Mal que les pese a los amantes de los tópicos y de la Leyenda Negra española, los españoles no entraron tan como elefante en cacharrería en América como se ha querido vender hasta las fechas actuales. Estamos en 2011 y desde el año pasado (más o menos) y hasta 2020 estamos asistiendo a los consecutivos doscientos aniversarios de las independencias de los diferentes Estados hispanoamericanos que fueron surgiendo. Esos Estados se construyeron con Historias nacionales que no dejan de ser precisamente eso: Historiografía propia de los Estados-nación, de tal modo que respaldaron en mucho las Historia de la Leyenda Negra que Inglaterra, Holanda y Francia fue construyendo contra el Imperio del Reino Hispánico cuando este era su enemigo en los siglos XVI y XVII. No es la intención negar las tropelías que sin duda ocurrieron, pero tampoco voy a negar que fue el único Estado del mundo que otorgó a los indios la condición de seres humanos de forma práctica y legal. Que no hubo esclavismo legal y el que hubo fue castigado (aunque existió la mita cuyas condiciones de trabajo se asemejaba al esclavismo más brutal). Que las matanzas ocurrieron en las primeras décadas de la llegada pero la mayor parte de las veces circunscritas a los contextos de las guerras civiles que los propios pueblos indios vivían entre sí, y sujetas a normas de la guerra de la época (se mataba igual en América que en Europa). Que existió el mestizaje preferentemente al exterminio que los detractores de los españoles practicaron en sus territorios. Que la quema de libros azteca respondió a tradiciones azteca de derrota total de sus enemigos para mantener como aliados a los indios enemigos de los aztecas, así como que el miedo al Diablo católico, reforzado por la Inquisión en Europa, se reforzó en América al encontrarse ciudades como Technotitlán donde la plaza mayor tenía cabezas cortadas de enemigos, se sacrificaban humanos con la habilidad de mantener unos últimos latidos del corazón arrancado en las manos de sacerdote y tener sus deidades una representación pictórica que recordaba a las del diablo en Europa. Que se ofreció la educación incluso universitaria a los indios que pudieron alcanzarla (en España los pobres tampoco podían alcanzarla, y no eran indios). Que la jurisdicción española no trató jamás a América como colonias, sino como parte ultramarina de España (de ahí que fueran virreinatos), las colonias era algo propio de anglosajones y franceses, quienes han impuesto su particular historiografía a la nuestra a nivel internacional. Que la situación americana se deterioró en malestar con la llegada de los Borbones en 1700, quienes sí quisieron gobernar a modo de colonia... como hacían en Francia de donde ellos eran. Que la independencia la produjeron criollos españoles, que fueron los que mantuvieron el poder por dos siglos. Que los indios puros fueron igualmente masacrados con los gobiernos independientes, como pasó en Argentina con los patagones en el siglo XIX. Y en fin, un sin fín de cuestiones y matices que nunca se quieren mencionar, pero que existen. Y quien quiera comprobar, ahí tiene el Archivo de Indias en Sevilla y el Archivo General de la Administración en Alcalá de Henares.Una de las biografías que desmontan en parte el mito de la Leyenda Negra (y repito que aunque aquí parezca muy vehemente con la actuación española en realidad hay que reconocer las barbaridades que se hicieron, porque se hicieron, pero también hay que recordar esto, que nunca se recuerda) podría ser la de Bartolomé de las Casas. Pero es un ejemplo muy fácil. Por ello en su día ya escribí sobre la vida del descubridor y conquistador Hernando de Soto, la cual hecha por tierra mucho tópico sobre los "crueles españoles en América". Otra biografía en ese sentido sería la de otro descubridor y conquistador: Alvar Núñez Cabeza de Vaca. Este hombre convivió con ellos, como De Soto. El grabado que os muestro arriba muestra una de las escenas de sus vivencias entre indios sioux, ejerciendo de curador. De él se hizo hasta una película e 1990 protagonizada por Juan Diego. Está basado en el propio libro que Cabeza de Vaca escribió al regresar vivo de sus ocho años de naufragio y convivencia con los indios americanos. Si entráis por el color violeta de su nombre podréis ver el libro entero y ver la referencia de la película.
Ahora bien, si lo que queréis es leer algo más ligero de él, esta la primera entrada de dos que le dedico a costa de esta temática de hoy. Su libro fue una narración que comenzó siendo una carta que acabó siendo un libro, por cierto que sacó bastante dinero de él ya que fue de los más vendidos entre los españoles de la época. Se trata de una fuente directa, al ser el autor el propio conquistador Alvar Núñez Cabeza de Vaca quien narra su vivencia con los indios de Norteamérica. El texto en cuestión es una crónica llamada "Alvar Núñez Cabeza de Vaca. Naufragios y Relación de la Jornada que hizo a la Florida", la cual se publicó en 1542. Se reimprimió en 1555 con unos comentarios añadidos del propio autor. Fue el escrito más popular de Alvar Núñez.
