El 14 de Abril de este año 2006 se celebra el 75º aniversario del advenimiento y proclamación de la Segunda República Española en 1931. Desde el año pasado vienen dándose publicaciones en libros, revistas y periódicos, de tipo revisionista por parte de ambas tendencias generales en las posturas sociales y políticas: derechas (conservadores) e izquierdas. Unos ven el caos y otros ven el progreso. Los que ven el caos usan argumentos falsos y medias verdades, tal es el caso de escritores como Pío Moa, que no es historiador pero le creen a ciegas todos los conservadores. Muchas veces acusan a la República de izquierdas de ser la causante de la guerra, olvidando que los golpistas fueron militares y tendencias conservadoras, monárquicas, católicas, carlistas y ultraderechistas. Suelen alegar el estallido revolucionario de 1934 como principio de la guerra, y no el golpe de estado frustrado de Mola, Goded y Franco en Julio de 1936. Alegan que la izquierda no aceptó el cambio de gobierno electoral de 1933, de uno republicano socialista a otro de carácter conservador. Por el camino olvidan que ese cambio electoral se debió a la falta de unidad entre los partidarios de la izquierda, lo que forzó a que gobernara el partido mayoritario, que era de derechas, pero que en conjunto de votos la tendencia derechista no era mayoritaria. Olvidan que el proceso revolucionario de 1934 se debió a una huelga general en Asturias que se extendió al resto del Estado, y que principalmente se dio porque todas las reformas iniciadas por el anterior gobierno fueron frenadas y en muchos casos revocadas de golpe, como por ejemplo la muy necesaria y fundamental reforma agraria que debía repartir el suelo y la riqueza de España. Olvidan sobre todo que una vez que los grupos políticos de izquierdas lograron unirse en el llamado Frente Popular ganaron las elecciones generales de 1936 de modo indiscutible, algo que molestó a los conservadores más recalcitrantes hasta el punto de intentar el golpe de Estado que desembocó en guerra civil. Alegan poca legitimidad a esa coalición de izquierdas, pero en política las coaliciones son posibles dentro de una democracia. No obstante, la opción política conservadora más votada era la CEDA, una alianza de muy diversos partidos y tendencias de derechas.
Y los de izquierdas suelen atribuirse méritos que han pasado a ser reales de tanto repetirlos. El primer presidente de la República no era un hombre de izquierdas. Era un católico, Niceto Alcalá-Zamora. Era un hombre de tendencias conservadoras pero republicanas. Fue él quien formó el primer gobierno republicano convocándolo para crear la constitución republicana de 1931, y él fue quien dio validez al gobierno electo de republicanos y socialdemócratas del PSOE. Del mismo modo, no es cierto que los comunistas apoyaran el advenimiento de la República. Al menos los dirigentes comunistas, caso aparte es saber cómo se lo tomarían sus bases. El PCE de 1931 era un partido minoritario cuyos dirigentes no apoyaron el proceso porque consideraron que la República sólo cambiaría unos burgueses capitalistas por otros. Aquello les valió para que, ante su fracaso al intentar que no triunfase el advenimiento a favor de un estallido revolucionario, la Komintern destituyese a la cúpula española en pleno y nombrase a José Díez como dirigente. Este hombre apoyó a la República cuando esta ya estaba en marcha y sin comunistas en el gobierno. El PCE sólo comenzó a crecer a partir de los sucesos de 1934, cuando casi todos los dirigentes de izquierdas fueron encarcelados y el PCE tenía ante sí un espacio político y social libre para actuar. Más aún cuando estalló la guerra en 1936 y la ayuda soviética fue fundamental para los republicanos. Sin embargo, curiosamente, la CNT sí apoyó a la República en su advenimiento. Haciendo una excepción estratégica para sus fines sociales y revolucionarios, incitaron a sus miembros y simpatizantes a que participasen de las elecciones de 1931 a favor de los partidos antimonárquicos. Cosa que parece ser hicieron. Otra historia es el inmediato desencuentro y desencanto que sufrieron republicanos y anarquistas entre 1931 y 1936, para después volver a apoyarse durante la guerra y llegar a existir hasta ministros de la CNT (Federica Montseny es la primera mujer ministro de España).
La sociedad y la prensa de 1931 llevaban tiempo pensando y haciendo públicas sus ideas acerca de que un vuelco electoral en las elecciones municipales hacia partidos republicanos debía acabar influyendo en los diputados de las Cortes y cambiar la monarquía de Alfonso XIII (que apoyó la dictadura de Miguel Primo de Rivera) por una República. El artículo más famoso en este sentido es el de Ortega y Gasset, titulado "monarquia delenda est". El día 12 de Abril comenzó el día electoral y se iba corriendo el rumor de que se estaba votando a izquierdas republicanas. El día 13 se conocieron los resultados. Las ciudades habían votado por partidos republicanos y de izquierdas, los municipios rurales se mantuvieron fieles a su pensamiento tradicional apegado a la tierra, a los caciques y a los sacerdotes. Se produjo un desgobierno. La noche del 13 al 14 la familia Real abandonaba en secreto y apresuradamente España para refugiarse en Italia, gobernada entonces por el fascismo de Mussolini. El día 14 España madrugó republicana. Montones de personas por las calles, banderas tricolores, gente besándose sin pudor, borracheras, meadas en los jardines del palacio Real de Madrid... Políticos relativamente desconocidos, entraban en las Cortes sin que los guardias se molestaran demasiado en darles el alto mientras estos decían acudir para formar el nuevo gobierno de España. Así, hace 75 años, se formó la Segunda República. Con unas elecciones democráticas. Sin disparos. Sin cañones. Sin puñetazos. No hubo alguien en Burgos arengando a las tropas. Nadie declarando estados de excepción en Canarias. Nadie tomando la radio de Sevilla. Simplemente, votando y celebrando una fiesta espontánea. Una manifestación. Besos en la calle. Lo que vino después es otra historia. Una de obispos y militares con miedo a perder aquello de lo que habían gozado desde 1923 a 1930, la dictadura militar de Miguel Primo de Rivera.
