Hoy se ha producido en el Parlamento español la primera votación que decidía si se debía realizar una reforma constitucional que limite el gasto público de las diferentes administraciones que componen el conjunto del Estado español. Tal reforma comenzaría a entrar en vigor dentro de unos años, sin embargo se quiere elaborar y poner en teoría política en funcionamiento de aquí a antes de que acabe la actual legislatura del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), a manos del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, lo que lo sitúa antes del 20 de noviembre de este año dado que se anticiparon las elecciones que debían ser en realidad en 2012. Como apasionado de la Historia, los aconteceres actuales que la componen, por deformación profesional también, y por sentirme comprometido con la sociedad dentro de mis meras posibilidades de ciudadano normal y corriente pero responsable de serlo, no he podido menos, como siempre que puedo, que ver entero y en directo el debate de la sesión. Lo ofreció el canal de televisión 24 Horas.
Tal reforma constitucional se acordó entre el presidente del gobierno y el presidente del partido opositor, Mariano Rajoy, del conservador Partido Popular (previsiblemente próximo vencedor de las elecciones de noviembre, por ende, próximo presidente de España si así se cumple). No por nadie más. Lo hicieron la semana pasada, finales de agosto, cuando los propios políticos de la nación están de vacaciones al igual que la gran mayoría de la ciudadanía, la cual en buena parte, ya en playas, pueblos o montañas, ignoran en buena parte qué está ocurriendo exactamente. Entre tanto otras personas han pasado a manifestarse delante de las puertas del Congreso de los Diputados para pedir que, al menos, tal reforma pase previamente por un referendum ciudadano que la apruebe o la niegue. Dicha iniciativa es pedida mediante firmas por un catedrático con gran éxito. La ley no exige pedir un referendum ciudadano para aprobar una reforma constitucional, pero la legitimidad democrática del sistema sí lo necesita, lo exige, diría yo. Las firmas que se piden son para pedirle a los señores diputados que pidan en la próxima votación, creo que del viernes, si no de una tercera, que pidan el tal referendum. Se necesitan 35 diputados dispuestos a pedirlo, y las cartas numerosas de ciudadanos podría animarles a romper su disciplina de partido y pedir un referendum. Yo ya firmé una de las cartas la semana pasada, por aquí.
Firmé eso e hice más, también le mandé cartas pidiendo cuando menos que pidan a sus cúpulas un referendum a los grupos del PSOE y de Izquierda Unida en Alcalá de Henares. ¿Por qué? Porque la reforma que se plantea es una reforma que recortará el Estado del Bienestar, la falta de ingresos para gastos en ayuntamientos, provincias y comunidades autónomas, provocará que se realicen los recortes en los sectores de siempre: salud y educación principalmente, en favor de la privatización de los mismos. Si quieren realmente ahorrar podrían por ejemplo bajar el sueldo de todos los cargos políticos al salario mínimo interprofesional, eliminar las concesiones fiscales a la Iglesia haciendo efectivo el artículo constitucional que dice que España es laica (Título I, artículo 16), eliminar esa especie de paraísos físcales dentro de España en los que se han transformado los SICAV, empezar a poner impuestos a las rentas más altas, cortarles las alas especulativas a bancos y cajas de ahorro, etcétera. Dudo mucho que esa reforma vaya a mejorar la situación del trabajador bajo y medio, creo que la va a empeorar en mucho, y si no al tiempo. Aparte, es una reforma planteada hace un año por el Partido Popular (PP) y ahora avalada por la Unión Europea de mano del gobierno democristiano de Alemania y del Banco Central Europeo. Y ese es el problema, que es una reforma constitucional que avala el mercado, no la democracia. Las recomendaciones del Banco Central Europeo, las de la Organización Mundial del Comercio, el Grupo de los 8 y demás, son recomendaciones de grupos de banqueros, empresarios multinacionales y los países más ricos que nadie ha elegido democráticamente, simplemente un día se unieron y empezaron a hacer sus recomendaciones (siempre a favor de ellos mismos), sobre todo desde el final de la Guerra Fría en 1991.