Alvar Núñez Cabeza de Vaca había nacido en 1500. Fue uno de los exploradores de la expedición de Pánfilo de Narváez a Florida (Norteamérica). El fracaso y naufragio de la misión derivó en la perdida de todos los componentes del viaje, salvo cuatro personas: Alvar Núñez, Dorantes, Castillo y el esclavo negro Estebanico. Estos vivieron con los indios sioux. Durante es periodo incluso llegaron a estar un tiempo separados entre sí. Fueron aceptados como sanadores. Vivieron diez años allí, de 1527 a 1537. A su regreso a España cobró Alvar Núñez gran fama por su historia en América y le valió ser nombrado en 1540 gobernador del Río de la Plata (Argentina), haciéndose nombrar también gobernador de Asunción en 1542, año en el que su historia se publicó a modo de libro. Allí practicó de nuevo la convivencia y colaboración con los indios aunque no pudo evitar las prácticas sexuales abusivas de sus subordinados con las nativas (prácticas abusivas que solían ser tener varias parejas a la vez, cosa que entre algunas tribus de indios de aquellas regiones no era algo tan abusivo), e incluso introdujo los primeros esclavos en el Paraná a su regreso de Chaclas, región descubierta por él. Ciertas intrigas del otro conquistador Martínez de Irala, a causa del cobro de los diezmos y de que el propio Alvar pretendía perpetuar el abuso sexual para mantener fidelidades a su persona (y porque él mismo practicaba el concubinato), hicieron que se apresase a Cabeza de Vaca y fuera enviado a España engrillado en 1545. La toma de varias esposas indias en aquella región no sólo era cuestión amorosa o/y sexual (aprovechando lo lejos que estaba España y la Inquisición), también tiene que ver con que los varones de la familia de una mujer india se ligaban como guerreros a modo de clan al esposo de esta, en ocasiones los propios varones ofrecían a sus hermanas e hijas a los españoles para tenerles a ellos y sus armas avanzadas como aliados contra tribus enemigas. Sea como sea, Alvar Núñez Cabeza de Vaca fue liberado en alta mar, siguió su rumbo a España. Allí se le abrió un expediente y fue desterrado por la pérdida de su gobernación a la plaza fuerte de Orán (África). Moriría en 1560.
Tal vez en otra ocasión hable en este blog de la conquista del Río de la Plata. Por el momento vamos a centrarnos en la etapa Norteamericana de Alvar Núñez Cabeza de Vaca a través de un fragmento de su texto. Pero eso será en la próxima entrega. Saludos y que la cerveza os acompañe.
Alvar Núñez Cabeza de Vaca había nacido en 1500. Fue uno de los exploradores de la expedición de Pánfilo de Narváez a Florida (Norteamérica). El fracaso y naufragio de la misión derivó en la perdida de todos los componentes del viaje, salvo cuatro personas: Alvar Núñez, Dorantes, Castillo y el esclavo negro Estebanico. Estos vivieron con los indios sioux. Durante es periodo incluso llegaron a estar un tiempo separados entre sí. Fueron aceptados como sanadores. Vivieron diez años allí, de 1527 a 1537. A su regreso a España cobró Alvar Núñez gran fama por su historia en América y le valió ser nombrado en 1540 gobernador del Río de la Plata (Argentina), haciéndose nombrar también gobernador de Asunción en 1542, año en el que su historia se publicó a modo de libro. Allí practicó de nuevo la convivencia y colaboración con los indios aunque no pudo evitar las prácticas sexuales abusivas de sus subordinados con las nativas (prácticas abusivas que solían ser tener varias parejas a la vez, cosa que entre algunas tribus de indios de aquellas regiones no era algo tan abusivo), e incluso introdujo los primeros esclavos en el Paraná a su regreso de Chaclas, región descubierta por él. Ciertas intrigas del otro conquistador Martínez de Irala, a causa del cobro de los diezmos y de que el propio Alvar pretendía perpetuar el abuso sexual para mantener fidelidades a su persona (y porque él mismo practicaba el concubinato), hicieron que se apresase a Cabeza de Vaca y fuera enviado a España engrillado en 1545. La toma de varias esposas indias en aquella región no sólo era cuestión amorosa o/y sexual (aprovechando lo lejos que estaba España y la Inquisición), también tiene que ver con que los varones de la familia de una mujer india se ligaban como guerreros a modo de clan al esposo de esta, en ocasiones los propios varones ofrecían a sus hermanas e hijas a los españoles para tenerles a ellos y sus armas avanzadas como aliados contra tribus enemigas. Sea como sea, Alvar Núñez Cabeza de Vaca fue liberado en alta mar, siguió su rumbo a España. Allí se le abrió un expediente y fue desterrado por la pérdida de su gobernación a la plaza fuerte de Orán (África). Moriría en 1560.
Tal vez en otra ocasión hable en este blog de la conquista del Río de la Plata. Por el momento vamos a centrarnos en la etapa Norteamericana de Alvar Núñez Cabeza de Vaca a través de un fragmento de su texto. Pero eso será en la próxima entrega. Saludos y que la cerveza os acompañe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario