THE BEATLES, MÁS FAMOSOS QUE JESUCRISTO
Llegamos a un año clave en la Historia del rock y en la de los Beatles. Antes hay que recordar que nos habíamos quedado en diciembre de 1965, cuando los Beatles hicieron una gira por Reino Unido, tras recibir la medalla MBE gracias a la recuperación económica británica a buena costa de su influjo. Habían estrenado ese mes un disco, Rubber Soul, que era el considerado como mejor de ellos, habiéndole arrebatado ese puesto a su anterior, Help!. En ambos discos, pero sobre todo en Rubber Soul, habían ocurrido cambios muy significativos y experimentaciones musicales y estéticas. Evolucionaban de músicos estrellas del rock a músicos que cuidaban su obra artísticamente, no respetando los esquemas comerciales propios de la época. Pues bien, Pasaron siete meses y The Beatles lanzaron su séptimo álbum, Revolver (Revólver, aunque se refiera al arma que es una pistola con un tambor de balas que gira para colocarlas en el disparador, a la vez se refería al origen de la palabra que sería algo así como Revolucionador, en el sentido de dar vueltas, o sea: de aparato mecánico que sirve para revolucionar algo, no en el sentido de subvertir el orden social con una rebelión, aunque algo de eso había también desde el pacifismo; una vez más, The Beatles jugaban con las palabras). Fue estrenado el 5 de agosto de 1966, y de inmediato desbancó a Rubber Soul de su pedestal, efectivamente: fue considerado el mejor disco de los Beatles de hasta los entonces grabados.
Llegamos a un año clave en la Historia del rock y en la de los Beatles. Antes hay que recordar que nos habíamos quedado en diciembre de 1965, cuando los Beatles hicieron una gira por Reino Unido, tras recibir la medalla MBE gracias a la recuperación económica británica a buena costa de su influjo. Habían estrenado ese mes un disco, Rubber Soul, que era el considerado como mejor de ellos, habiéndole arrebatado ese puesto a su anterior, Help!. En ambos discos, pero sobre todo en Rubber Soul, habían ocurrido cambios muy significativos y experimentaciones musicales y estéticas. Evolucionaban de músicos estrellas del rock a músicos que cuidaban su obra artísticamente, no respetando los esquemas comerciales propios de la época. Pues bien, Pasaron siete meses y The Beatles lanzaron su séptimo álbum, Revolver (Revólver, aunque se refiera al arma que es una pistola con un tambor de balas que gira para colocarlas en el disparador, a la vez se refería al origen de la palabra que sería algo así como Revolucionador, en el sentido de dar vueltas, o sea: de aparato mecánico que sirve para revolucionar algo, no en el sentido de subvertir el orden social con una rebelión, aunque algo de eso había también desde el pacifismo; una vez más, The Beatles jugaban con las palabras). Fue estrenado el 5 de agosto de 1966, y de inmediato desbancó a Rubber Soul de su pedestal, efectivamente: fue considerado el mejor disco de los Beatles de hasta los entonces grabados.
Ellos ya habían avisado con unas pocas composiciones de que algo estaba cambiando. Unos pocos singles y EP del anterior disco en la primavera de 1966 presentaban selecciones de canciones con un sonido afín que en conjunto se alejaba del rock and roll que habían hecho hasta ese momento y se adentraba en lo que se puede llamar sólo rock. Pero el hecho más llamativo fue un single de dos canciones fuera de todos los álbumes: "Paperback writter / Rain" (Escritor de novelas de bolsillo / Lluvia), editado el 30 de mayo de 1966. Fue un impacto cultural tremendo tanto en artistas como en oyentes comunes, que se quedaron a la expectativa de qué estarían trabajando los Beatles, quienes, por otra parte, habían "blindado" su estudio de grabación, donde estaban experimentando todo tipo de sonidos, a los cuáles tuvieron acceso sólo unos muy pocos y limitados amigos en momentos puntuales de las sesiones de grabación, como The Rolling Stones, los cuáles no eran enemigos de ellos, aunque promocionalmente se les vendiera como tal. Eran muy amigos e incluso se consultaban las fechas en las que sacarían discos los unos y los otros para evitar competir comercialmente de manera directa y poder sacar el máximo de ventas cada uno, ya que, nota a tener en cuenta por los más jóvenes, la cultura del ocio de los años 1960 no sólo estaba naciendo, sino que además contaba con que los ingresos de los trabajadores, especialmente de los jóvenes, eran limitados de cara a productos culturales. Había que elegir qué se quería con cada sueldo, no se podía tener todo y ya. Aquel single contenía numerosas líneas de grabación, sonidos de plásticos y otros objetos. "Paperback writter" contenía una historia con presentación, nudo y desenlace, como una novela, y en