Quien lee esta bitácora sabe que hace unos años empecé un serial comentando todos los libros que he leído a lo largo de mi vida gracias a que los tengo controlados y anotados en diarios personales, y los de la infancia los tenía todos en mi casa. En enero de 2024 avanzamos hasta el final de mi treintena de años. Por entonces mi año 39 caía en 2019, siendo que una parte de ese año era además parte de mis 40 años. Así que ahora vamos a cubrir mi primera mitad de cuarentena de años y cuando acabe este serial, ya a finales de año, cuando escriba los libros que destaco de cada año ya lo haré sumándole la lista entera, más los que destaco. Sea como sea, para consultar el inicio de mis 40 años de edad en 2019 quepa consultar ahora mismo la Noticia 2291ª, y retomemos aquí desde 2020, año que en mi vida está a caballo entre mis 40 y mis 41 años de edad.
Este es un blog de un escritor cervecero que pretende hablar de él, de Historia, de sus ídolos, de sus paranoias propias, mostrar sus escritos... pero en definitiva son informes de un espia en el bar.
lunes, febrero 10, 2025
NOTICIA 2373ª DESDE EL BAR: LOS LIBROS, COMENTADOS, QUE LEÍ EN 2020-2024 (adulto, primera mitad de cuarentena, 1 de 5)
2020: 41 años.
Leí 48 libros, de los cuales 22 eran
novelas gráficas y 1 era una revista recopilatoria de artículos y ensayos de George Orwell (algunos de
estos libros se encontraban juntos en un mismo volumen o tomo).
Las cosas que habían empezado a ir mal un par de años antes seguían yendo mal en todos los aspectos de
mi vida. Lo que me dio varios motivos de ansiedad alta y depresión. Entre 2018 y 2021 , como dije en el listado de 2019,
fue mi gran pérdida de pelo, yo tenía entradas desde adolescente, pero
este fue el momento clave, así como calvas de ansiedad en la barba que
se solucionaron hacia 2022, y otros síntomas. El trabajo de archivo de unos veinte meses que logré en 2019 acabaría pasada la mitad de este 2020, aunque he de reconocer que el organismo del Estado que encargo este proyecto decidió mantenernos el trabajo sin hacer ninguna suspensión temporal durante la pandemia ni ningún proceso de regulación de empleo, así que mantuve el sueldo durante los meses del confinamiento, aunque regresé a mi puesto un poco antes que otros trabajos, aún siendo archivero en esos momentos con documentación histórica. La gente de mis expedientes de ese momento llevaba muerta de ciento veinte a ciento cincuenta años atrás. Personalmente la pandemia no afectó en mi vida tanto como a otras persona. A lo largo de mi vida he tenido muchos periodos de paro sin ahorros varias veces, por lo que estar "confinado" en casa no me pillaba de nuevas. Cuando se pudo salir, salí. La profundización en un estado de depresión estaba ahí, aunque no lo pareciera. La verdad es que fui de los pocos que pueden decir que no me infecté de Covid-19, y me hice diversas pruebas, pero tuve suerte, aunque murieron tres familiares. Uno directamente por la enfermedad, otro indirectamente por la enfermedad.
Cuantitativamente leí menos libros que el año anterior de 2019, además me recreé mucho con los cómic, ni más
ni menos que 22, por lo que son 26 libros que no son novelas gráficas, y
de esos uno era una revista especial llena de artículos, reportajes y
ensayos escritos por George Orwell. Alguien dirá que cómo es esto
posible en el año de la pandemia, pero todo tiene su explicación y es
que lo cuantitativo no lo es todo. Varios de esos libros son
cualitativamente voluminosos o de reflexión tal que necesitaban lecturas
sosegadas y pausadas. Por otro lado, en los meses del confinamiento
entre marzo y mayo, aunque leí libros, dediqué una temporada a
escribir una nueva novela que no acabaría hasta 2024, pero que avancé mucho en esos meses de confinamiento. A finales de año recibí colecciones que me ayudaron para otro libro de investigación histórica que llevaba realizando desde 2014
sobre censura en el cómic, Superman, Batman y Franco, y me dediqué dos o tres semanas a volver a revisarlo y
aceptar o repensar sugerencias de la correctora, Asela Moreno, de
Domiduca. Sumemos luego asuntos personales que no podían más que
acaparar mi tiempo. En fin, buena parte de los cómic leídos han sido,
aparte de por gusto, leídos por motivos relacionados por
algunas de las cosas que acabo de decir.
