domingo, febrero 05, 2012

NOTICIA 1047ª DESDE EL BAR: HAY QUE VESTIR CON MALLAS

El Flamingo Rock Bar va a celebrar su fiesta de carnaval el sábado 18 de febrero a la vez que el cumpleaños de uno de sus dueños y que el de uno de sus clientes veteranos. Por eso hace un poco más de una semana a sus más amigos y clientes más antiguos Pepito Ognimalf nos hizo llegar una invitación donde se nos decía que este año planeaba hacer de la tradicional fiesta de disfraces una fiesta temática. Y la temática es la de los superhéroes. Todos los detalles pulsando sobre la imagen de arriba, que, como siempre en todas las imágenes de la bitácora, se amplia.

La verdad es que desde entonces estuve pensando en un un par de disfraces. Yo me disfrazo de vez en cuando, aunque nunca lo he hecho conjuntamente con otras personas de modo temático. Pensé en disfraces de superhéroes de humor como Superlópez o la Hormiga Atómica, pero los he descartado por otro tipo de héroe que no nació de historietas de humor, esto se ha debido sobre todo a cuestiones económicas para lograr complementos y ropas para el disfraz. Elegí uno cuyo traje, mejor o peor, puedo confeccionar yo sólo reutilzando y reciclando algunas prendas viejas de mi armario. Aún no es momento de desvelarlo. Sé que algún amigo ya ha elegido su disfraz, y es de valorar que sólo uno de ellos ha elegido un supervillano, y es que, ¿qué sería del superhéroe si no existiera el supervillano o al menos el malvado más perverso?

Del mundo de los superhéroes y su origen tanto creativo como de los personajes habló mucho Marcos Martín Rivero el pasado mes de noviembre en el Primer Congreso Internacional de Conferencias de Novela Gráfica y Cómic. Pero también, en ese mismo congreso, Esther Zanón en su propia conferencia, o la organizadora Esther Claudio en la entrevista que concedió a esta bitácora al respecto de las editoriales norteamericanas y su temática de superhéroes, que considera ella una via cada vez más agotada, no obstante la editorial Marvel está teniendo pérdidas económicas desde el comienzo de la crisis de 2008 que no remonta ni con sus exitosas películas rodadas en Hollywood.

Ya he dicho varias veces el dato reconocido acerca de que el superhéroe propiamente dicho nace con Superman en 1938, en la editorial y revista Detective Comics, DC. Como el propio Martín Rivero avalaba era un producto lógico de su época donde sus creadores, Siegel y Shuster, daban con él respuesta a la idea del superhombre de Nietzsche, en esos días ostentado por la ideología Nacionalsocialista (NAZI) alemana, que consideraba la raza germana como la raza superior y en esa idea amenazaba al resto de europeos. Era una respuesta norteamericana también a la gran crisis económica nacida en 1929, y que en ese 1938 seguía fuerte con montones de desempleados, gente sin hogar, mafias nacidas de las miserias humanas, etcétera. Era un superhéroe nacido de una mezcla de historias mitológicas de siglos atrás, aunadas en un sólo personaje, y de religiones orientales, como la budista o la judeocristiana.

El mundo de 1938 era un mundo lleno de conflictos económicos, sociales, políticos y militares, donde la gente además veía en sus vidas comunes multitud de problemas para salir adelante. Sus héroes tradicionales del Noveno Arte (las historietas en los periódicos y en los comic-book eran muy seguidas sobre todo por un público lector que a menudo le costaba leer), como Dick Tracy (1931, por Chester Gould) o el Príncipe Valiente (1937, por Harold Foster), no les bastaba. Necesitaban un ser semejante a ellos, a un humano, pero que pudiera rescatarlos de todo tipo de problemas y fatalidades, como si de un dios o un semidios renacido entre la Humanidad se tratara. Es sintomático que la primera portada de Superman fuera precisamente que salvaba de un accidente de tráfico a un conductor.