buena parte era intentar asemejarse a las canciones literarias de Bob Dylan, aunque a ellos siempre les salía algo alegre mezclado con el estilo coral de los Beach Boys, a los que también estaban admirando, pues creían que habían llevado los coros a un terreno más allá de donde ellos los habían llevado. El bajo no sólo llevaba el ritmo, sino que daba la canción, McCartney llevaba muchas canciones ya donde lo había transformado de un instrumento de acompañamiento a uno de composición y principal en el sonido. Lo más llamativo eran los ecos de reverberación que se oían. La psicodelia estaba ahí. No se habían logrado de un modo obvio y sonaban extraños. Pronto toda la música rock del mundo se llenarían de ellos. La cara B era aún más extraña. La cara B, "Rain", era totalmente innovadora. Por primera vez en la Historia de la Música Popular Occidental se mezclaba ya sin tapujos con la música oriental. Fue una canción de George Harrison, del que ya vimos que tuvo un primer acercamiento en Rubber Soul. Nadie había pensado que el rock pudiera fusionarse con otras músicas que no fueran las propias de la cultura anglosajona, especialmente norteamericana. Harrison siguió yendo a conocer músicos hindúes, entre los que conoció al que está considerado el mejor músico de música clásica hindú con el sitar, Ravi Shankar, con el que inició una perdurable y larga amistad. Ravi viviría cerca de cien años (murió hace relativamente poco, el 11 de diciembre de 2012, con 92 años). Shankar, además, fue padre de la cantante Norah Jones. Ravi Shankar se ofreció a ayudar a Harrison para que conociera el sitar para poder tocarlo, incluso le regaló uno. Shankar estuvo lejos de ofenderse por considerar que la música clásica, en este caso hindú, pudiera mezclarse con el rock. De hecho, en algunas ocasiones, de aquí en adelante, incluso se ofreció a tocar con Harrison en más de una ocasión. Esta primera mezcla de fusión contenía mucho de rock, pero el sitar era tan evidente que era innegable el estilo oriental. De repente el rock abrió una puerta nueva a los sonidos de fusión con músicas del mundo y a los sonidos orientales, si bien, insisto, Shankar era música clásica hindú y la música clásica occidental ya había sido introducida en los Beatles y el rock a través de McCartney desde "Yesterday". La letra de "Rain" introdujo otra temática impensable en el rock: la metafísica religiosa hindú y el ascetismo, todo de modo muy poético.
Cuando se publicó Revolver el 5 de agosto de 1966 todo el mundo del rock estaba especialmente expectante. "¿Hasta dónde llevaréis todo esto?", les había preguntado un periodista ante los innumerables cambios revolucionarios que estaban introduciendo a un ritmo de vértigo. Pero no había nada premeditado. este disco en principio seguía las líneas de Rubber Soul, pero las volvía más experimentales. Reincidían en la idea de que ellos eran artistas y ya nunca más serían músicos comerciales. La portada volvió a ser el principal mensaje de esa idea. Aparte del significado del título, ya mencionado, se volvía a colocar a este en la portada, pero el nombre de ellos estaba en la contraportada de nuevo. Ahora se trataba de una idea totalmente inédita: la portada del disco debía ser una obra de Arte en sí misma, no una foto promocional. Ya lo habían intentado en Rubber Soul, pero ahora prescindieron de Robert Freeman y llamaron a un artista pictórico viejo amigo de ellos: Klaus Voorman. Este les creó un collage en blanco y negro altamente contrastados a base de dibujos de ellos con pelos muy largos entre los que aparecían y desaparecían innumerables fotografías también de ellos. En una de las fotos John Lennon parecía tener una barba como la del dictador comunista Fidel Castro, de Cuba. El concepto de pensar la carpeta como obra de Arte era totalmente rompedora, pero que además lo fuera de esta manera, era lo más psicodélico que se había hecho dentro de esa corriente de la psicodelía que aún estaba a punto de dar lo mejor de sí y que ahora mismo se daba la mano con el Pop. De hecho, el artista Andy Warhol comenzó a producir a The Velvet Underground, con Lou Reed, y a diseñar sus portadas después de que los Beatles iniciaran esta simbiosis. La contraportada tenía fotos tomadas por Robert Whitaker donde se veía a los Beatles sin estar uniformados. Insistían en ropas informales, con chalecos, telas vaqueras, gafas oscuras, pelos con patillas cada vez más grandes... En los singles aún se les veía vestidos a todos más o menos igual, más o menos "uniformados" de un mismo estilo, pero con esta contraportada algo estaba cambiando en ellos. Los jóvenes tomaban nota y, como ya dije, ellos también se dejaban melenas y grandes patillas, se ponían ropa vaquera...