PSOE y PP apenas se unieron 48 horas para decidir, redactar, y pactar una reforma que ahora proponen, a expensas del resto de los diputados y grupos representantes de la sociedad española, y al margen de los propios españoles. Alegan que no quieren celebrar un referendum porque quieren no provocar miedos o algo así... ¿a quién? Al mercado. ¿Es que el mercado es un ser vivo? No, no lo es. En realidad quieren decir que quieren hacer lo que los grandes empresarios, que son los que venden en ese mercado, quieran. Estamos en manos de los grandes empresarios. Si estos ya manipularon demasiado para la reforma laboral de 2010, de la que había motivos para ir a la huelga, y ahora quieren manejar más para otra reforma en 2012 más a su favor aún, pasando además por esta reforma constitucional, entonces quizá los ciudadanos debemos primero asumir que PSOE y PP hace ya mucho que se comportan económicamente con los mismos criterios (de ahí un acuerdo en 48 horas, algo inédito), y asumir que hay que empezar a girar las cabezas hacia los grandes empresarios y banqueros para gritarles: "¿A vosotros quiénes os ha elegido para que decidáis tanto? Sois como dictadores de una nueva calaña. Todo a vuestro gusto y antojo. Pero vuestras posesiones son sólo posibles con nuestro trabajo. Seguís tirando de la cuerda tanto que la vais a romper y sois menos que nosotros para no ser vosotros los que se caigan de bruces".
Los sindicatos mayoritarios, la Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CCOO) traicionaron a la clase trabajadora tras la huelga general del 29 de septiembre de 2010, al colocar a uno de ellos como Ministro de Trabajo para que asuma y lleve a cabo esa misma reforma contra la que se suponía protestaban, pero también cuando pactaron otra nueva reforma gravosa para el trabajador, la de las pensiones, a comienzos de este 2011. Pero ni fueron ellos exactamente, fueron sus cúpulas. Pues entre sus militantes y simpatizantes de base hay mucha gente respetable que sigue creyendo en la lucha obrera por sus derechos y que padece y lamenta las decisiones de sus dirigentes, que el próximo día 6 de septiembfre planean manifestarse contra la nueva reforma constitucional, cuando los ciudadanos, sin necesidad de ellos, ya lo están haciendo.
El voto de disciplina de partido que se ha visto hoy en el Parlamento es vergonzoso. Sobre todo porque se sabe que muchos socialistas del PSOE son contrarios a esta reforma en sus términos y en sus formas. Y creo que alguno del PP es contrario a las formas. No obstante sólo un diputado del PSOE, Antonio Gutiérrez, ex-sindicalista, votó en contra rompiendo esa disciplina de voto. Disciplina de partido y de voto que el propio PSOE quiso garantizar realizando una reunión exahustiva ayer mismo en su sede madrileña. La disciplina de partido no está recogida en la Constitución. Debiera ser plena, alta, gravosa y criminalmente prohibida. Es antidemocrática. Un ciudadano vota a diputados y senadores, no a partidos políticos, aunque las listas sean cerradas a la hora de votar. Un diputado o un senador representan por sí solos, por cada uno de ellos, a miles de ciudadanos que les votaron para que estuviesen allí. Su voto debe estar comprometido con el ciudadano, no con su partido, capaz de sancionarle o coartar su carrera política si no obedece a esa disciplina de partido que se traduce en disciplina de voto. Es antidemocrático porque al actuar así no representan a la soberanía ciudadana, sino a sus intereses particulares de partido. No. Digamos NO, alto, claro, y en grito. NO. BASTA. Queremos democracia de verdad. Incluso han creado leyes anti transfuguismo político, que no son otras que las que condenan a aquellos que rompen con la disciplina de voto. Cuando un diputado, senador o concejal vote en contra de su partido por interés personal es corrupción, basten las leyes anti corrupción para condenarle. Una ley antitransfuguismo es en realidad una ley contra quien vota en conciencia en uso de su cargo cuando así lo hace.
No pasar por un referendum legalmente será posible, pero en un caso así, pese a ser posible, es indeseable. Un referendum es la única garantía de democracia auténtica, la única legitimidad, la única representación válida a la hora de cambiar algo que afecta a todos los españoles como es el texto magno que nos gobierna por ahora y por décadas, quién sabe si siglos como en otras naciones del mundo.