Tiempo de silencio (Luis Martín-Santos, 1962):
Fue uno de los dos libros que destaqué en la Noticia 2016ª de entre los libros que leí en 2020. Era la primera vez que lo leía
íntegro del tirón. Me encantó. Creo que es con creces la mejor
novela española escrita en la segunda mitad del siglo XX, y en concreto
de los tiempos de la dictadura, a pesar de los Camilo José Cela, los
Delibes, los Sánchez Ferlosio y demás. He leído varios libros de esa
época, pero este libro es el mejor. Compré un ejemplar de la primera edición sin censurar
en España, sacada en los años 1970, en Domiduca, de segunda
mano. Lo avanzado, lo atrevido y lo experimental
para su época es excepcional. No me extraña los problemas del autor con
la dictadura, de hecho es sorprendente que se atreviera a presentar un
libro como este a las autoridades para su publicación. Es de lo mejor
que he leído en varios años. El argumento básico se centra en los años
1950 o quizá principios de los 1960, en Madrid, donde un médico
investigador consigue animales tipo alimaña que le suministra una
familia chabolista que consigue así algo de lo que comer. La actividad
no es muy lícita, pero se complica cuando le piden el favor de practicar
un aborto. Hasta aquí cuento del argumento, que como se ve ya es
altamente peligroso de narrar en el franquismo. La familia chabolista, e
incluso el médico, son evidentes republicanos perdedores de la guerra, y
hay rasgos de esto en varios fragmentos, pero lo realmente atrevido
aquí es como se desarrolla una narración de una forma lineal pero sin
recurrir al espacio tiempo lineal habitual. Todos los recursos de
Martín-Santos usados hoy día no tendrían cabida para un editor actual,
por lo arriesgados que eran, pero en mi mente han sido como una
explosión de psicodelia... solo que en literatura. Muy recomendable,
pero hay que leerlo con plena atención. La cosa es que esta novela la
conocía, aparte de por los conocimientos de literatura que se dan desde
el bachillerato, porque al terminar la universidad ayudé a diversos
amigos en investigaciones cuando no podían ir ellos a investigar en
persona a los archivos. Uno de esos amigos, Andrea Bresadola, que lo
conocí como estudiante italiano becado en España, vivía ya en Italia y
trabajaba haciendo ediciones críticas de novelas españolas de la segunda
mitad del siglo XX para el mercado italiano, traducidos. Para él
investigué varios expedientes de censura de diversos autores en el
Archivo General de la Administración. Uno de esos expedientes (gigantesco) es el referido a Martín-Santos, y el libro que más
molestaba a los censores era este, por lo que yo conocía lo que los
censores dijeron de este libro antes de leerme el libro. He de reconocer
que quizá le deba dar las gracias a Andrea Bresadola por haberme hecho
este encargo años antes de que yo mismo tuviera el libro en mi propia
biblioteca. Altamente recomendable, de verdad. Lo disfruté al máximo,
aunque evidentemente no es como las novelas que se escriben ahora...
para mí es mejor que muchas de ellas.