El disco volvió a ser producido por George Martin, no sólo eso, buena parte de los sonidos extraños son también idea suya. Tengamos en cuenta que ninguno de los cuatro estaba formado musicalmente, pero George Martin tenía hasta una orquesta sinfónica propia. Ringo era instintivo; Harrison era autodidacta y le gustaba tocar con otros guitarristas para aprender, su mejor amigo era Eric Clapton, de los Cream; a McCartney le estaba enseñando música clásica su novia Jane Asher; y John Lennon era experimental. Es una anécdota conocida que cuando John quería que una canción tuviera un determinado sonido no se lo decía a George Martin de manera técnica, sino que era capaz de explicárselo en términos semejantes a "quiero que suene como las gaviotas al amanecer cuando les da los primeros rayos del sol y vuelan alegres", obviamente George Martin era una persona con muchos recursos musicales y es por cosas como esta que él fue una parte altamente importante en la experimentación de aparatos e instrumentos, muchas de sus sugerencias fueron adjudicadas a Lennon y McCartney, hasta que a lo largo de los años 1970 se fue sabiendo lo vital que había sido en realidad él en todo el proceso. Se podría considerar que el famoso mito del "quinto Beatle en la sombra" era él.
Mucha gente consideró que Revolver podía haber sido perfectamente la segunda parte de Rubber Soul, o, mejor aún, que estos dos podrían haber sido editados juntos y haberse transformado en el primer álbum doble de rock and roll, antes de que Bob Dylan sacara el Blonde on blonde (algo así como Claro sobre claro) el 16 de mayo de ese mismo 1966. El saber que podían haberle sacado la delantera en algo a Dylan y no lo hicieron les iba a afectar. Su problema había sido el tiempo y su firma con EMI que les obligaba a sacar dos discos por año, lo que forzó a la prisa en diciembre de 1965 para sacar Rubber Soul. A partir de este momento ellos como artistas van a querer tomar las riendas de su proceso creativo más allá que los acuerdos comerciales que habían firmado. 1966 va a ser el año que los Beatles apenas sacarán singles, y va a ser el año que sólo editaron este álbum de estudio. EMI se quejó por posible incumplimiento de contrato. Brian Epstein lo solucionó editando los dos primeros recopilatorios propiamente dichos, en el sentido de que no eran adaptaciones de discos para el mercado americano o creaciones oportunistas para aprovechar el tirón de ventas en el mercado, sino que eran recopilatorios para destacar parte de la obra musical que tenían. Asi, el segundo disco de 1966 en USA fue uno que ya se había editado, The Beatles Yesterday and Today (The Beatles ayer y hoy), que estaba en el mercado desde junio, y en Reino Unido se editó en diciembre A Collection of Beatles Oldies (Una colección de las más antiguas de los Beatles, o bien Una colección de los viejos Beatles). La polémica iba a estar ahí, porque la portada del Yesterday and today, les mostraba a ellos con batas blancas de carniceros cubiertos de trozos de carne cruda cortada y cabezas y extremidades arrancadas de muñecos de bebé. Las acusaciones de sadismo, psicopatía, canibalismo y satanismo estaban servidas. Fue una portada censurada en muchos sitios. Quizá fue una respuesta a la fama de chicos buenos que se les había dado frente a los Rolling Stones, que la tenían de chicos malos a costa de varios problemas con la policía. Como sea, esta polémica va a ser importante, porque veremos que 1966 iba a ser un año especialmente movido.