Hasta la fecha la Constitución actual, creada en 1978, sufrió sólo una reforma. Fue en 1992, no hubo referendum porque era generalmente aceptado. Se trató tan sólo de incluir en el artículo 13.2 la expresión "y pasivo" para conceder el derecho a voto a los extranjeros residentes en municipios de España, de acuerdo a las leyes que garantizaban a todos los ciudadanos de la Unión Europea el derecho a sufragio viviesen donde viviesen dentro de la Unión. Sin embargo, la actual reforma es mucho más profunda y afecta no a conceder derechos democráticos, sino más bien a eliminar el Estado de Bienestar, por mucho que los gobernantes actuales digan que no, que de lo que se trata es de ahorrar... También se ahorra no sólo recortando gastos, se ahorra igualmente aumentando los ingresos en la Seguridad Social, esto es contratando gente. Todavía no he visto ninguna ley que obligue a los grandes empresarios a contratar gente cuando estén en posición de ello.
La Contitución de 1978 fue un proceso largo y duro que hubo de mirar de soslayo al anterior periodo constitucional que fue el de la II República entre 1931 y 1939. También tuvo que mirar a las leyes de la dictadura franquista creadas entre 1936 y 1978, y a todos aquellos foros internacionales que aceptaban como legítimos representantes a los exiliados españoles. Entre 1970 y 1973 hubo grandes luchas obreras. De 1973 a 1975 hubo incluso luchas con las mayores matanzas por parte del gobierno desde los 1940'. Muerto el general Franco es nombrado sucesor, por la elección antecendente que había hecho el dictador, el rey actual, Juan Carlos I de Borbón, y la dictadura militar pasó a ser de modo práctico (ya no sólo teórico) una monarquía parlamentaria. El Rey Juan Carlos I nombró su primer gobierno a cargo de Arias Navarro (futuro cofundador de Alianza Popular), último presidente de Franco, y posteriormente, en 1976, a Adolfo Suárez, ex ministro del Movimiento de la dictadura. Tras una serie de acontecimientos en los que no vamos a entrar ahora, se logró en junio de 1977 unas elecciones que fueron constituyentes. La Constitución se terminó, tras muchos meses de trabajos, esfuerzos, negociaciones, cesiones y concesiones, y hasta violencias, en 1978. Gran cantidad de juristas, historiadores, sociólogos, políticos, sindicalistas y otros profesionales y pensadores, desde esa fecha hasta ahora, consideran que el rey ya no estaba legitimado sólo por Franco, sino también por la soberania nacional de todos los ciudadanos españoles, ya que no sólo esa constitución se creó entre los grupos mayoritarios votados democráticamente en 1977, si no que se vio refrendada por un referendum nacional celebrado el 8 de diciembre de 1978. El sí mayoritario de la ciudadanía ese día fue lo que legitimaba la actual Monarquía Parlamentaria, más que el nombramiento del general Franco.
Fue el consenso lo que logró aquello. La actual reforma, como ha recordado el lider de Convergencia i Unió, no es legítima, aunque sea legal, porque se ha acordado en 48 horas entre el gobierno formado por el PSOE, y el aspirante a gobernar, el PP. Pero el resto de grupos parlamentarios han sido excluídos. No han contado con su opinión, ni sus puntos de vista. El consenso constitucional de 1978 queda así roto. También el Partido Nacionalista Vasco y otros grupos más lo han visto así. Izquierda Unida y Unión, Progreso y Democracia, han ido más allá, el consenso constitucional de 1978 queda roto no sólo por lo dicho, sino porque fue fruto de un sí ciudadano obtenido en un referendum. Negar un referendum ahora es romper la unidad, el consenso, y el sentimiento de vivir una democracia auténtica. Los medios seran legales, pero no son legítimos en este caso. No hay que tener miedo a lo que digan los ciudadanos en las urnas, que quizá hasta les den la razón. Y si no se la damos... que nos respeten, que eso es la democracia. Preguntar a tus gobernados y hacer lo que entre todos mayoritariamente creemos mejor. De otro modo estamos como en las dictaduras o las monarquías despóticas donde se hace lo que uno o unos pocos dicen, alegando que es lo mejor para todos (sin contar con todos, sino tan sólo con ellos mismos y los que les aplauden).
La próxima votación en el Parlamento será este viernes que viene. Ahora hay abierto un periodo de 48 horas para que los señores diputados hagan sus enmiendas al texto presentado por el PSOE y el PP para la reforma constitucional. Señores y señoras que nos gobiernan, deben ustedes romper con algo tan antidemocrático como la disciplina de partido y de voto a la hora de entrar en el Parlamento. Usen eso para sus asuntos internos, no para los de la nación. Nadie les eligió para que medrasen en su carrera personal gracias a los votos que les auparon, sino para que nos representen a los ciudadanos. Hoy han aprobado llevar a cabo la reforma.... Sean responsables al menos con su cargo y pidan un referendum para refrendar la reforma... De otro modo, la Constitución quedará un poco menos legítima democráticamente.