Mr. Witt en el cantón (Ramón J. Sénder, 1936): El otro libro que destaqué de mis lecturas de ese año en la Noticia 2016ª fue este. El autor, Ramón J. Sénder, periodista republicano exiliado, es uno de los grandes de
nuestra literatura, pero no es tan leído por las nuevas generaciones y
merecería la pena que le conocieran más allá de Réquiem por un campesino español (1953), novela que suelen recomendar leer en algunos institutos. La culpa está en el ostracismo que le provocó ser exiliado y prohibido durnte la dictadura de Franco. La cosa es que Mr. Witt en el cantón
lo estaba leyendo justo cuando se declaró el confinamiento del 14 de
marzo por la Covid-19, por lo que acabé de leerlo en mi casa. En cierto
modo no pude evitar enlazar en mi mente algunas de las cuestiones de
este libro con el momento que se vivía, por ejemplo en cuanto a medidas
excepcionales y gente encerrada en sus casas. La novela se desarrolla
durante el periodo del Sexenio Revolucionario justo cuando se proclama
la Primera República Española en 1873 y abarca todos aquellos meses
hasta su caída en 1874. El cantón al que se refiere es el Cantón de
Cartagena, el cual se declaró independiente de España en esos momentos,
pero proclive a un gobierno federal-cantonal español, o más bien íbero,
bajo unos principios socialistas (entendido el socialismo desde sus
términos puros, pensemos que aún no se había ideado la socialdemocracia
en aquel año). Esto abocó a una guerra entre el gobierno central y el
cantón, pero también entre los conservadores y los republicanos, y entre
estos entre los aburguesados y los socialistas. En este caos se
desarrolla esta novela de ficción saliendo a relucir personajes y hechos
históricos. El protagonista es un inglés apellidado Witt, el cual es
médico y cuyas simpatías son conservadoras, aunque está casado con una
española que es cantonalista. El matrimonio Witt se compone de edades
diferentes. Él comienza a tener cierta edad y ella aún es relativamente
joven, así que todos estos elementos se suman a una crisis existencial,
emocional y de edad. Novela inteligentemente narrada, donde no hay nada
al azar. Combina muy sabiamente el mundo interno de los protagonistas
con los sucesos materiales de diversos problemas y violencias que
atraviesa el cantón y de la lucha entre unos y otros, recogiendo una
serie de rencores que, no hay que olvidarlo, empalman perfectamente con
los habidos en la guerra civil de 1936-1939, el libro, no obstante, se
acabó de escribir en 1936. Esta lectura me absorbió y me dio alguna guía
de lo que yo mismo quería escribir en mi propia novela de ese
confinamiento. Había comprado el libro de segunda mano en Domiduca un tiempo atrás.
Custer (Trillo, guionista y Bernet, dibujos, 1985): Esta fue la novela gráfica que destaqué en la Noticia 2016ª. Hacia finales de año
encontré dos pequeñas novelas gráficas salidas de la colaboración de
Trillo con Bernet en los años 1980 y las compré en Domiduca de segunda mano. Custer
como historia neo-punk, ciber-punk e incluso algo distópica dentro de
la ciencia ficción. La historia se publicó por entregas en 1985 en una
conocida revista de cómic de ciencia ficción y erótico, así que de todo
eso tiene esta historia. La protagonista vive una vida que recuerda en
buena parte a la película El show de Truman
(Peter Weir, 1998), que a la vez viene de un relato de los años 1960 ó
1970 de Yasutka Tsutsui que en España se editó por primera vez en 2010
en el recopilatorio Los hombres salmonela en el planeta Porno.
El personaje de Custer y su mundo es mucho más crudo y violento. Me
fascina de esta historia el ritmo que le imprimieron guionista e
ilustrador, permitiéndose mentirse y desmentirse mutuamente el uno al
otro en la narración, dando al lector una visión sobre el papel
manipulador de los medios de comunicación y el poder en los tiempos
actuales mediante los montajes en los medios audiovisuales. Una
narración divertida, por otro lado, muy bien ilustrada, aunque el guion,
a veces, por necesidad de su medio original, tire de sexo que podría
ser considerado gratuito, aunque entre bien como un guante a una mano
respecto al ambiente decadente de aquel futuro que se nos narra.