En Revolver hay que destacar la canción que abre la cara A, "Taxman" (Recaudador de impuestos), era de George Harrison, lo que era sorprendente dado que abría el disco. El disco contenía once canciones de Lennon y McCartney, y tres de Harrison. "Taxman" presentaba un extraño sonido que incluía una voz gutural y ecos. Pero la temática era todavía más llamativa. En USA ya se hacían canciones de protesta social, como ya se ha dicho, esta va a ser la primera protesta social explícita de los Beatles, pero curiosamente por un tema insospechado: la política recaudatoria de aquel momento del Reino Unido. Los impuestos británicos son de los más altos de Europa. Si en la anterior entrega dijimos que su Producto Interior Bruto se recuperó gracias a los Beatles y al rock, bien es cierto que buena parte de los ingresos del Estado se debieron al cobro de impuestos a las nuevas fortunas del rock. La canción se hizo muy popular, por contra de lo impopular de los impuestos. Tenía muchas innovaciones sonoras, pero precisamente su carácter de reivindicación política y social fue lo que animó al resto de músicos del rock que no eran cantautores a hacer lo mismo con temas muy diversos. Mientras tanto los Beatles, que nunca dejaron de vivir en Reino Unido, compraron propiedades en la Europa continental. La ley británica permite no pagar impuestos en el país a sus ciudadanos si no residen en el mismo un mínimo de más de cien días. Como los Beatles solían hacer innumerables giras hasta entonces, vieron viable esa compra de propiedades, que en el caso de McCartney incluyó un castillo. Ringo, por cierto, le alquiló su primera casa a Jimi Hendrix en 1967, el cual le pintó las paredes de negro y se lo llenó de cera de velas, para disgusto de Ringo.
Otra canción a destacar sería "Eleanor Rigby", otro tema social, en este caso algo costumbrista, sobre una solterona por culpa de las convicciones morales victorianas de la generaciones anteriores. Sacaron el nombre de una tumba de Liverpool. "Yellow Submarine" (Submarino amarillo) apareció por primera vez en este álbum y su single promocional. Se trataba según los Beatles de su primera canción infantil, o sea: destinada a niños. Sus imágenes surrealistas se asemejan a algunas de Dylan, hacen una incursión en el mundo näif y onírico. Sin embargo, no todo es tan bonito. La prensa y los sectores conservadores les acusaron de incitar al consumo de drogas con esta canción, pues consideraban que el surrealismo de la letra se basaba en alucinaciones psicotrópicas que nada tenían que ver con una canción infantil, que por otro lado era extraño que cantaran. Puede que no les faltase razón, pues en esas fechas estaba de moda consumir una droga alucinógena llamada LSD. Es conocido cómo poco más tarde el LSD se consumirá en unos cartoncitos comestibles llamados "tripis" en España (evolución fonética de la palabra "trip", viaje), pero en los primeros años 1960 el LSD se tomaba en terrones de azúcar que se sumergían y se impreganban de él, que era un líquido. Popularmente en Reino Unido se le llamó a aquello "submarinos amarillos", pues el terrón de azúcar blanca se volvía amarillo. No sabemos si los Beatles nos mienten o no acerca del origen de la canción "Yellow Submarine", pero en el disco sí hay una canción que tras muchos años negándolo al final reconocieron haber sido compuesta con y por el LSD, "Tomorrow Never Knows" (El mañana nunca se sabe), que cerraba el disco. Su origen está en la competencia directa que tenían con los Beach Boys (Los Chicos de la Playa, o Los Playeros). Ellos les habían sorprendido en 1964 con su disco Good Vibrations (Buenas vibraciones), pero en mayo de ese 1966, un mes antes de que se sacara Revolver, los Beach Boys habían editado el que está considerado el mejor álbum de su carrera Pet Sounds (Sonidos de mascota). En ese disco aparecían sonidos de electroteremines, botellas de cristal, timbres de bicicleta, experimentaciones con distorisionadores de sonido eléctricos, y un sinfín de recursos en medio de drogas que agotaron mentalmente a Brian Wilson, uno de sus componentes, pero que transformaron en toda USA a los Beach Boys en la vanguardia musical del rock y en el mejor álbum de la psicodelia hecho hasta ese