Superman era un extraterrestre, último superviviente de su planeta (con las décadas aparecerían otros supervivientes), que, enviado de niño por sus padres a La Tierra, fue criado por granjeros norteamericanos mientras descubre al crecer que tiene una serie de capacidades (superpoderes) que el resto de humanos no tienen. Es de destacar que la crisis económica de 1929 había nacido precisamente del campo americano, y habían sido granjeros como los padres adoptivos de Superman quienes más sufrieron sus efectos. Su educación en un mundo sencillo y humilde, inocente ya que no está manchado de los vicios de la ciudad y sus grandes empresas (la crisis de 1929 fue producto de los negocios realizados por ejecutivos en las ciudades en torno a la producción agrícola de los agricultores), hace de Superman un hombre que encarna los valores norteamericanos de honradez, pero también los valores más universales de democracia de la cultura occidental contraria al fascismo que avanzaba en Europa. Clark Kent, el alter ego de Superman, pasa desapercibido como periodista en Metrópolis emigrado del campo. Superman es alto, es guapo, es fuerte, tiene una fuerte carga moral y ética del sentido del deber y del bien, es inteligente, no sólo tiene sus superpoderes que le hacen volar, ver a través de las paredes, ejercer una fuerza sobrehumana, y demás, sino que además en su vida como humano encarna a esa persona que viniendo del mundo más pobre, el campo americano, ha sabido hacerse a sí mismo y lograr una carrera universitaria y un trabajo como periodista. Aún más, su origen no sólo viene del mundo más humilde e inocente norteamericano, sino que en el fondo el lector sabe que es un superviviente venido de otro planeta, viene de un mundo muy diferente y ha sido aceptado entre los humanos, en América, y se le ha dado una oportunidad al ser criado por humanos, y ha llegado a hacer lo que él desea hacer. Es el sueño norteamericano del inmigrante en una tierra de oportunidades, tal como su nación se construyó.

Es cierto que Superman ha sido objeto de numerosas revisiones y críticas, y que a pesar de que nunca ejerció de juez de los villanos que persigue, su toma de la justicia por su mano suena a un paternalismo donde algunas personas han querido ver un componente totalizante, dictatorial (dicta las normas o hace cumplir las normas sí o sí). Pero es obvio que el personaje fue construido con la idea de la defensa de la democracia y sus valores más puramente de justicia social, entendido todo al modo occidental, más que norteamericano. Una democracia que en medio de una serie de medidas tomadas por el presidente Roosevelt para acabar con la crisis de 1929 pasaba por una defensa a ultranza del sistema capitalista y sus normas, como medio del éxito de la paz social. No deja de ser gracioso e interesante que hace poco el autor Mark Millar, en 2003, creó la novela gráfica que nos mostraba un mundo alternativo donde Superman no aterrizó en Estados Unidos de América, sino en los campos de la Unión Soviética, y por tanto sus valores hubieran sido los del comunista soviético seguidor del Stalin de las purgas políticas. Otra revisión interesante, y reflexión profunda, es la que nos plantea T. Seagle en It's a Bird, de la que nos habló Esther Claudio en la entrevista que os enlacé por una de esas puertas violetas que os he ido abriendo en este artículo, pero también lo dijo en un extenso artículo que publicó en The Comic Grid. Allí se cuestiona el personaje de Superman y se trata de hacer ver que el único salvador de uno mismo, el único superhéroe, es uno mismo, sobre todo cuando se sabe que la vida tiene un límite de tiempo y aún con todo vamos adelante con sacarla siempre precisamente adelante.



