Ya os hablé de mi libro Relatos de la Gran Guerra que presenté por primera vez en la cafetería-bar Las Retintas de Alcalá de Henares el pasado día 20 de mayo. Podéis volver a leerlo en la Noticia 1604ª si queréis saber detalles porque aún no sepáis de él. Yo os dije que el 1 de junio, de 18:00 a 19:30
estaré firmando libros en la Feria del Libro de Madrid, en la caseta de
la Librería Salamanca, que es la número 358, en el Parque del Retiro
entrando por la puerta de la calle O'Donell. Ese 1 de junio es mañana miércoles. Aunque el libro no sólo se puede comprar en esa caseta, también está a la venta en la misma editorial Atlantis y se puede ver por aquí. El precio del libro es de 18€. Claro que también lo podéis encargar en cualquier librería, como por ejemplo Diógenes o De Javier
(Cervantes) en el caso de Alcalá de Henares, aunque se puede pedir en cualqueir librería de cualquier localidad. En breve estará disponible en
Casa del Libro, y Amazon.
Del total de sesenta y un escritores y escritoras que están anunciados para firmar libros mañana 1 de junio ha dado la casualidad que en la lista oficial de firmantes que ha confeccionado la Feria del Libro de Madrid estoy anunciado en novena posición. Claro que en la lista oficial de la propia Editorial Atlantis soy yo el primero de los autores de la editorial que comenzará a firmar, en solitario en la primera hora y media de la tarde, luego me sucederán de la misma editorial los compañeros autores Álvaro Moreno Setién, con Advenimiento, y Eugenio Piñeiro Mejuto, con El heraldo del caos, que firmarán después de las 19:30 hasta las 21:00. Por aquí podéis ver la lista completa de todos los autores de Atlantis que firmamos este año a lo largo de toda la Feria del Libro de Madrid.
La verdad es que para mí es todo un placer y un honor firmar en la Feria del Libro de Madrid, que este año cumple 75 ediciones. Nació durante la Segunda República Española en 1933, como iniciativa de la unión de los libreros madrileños. Fue en su cuarta edición en 1936 que el Estado la institucionalizó de forma oficial, como parte del fomento de la Cultura y como parte que era también de la economía en la venta de libros. Sin embargo el estallido de la guerra civil en julio de ese año impedió que se volviera a convocar. La quinta edición se produjo ya con la dictadura de Franco en 1944. Se hizo cargo de ella el Intituto Nacional del Libro Español, por cuyos despachos se movían a menudo personas que habían desempeñado o desempeñaban cargos de censura y de propaganda política de lo que el franquismo llamaba el Movimiento, basado en Dios, patria y Franco, así como en la grandeza del pasado Imperio Español. Como sea, ese instituto, por sus características, tenía la paradoja de ser un elemento tan leal a los valores franquistas y controlado por el gobierno, como contenía intelectuales y funcionarios que o bien eran contrarios a la dictadura o bien comenzaban a deslindarse de la misma. Algunas ediciones fueron suspendidas, como las de 1950 y 1954, otras fueron trasladadas a otras ciudades, como Barcelona en 1946 y 1952 o Sevilla en 1948. A partir de los años 1960 muchos municipios españoles empezaron a tener sus propias ferias del libro, como Alcalá de Henares (aunque en este caso comenzamos entre finales de los años 1970 y comienzos de los años 1980). La Feria del Libro de Madrid se había ido moviendo de lugar de convocatoria hasta que entre los años 1960 y 1970 se asentó definitivamente dentro del Parque del Retiro. En 1981, con la Transición, dejó de hacerse cargo de ella el Instituto Nacional del Libro Español, el cual había reciclado en cargos a algunos antiguos funcionarios que ya de por sí trabajaban allí o que venían de las oficinas de censura. El propio instituto estaba siendo renovado en funcionarios por vía de jubilaciones o traslados para poder modernizarlo dentro de la democracia de la actual monarquía parlamentaria. En ese sentido sus relaciones fueron relanzadas hacia un perfil de colaboración España-Iberoamérica. Como sea, en 1981 la feria pasó a ser gestionada por una comisión compuesta por libreros, editores y distribuidores, así ha permanecido hasta la fecha actual de 2016.