momento, curiosamente venido de gente que hacía rock coral de estilo surf. John Lennon quiso superarles y pensó en crear una canción donde se oyera un coro con mil monjes budistas cantando un texto del Libro de los Muertos hindú. Técnicamente eso era imposible en la época, pero en un "viaje" en LSD Lennon tuvo una alucinación sonora viajando en coche que le regresó en su casa al confundirse de teclas al poner a funcionar su reproductor de cintas magnéticas. Estas sonaron al revés. El sonido le debió hacer tener toda una revelación, porque "Tomorrow never knows" es la canción que más evidentemente sacó a la luz una técnica que inventaron lo Beatles: hacer música poniendo sonidos al revés. Experimentaron grabar todo tipo de instrumentos y sonidos para después ponerlos a sonar al revés mientras se grababa esa emisión nueva de sonido. A lo largo del álbum salen en diferentes sitios estas innovaciones, que serán vitales en 1967. Un mundo nuevo de sonidos se abría, una vez más, en el rock, de la mano de los Beatles. Como sea, hay otra referencia al LSD en el disco, "Doctor Robert". El dóctor Robert era uno de los médicos que les atendían. Era un médico famoso dedicado a clientela famosa. Normalmente atendía casos de ansiedad, depresión o estrés. Solía recetar habitualmente tomar LSD, que aún no era ilegal, aunque pronto lo sería antes de acabar los años 1960. El LSD era un medicamento aceptado por muchos psicólogos y psiquiatras para tratar los casos de depresión y de introversión, más o menos como ahora el Prozac. Lo había estado investigando entre otros el escritor Aldous Huxley en las décadas de 1940 y 1950, cuya segunda novela más famosa se llamaba Tras las puertas de la percepción, por los efectos en la percepción humana que produce el LSD. Precisamente The Doors (Los Puertas) se llamaron así por él en 1967. El doctor Robert le recetó LSD a Harrison y a Lennon, y estos se lo dieron a probar a Ringo y a McCartney y sus parejas. Si Lennon tuvo un buen viaje, para su esposa Cynthia fue una auténtica pesadilla en ascensor, pues creía que estaba descendiendo al Infierno. Como sea, en el disco proliferan todo tipo de experimentos sonoros, incluyendo el sitar, y sonidos de estilo "Bar de California".
Destacaría todas las canciones, como en Rubber Soul, pero citaré "She said, she said" (Ella dijo, ella dijo, sobre el egocentrismo del actor Peter Fonda, que tuvo un encontronazo con ellos), "Good day sunshine" (Buenos días, rayo del sol), que introduce las letras naturalistas y pacifistas propias del movimiento hippie que rentabilizarán grupos muy diversos, como The Mamas and the Papas, o también destacaría las tres canciones de Harrison, que le afianzaron como creador.
Llegados a este punto nos toca retroceder a agosto de 1965. Recordaré que en julio de 1965 habían hecho una gira por el Sur de Europa en la cual por primera vez se habían dado conciertos al aire libre con capacidad para el millar de espectadores, cosa que ocurrió en un velódromo italiano, en las plazas de toros de España y en algunos lugares de Francia. Los conciertos de España fueron los últimos antes de que Brian Epstein les colocara en un vuelo hacia Estados Unidos y Canadá para realizar su nueva gira americana. A pesar de los encontronazos y problemas en España con su dictadura, Epstein debió tomar buena nota en cuanto al escenario, pues consideró que debían superarse a sí mismos para mantener el ritmo de espectación en América, que era un mercado fundamental. Contrató el Shea Stadium, un estadio de béisbol inaugurado en 1964 como estadio deportivo más grande de Norteamérica, tenía capacidad de acoger entre 50.000 y 55.000 personas. Nunca antes se había dado un concierto para tanta gente. Lo más parecido fue lo citado del Sur de Europa, que estaba a una distancia abismal de esas cifras. Todos los promotores le dijerona Brian Epstein que eso era una locura, no llenarían el estadio, se verían numerosos sitios vacíos y produciría un efecto psicológico del comienzo del fin de los Beatles en la mente de sus seguidores. Epstein apostó que lograría todo lo contrario. Para dejar constancia dio permiso al cineasta Andrew Laszlo para que rodara un documental sobre el evento, el cual se estrenó en 1966.
