domingo, mayo 08, 2011

NOTICIA 936ª DESDE EL BAR: DINERO GRATIS

Hace apenas un par de horas estaba cocinando una sopa en la cocina de mi madre que requería que le pusiera un poco de comino. El caldo estaba en ebullición y ese era el momento de añadir el comino, al menos el momento que yo elegí. No sospechaba que al coger el bote de los cominos y agitarlo suavemente sobre el cazo iba a caerse la tapa y con ella una montaña de comino dentro de la sopa. Alguien había colocado el bote allí de esa manera, con la tapa suelta, aunque aparentemente en su lugar. ¿Pero quién? Yo no, de eso estoy seguro. ¿Mi madre o mi hermano? Pero sobre todo, ¿por qué? ¿Por desconocimiento? Pero para que la tapa esté suelta hay que soltarla primero, no se puede desconocer un acto que conoces que has hecho, al menos, claro está que se padezca algún tipo de olvido pasajero o más grave aún. No lo veo, no lo creo. La tapa estaba rota, a alguien se le cayó y se le rompió la tapa... ¡y decidió dejarlo en el armarito de la cocina como si no hubiera pasado nada! No era una broma, porque no estaba mi madre ni mi hermano cerca para ver el resultado de su gracia. No podía ser una gracia, así que ¿por qué lo hizo? ¿Por vergüenza del suceso? ¿Por miedo de haberlo roto? ¿Y qué motivos hay para ello? No hay motivos, yo no encuentro los motivos, debe ser algo más, algo que no logro comprender pero que sin duda apunta hacia mi y mi sopa con cominos...

Más o menos esta historia real de mi vida podría ser sin ningún problema el comienzo de uno de los relatos del primer libro en prosa de Carlo Padial, "Dinero Gratis". Carlo Padial es un barcelonés de 34 años que la semana pasada vino a Madrid capital junto a la diseñadora y pin-up Marta Castro, Kahlo, para presentar precisamente este libro en la librería y editorial Tres Rosas Amarillas, ubicada justo al lado de la Plaza del 2 de Mayo. Fue exactamente el pasado 28 de abril. Pero Carlo Padial también es Carlo Hart, un dibujante de cómic que ha trabajado por ejemplo en las revistas Alan Smithee, Nosotros Somos los Muertos o El Víbora. También ha publicado cómics en La Brasería, entre otros.

Como quiera que llevo cinco años (desde el comienzo de mi propia bitácora) siguiendo a Kahlo por Internet, me apetecía conocerla en persona, aunque, eso sí, de forma fugaz en este caso pues su venida a Madrid obviamente se debía a la presentación de Carlo. Y como quiera que yo también me dedico a escribir y también tengo libros y leo por bares entre otros lugares, también me daba curiosidad leer a alguien que, aunque dos años mayor que yo, se podría decir que es de "mi generación". A fin de cuentas otro escritor que nos ronda en edad, Raúl Quirós, me dio un gran momento al conocer su obra en su primer libro, del que ya os hablé cuando fui a su presentación y lo leí, "El día que me enamoré de mi BMW". Y precisamente a eso fui, a verles presentar el libro en un acto de una hora más o menos que acabó con vino rosado y cerveza con aspecto de refresco en lata de diseño.

Empecé por el principio, esto es comprando el libro... y bebiendo una cerveza en la calle a sabiendas de que la presentación empezaría tarde, no sólo porque me lo dijera el dueño de la tienda y editorial, si no porque vi a Carlo Padial y a Kahlo yéndose del lugar sin saber siquiera aún quién era yo ni que hacía en aquella calle. Yo sí les reconocí, pero no me pareció cortés quitarles su tiempo previo a un acto, y menos en una ciudad nueva para ellos, aunque a Kahlo no parezca que le convenciera Madrid. Será cosa de que vaya probando, a fin de cuentas una ciudad sólo tiene sentido con sus personas y en cinco días que anduvo por aquí no pudo conocer a todas las personas que le puede ofrecer una ciudad. Tuvimos tiempo de conocernos más tarde, brevemente, pues como he dicho valoré que su venida a Madrid era por motivos muy específicos y que, obviamente, tras la presentación querrían celebrarlo por su cuenta, no con un desconocido por muchos cinco años de conocernos por la blogosfera. Aparte, era jueves y yo tenía una fiesta de cumpleaños a la que asistir en Alcalá de Henares, la de mi guitarrista en mi último recital de poemas, Sergio Corbacho, y también debía trabajar el viernes.