P.D.: "(...) Que las eventuales reformas del texto constitucional que el futuro pueda aconsejar debe acomodarse a las reglas del juego que la propia Constitución establece; y abordarse con idéntico o mayor consenso al que presidió su elaboración (...)" (del Acuerdo de Gredos escrito por los padres de la Constitución Española de 1978, en el 25º aniversario de la misma en 2003)
Tal reforma constitucional se acordó entre el presidente del gobierno y el presidente del partido opositor, Mariano Rajoy, del conservador Partido Popular (previsiblemente próximo vencedor de las elecciones de noviembre, por ende, próximo presidente de España si así se cumple). No por nadie más. Lo hicieron la semana pasada, finales de agosto, cuando los propios políticos de la nación están de vacaciones al igual que la gran mayoría de la ciudadanía, la cual en buena parte, ya en playas, pueblos o montañas, ignoran en buena parte qué está ocurriendo exactamente. Entre tanto otras personas han pasado a manifestarse delante de las puertas del Congreso de los Diputados para pedir que, al menos, tal reforma pase previamente por un referendum ciudadano que la apruebe o la niegue. Dicha iniciativa es pedida mediante firmas por un catedrático con gran éxito. La ley no exige pedir un referendum ciudadano para aprobar una reforma constitucional, pero la legitimidad democrática del sistema sí lo necesita, lo exige, diría yo. Las firmas que se piden son para pedirle a los señores diputados que pidan en la próxima votación, creo que del viernes, si no de una tercera, que pidan el tal referendum. Se necesitan 35 diputados dispuestos a pedirlo, y las cartas numerosas de ciudadanos podría animarles a romper su disciplina de partido y pedir un referendum. Yo ya firmé una de las cartas la semana pasada, por aquí.
Firmé eso e hice más, también le mandé cartas pidiendo cuando menos que pidan a sus cúpulas un referendum a los grupos del PSOE y de Izquierda Unida en Alcalá de Henares. ¿Por qué? Porque la reforma que se plantea es una reforma que recortará el Estado del Bienestar, la falta de ingresos para gastos en ayuntamientos, provincias y comunidades autónomas, provocará que se realicen los recortes en los sectores de siempre: salud y educación principalmente, en favor de la privatización de los mismos. Si quieren realmente ahorrar podrían por ejemplo bajar el sueldo de todos los cargos políticos al salario mínimo interprofesional, eliminar las concesiones fiscales a la Iglesia haciendo efectivo el artículo constitucional que dice que España es laica (Título I, artículo 16), eliminar esa especie de paraísos físcales dentro de España en los que se han transformado los SICAV, empezar a poner impuestos a las rentas más altas, cortarles las alas especulativas a bancos y cajas de ahorro, etcétera. Dudo mucho que esa reforma vaya a mejorar la situación del trabajador bajo y medio, creo que la va a empeorar en mucho, y si no al tiempo. Aparte, es una reforma planteada hace un año por el Partido Popular (PP) y ahora avalada por la Unión Europea de mano del gobierno democristiano de Alemania y del Banco Central Europeo. Y ese es el problema, que es una reforma constitucional que avala el mercado, no la democracia. Las recomendaciones del Banco Central Europeo, las de la Organización Mundial del Comercio, el Grupo de los 8 y demás, son recomendaciones de grupos de banqueros, empresarios multinacionales y los países más ricos que nadie ha elegido democráticamente, simplemente un día se unieron y empezaron a hacer sus recomendaciones (siempre a favor de ellos mismos), sobre todo desde el final de la Guerra Fría en 1991.
PSOE y PP apenas se unieron 48 horas para decidir, redactar, y pactar una reforma que ahora proponen, a expensas del resto de los diputados y grupos representantes de la sociedad española, y al margen de los propios españoles. Alegan que no quieren celebrar un referendum porque quieren no provocar miedos o algo así... ¿a quién? Al mercado. ¿Es que el mercado es un ser vivo? No, no lo es. En realidad quieren decir que quieren hacer lo que los grandes empresarios, que son los que venden en ese mercado, quieran. Estamos en manos de los grandes empresarios. Si estos ya manipularon demasiado para la reforma laboral de 2010, de la que había motivos para ir a la huelga, y ahora quieren manejar más para otra reforma en 2012 más a su favor aún, pasando además por esta reforma constitucional, entonces quizá los ciudadanos debemos primero asumir que PSOE y PP hace ya mucho que se comportan económicamente con los mismos criterios (de ahí un acuerdo en 48 horas, algo inédito), y asumir que hay que empezar a girar las cabezas hacia los grandes empresarios y banqueros para gritarles: "¿A vosotros quiénes os ha elegido para que decidáis tanto? Sois como dictadores de una nueva calaña. Todo a vuestro gusto y antojo. Pero vuestras posesiones son sólo posibles con nuestro trabajo. Seguís tirando de la cuerda tanto que la vais a romper y sois menos que nosotros para no ser vosotros los que se caigan de bruces".