El concierto del Shea Stadium se llenó al completo y aún se quedó fuera del estadio mucha gente que quería entrar. Ellos tocaron en un escenario en el centro del estadio. Aunque lo normal era que se vieran los conciertos sentados, la gente se ponía en pie, lo que forzó a que en futuros conciertos de otros grupos se pensara que lo mejor es que se vieran de pie. Habían existido macroconciertos desde finales de los años 1950 en USA, coo el festival Newport, que era de música folk. En él se dio a conocer Dylan en los primeros años 1960 y en él se pasó al rock en 1965. Pero ningún grupo en solitario había pensado jamás que fuera posible organizar un concierto así. No sólo funcionó, sino que desde entonces cada vez más grupos tendían a imitar el logro de los Beatles. Por otro lado, los macroconciertos se extendieron en 1967 a Monterrey, en 1969 a Woodstock y la Isla de Wight, que repitió en 1970, y así indefinidamente, incluido el de Canet de Mar, en España, durante el tardofranquismo, conovocado por Mercader, descendiente de Ramón Mercader (quien mató a Trotski) y que era el que había traído a los Beatles a la península. Volviendo al Shea Stadium, su problema fue multiplicar problemas de los conciertos dados en el sur de Europa, la gente gritaba tanto que no se oía la música más allá de las primeras filas de espectadores. Al no haberse hecho nunca un concierto así, los equipos de amplificación de los instrumentos musicales y de los micrófonos no eran muy potentes. Según se multiplicaron los macroconciertos en la segunda mitad de los años 1960, se fueron haciendo más potentes, pero en agosto de 1965 eso no ocurría. Era muy traumático para los Beatles tocar y saber que probablemente de esas 50.000 personas, muy pocas les estaban escuchando. Afortunadamente la música se quedó grabada en el documental, pero de todos modos el problema del sonido es algo que se repitió en adelante allá por donde pasaron, pues Brian Epstein consideró que ya no podían dar conciertos pequeños. Todos debían ser grandes conciertos.
Como ya he dicho, tras agosto de 1965 no volvieron a dar conciertos hasta diciembre, que lo hicieron por Reino Unido, y tras eso, no volvieron a salir de conciertos hasta el periodo de junio a agosto de 1966. Hicieron una gira por Alemania, luego otra por Asia y de nuevo por Estados Unidos y Canadá. Esta gira llevaba desde el principio la polémica de las drogas y la polémica de la portada del disco The Beatles yesterday and today. Para empezar, a todos los problemas nuevos en sus conciertos ya comentados, se le sumaba otro: tanto Rubber Soul como Revolver eran discos con tantas innovaciones técnicas de estudio de grabación, que era muy difícil o imposible de reproducir en directo. En 1966 no existía la tecnología que existe ahora capaz de reproducir todos los sonidos del estudio de grabación en los instrumentos y aparatos electrónidos en un concierto, cosa que explorarían en directo grupos psicodélicos como Pink Floyd y Led Zeppelin pocos años después. A los Beatles no les gustaba su sonido, al cual le veían errores a causa de las ausencias por ejemplo de ecos o de guitarras que sonaran hacia atrás. Pero la gente estaba entusiasmada igualmente, cosa que les frustraba, pues creían que entonces es que realmente no les escuchaban ni apreciaban su música, sino que valoraban su fama como iconos. Comprendían que en países de habla inglesa sus letras eran fundamentales, pero en los que no, sobre todo en países latinos, por su experiencia en España principalmente, lo que atraía era la música en sí, porque las letras no se comprendían, no se sabía el lenguaje inglés. Si los conciertos que daban ya no se oían y tenían dificultades técnicas, tenían un problema muy serio y grave. Todo esto lo recibieron de golpe en sus seis conciertos por Alemania. Al irse a Japón para tocar tres días seguidos en el Nipon Budokan Hall de Tokio, entre el 30 de junio y el 2 de julio, todo se iba a volver hostil. Fueron anunciados con un grupo local que incluso compuso una canción en su honor, "Welcome Beatles" (Bienvenidos, Beatles), el problema vino de mano de los budistas más practicantes y conservadores del país. Brian Epstein, en su afán de superarse, contrató el Budokan como sala de conciertos, sin embargo aquella sala era una sala de eventos religiosos o de la cultura tradicional budista. Era la sala más grande que tenían en Japón. Aunque hoy día es muy habitual los conciertos allí, en 1966 fue un gran escándalo y los Beatles encontraron las primeras manifestaciones públicas en su contra, como si fueran invasores que venían a destruir la cultura japonesa, algo nunca visto en Japón desde que terminó y perdieron la Segunda Guerra Mundial en 1945.
