viernes, febrero 05, 2021

NOTICIA 2026ª DESDE EL BAR: CALCOMANÍAS

Yo creo que nadie se para a hacer una foto a una pared llena de calcomanías.  Que nadie piensa en ellas o que de pensar en ellas pueden creer que sean más o menos recientes. Yo me he parado. Vengo viendo estas calcomanías los últimos treinta y tres años. Fueron puestas por un grupo de niños y niñas amigos en 1988. Uno de esos niños era yo. Sé la fecha por una mera cuestión de datación actual. Las calcomanías eran de la primera serie de dibujos animados Las tortugas ninja, que fue televisada por primera vez en 1988. Se vendían por entonces chicles que regalaban estas calcomanías. Era un juego para nosotros poner una calcomanía en la pared cada vez que teníamos uno de esos chicles. Creo que hay algún personaje de otra serie, pero fundamentalmente son de las tortugas ninja. A fecha actual de 2021, en la que los comportamientos y juegos de la infancia tienen bastantes cambios sustanciales respecto a la infancia de la década de 1980, supongo que estas calcomanías podrían ser observadas con ojos de sociólogo y con ojos de historiador, al margen de que siempre habrá quien lo mire con la opinión de gamberrismo, incluso más de treinta años después, pero incluso el gamberrismo actual parece muy diferente de lo que se opinaba podría ser gamberrismo hace treinta años. También habrá quien actualmente piense que solo es un juego infantil, cosa de niños, nada más, y eso también ha cambiado en algo en treinta años, aunque muchas cosas básicas no han cambiado ni en treinta ni en más años. Ahora esos niños estamos en la cuarentena de años y algunos tendrán sus propios niños y niñas.

Hace otros tantos años, en esta misma bitácora, ya escribí una vez sobre una serie de pintadas en los pilares y paredes del polígono Puerta de Madrid, "el Lianchi", fue en la Noticia 1149ª, en octubre de 2012. Recordaba por entonces unos grafitis que tengo muy grabados en la memoria porque me acompañaron como paisaje de la barriada en la infancia y la juventud. Eran grafitis con mensajes reivindicativos de 1986 contrarios a la permanencia de España en la OTAN, o tal vez lo eran de cuando entró en 1982, y también había grafitis de 1976 a 1978 con cuestiones como peticiones de amnistía política o de la Constitución. Durante mi carrera universitaria, entre 1999 y 2004, me fijé especialmente en ellos, pero en torno a 2009, con el Plan E que se aplicó en los municipios para combatir los efectos de la Gran Recesión de 2008, fueron tapados y supongo que eliminados para siempre con pintura gris sobre el hormigón donde se encontraban. No poseo ninguna fotografía que los tenga, ni siquiera de fondo. Eran pocos, pero existían. Eran parte de un testimonio social, de la Historia social. Eran una de las fuentes que usamos los historiadores y los sociólogos para poder tratar y comprender una época, por más que en este caso esas épocas las viví yo mismo, que nací en 1979. 

Si analizáramos los grafitis y los murales de la ciudad a lo largo de los últimos cincuenta años, si pudiéramos hacerlo, si hubiéramos conservado imágenes o pudiéramos reunir la memoria viva de aquel pasado, muy viva, porque muchos somos relativamente jóvenes y sumaríamos nuestras voces a aquellas otras de más edad que podrían recordarlos, tendríamos una parte testimonial de lo que era o movía la sociedad, o una parte de ella, y su evolución a analizar desde muchos puntos de vista. Evidentemente hablaríamos de una parte muy concreta que habría que contrastar con otras fuentes, como en toda investigación histórica y sociológica, pero no deja de ser una fuente. 

En los años de la década de 1980, tal como se escribía en aquella entrada citada, el ayuntamiento también realizó una serie de murales en los barrios con mensajes ecológicos o sobre los personajes y nombres de las calles de ese barrio. Con el gobierno del PSOE con Somos Alcalá entre 2015 y 2019 se realizaron muchos y nuevos murales que llenan enormes fachadas enteras por toda la ciudad con temáticas culturales y se pusieron en los contenedores de basura para reciclar mensajes de igualdad de derechos y de lucha feminista. Esos serían las imágenes más oficiales y los mensajes más institucionales, y podrían analizarse junto a aquellos otros creados desde lo no oficial, marginalmente, que incluso se legisla como vandalismos pero a la vez nos muestra una especie de fotografía social. Sumemos también las pintadas que ponen algunos negocios, garajes y portales de vecinos para embellecer o para evitar grafitis de firmas en el mismo espacio. Recordemos por ejemplo la práctica más vistosa que es la del bar La Panadería, en la calle Mayor.