Los sindicatos mayoritarios, la Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CCOO) traicionaron a la clase trabajadora tras la huelga general del 29 de septiembre de 2010, al colocar a uno de ellos como Ministro de Trabajo para que asuma y lleve a cabo esa misma reforma contra la que se suponía protestaban, pero también cuando pactaron otra nueva reforma gravosa para el trabajador, la de las pensiones, a comienzos de este 2011. Pero ni fueron ellos exactamente, fueron sus cúpulas. Pues entre sus militantes y simpatizantes de base hay mucha gente respetable que sigue creyendo en la lucha obrera por sus derechos y que padece y lamenta las decisiones de sus dirigentes, que el próximo día 6 de septiembfre planean manifestarse contra la nueva reforma constitucional, cuando los ciudadanos, sin necesidad de ellos, ya lo están haciendo.
El voto de disciplina de partido que se ha visto hoy en el Parlamento es vergonzoso. Sobre todo porque se sabe que muchos socialistas del PSOE son contrarios a esta reforma en sus términos y en sus formas. Y creo que alguno del PP es contrario a las formas. No obstante sólo un diputado del PSOE, Antonio Gutiérrez, ex-sindicalista, votó en contra rompiendo esa disciplina de voto. Disciplina de partido y de voto que el propio PSOE quiso garantizar realizando una reunión exahustiva ayer mismo en su sede madrileña. La disciplina de partido no está recogida en la Constitución. Debiera ser plena, alta, gravosa y criminalmente prohibida. Es antidemocrática. Un ciudadano vota a diputados y senadores, no a partidos políticos, aunque las listas sean cerradas a la hora de votar. Un diputado o un senador representan por sí solos, por cada uno de ellos, a miles de ciudadanos que les votaron para que estuviesen allí. Su voto debe estar comprometido con el ciudadano, no con su partido, capaz de sancionarle o coartar su carrera política si no obedece a esa disciplina de partido que se traduce en disciplina de voto. Es antidemocrático porque al actuar así no representan a la soberanía ciudadana, sino a sus intereses particulares de partido. No. Digamos NO, alto, claro, y en grito. NO. BASTA. Queremos democracia de verdad. Incluso han creado leyes anti transfuguismo político, que no son otras que las que condenan a aquellos que rompen con la disciplina de voto. Cuando un diputado, senador o concejal vote en contra de su partido por interés personal es corrupción, basten las leyes anti corrupción para condenarle. Una ley antitransfuguismo es en realidad una ley contra quien vota en conciencia en uso de su cargo cuando así lo hace.
No pasar por un referendum legalmente será posible, pero en un caso así, pese a ser posible, es indeseable. Un referendum es la única garantía de democracia auténtica, la única legitimidad, la única representación válida a la hora de cambiar algo que afecta a todos los españoles como es el texto magno que nos gobierna por ahora y por décadas, quién sabe si siglos como en otras naciones del mundo.
Hasta la fecha la Constitución actual, creada en 1978, sufrió sólo una reforma. Fue en 1992, no hubo referendum porque era generalmente aceptado. Se trató tan sólo de incluir en el artículo 13.2 la expresión "y pasivo" para conceder el derecho a voto a los extranjeros residentes en municipios de España, de acuerdo a las leyes que garantizaban a todos los ciudadanos de la Unión Europea el derecho a sufragio viviesen donde viviesen dentro de la Unión. Sin embargo, la actual reforma es mucho más profunda y afecta no a conceder derechos democráticos, sino más bien a eliminar el Estado de Bienestar, por mucho que los gobernantes actuales digan que no, que de lo que se trata es de ahorrar... También se ahorra no sólo recortando gastos, se ahorra igualmente aumentando los ingresos en la Seguridad Social, esto es contratando gente. Todavía no he visto ninguna ley que obligue a los grandes empresarios a contratar gente cuando estén en posición de ello.
