-¿Y cómo pintamos la ciudad, señor alcalde?
-Como un burdel.
Intuyo esta conversación tras ver como han dejado restaurado el palacio de los Casado... Dios, que cruz de gobierno municipal complutense. El partido político que gobierna Alcalá de Henares en este mandato 2007-2011 es el mismo que gobernó de 2003 a 2007, y el mismo que lo hizo entre 1995-1999. Las fechas las digo para resaltar primero que lleva gobernando ininterrumpidamente desde 2003 hasta la fecha, y que fue el mismo que gobernó en el periodo de mandato municipal durante el cual la UNESCO concedió a la ciudad el título de Patrimonio de la Humanidad en 1998. El partido en cuestión es el conservador Partido Popular, y el alcalde en todos esos periodos siempre ha sido Bartolomé González. Tras la proclamación de Patrimonio de la Humanidad se crearon una serie de normativas para la restauración y conservación de nuestro patrimonio cultural. Respecto a los edificios del casco histórico se acordó unos determinados colores pastel para ser pintados en ese momento y en el futuro. Aunque el Partido Socialista Obrero Español gobernó la ciudad junto a Izquierda Unida en el mandado 1999-2003 ni lo reformaron ni se lo replantearon. Así que desde 1998 /1999 a esta fecha gozamos en la ciudad de un formidable conjunto de edificios históricos medievales, renacentistas, barrocos, neoclásicos y romanticos que, si bien algunos ya estaban pintados de color en origen (como el Teatro Salón Cervantes del siglo XIX). la mayoría simplemente eran del color de la piedra de granito o del ladrillo que lo formaban, pero que actualmente tienen colores rosa salmón o amarillo pastel...
Cada vez que se ha hecho una reforma o restauración en la ciudad ha habido polémica, pero al ayuntamiento parece que le dé igual la opinión de los alcalaínos. Así por ejemplo la pretendida casa natal de Miguel de Cervantes, un edificio medieval, se amplió bruscamente con una ampliación de formas no integradas y que chillan un siglo XXI desacorde con lo medieval. La catedral de los Santos Niños fue despojada de su revestimiento de los años 1940' para crear una simulación de sillares medievales que parecen puestos hace una semana. El ayuntamiento del siglo XVI-XVII, la Puerta de Madrid y otros edificios emblemáticos fueron pintados de rosa salmón, los jardines de la Plaza de San Ildefonso fueron destrozados, y arrancados varios de sus cedros, para crear una plaza más del siglo XXI donde más que la parte de jardín destacan los adoquines (y hubo muchas quejas sobre este punto). El campanario de las ruinas de la iglesia de Santa María la Mayor debía servir para alojo tranquilo de cigüeñas y este año se ha permitido crear en él un mirador turístico (espero que hayan creado un plan que garantice la tranquilidad de las cigüeñas, pues también hubo quejas en esto en su día). Los verdugados mudéjares de las murallas medievales y de las paredes de muchos edificios de la Edad Moderna eran ejemplares de la arquitectura alcalaína universitaria del Cardenal Cisneros, se compone artísticamente de mampostería de piedra verdugada (rodeada) de ladrillos de adobe... Las restauraciones actuales se olvidan de la mampostería de piedra y colocan en su lugar un pasta de material moderno de nuestras épocas que chilla a los ojos de los que sabemos el porqué esos muros eran como eran (menos mal que quedan algunos). Y aunque respetan las fachadas más emblemáticas, como la de la Universidad Cisneriana, o no se atreven a dar color a las columnas medievales de la Calle Mayor (en su día eran coloreadas) por si a los vecinos eso ya les parece el mayor de los abusos, hoy destapan la fachada del Palacio de los Casado, en la plaza de Atilano Casado, la cual se estaba restaurando desde hace unos años, y los vecinos podemos ver como la han pintado de colores pastel una vez más. Un palacio de una familia noble local de los siglos XVII-XVIII, cuyas paredes han mantenido su gris de las piedras de granito hasta la fecha ahora tiene unos alegres (y sin sentido) colores pastel. Al menos otra casa señorial, la de los Antezana, donde vivieron los Mendoza de los siglos XV a XVII. ha tenido una restauración más lógica, pero ya hablaré de esta. Podría alargarme en algunas otras restauraciones criticables o desastrosas, como la del interior de la iglesia jesuíta de la calle Libreros, donde los obreros destruyeron, literalmente, por error unos frescos de gran valor cultural y artístico del siglo XVIII. Esto se ha ido acumulando a lo largo del periodo 1998 a la fecha actual... y habría que unirle otros aspectos culturales descuidados, ignorados o perdidos de la ciudad, como por ejemplo las iniciativas que había en torno al cine o a los conciertos de música rock. Pareciera que el ayuntamiento quisiera vender Alcalá de Henares como un parque temático de Cervantes, ignorando que la cultura es más que eso... y que no mercadea o yo no sería tanto cultura como negocio. Y que las ciudades están hechas para sus ciudadanos.
Al final los alcalaínos, tras ver que nuestras protestas son ignoradas por sistema por unos y otros equipos de gobierno, tras la protesta-pataleta, asumimos que lo hecho, hecho está y nos adaptamos a lo que hay... No lo volvemos a reflexionar mucho más, sólo de tarde en tarde, hasta que viene alguna visita de fuera que nos pide que le enseñemos la ciudad y nos pregunta si la catedral es de hace pocos años, nos preguntan si realmente determinados edifcios eran así como los ven y, al terminar la visita y sentados delante de unas cañas de cerveza, se ríen con (y de) nosotros con bromas acerca de nuestro afán de pintarlo todo de color pastel...
Yo no sé si la autocomplacencia de quienes nos gobierna (y me refiero a la de todos los partidos que han gobernado desde 1998) les deja pensar en todas estas cosas, entre otras cuestiones culturales alcalaínas que serían para abrir una seria reflexión acerca de qué patrimonio cultural queremos ser realmente, vivo o muerto, que nos guste o que nos disguste, que sea cultura o que sea parque temático donde ponernos en venta. Tampoco sé si son plenamente conscientes de que la UNESCO del mismo modo qeu concede el título de Patrimonio de la Humanidad lo quita si este no se cuida debidamente, tanto en patrimonio como en cultura. Entre tanto, ya contamos con un nuevo palacio pintado anacrónicamente.
Que la cerveza os acompañe.
2 comentarios:
Creo que esa manía de pintar las cosas en tonos pastel llegó a Madrid en tiempos de Tierno. Tuvo sus cosas buenas, ojo, como que el puente de Segovia dejara de ser una ciénaga -literalmente-pestilente, pero horterizó mucho.
Aquí, como ves llegó más tarde, mucho más tarde, pero lo de los tonos pastel aquí desentona bastante, aunque con el tiempo te acostumbras. Saludos.
Publicar un comentario