Sin embargo, el disfraz que yo he ideado para mí no es un superhéroe, es anterior a aquel año 1938, y ese personaje no tenía superpoderes, aunque está considerado como la antesala que ya presentaba muchos de los rasgos necesarios para la creación de los superhéroes. Esto ya es una gran pista. No es Batman. Batman está considerado superhéroe por mucha gente, pero no lo es, no tiene superpoderes. Es un héroe. Es curioso que la DC en 1939, el año siguiente de lanzar el personaje de Superman, creyera necesario a través de los autores Bob Kane y Bill Finger, crear a otro de esos personajes que trajera justicia a la sociedad. Pero en este caso no sólo existe la diferencia de que Batman no tenga superpoderes, este es netamente humano, pero no viene de las clases más humildes, no viene de la América golpeada por la crisis económica de 1929. Bruce Wayne es un huérfano multimillonario cuyos padres fueron asesinados al salir de la ópera en el transcurso de un mero atraco callejero nocturno. No es un personaje identificable con el americano medio en ese sentido. Además, aunque tiene altos valores morales (jamás mata), en este caso el héroe a veces sí ejerce de juez, lo que para algunos críticos es un sesgo de cierta mezcla del ideal democrático confundido con algunos matices del más puro fascismo, comunismo soviético o monarquía absoluta. Lo que guía a Batman no es tanto hacer el bien, como Superman, sino la sed de venganza de una muerte, la de sus padres, que en sí misma ya no tiene ni remedio ni venganza posible. La propia ciudad donde vive tiene un nombre que nos indica ya lo oscuro y lo complejo de todo este personaje: Gotham City (Ciudad Gótica), pero el término gótico también hace referencia a la violencia más descarnada, a lo atroz, y es sin duda el mundo de supervillanos y de bienhechores que no se sabe cuánto de villanos tienen lo que componen esa Gotham City. Una ciudad donde nada está claro. El ejemplo más evidente es el supervillano Dos Caras, un antiguo fiscal que buscaba hacer el bien con el uso de la ley, pero cuya abrasión facial le trastorna y le crea una personalidad doble maligna.

1939 es el año donde en España el fascismo gana su primera guerra, y en el que el mundo se precipita a la Segunda Guerra Mundial estando los campos de batalla a favor de las tropas fascistas y NAZIS en Europa. Es un año en el que sólo parece poder frenar el avance del fascismo una dictadura de la Unión Soviética que en principio dejan hacer a los fascistas todo lo que deseen por los campos europeos. Sólo el horizonte de una guerra aparentemente inevitable, una guerra donde los americanos sabían que tarde o temprano deberían intervenir, parece reafirmar la posibilidad del triunfo de la justicia social. El horizonte de la violencia más brutal.

Batman no es un ciudadano medio, no es un inmigrante como Superman, no es millonario por méritos, sino por herencia, su alter ego no es un trabajador, es un millonario que vive de fiesta en fiesta y cuyo dinero lo hace con inversiones (las mismas que llevaron a Estados Unidos a la quiebra en 1929), al no ser un superhéroe no garantiza poder salvar a la sociedad de cualquier peligro, sólo garantiza poder evitar determinados crímenes comunes (su primera azaña fue acabar con los robos de joyas que hacía el Jocker, ni siquiera era un robo a personas comunes, era un robo de un artículo de lujo). Batman es un personaje con una muy marcada doble personalidad, muy oscuro y cuyo móvil principal es el resentimiento y la sed de venganza. Un personaje donde los autores plantean precisamente que el héroe real no es un dios, es un humano como otro cualquiera, con sus errores y sus aciertos.


Si la DC había nacido en 1937, y en 1938 había creado el género de los superhéroes propiamente dichos, su gran competidora editorial, Marvel Comics, estaba a punto de nacer. Bajo otros nombres y otras direcciones, nació en 1939 editando una revista que precisamene se llamaba Marvel, a pesar de que la editorial tuvo otros nombres (hasta tres diferentes). Pero era la DC la vanguardia. La Segunda Guerra Mundial casi acabó con sus ventas. En 1957 casi cerraron por quiebra, pero aún sobrevivieron con la venta de historietas de ciencia ficción. Llegaron en esas fechas los creadores Stan Lee y Jack Kirby, que en 1961 crearon Los Cuatro Fantásticos. Revolucionaron el mundo y el concepto de los superhéroes, hasta le sacaron la delantera a DC, al menos en el mercado europeo. El contexto de sus superhéroes era otro. Era el de la Guerra Fría. Muchos nacían por mutaciones a través de experimentos con bombas nucleares, energía nuclear, vuelos espaciales, experimentos militares... Sería interesante ahondar en todo esto y en analizar como entre sus superhéroes estrella ha habido una especie de sucesión en el trono del más querido por los lectores según la década.

