Esta mañana de sábado 1 de febrero de 2020 hemos amanecido con un hecho histórico que no contaba con precedentes. Por primera vez la Unión Europea mengua en lugar de crecer. Reino Unido ya no es parte de esta unión confederal de Estados europeos, aunque aún mantendrá un año entero para ir desconectando algunos procesos económicos y laborales de una manera escalonada que dé tiempo a los ciudadanos británicos y europeos a ir adaptándose a los cambios sin grandes traumas. Setenta millones de euros era lo que aportaba Reino Unido a la Unión Europea, el mayor número de soldados de la Unión eran británicos, las relaciones fluidas con Estados Unidos venían de la mano inglesa, eran además un aporte importante cultural y políticamente ayudaron a hacer varias políticas sociales a pesar de que frenaron algunas iniciativas económicas que beneficiaban a Francia y a Alemania. Reino Unido no siempre estuvo en la Unión Europea, cuando llegó ni siquiera existía esta como tal, era aún la Comunidad Económica Europea (CEE). Su llegada fue frenada numerosas veces por Francia, en concreto por Charles DeGaulle que temía que los británicos fueran un peso político que les restara poder. Entró en 1973. Algunos analistas dicen que si la Unión Europea sigue avanzando en este siglo XXI se transformará en la tercera potencia del mundo con posibilidad de ser la segunda, adelantando a Estados Unidos, que de momento es la primera pero parece que esos mismos analistas dicen que China le adelantará a mediados de siglo. Por eso mismo ellos analizan que Estados Unidos y China tratarán de hacer tiras y aflojas en Europa para que siempre esté entretenida en sus propios asuntos internos, por lo que no es raro que Estados Unidos haya animado a Reino Unido a irse de la Unión Europa. Sea como sea, la Unión Europea hoy es un poco más alemana, pues es dudable que Francia recobre todo ese espacio británico que se queda libre y que DeGaulle creía legítimamente cuota de poder francés, ignorando al resto de socios.
La ida de los británicos ha sido una crónica anunciada desde hace mucho
tiempo. Una crónica que hoy me sirve de excusa para hablaros de lo que
fue otra separación británica cuyo secreto era un secreto a voces, la de
los Beatles. En el serial que escribí ¿Por qué los Beatles? ya habíamos hablado de todo ello. No es cuestión de volver sobre lo mismo. Quedaba añadiros el nuevo anexo que completara ese serial, puesto que entre noviembre y diciembre del pasado año 2019, de cara a la campaña de las ventas de Navidad, Paul McCartney y Ringo Starr, con los permisos de Yoko Ono y Olivia Harrison, sacaron un nuevo álbum doble correspondiente al cincuenta aniversario del Abbey Road. Se llamó Abbey Road 2CD Anniversary Edition. En este serial de discos en su cincuenta aniversario, los Beatles no le concedieron semejante homenaje a Magical Mistery Tour en 2017, aunque llevan preparando el disco, libro e incluso película del cincuenta aniversario de Let it be desde finales de 2018, y anunciado en enero de 2019. Hace un par de días los Beatles vivos y el director de cine que está completando la película con el material que quedó inédito en 1969, Peter Jackson, anunciaron que posiblemente todo el lote del cincuenta aniversario de Let it be esté listo para octubre de este 2020, completando así su ciclo desde su estreno en 1970. Quizá esa sea la cita más esperada y más golosa para los seguidores y amantes de los Beatles, aparte de estudiosos del rock. Es el que más promete en cuestión de novedades. Y desde luego es mejor aporte que la incongruente película, sobrevalorada, de Yesterday (Danny Boily, 2019), donde McCartney y Starr metieron dinero y apostaron por no intervenir en el guión ni producción del largometraje, para no caer en los errores de otros que pagaron por su película (cítese Queen y Elton John).
Let it be está asociado indiscutiblemente a las sesiones de grabación del álbum Abbey Road en 1969. Ya expliqué todo aquello y el proceso de disolución de los Beatles en el resto del serial, en su parte correspondiente. Abbey Road se publicó en 1969, de ahí que su disco de aniversario saliese en 2019. En sus sesiones el grupo británico se estaba separando, fue la última vez que se lo pasaron bien grabando juntos, declararon ellos numerosas veces, igual que lo declaró su equipo, pero la separación llegó con el siguiente disco, que se publicó con un grupo ya disuelto.
El nuevo disco es un disco doble que presenta el disco de siempre limpiado de nuevo y de nuevo remasterizado. La labor ha recaído en el hijo de George Martin, Giles Martin, que ha contado con la colaboración de Sam Okell y con la restauración del sonido al cargo de Simon Gibson. Le han dado brillos a la foto de la carpeta y la han dotado de un libreto con nuevas fotos inéditas muy similares a otras fotos inéditas publicadas en otros lugares previamente. En ese libreto han escrito Paul McCartney, Giles Martin y Kevin Howlett. Explican todo lo que han hecho nuevo en el sonido, en la carpeta, en la cubierta... Y sobre todo montaron el segundo disco, que contiene descartes, maquetas y pruebas de todas las canciones del álbum. Es, por así decirlo, la enésima extensión sonora de la serie Anthology que publicaron en los años 1990. Probablemente innecesaria y evidentemente un abuso sobre la confianza y de la economía de los que somos sus más férreos seguidores, beatlemaniacos (aprovechemos que el pasado mes de diciembre la Real Academia de la Lengua introdujo la palabra beatlemanía en el diccionario como una palabra española más).
Es una lástima que el disco doble del cincuenta aniversario del Abbey Road no haya sido tan brillante como el que se hizo del Álbum Blanco en 2018. Aún con todo tiene este disco el punto de mostrar a un Ringo Starr que demostraba tener mucha más pegada en la batería que en las grabaciones que no estaban destinadas al montaje final. Quizá no es casualidad que este nuevo álbum no ha sido tan anunciado como los otros álbumes de cincuenta aniversario que han sacado adelante hasta la fecha, de hecho hay mucha gente que ni se ha enterado de su existencia aún.
Reino Unido nunca ha fallado en sus decisiones. Si uno analiza su Historia, cualquiera de sus apuestas al final les ha terminado beneficiando y mucho. Puede que se tengan que poner en circunstancias un tiempo, pero luego se cobran con creces todas las ventajas de sus decisiones. De alguna manera los británicos parecen tener instinto para la supervivencia e incluso para mejorar sus circunstancias ante decisiones que en principio parecen adversas para ellos mismos. Así los Beatles, como buenos británicos, supieron hacer de su disolución las mejores ventajas para su futuro.
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