Irreverencia total en la violencia y escenas que hoy día difícilmente
tolerarían los editores por miedo a la crítica de lectores y lectoras en
las redes sociales de hoy día. Me parece un cómic con gran libertad,
aunque evidentemente no se tenga porqué estar de acuerdo con lo que se
narra, del mismo modo que al ver una película de un psicópata no estás
de acuerdo con el psicópata. No es fácil de encontrar, quería destacar
estos autores que han trabajado tanto en España y cuyas historias
secundarias respecto a la obra que les hizo famosos queda relegada y
olvidada, como es el caso de este cómic. Invito a su redescubrimiento.
El maestro de esgrima (Arturo Pérez-Reverte, 1992). Esta pudo ser una de las dos novelas que hubiera podido destacar, pero la dejé ahí. Lo leí a comienzos del año, antes del confinamiento. Recuerdo su lectura en autobús y suburbano hacia el Archivo General Militar de Madrid. Tengo el libro comprado de tiempo atrás de segunda mano en Domiduca, de una edición de una colección de libros publicada por el diario El Mundo, seleccionada como una de las mejores novelas del siglo XX en habla castellana. No es el primer libro que leo de Pérez-Reverte, al margen delo que pueda suscitar a cada uno el autor y su forma de ser. Conocía la existencia de una película, que tampoco había visto, salvo un par de escenas sueltas. De hecho, la casualidad quiso que viera la película meses después de leer el libro. De esas coincidencias de la vida, la puso la televisión. Me parece una novela entre la aventura y el misterio escrita dentro de las formas clásicas del género y está llena de dinamismo. Impecable. Tenía algo de Ramón J. Sender, quizá esa aparición de aventura y acontecimiento histórico cargado de política del Sexenio Revolucionario. Supongo que en parte estaba eligiendo estos libros tanto por mi trabajo de archivo de ese momento, como por la posibilidad de iniciar relatos de ficción ambientados en esa época, de los que escribí alguno, pero no los suficientes aún para pasarlos a libro. La historia narra la relación entre un maestro de esgrima entrado en años, pero no viejo, y una alumna joven, mientras a la vez los acontecimientos revolucionarios de la época les implican en los sucesos de un asesinato que lleva a la intriga, pero también a una oscura relación de deseo amoroso.
Vampir (Joann Sfar, 2007): Esta novela gráfica tuvo todas las posibilidades de haber sido destacada en mis lecturas de cómic en 2020, porque es un libro que sabe ser
irreverente y combinar ilustraciones y guion de manera ejemplar a la
hora de presentarnos sus hechos, pero lo había mencionado en los que leía a caballo ente 2019 y 2020, y eso hizo que destacara Custer en 2020, porque este ya había sido mencionado en enero de 2019. Se trata del primer volumen de este personaje. Lo compré en el bar y librería El
Laboratorio en 2015 ó 2016. Se trata de una novela gráfica entrañable sobre un vampiro muy
delicado con gusto por lo clásico y la Literatura y el cual convive con
un gato en su castillo. Él tiene una novia con la que mantiene una crisis, porque ella estuvo con otro. En ese momento aparece otra vampiro
que se interesa por él. Es un libro que rompe tópicos con un sentido del humor sutil y a
la vez con un toque romántico que no es empalagoso. Le tenía muchas
ganas a este libro y me parece muy buen libro. Aparte, personalmente me dio
algunos momentos personales afectivos interesantes a comienzos de aquel año 2020. Fue muy bonito compartirlo.
