras nuevas y un partido nuevo en el gobierno. Y sin embargo, entonces, si simplemente quieren algo nuevo, ¿por qué Podemos y no cualquier otro de los nuevos partidos políticos? Ah, amigos, porque aunque insisten en que no hay izquierda ni derecha, mucho me parece que ellos saben bien que sí la hay, pero no quieren mencionarlo. 

Conocer los procesos del pasado, la Historia y la Historia del pensamiento, es bueno. Ayuda a no recaer en errores. No es malo preguntar. Probablemente muchos tienen una idea de lo que quieren, de lo que realmente quieren, pero antes prefieren entregarse a un líder sin llamarle líder (pareciera que Podemos sólo sea posible con Iglesias, cuando realmente, en teoría, Podemos lo formarían todos los ciudadanos organizados en círculos). 

Y ahí tenemos mi broma de la viñeta que os he dibujado, que podéis ampliar como siempre pulsando sobre ella, ya no tanto tampoco referente a Podemos, que no lo es, sino referente a todos aquellos que se han acercado a la política desde hace poco y todo lo miden desde su uso de Internet, olvidando a menudo que hay más vida y más puntos de vista y modos de hacer fuera de las redes informáticas. Ese es otro asunto a tratar también entre las nuevas posturas sociales ante un cambio de gobierno. Insisto, en este caso no es algo exclusivo de los simpatizantes de Podemos, sino una nueva actitud social. Se transforma Internet como algo válido para todo, a veces incluso pasando por encima de otras experiencias. Hay quien pareciera que quisiera construir un nuevo mundo sin contar con el mundo ya existente. Algo digno de análisis.

Insisto, Podemos me resulta una formación interesante, y quizá una buena opción, pero hay que intentar conocer un poco más. No debiéramos conformarnos sólo con cambiar caras, no se trata de dar cartas en blanco, confianza ciega, fe en el mantra del cambio por el cambio. Hay que intentar saber qué se quiere, qué hacemos para lograrlo y hacia dónde se cambia, no sólo hay que querer cambiar por cambiar. Cambiar por cambiar se quiso en 2011, cuando el PSOE hartó a tanta gente que muchos votaron en masa al PP no porque les convenciera, sino porque querían cambiar al PSOE del gobierno. Estamos ante un caso parecido. Ahora no se quiere al PP o al PSOE en el gobierno, se opta por Podemos porque es un cambio, de acuerdo, ¿pero en qué consiste el cambio que se quiere? La pregunta es importante, porque es la pregunta que les faltó a muchos a la hora de votar en 2011. Votar a Podemos es una opción más, ni buena ni mala, ni mejor ni peor. No soy contrario a Podemos, insisto, si no a la ciudadanía que ejerza el voto con irresponsabilidad. ¿Se quiere un cambio? Empecemos por uno mismo, interesémonos en obtener respuestas para poder formar opinión y elegir de una manera más responsable y más ajustada a lo que realmente queramos enfocar nuestra contribución al cambio.

No soy enemigo político de nadie, ni mucho menos de Podemos. No es mucho pedir saber para opinar. Cuidado, saber para opinar, que no es lo mismo que preguntar y que te contesten que participes de los círculos, respuesta que suelo escuchar con frecuencia y que me hace pensar en una vieja canción de Siniestro Total que decía con humor para reírse del extremismo islámico del ayatolá Jomeini: "sólo vine a comprar pan y me enseñásteis el Corán"

Saludos y que la cerveza os acompañe.

2 comentarios:

iralow dijo...

no podía haberlo explicado mejor...

saludos caballero

Canichu, el espía del bar dijo...

Hola, Iralow. Cuánto tiempo. Un abrazo.