Lo curioso es que este año me es aún mayor placer poder participar de esta feria con tanta solera por su antigüedad y significado. La razón de ello es que casualmente este año también han estado firmando ya estos días que lleva en marcha algunos autores jóvenes con los que he estado recitando poesía el año pasado y con los que he contado con ellos incluso para la antología de poetas complutenses que sacamos esta primavera. Me refiero a gente como Jesús de Matias Batalla, con su libro Los versos del destierro (editorial Playa de Ákaba), el cual pesentará el próximo día 8 de junio en la Librería Diógenes, me refiero también a Marina Casado Hernández, con dos libros: Mi nombre de agua y Los despertares (Ediciones De la Torre), y me refiero también a María Agra-Fagúndez, con Destierros (Valparaíso Ediciones). Mi libro no es de poesía, son relatos, como ya dije y expliqué en aquella Noticia 1604ª. De momento alguno de los lectores que ya han leído el libro me han expresado el buen sabor de boca que le ha dejado, si bien una persona desconocida que no había leído el libro, ni lo había comprado, expresaba su disgusto porque hubiera escrito algo que ella consideraba imposible: sobre acontecimientos pasados que yo no había vivido. Aún más, consideraba absurdo que se escribiera ficción sobre acontecimientos de la Historia real. Me pregunto qué clase de síncope le podrá dar a esta hipotética lectora el día que se entere que Benito Pérez Galdós escribió ficción de episodios nacionales que no vivió, que Pérez-Reverte jamás combatió en los tercios de Flandes del siglo XVII ni existió un capitán Alatriste, que Quijote es un producto de la imaginación de Cervantes, o que Homero relató la Guerra de Troya a partir de relatos orales que llevaban en circulación unos trescientos o cuatrocientos años antes de su nacimiento. Quitando esta anécdota que simplemente me resulta algo gracioso, y a pesar de que esta hipotética lectora confundió en nuestra conversación la Primera Guerra Mundial con la Guerra Civil Española, el resto de lectores y lectoras que sí han comenzado a leer están muy satisfechos. Eso es algo que me alegra mucho, pues una de las cosas que más me inquietaba desde que presenté el libro es la posibilidad de defraudar al lector. El libro está gustando y creo que tiene posibilidades de transportar a la gente a otro mundo y reflexionar sobre ello. Otra cuestión es mi capacidad de hacerlo llegar a la gente interesada en poder leerlo, pero, estoy tratando de trabajar en ello, de momento ya estoy intentando cerrar del todo una presentación en Madrid capital y un segundo acto en Alcalá de Henares. ¿Y Barcelona? Algún lector barcelonés de esta bitácora me ha pedido por vía privada que lo presente allí. Mis posibilidades económicas de movimiento son limitadas en estos tiempos de desempleo. La falta de dinero es el gran problema de la promoción del libro, pero no obstante mentiría si no dijera que estoy sopesando diferentes vías de quizá poder ir hasta Barcelona, aunque todo lo debiera mover desde aquí. En todo caso, si algún lector es capaz de organizarme una presentación en su ciudad, que se comunique conmigo y lo hablamos.
De momento, el 1 de junio, miércoles, mañana, firmo en la Feria del Libro de Madrid y estoy muy contento con ello. Saludos y que la cerveza os acompañe.
Del total de sesenta y un escritores y escritoras que están anunciados para firmar libros mañana 1 de junio ha dado la casualidad que en la lista oficial de firmantes que ha confeccionado la Feria del Libro de Madrid estoy anunciado en novena posición. Claro que en la lista oficial de la propia Editorial Atlantis soy yo el primero de los autores de la editorial que comenzará a firmar, en solitario en la primera hora y media de la tarde, luego me sucederán de la misma editorial los compañeros autores Álvaro Moreno Setién, con Advenimiento, y Eugenio Piñeiro Mejuto, con El heraldo del caos, que firmarán después de las 19:30 hasta las 21:00. Por aquí podéis ver la lista completa de todos los autores de Atlantis que firmamos este año a lo largo de toda la Feria del Libro de Madrid.
La verdad es que para mí es todo un placer y un honor firmar en la Feria del Libro de Madrid, que este año cumple 75 ediciones. Nació durante la Segunda República Española en 1933, como iniciativa de la unión de los libreros madrileños. Fue en su cuarta edición en 1936 que el Estado la institucionalizó de forma oficial, como parte del fomento de la Cultura y como parte que era también de la economía en la venta de libros. Sin embargo el estallido de la guerra civil en julio de ese año impedió que se volviera a convocar. La quinta edición se produjo ya con la dictadura de Franco en 1944. Se hizo cargo de ella el Intituto Nacional del Libro Español, por cuyos despachos se movían a menudo personas que habían desempeñado o desempeñaban cargos de censura y de propaganda política de lo que el franquismo llamaba el Movimiento, basado en Dios, patria y Franco, así como en la grandeza del pasado Imperio Español. Como sea, ese instituto, por sus características, tenía la paradoja de ser un elemento tan leal a los valores franquistas y controlado por el gobierno, como contenía intelectuales y funcionarios que o bien eran contrarios a la dictadura o bien comenzaban a deslindarse de la misma. Algunas ediciones fueron suspendidas, como las de 1950 y 1954, otras fueron trasladadas a otras ciudades, como Barcelona en 1946 y 1952 o Sevilla en 1948. A partir de los años 1960 muchos municipios españoles empezaron a tener sus propias ferias del libro, como Alcalá de Henares (aunque en este caso comenzamos entre finales de los años 1970 y comienzos de los años 1980). La Feria del Libro de Madrid se había ido moviendo de lugar de convocatoria hasta que entre los años 1960 y 1970 se asentó definitivamente dentro del Parque del Retiro. En 1981, con la Transición, dejó de hacerse cargo de ella el Instituto Nacional del Libro Español, el cual había reciclado en cargos a algunos antiguos funcionarios que ya de por sí trabajaban allí o que venían de las oficinas de censura. El propio instituto estaba siendo renovado en funcionarios por vía de jubilaciones o traslados para poder modernizarlo dentro de la democracia de la actual monarquía parlamentaria. En ese sentido sus relaciones fueron relanzadas hacia un perfil de colaboración España-Iberoamérica. Como sea, en 1981 la feria pasó a ser gestionada por una comisión compuesta por libreros, editores y distribuidores, así ha permanecido hasta la fecha actual de 2016.
Lo curioso es que este año me es aún mayor placer poder participar de esta feria con tanta solera por su antigüedad y significado. La razón de ello es que casualmente este año también han estado firmando ya estos días que lleva en marcha algunos autores jóvenes con los que he estado recitando poesía el año pasado y con los que he contado con ellos incluso para la antología de poetas complutenses que sacamos esta primavera. Me refiero a gente como Jesús de Matias Batalla, con su libro Los versos del destierro (editorial Playa de Ákaba), el cual pesentará el próximo día 8 de junio en la Librería Diógenes, me refiero también a Marina Casado Hernández, con dos libros: Mi nombre de agua y Los despertares (Ediciones De la Torre), y me refiero también a María Agra-Fagúndez, con Destierros (Valparaíso Ediciones). Mi libro no es de poesía, son relatos, como ya dije y expliqué en aquella Noticia 1604ª. De momento alguno de los lectores que ya han leído el libro me han expresado el buen sabor de boca que le ha dejado, si bien una persona desconocida que no había leído el libro, ni lo había comprado, expresaba su disgusto porque hubiera escrito algo que ella consideraba imposible: sobre acontecimientos pasados que yo no había vivido. Aún más, consideraba absurdo que se escribiera ficción sobre acontecimientos de la Historia real. Me pregunto qué clase de síncope le podrá dar a esta hipotética lectora el día que se entere que Benito Pérez Galdós escribió ficción de episodios nacionales que no vivió, que Pérez-Reverte jamás combatió en los tercios de Flandes del siglo XVII ni existió un capitán Alatriste, que Quijote es un producto de la imaginación de Cervantes, o que Homero relató la Guerra de Troya a partir de relatos orales que llevaban en circulación unos trescientos o cuatrocientos años antes de su nacimiento. Quitando esta anécdota que simplemente me resulta algo gracioso, y a pesar de que esta hipotética lectora confundió en nuestra conversación la Primera Guerra Mundial con la Guerra Civil Española, el resto de lectores y lectoras que sí han comenzado a leer están muy satisfechos. Eso es algo que me alegra mucho, pues una de las cosas que más me inquietaba desde que presenté el libro es la posibilidad de defraudar al lector. El libro está gustando y creo que tiene posibilidades de transportar a la gente a otro mundo y reflexionar sobre ello. Otra cuestión es mi capacidad de hacerlo llegar a la gente interesada en poder leerlo, pero, estoy tratando de trabajar en ello, de momento ya estoy intentando cerrar del todo una presentación en Madrid capital y un segundo acto en Alcalá de Henares. ¿Y Barcelona? Algún lector barcelonés de esta bitácora me ha pedido por vía privada que lo presente allí. Mis posibilidades económicas de movimiento son limitadas en estos tiempos de desempleo. La falta de dinero es el gran problema de la promoción del libro, pero no obstante mentiría si no dijera que estoy sopesando diferentes vías de quizá poder ir hasta Barcelona, aunque todo lo debiera mover desde aquí. En todo caso, si algún lector es capaz de organizarme una presentación en su ciudad, que se comunique conmigo y lo hablamos.
De momento, el 1 de junio, miércoles, mañana, firmo en la Feria del Libro de Madrid y estoy muy contento con ello. Saludos y que la cerveza os acompañe.
1 comentario:
Pues parece ser que mañana firmo en la misma caseta donde hoy está firmando el cantautor Luis Eduardo Aute.
https://twitter.com/EdAtlantis/status/737626882347270144
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