Vampir, L'Amour (el amor sin amor) (Joann Sfar, 2014): El segundo tomo me lo regaló Zia Mei, una de
las personas que llevaban adelante El Laboratorio. Me lo regaló al cerrar el
local en 2016. Igual que el anterior, que empecé a leerlo en 2019, lo leía ahora, detrás de ese, en 2020. Lo cierto es que los monstruos clásicos se suceden en estas historias entre la poética de imágenes y textos y una delicadeza francesa muy divertida. A la vez denuncia algunas cuestiones como los prejuicios sociales. Al igual que el otro libro me permitió un momento personal muy bueno. Recuerdo su lectura en la cama. Y eso le da un valor afectivo propio, pero como libro en sí es un cómic muy recomendable incluso, o quizá por ello, para las personas que le gustan la buena literatura y el buen mundo de la ilustración y lo plástico, pero dicen no leer muchos cómic. En realidad ambos libros compilan historias largas que se publicaron por partes originalmente, pero son en sí cada uno una historia completa.
Socialismo en el siglo XIX (Julian Vadillo, 2017): De mi buen amigo y doctor en Historia especializado en Historia del Movimiento Obrero ya he leído varios libros. Este lo compré en la librería Diógenes, pero lo tenía pendiente de lectura y lo leí ahora, quizá llevado también por el influjo de mi trabajo de archivo de esos meses, tan metido en la segunda mitad del siglo XIX, especialmente en el último cuarto. Es un ensayo no muy extenso, pero sí muy abundante, que repasa las principales corrientes y personalidades del socialismo en su surgimiento del siglo XIX, aunque se recrea en las corrientes anarquistas. Toca las otras, pero se recrea en aquellas. Fácil lectura y ayuda a entender el porqué de las diferencias del socialismo, entendido este en sentido amplio para ir a lo concreto de cada una de sus esquinas. Hablé de él en Las notas de los cíclopes liberos.
Kilwa, historia y aventuras en el África olvidada (José Carlos Peña, 2019): Lo compré en la desaparecida librería Notting Hill, de Alcalá de Henares, hoy asociación cultural. Conozco al autor y tenía ganas de leerme esta novela suya. Actualmente quiero comprar otra de sus novelas, pero supongo que hay que esperar a la Feria del Libro. Este libro lo leí en los primeros meses del año y lo acabé antes del confinamiento. Es una novela extensa muy documentada. Se ambienta en el África del siglo XVI aún por descubrir, cuando apenas se conocían sus costas y las rutas hacia Oriente. Es una novela de ambientación histórica. Kilwa fue un reino que existió de verdad y el cual fue comercialmente muy próspero hasta que acabó con él un gran imperio del África profunda del que hoy día no sabemos todos sus detalles, pero es bien conocido, y que en su día destacó porque sus guerreros practicaban el canibalismo, lo que horrorizaba tanto a europeos como a musulmanes que se topaban con ellos. Precisamente unos navegantes portugueses terminan embarcados en una aventura comercial que les deja atrapados en Kilwa justo en el preciso momento en que es asediada y destruida. Las escenas de barbarie de la guerra son descritas con precisión. Es una novela de aventuras que ayuda a conocer con detalles este capítulo de la Historia de la Humanidad. La Historia de África negra previa a la expansión colonial europea queda muy bien ambientada y recogida. Hablé de él en Las notas de los cíclopes libreros.
Fort Wheeling (Hugo Pratt, 1962): Podría haber destacado a Pratt entre los cómic leídos en 2020. Compré entre 2019 y 2020 algunas historias que llevaban décadas sin editarse en España,
pero a este autor le he destacado muchas veces anteriormente, y otros
autores como que leí en ese 2020 Manara, Vázquez, Jon y demás tampoco terminaron de llenarme
del todo aunque me gustaron bastante. La cosa es que se estaba editando una colección con todo lo de Pratt en España y me compré varias historias que me interesaban, no todas, por falta de dinero y de espacio. A pesar de ello, tengo muchas obras de Pratt. Lo compraba habitualmente en una papelería de la estación de Metro Moncloa, en Madrid. Aunque alguno lo compré en la papelería de El Corte inglés de Alcalá de Henares. Esta historia se repartía en cuatro volúmenes. Se trata de una historia entre un joven colono que se cruza con jóvenes milicianos de un Estados Unidos que se encuentra en pleno nacimiento, y el cual se cruza a la vez con indios de frontera. Una historia cruda sin sentimentalismos que está dotaba de enormes poetizaciones visuales de los acontecimientos y los paisajes, así como de un mundo pasado que está dando a nacer un mundo no exento de violencias que ya va anunciando los intereses contrapuestos de unos y otros en una época a caballo entre el final de la Guerra de los Siete Años en esa parte del mundo y la Revolución Norteamericana que da comienzo a Estados Unidos. Tiene diversos trazos de tinta preciosistas. Junto al citado libro de Ramón J. Sender, que lo acabé de leer al comienzo del confinamiento, estos cómics fueron de lo primero que leí confinado. Había tiempo para recrearse en textos e imágenes.