La Contitución de 1978 fue un proceso largo y duro que hubo de mirar de soslayo al anterior periodo constitucional que fue el de la II República entre 1931 y 1939. También tuvo que mirar a las leyes de la dictadura franquista creadas entre 1936 y 1978, y a todos aquellos foros internacionales que aceptaban como legítimos representantes a los exiliados españoles. Entre 1970 y 1973 hubo grandes luchas obreras. De 1973 a 1975 hubo incluso luchas con las mayores matanzas por parte del gobierno desde los 1940'. Muerto el general Franco es nombrado sucesor, por la elección antecendente que había hecho el dictador, el rey actual, Juan Carlos I de Borbón, y la dictadura militar pasó a ser de modo práctico (ya no sólo teórico) una monarquía parlamentaria. El Rey Juan Carlos I nombró su primer gobierno a cargo de Arias Navarro (futuro cofundador de Alianza Popular), último presidente de Franco, y posteriormente, en 1976, a Adolfo Suárez, ex ministro del Movimiento de la dictadura. Tras una serie de acontecimientos en los que no vamos a entrar ahora, se logró en junio de 1977 unas elecciones que fueron constituyentes. La Constitución se terminó, tras muchos meses de trabajos, esfuerzos, negociaciones, cesiones y concesiones, y hasta violencias, en 1978. Gran cantidad de juristas, historiadores, sociólogos, políticos, sindicalistas y otros profesionales y pensadores, desde esa fecha hasta ahora, consideran que el rey ya no estaba legitimado sólo por Franco, sino también por la soberania nacional de todos los ciudadanos españoles, ya que no sólo esa constitución se creó entre los grupos mayoritarios votados democráticamente en 1977, si no que se vio refrendada por un referendum nacional celebrado el 8 de diciembre de 1978. El sí mayoritario de la ciudadanía ese día fue lo que legitimaba la actual Monarquía Parlamentaria, más que el nombramiento del general Franco.
Fue el consenso lo que logró aquello. La actual reforma, como ha recordado el lider de Convergencia i Unió, no es legítima, aunque sea legal, porque se ha acordado en 48 horas entre el gobierno formado por el PSOE, y el aspirante a gobernar, el PP. Pero el resto de grupos parlamentarios han sido excluídos. No han contado con su opinión, ni sus puntos de vista. El consenso constitucional de 1978 queda así roto. También el Partido Nacionalista Vasco y otros grupos más lo han visto así. Izquierda Unida y Unión, Progreso y Democracia, han ido más allá, el consenso constitucional de 1978 queda roto no sólo por lo dicho, sino porque fue fruto de un sí ciudadano obtenido en un referendum. Negar un referendum ahora es romper la unidad, el consenso, y el sentimiento de vivir una democracia auténtica. Los medios seran legales, pero no son legítimos en este caso. No hay que tener miedo a lo que digan los ciudadanos en las urnas, que quizá hasta les den la razón. Y si no se la damos... que nos respeten, que eso es la democracia. Preguntar a tus gobernados y hacer lo que entre todos mayoritariamente creemos mejor. De otro modo estamos como en las dictaduras o las monarquías despóticas donde se hace lo que uno o unos pocos dicen, alegando que es lo mejor para todos (sin contar con todos, sino tan sólo con ellos mismos y los que les aplauden).
La próxima votación en el Parlamento será este viernes que viene. Ahora hay abierto un periodo de 48 horas para que los señores diputados hagan sus enmiendas al texto presentado por el PSOE y el PP para la reforma constitucional. Señores y señoras que nos gobiernan, deben ustedes romper con algo tan antidemocrático como la disciplina de partido y de voto a la hora de entrar en el Parlamento. Usen eso para sus asuntos internos, no para los de la nación. Nadie les eligió para que medrasen en su carrera personal gracias a los votos que les auparon, sino para que nos representen a los ciudadanos. Hoy han aprobado llevar a cabo la reforma.... Sean responsables al menos con su cargo y pidan un referendum para refrendar la reforma... De otro modo, la Constitución quedará un poco menos legítima democráticamente.
P.D.: "(...) Que las eventuales reformas del texto constitucional que el futuro pueda aconsejar debe acomodarse a las reglas del juego que la propia Constitución establece; y abordarse con idéntico o mayor consenso al que presidió su elaboración (...)" (del Acuerdo de Gredos escrito por los padres de la Constitución Española de 1978, en el 25º aniversario de la misma en 2003)
11 comentarios:
amén...