En el mundo Marvel, más flexible y dinámico que el de las ciudades de los superhéroes DC, ha ocurrido de todo, desde dos guerras secretas entre alianzas de superhéroes y de supervillanos respectivamente, a mundos alternativos o, muy recientemente, una guerra civil entre superhéroes a costa de los atentados reales del 11 de Septiembre de 2001 en New York.

Quizá es más interesante analizar las decisiones editoriales, las evoluciones artísticas, lo complejo de los guiones... Pero lo cierto es que me atrae comentar una de las creaciones más entrañables del mundo de los superhéroes y de las peleas entre empresas que compiten por un mismo mercado. Se trata de un extenso relato de Cross Over en el que DC y Marvel decidieron por primera vez colaborar y publicar una historia conjunta donde iban desfilando por sus páginas sus superhéroes y supervillanos más llamativos en ese momento. La obra, creada por varios autores en 1997, se llamó Acceso Total. Cuenta como se conocen, e incluso confundidos se pelean entre sí hasta que se dan cuenta de que están en el mismo bando, los superhéroes de ambas editoriales. La apertura de una puerta entre dimensiones diferentes les da la posibilidad de hacerlo.

















La obra en sí misma no tiene un gran guión, ni siquiera dibujos de gran valor, ni entintaciones precisas, diseño llamativo, u otras cuestiones destacables, ved por ejemplo que en la primera viñeta que os he puesto ningún personaje tiene sombra. Simplemente es la curiosidad de esta unión que brinda al lector la posibilidad de ver diferentes viñetas donde comparten espacio personajes como Superman y Spiderman, y el trato entre el humor y el respeto, a veces rebeldía, entre los "padres" del cómic de Superhéroes y los "hijos" de ese género en el Noveno Arte... Obviamente hay un conflicto generacional latente en sus páginas, pero como toda familia, están bien avenidos pese a las rencillas. Todas la viñetas están sacadas de ese Cross Over. Es destacable y entrañable ver portadas irrepetibles donde los sellos de DC y Marvel aparecen a la vez, ver como Robin se enamora de Pícara, como Batman corretea con la mala bestia de Spawn, como Superman golpea a Hulk y a Veneno, o como Wonder Woman habla enfundada en su eterno y erótico traje de superheroína en una habitación donde está reunida la Patrulla X y la Liga de la Justicia a la vez... curioso, porque si bien los superhéroes los inicia DC, las agrupaciones de superhéroes las inició Marvel con Los Vengadores (1963), aparte de los citados 4 Fantásticos de 1961 y a pesar de que la Patrulla X (1963 también) sea la más célebre.

Es una serie por otra parte que da la sensación que pudo ser mejor de lo que fue, que pudo estar a la altura de lo que se anunciaba, pero que se quedó en mero producto comercial, no tanto artístico, porque debieron sentarse los ejecutivos y pelearse viñeta por viñeta el número y modos de aparición de sus personajes respectivos. Es más, si uno tiene la obra (yo la tengo digitalmente), podrá comprobar que de las cuatro historias que componen esta historia, en todas aparecen de modo matemático dos viñetas gigantes que abarcan dos páginas, como si de un póster se tratara, y cómo Superman (el abuelo de todos los superhéroes) prevalece en superpoder a todo el mundo.

En fin, que estoy trabajando en un disfraz de héroe, no de superhéroe, para la fiesta de disfraces del Flamingo, y que de ese ya hablaré en su momento. Saludos y que la cerveza os acompañe.

1 comentario:

pcbcarp dijo...

Joer... habrá que ver esa fiesta. Va a parecer un episodio de The Big Bang Theory, jajaja. Por cierto, tu erudición comiquera sobrepasa la del Dr. Cooper y sus colegas, ¡qué tío! :)