Tintín en el país de los Soviets (Hergé. 1929-1930): Leído también durante el confinamiento. Lo compré no me acuerd bien si en Notting Hill o en Diógenes, yo creo que en Notting Hill. La obra fue la primera historia que pintó Hergé del personaje de Tintín, publicada por entregas en 1923-1930, pero se negó a su publicación en álbum hasta 1973, y creo que a España llegó más tardíamente. Este fue mi primer cómic de Tintín. De niño y joven eran cómics muy caros y mis padres no podían comprarlos. Leí algo a través de entregas semanales que se publicaban en un suplemento infantil del periódico El País, que se llamaba Mi Pequeño País. Pero nunca llegabas a leerlo entero. Se publicaba una hoja por semana y, aunque mis padres compraban siempre el periódico, perdías el hilo de lo extenso que se hacía. Así que prácticamente era la primera vez que tenía propia una historia completa de Tintín... ¡con 40 años! La primera historia completa que leí de él ya la comenté hace años en otra entrega, cuando trabajaba en el bar La Vaca Flaca, donde se guardaba un ejemplar de Tintín en el Congo. Este en el que Tintín se encontraba en la Unión Soviética tenía numerosos acontecimientos de carácter algo reaccionario, no obstante Hergé previo a la Segunda Guerra Mundial tenía su punto conservador. Sin embargo, las líneas claras y el surrealismo estaban ahí. Me planteé comprar otros cómic de Tintín, pero es algo que abandoné como idea, por un tiempo.
Para y sueña (Mariana Romero-Nieva, 2015): Lo había comprado hacía poco en Domiduca de primera mano, pero lo leí durante el confinamiento. Hablé de él en Las notas de los cíclopes libreros. Conozco a la autora, con la que he coincidido en recitales en 2015. Tiene ya una edad avanzada. Me parece una gran poeta. En redes sociales pensé si no se sentiría más sola con el confinamiento y creí que por un lado era hora de leer este poemario y por otro escribirle una reseña que quizá le haría sentir que seguía estando ahí. Es un poemario siempre profundo y emocional, con un buen positivismo, aún pareciendo melancólico. La autora se ha ido transformando en una poeta reconocida.
Viaje del Parnaso (Miguel de Cervantes, 1614): Lo leí en una edición digital durante el confinamiento. Y lo leí para hablar de él en Las notas de los ciclopes libreros. La última obra de Cervantes era un extenso poema donde hacía un repaso a todos los escritores destacados de España y parte de Italia, ya fuese para bien o para mal, pues los buenos literatos se enfrentan en batalla a los malos literatos. Le valió más de una enemistad. Un libro lleno de fantasía y algo de humor que nos acerca tanto a todo un catálogo de escritores de su época, como a un Cervantes crítico y tal vez algún apunte encubierto sobre su vida personal. No es una obra de fácil lectura. Necesita de notas críticas aclaratorias.