Me acuerdo que hasta hace nada todo el mundo decía "¿por qué no se ponen de acuerdo en lugar de estar siempre peleándose y preocupándose por sus intereses de partido?", y yo pensaba: "el día que se pongan de acuerdo vais a desear que no lo hubieran hecho".
Por crear un poco de polémica, yo sí estoy a favor del voto de disciplina de partido y de las listas cerradas. No me fío de los políticos carismáticos, lo ideal sería que la gente votase a los programas electorales, y no a las personas. Y si hay listas cerradas la disciplina de partido tendría que ser obligatoria.
Yo creo que la disciplina de partido es la que garantiza que los políticos actúen al margen del ciudadano, como se ha visto en esto o en otras leyes, como la del matrimonio homosexual dentro de los votos y filas del PP. Una lista abierta no tiene porqué dar un político caristmático, y sí uno más responsable, esa lista abierta debería tener medios como el control del curriculo y actividad de cada político. Esto es que dentro de las páginas web, periódicos y otros medios, una persona pueda leer la trayectoria, votos y actuaciones de cada candidato. Exige esto más responsabilidad ciudadana a la hora de votar, pues debe molestarse en conocer a quien (a que) vota. saludos.
Pues no sé qué decirte. En el tema del matrimonio homosexual el PP no es que haya actuado al margen de la ciudadanía, lo que hacía era defender lo que en teoría le piden sus votantes que defienda. En una cuestión puramente ideológica como esa es donde más sentido tiene mantener la disciplina de voto. El tema de la reforma constitucional no lo tengo nada claro. Pienso que el fondo es el que comentas, una amenaza al llamado estado del bienestar, y en ese sentido sería comprensible que diputados socialistas quisiesen votar en contra, porque estarían traicionando sus principios ideológicos.
Para hacerlo más rebuscado, el voto de disciplina de partido tendría que ser obligatorio, pero solo mientras el partido continuase defendiendo su propio programa electoral. Si el partido traiciona los compromisos que ha adquirido con sus votantes, tampoco merece la fidelidad de sus cargos electos, aunque hayan sido elegidos en listas cerradas.
La cuestión está en que con listas cerradas es difícil para un político enfrentarse a la linea oficial de su partido, por miedo a quedarse fuera de las listas. Pero lo que no me gustaría es que las elecciones se acabasen convirtiendo en concursos de popularidad.
Es que no serían concursos de popularridad. Si un político es sincero con sus ideas votará en conciencia de ello. En el matrimonio homosexual hubo gente del PP que estaba a favor y votó en contra y acallado en los medios en cuanto medio sacó los zapatos del tiesto. Con listas abiertas y la posibilidad de que la gente conozca que hace cada uno de sus diputados la gente podrá votar a qiuien realmente le representa. Lo que no le representa es una linea de partido. Una cosa es una ideología y otra cosa la linea del partido. No todos los miembros de una ideología tiene porqué cumplir con todo lo que su lider de partido diga. De lo contrario es stalinismo o fascismo,como prefieras. ¿Se puede ser conservador y homosexual? sí. ¿Se puede ser socialista y contrario a la reforma constitucional propuesta? Si. Una cosa es la ideología, otra las lineas dictadas por un partido, repito.
Lo que quiero decir es que el compromiso auténtico con el ciudadano tendría que venir dado por el programa electoral de cada partido. Y también hay un compromiso del político con el partido al que representa, pero en menor medida, por eso dije que en caso de que el partido traicionase a sus votantes, el político tendría que sentirse liberado de su fidelidad hacia él. Todos tenemos nuestras ideas, que nunca van a coincidir al 100% con las de ninguna otra persona (afortunadamente). Los políticos muchas veces estarán defendiendo cosas en las que no creen pero que tienen que aceptar y defender públicamente porque el partido al que pertenecen ha decidido que es la línea a seguir. Y eso no es malo, también es una forma de aceptar que en democracia todos tenemos que ceder en algo para avanzar hacia algún sitio. Si la distancia ideológica se hace muy grande, o si la diferencia de opinión es en algún tema que considera de mucha importancia, el político siempre puede optar por abandonar el partido, y si es un político honesto es lo que hará. ¿Pero qué pasa si renunciamos al papel de los partidos? Igual que mucha gente no se molesta en conocer los programas electorales antes de votar, tampoco se molestarían demasiado en conocer a cada aspirante. Con listas abiertas la ventaja es para los que tengan más medios de darse a conocer, no necesariamente para los más honestos. Y con libertad de voto el riesgo de corrupción si no aumenta al menos tampoco disminuye (es más fácil comprar el voto de una persona que el de un partido). Ya digo que me da miedo el populismo, y en el fondo los aparatos de los partidos políticos me parecen una defensa contra él. Mala, pero es la que hay. Normalmente estos típicos personajes salvapatrias (tipo Berlusconi) hacen su carrera fuera de los partidos políticos tradicionales. Lo que suelen hacer es moldear uno a su gusto que sirva exclusivamente a sus intereses personales.