De allí volaron a Filipinas para dar un concierto en el estadio de fútbol Rizai Mermorial, de Manila. Estaban acostumbrados a que desde 1963 la gente rica quisiera cortarles el pelo o que abusaran de una presunta confianza en privado nunca dada, pero en Filipinas se encontraron con la dictadura militar de Ferdinand Marcos y su esposa Imelda, que los trataron como si fueran sus bufones particulares. Querían un concierto privado, al que se negaron, y convocaron un evento en un colegio infantil al que ellos debían ir, pero no fueron avisados, ni estaba en sus planes. Al día siguiente salió la noticia en periódicos y telediarios, lo que provocó encendidas manifestaciones en la calle contra ellos, que dieron el concierto con una policía que debía protegerles, pero parecían hacer todo lo contrario. Por primera vez los Beatles tuvieron miedo de no salir bien parados físicamente de un país, lo hicieron, no sin antes sin ser retenidos en el aeropuerto parte de las personas de su equipo.
Su siguiente gira, la de USA y Canadá, comenzó el 12 de agosto y se compuso de dieciocho conciertos. En una entrevista para prensa Lennon fue preguntado por la fama y él, haciendo uso de una comparación para explicarse, dijo que muchos jóvenes se fijaban en ellos en todo el mundo y les imitaban, que probablemente en otras épocas la gente se fijaba en la religión y cosas así, pero ahora se fijaban en el rock, y dentro del rock ellos estaban en el punto de mira de mucha gente que ya no vivía bajo una estricta ética religiosa, por lo que era como si los Beatles fueran "más famosos que JesuCristo". Todos los cristianos practicantes de todas las ramas del cristianismo entraron en cólera. En los Estados del Sur de Estados Unidos los predicadores llamaban a sus feligreses a quemar los discos y productos de los Beatles. Entre los jóvenes que se dedicaron a crear estas hogueras y a manifestarse contra los Beatles acusándoles de Anticristos, satanistas o ateos (recordemos la polémica de la portada del disco recopilatorio), estaba David Koresh, el mismo que en 1993 tendría una secta religiosa que terminó inmolándose en un tiroteo contra la policía en Houston (Texas). En palabras de Ringo Starr aquello les pareció bien, porque según los datos de ventas todos los que quemaron sus discos tuvieron que comprarlos de nuevo al poco tiempo, uno o dos años después. Sin embargo se lo tomaron con miedo, con mucho miedo, y no era para menos. Era habitual que recibieran amenazas de muerte y que incluso la policía se tuviera que reforzar porque hubo quien realmente quiso matarles. Ringo comenzó a colocar los platos metálicos de su batería de manera inclinada, creyendo erróneamente que eso evitaría que alguna bala le alcanzara durante un concierto. Aunque los Beatles, en concreto Lennon, salieron por televisión para explicarse y pedir perdón, los ánimos no estaban calmados. Al final, los Beatles se reunieron sin Brian Epstein y tomaron una decisión transcendental: no volverían a dar un concierto jamás. No lo necesitaban económicamente, aparte de que el últmo año no había sido nada divertido hacerlos y no tenía sentido seguir con ellos si no se divertían. Lo que más les había ilusionado en 1966 eran sus avances en el estudio de grabación. No querían morir en un concierto porque a alguien no les gustase algo que hubieran dicho o hecho. El último concierto que dieron fue en San Francisco (California) el 29 de agosto, en Candlestick Park. Esto fue un auténtico trauma para Brian Epstein, pues sin conciertos y con los chicos tomando ellos la dirección de cómo componer los discos, él se quedaba casi sin funciones en el grupo.