Carlo Padial es un gran hipocondriaco y un paranoico. No sé si es un personaje que se ha construido para vender su obra, o si realmente es así. Es un caso crónico más grave que el de Woody Allen. Sin embargo, es un hipocondriaco paranoico con un sentido del humor muy agudo y hábil. Lo peculiar es que no sólo es así hablando, también es así escribiendo. Su libro, "Dinero Gratis", es una colección de relatos cortos de humor que, tal como dijo él mismo, en realidad son inquietantes. Trata de temas comunes de la vida ordinaria... de la vida ordinaria de alguien hipocondriaco y paranoico, pero que, en el fondo, es la vida ordinaria de todos y cada uno de nosotros. Todos tenemos las mismas fobias que el personaje en primera persona de los relatos de Padial, sólo que Padial, igual que Valle-Inclán, exagera esas fobias hasta el esperpento que es el que nos hace sonreir o reir. Sin embargo, en el fondo, comparto con él que lo que está contando es en realidad auténticos dramas humanos que todos los días nos afectan. No sé si buena parte del libro tiene tintes autobiográficos, ni cuanto de la mente de Padial tienen los personajes en primera persona de él mismo, donde uno de ellos incluso dice llamarse igualmente Carlo y no Carlos. No obstante, he de destacar la lectura de los relatos "Dinero Gratis", "Basualdo", "National Geographic", "Crítico de Cine" y "Secretos de un Camarero", de entre los veintisiete relatos que componen el libro.

Quizá abusa del uso de la palabra "etcétera", en su abreviatura "etc.", para resolver frases y párrafos cuyos planteamientos comienzan a alcanzar cierta complejidad a reflexionar, con lo que nos deja reflexionando sólo sobre lo básico del problema que nos relata, sin ahondar más en él. Quizá eso me dejó cierto regusto de que faltaba algo, de que me era insuficiente, el relato "Diarios del Starbucks", por ejemplo. Pero sin duda tiene un gran sentido del humor autocrítico y un gran sarcasmo, que no ironía, dirigido contra la falsedad de algunas circunstancias y algunas formas de ser o de comportarse.

Me ha gustado en general esta lectura y descubrir a alguien de más o menos mi generación que también escribe, al igual que lo hizo en su día Raúl Quirós que ya he citado, o el poeta con el que he leído varias veces Alberto Cordero. Como le dije en persona cuando le pedí a Carlo Padial que me firmara el libro, creo que si nos conocieramos más nos podríamos llevar muy bien, aunque, como decía Bukowski, entre escritores siempre hay que guardar las distancias y evitar conversaciones de escritores. Carlo Padial me firmó el libro dibujando una caricatura de un hombre con gafas y barba que, andando con gesto de reflexión preocupada y con los ojos abiertos como si se hubiera dado cuenta de que todo es una trampa, se dice a si mismo: "la vergüenza de existir". Y en eso estamos con estos relatos de humor con una carga tan directa sobre la existencia más mundana de nuestras vidas.

Que la cerveza os acompañe, y ya conocéis otro libro.

P.D.: La portada del libro "Dinero Gratis", de Carlo Padial, ed. Libros del Silencio, la creó Jonathan Millán. La fotografía de Carlo Padial pertenece a Kozmic Books.

2 comentarios:

pikinb dijo...

No se si puede aplaudir con palabras, pero me ha gustado un montón. Gracias

Canichu, el espía del bar dijo...

Es sólo una crítica y un juicio, otras habrán de todo tipo. Un saludo.