Pero es que el caso Berlusconi es un caso muy aparte. La política de partido no es la política de partido, es la política que hacen sus militantes, en ese sentido las listas abiertas son más que necesarias y el final de la disciplina de partido aún más. Ya sabes que he estado al cargo del archivo histórico del PSOE en el exilio y la transición, incluso de los años 1980' de París. Te aseguro que lo que se lee en algunas cartas de militantes a sus dirigentes de partido , y presiento que pasa en todos, son auténticas acusaciones de imposición deleznable a la que se ven sometidos y se quejan, porque consideran que pagan sus cuotas, participan de asambleas y luego las cúpulas les intentan someter a una disciplina que, realmente, no debiera existir, porque la linea de un partido es la de todos los que lo componen, no las de unos cuantos, que es lo que ocurre. Si disientes con tu partido en algo y votas algo diferente en el parlamento no debes dimitir, menos cuando ya has hecho una reunión el día anterior, si tu cúpula no te convence puedes disentir, eso es lo democrático, lo demás es imposición. El partido no es un ente en sí, es un ente formado por personas. No se cae en el populismo por tener listas abiertas y acabar con la disciplina de partido. En una carta que manejé recuerdo que un socialista se quejaba amargamente a la cúpula que si es que había dejado de ser socialista por pensar diferente a la cúpula en cuanto a la OTAN en 1986... pues no, no ha dejado de ser socialista. Los diputados deben representar a ciudadanos, no ha intereses. No vamos a llegar a acuerdo, porque estrá encerrado en tu creencia y yo en la mía. Yo no creo que una lsita abierta sea caer en populismo. Ya existe el populismo y existe la lista cerrada y la disciplina de voto. Sólo tienes que pasear la vista ya no sólo por elecciones, sino fuera de ellas en el comportamiento de muchos politicos locales. Un saludo.
Cierto, el caso Berlusconi no tiene mucho que ver con la cuestión de listas abiertas o cerradas. Me fui del tema sin darme cuenta.
No creo que haya relación entre listas abiertas y el nivel de democracia interna de los partidos. La política de un partido tendría que decidirse de abajo hacia arriba, empezando por consultar a los militantes de base, y no sé hasta qué punto se hace así. Pero son dos temas distintos. En unas elecciones con listas abiertas no van a votar solo los militantes de los partidos. Incluso puede darse el caso de políticos que utilicen determinadas siglas sin tener nada en común con la ideología que representan, y conseguir buenos resultados en unas elecciones enfrentados a sus propios militantes. E igualmente podrían romper la disciplina de partido en cualquier votación en contra de la opinión de sus propias bases. ¿Por qué hay que suponer que eso sólo ocurriría cuando la cúpula se enfrentase a sus militantes?
Más democracia en los partidos, de acuerdo, pero las listas abiertas no me parecen necesarias.
es que precisamente los puntos idelogicos del aprtido los redactan sus militantes, no sus votantes, de ahí el problema y de ahí que yo sea partidario de las listas abiertas y de que no hay disciplina de partido más que para sus asuntos internos si lo desean, no para gobernarnos.
Pues yo lo veo al revés. En los asuntos internos es cuando siempre tendría que estar permitida la discrepancia, porque cada militante se representa solo a sí mismo. Pero para cuestiones de gobierno el cargo electo no puede olvidar que ha sido elegido no por ser él, sino para llevar a cabo determinado programa de gobierno, que en teoría él tendría que compartir con su partido.
Un saludo.
Precisamente, si se ciñeran al programa todos los diputados del PSOE deberían haber votado no sólo e contra de esta reforma, sino en contra de casi todas las que han hecho desde 2008, empezando por la de trabajo. Un saludo, buen hombre.
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