Como he dicho los Beatles sólo sacaron un álbum de estudio en 1966, mientras Epstein lo solucionaba con EMI acordando dar por buenos como segundo álbum los recopilatorios mencionados, el mercado pirata les tomó la delantera de manera oportunista y a la vez admirativa. Algunos técnicos de sonido de los conciertos que habían dado entre 1964 y 1965 habían estado grabando sin permiso el sonido de varios conciertos desde la mesa de pistas. En 1966 editaron un disco pirata que fue rápidamente un éxito de ventas en el mercado negro de la música. Se llamaba The Beatles at the Hollywood Bowl (The Beatles en el Cuenco de Hollywood). Se trataba de un disco no oficial que era el primer álbum propiamente dicho que recogía el sonido de un concierto de rock, aunque en realidad eran fragmentos de varios conciertos. Pero al no ser oficial, al ser pirata, no está reconocido como tal primicia, y ese mérito lo tienen los Rolling Stones con Got live it you want it! (¡Llévatelo vivo si quieres!, o mejor: ¡Llévatelo en directo si quieres!), publicado en diciembre de 1966, quizá a costa del éxito de ventas del disco pirata de los Beatles y del anuncio del fin de los conciertos de los de Liverpool en verano de ese año. No sería raro, pues ante la frase de "somos más famosos que Jesucristo" los Rolling Stones quisieron nombrar a su álbum Aftermath (Secuelas) como ¿Podrías caminar sobre el agua?, cosa que su manager no les dejó. Como sea, The Beatles at the Hollywood Bowl fue de gran éxito y fue perseguido tanto por los Beatles como por la discográfica para acabar con él. Por un lado su calidad de sonido era muy mala y no querían que esa fuera la memoria auditiva de sus conciertos, por otro lado no lo rentabilizaban ellos. Al final, diez años después, en 1976, al ver que no podían vencer a "su enemigo" decidieron unirse a él. Se hicieron de manera legal en los tribunales con el disco, limpiaron el sonido y lo vendieron como parte oficial de su discrografía. Este disco ha sido editado en USA y en Japón. Es una rareza en Europa, incluso hoy día. Todos sus seguidores estamos deseando su reedición a precio asequible, no dudamos que es algo que ocurrirá, aunque ocurra de manera tardía.
Por lo demás, George Harrison aprovechó para visitar la costa Norteamericana en lo que quedaba de 1966 y para introducirse más en la música hindú, mientras se casaba con su novia, Pattie Boyd, la actriz de A Hard Day's Night. Era la misma por la que Eric Clapton compondría "Layla" en 1970. Ambos amigos estropearían su amistad por ese amor prohibido de Clapton. Harrison lleno de celos cometería otros adulterios, incluso flirteó con Maureen, la esposa de Ringo. Harrison y Pattie se divorciaron en 1977. Harrison perdonó a Pattie y a Clapton y continuaron su amistad. Harrison se volvió a casar en 1978 con la mexicana Olivia Trinidad Arias, con la que vivió feliz hasta la fecha en la que murió el guitarrista. Pattie se casó con Clapton en 1979, se divorciaron en 1989. De momento, aquí aún era una historia de amor entre Harrison y Boyd.
Ringo se dedicó a la vida casera, estaba teniendo hijos. Lennon hizo un poco de vida casera, pero viajó al sur de España para tomar unas vacaciones con Brian Epstein, de las que no ha quedado claro si Brian se le insinuó o no, y si fue aceptado o no. Lennon siempre negó mantener relaciones homosexuales con él, pero Brian sí parecía enamorado de Lennon. Brian volvió a Inglaterra antes que Lennon. Pasase lo que pasase en España, y parece que todo apunta a una declaración de amor de Brian no correspondida, y según el road manager Peter Brown incluso con un enfado violento por parte de Lennon, es probable que tuviera su peso en 1967. La biografía que escribió Brown de los Beatles en los años 1980 no es despeciable, pues a fin de cuentas él era uno de los road manager que tenían, precisamente el que se encargaba de sus pasaportes, visados y reservas de viaje.
En cuanto a McCartney, le ofrecieron componer una banda sonora para una película de serie B que hoy día sería considerada una película propia para televisión, una telemovie. El único aliciente del metraje era que una estrella del rock era su compositor musical al completo, lo que era una novedad, pero que en breve sería imitado por Brian Jones, de los Rolling, en 1967-1968, y por Queen, entre otros. El single de la banda sonora de la película salió en diciembre de 1966, y el álbum en enero de 1967. Se llamaba The family way (El estilo familiar, que en España se llamó Luna de Miel en familia). Es del director Roy Boulting en 1966. Esa es la película que recomiendo en esta entrega para hacernos una idea de la clase de proyecos que atrajeron a McCartney a partir de este momento, pues a partir de ahora el mayor peso de los Beatles lo va a llevar él. Se podría decir, por otro lado, que esta era la primera vez que un Beatle hacía algo musical en solitario.
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