El otro día me dio por fijarme en estas calcomanías, no sabría decir cual de ellas fue mía, aunque recuerdo juegos infantiles en mi barrio, no recuerdo ya con tanta exactitud qué calcomanía concreta puse yo. Igualmente el paisaje urbano donde se encuentran era ligeramente diferente, no ya porque algunos vecinos hicieran reformas en su casa que hacen que donde había uralitas ahora hay aluminios o que donde había terrazas abiertas ahora las haya cerradas. No había farolas aún en la calle en concreto. No recuerdo si el asfaltado había llegado ya al nivel que lo hay ahora, porque en la plazoleta a la que da acceso aparcaban camiones y no tenía aparcamientos en su centro, donde jugábamos al fútbol. Más aún, en este trozo de calle había dos olmos siberianos, no uno, y no estaban en un alcorque individual, sino en un alcorque alargado que cubría media acera, sin hierba, solo con arena donde jugábamos con coches de juguete de metal, chapas y canicas. En el lado simétrico de esa misma acera en torno a mi edificio, siendo mi portal el eje central que divide esa simetría, había otros dos olmos siberianos con su alcorque alargado de tierra. Los contenedores de basura eran cubos que sacaban los portales, aunque creo que en esta época de 1988 ya habían traído grandes contenedores de basura de metal de forma similar a los actuales de plástico, pero no se ubicaban en la entrada de la calle, sino en el interior, y no había división de basuras para su reciclaje, aunque existía el punto limpio si atendemos a la normativa municipal de la época. Esos contenedores se tenían que abrir a mano, no tenían las palancas que hay ahora que pisándolas con el pie abren la tapa. Las aceras tenían unas plaquetas más antiguas, con cuadros amplios y no los pequeños de ahora. Había una papelera que alguien rompió varias veces en la década de 1990 y la quitaron para no reponerla nunca más. La chapa con el nombre de la calle estaba en la esquina de mi bloque de vecinos, en su pared, y no como ahora, en ese mismo lugar pero en un poste. Tenía mi bloque de pisos una chapa del instituto de la vivienda de épocas del franquismo con el escudo de la Falange, ya desaparecido, pues el bloque fue construido en 1974 y comenzó a habitarse a finales de ese año por parte de algunos vecinos, algunos ya muertos, otros idos a otras casas, solo muy pocos aún aquí. Mis padres vinieron a vivir tras su boda en 4 de enero de 1975, como mi madre recordaba todos los años, fecha fácil de recordar porque era un día antes de la Noche de Reyes. No había en la entrada una pequeña valla con una puerta previa a la puerta del portal, por mucho tiempo no había telefonillo ni portero automático, la puerta se abría a llave, aunque casi siempre estaba abierta. Eran las esposas de los matrimonios de los vecinos quienes barrían y fregaban el portal, hasta que en un momento dado que yo ya no sé ubicar hubo un plante y se pidió contratar un servicio de limpieza, cuyas contratadas siempre han sido mujeres, que yo recuerde. Los vecinos eran casi todos gente de oficios y quien sabía y podía hacer algo lo aportaba cuando había que hacer algo en la comunidad de vecinos, ya fuera el cerramiento de la entrada citado, pintar las paredes, hacer los pasamanos de madera de las escaleras o las tapas del depósito de agua, que las hizo mi padre, que era tornero, y de las cuales solo se conserva una, la otra desapareció al no necesitarse ya, y a la que se conserva le falta (creo) su cadena que sirve de tope cuando se abre.

Destellos de otras épocas que conforman la historia social, que es la que conforma la Historia en general. Miré un rato las calcomanías. Lo cierto es que se han conservado más de lo previsible, están descoloridas por el sol, pero varias conservan su dibujo. 

Saludos y que la cerveza os acompañe.

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