Y los de izquierdas suelen atribuirse méritos que han pasado a ser reales de tanto repetirlos. El primer presidente de la República no era un hombre de izquierdas. Era un católico, Niceto Alcalá-Zamora. Era un hombre de tendencias conservadoras pero republicanas. Fue él quien formó el primer gobierno republicano convocándolo para crear la constitución republicana de 1931, y él fue quien dio validez al gobierno electo de republicanos y socialdemócratas del PSOE. Del mismo modo, no es cierto que los comunistas apoyaran el advenimiento de la República. Al menos los dirigentes comunistas, caso aparte es saber cómo se lo tomarían sus bases. El PCE de 1931 era un partido minoritario cuyos dirigentes no apoyaron el proceso porque consideraron que la República sólo cambiaría unos burgueses capitalistas por otros. Aquello les valió para que, ante su fracaso al intentar que no triunfase el advenimiento a favor de un estallido revolucionario, la Komintern destituyese a la cúpula española en pleno y nombrase a José Díez como dirigente. Este hombre apoyó a la República cuando esta ya estaba en marcha y sin comunistas en el gobierno. El PCE sólo comenzó a crecer a partir de los sucesos de 1934, cuando casi todos los dirigentes de izquierdas fueron encarcelados y el PCE tenía ante sí un espacio político y social libre para actuar. Más aún cuando estalló la guerra en 1936 y la ayuda soviética fue fundamental para los republicanos. Sin embargo, curiosamente, la CNT sí apoyó a la República en su advenimiento. Haciendo una excepción estratégica para sus fines sociales y revolucionarios, incitaron a sus miembros y simpatizantes a que participasen de las elecciones de 1931 a favor de los partidos antimonárquicos. Cosa que parece ser hicieron. Otra historia es el inmediato desencuentro y desencanto que sufrieron republicanos y anarquistas entre 1931 y 1936, para después volver a apoyarse durante la guerra y llegar a existir hasta ministros de la CNT (Federica Montseny es la primera mujer ministro de España).
La sociedad y la prensa de 1931 llevaban tiempo pensando y haciendo públicas sus ideas acerca de que un vuelco electoral en las elecciones municipales hacia partidos republicanos debía acabar influyendo en los diputados de las Cortes y cambiar la monarquía de Alfonso XIII (que apoyó la dictadura de Miguel Primo de Rivera) por una República. El artículo más famoso en este sentido es el de Ortega y Gasset, titulado "monarquia delenda est". El día 12 de Abril comenzó el día electoral y se iba corriendo el rumor de que se estaba votando a izquierdas republicanas. El día 13 se conocieron los resultados. Las ciudades habían votado por partidos republicanos y de izquierdas, los municipios rurales se mantuvieron fieles a su pensamiento tradicional apegado a la tierra, a los caciques y a los sacerdotes. Se produjo un desgobierno. La noche del 13 al 14 la familia Real abandonaba en secreto y apresuradamente España para refugiarse en Italia, gobernada entonces por el fascismo de Mussolini. El día 14 España madrugó republicana. Montones de personas por las calles, banderas tricolores, gente besándose sin pudor, borracheras, meadas en los jardines del palacio Real de Madrid... Políticos relativamente desconocidos, entraban en las Cortes sin que los guardias se molestaran demasiado en darles el alto mientras estos decían acudir para formar el nuevo gobierno de España. Así, hace 75 años, se formó la Segunda República. Con unas elecciones democráticas. Sin disparos. Sin cañones. Sin puñetazos. No hubo alguien en Burgos arengando a las tropas. Nadie declarando estados de excepción en Canarias. Nadie tomando la radio de Sevilla. Simplemente, votando y celebrando una fiesta espontánea. Una manifestación. Besos en la calle. Lo que vino después es otra historia. Una de obispos y militares con miedo a perder aquello de lo que habían gozado desde 1923 a 1930, la dictadura militar de Miguel Primo de Rivera.
2 comentarios:
Me ha gustado mucho.
Enhorabuena por el contenido y por la forma
bueno, no aporto nada nuevo en realidad, sólo un punto de vista, el mío. estaba pensando en escribir otro sobre la república más relacionado con la españa de hoy día ñpara el día 14. Ya lo colgaré. Que la cerveza te acompañe.
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