Doña Perfecta (Benito Pérez Galdós, 1876): Me habían regalado este libro hace años y lo tenía en una estantería que reorganicé durante la pandemia. De hecho lo leí durante ella, recuerdo su lectura sentado en el suelo de mi terrazo acompañado de mi gata Reina. Si no recuerdo mal me lo regalaron o bien de una papelería del barrio que ya no lo vendía o quizá fue una amiga ya fallecida, de entre los libros que ya no quería tener por casa. En un pueblo de la España profunda se produce un fuerte enfrentamiento personal entre personas de diferentes generaciones e ideas sociales, políticas y religiosas, siendo el personaje más conservador y castrante de la sociedad una mujer llamada Perfecta. Galdós siempre me ha parecido un autor que sabe crear novelas muy perfectas en su construcción. Mide ritmos, construye personajes, hace que las historias se mezclen con la Historia y se adapte al servicio de los relatos personales... Quizá no sea el tipo de novela que ahora mismo atraen a la lectura a la primera, pero una vez que empiezas a leer sabes que es un acierto.
Astérix. La hija de Vercingétorix (Jean-Yves Ferri y Didier Conrad, 2019): Este cómic fue una alegría leerlo. Recibirlo me gustó mucho, aunque el día que lo trajeron a casa hubo un percance. Fue el día de mi cumpleaños durante el confinamiento. Cumplo años el mismo día que una muy querida amiga mía y desd hace muchos años nos regalamos mutuamente. Este año se me ocurrió sorprenderla mandándole a su casa una compra de un elemento de cocina que me había dicho que necesitaba y que con el confinamiento no tenía, pero a ella se le había ocurrido lo mismo sólo que con un regalo más por ocio, que ese este cómic, que me envió a través de librería Diógenes, que repartieron libros a domicilio a partir de un determinado momento posible del confinamiento. Era la primera vez que leía a Astérix adaptado por los nuevos autores. Estéticamente lo hacen igual. Los guiones están a la altura, aunque quizá un poco más adaptados a edades jóvenes, mientras que los antiguos eran más para toda edad. Supongo que en parte es por la historia donde una protagonista es una niña. Como sea, fue un regalo que me hizo sentir muy bien.
Astérix y Obélix: La hoz de oro (1960-1961), Y los godos (1962-1963), El galo (1960), La residencia de los dioses (1971) (Uderzo y Goscinny): La lectura del anterior y la muerte de Uderzo me hizo leer estos otros álbumes que había ido comprando de segunda mano en Domiduca y alguno de primera mano en Diógenes, salvo el de El galo, que lo compré en una librería de Madrid del barrio de Moncloa. Todos ellos leídos en el confinamiento. Estos cómic también eran caros en mi juventud y le pasaba lo que ha Tintín, pero de estos sí era más fácil ver las películas de dibujos animados en los días de Reyes. Pero ya dije en otras entregas que de mayor me dio por localizarlos y comprarlos de segunda mano y ahor atnego muchos. Me hago la colección poco a poco, sin prisa. Son divertidos y me devuelven algo de infancia. Pero también tienen algo de adultos si se saben leer con atención. Además, en Bachillerato nos los hacían leer en latín y todo ello es algo entrañable en mis recuerdos personales. Estas lecturas ligeras, por otra parte, permitían que mi cabeza se ocupara más de mi propia novela que estaba escribiendo, sin que le pesara historias de otras novelas y autores.
El Jarama (Rafael Sánchez Ferlosio, 1955): Julián Vadillo me había regalado este libro de una feria del libro antiguo de Alcalá de Henares, puede que de la de 2019. Lo leí ahora. Hablé de él en Las notas de los cíclopes libreros. Aprovechando la recolocación de libros en una de mis estanterías en el confinamiento y el buen sabor de boca que me dejó el de Tiempo de silencio, comencé a leerle. Me sorprendió descubrir el protagonismo de Alcalá de Henares en esta novela. lo leí entre la terraza y mi salón, con y sin gata. Creo que fue el primero en el que ya podía desplazarme para ir a trabajar, pero no para mucho más. Así que recuerdo pensar en el libro cuando el autobús pasaba a la altura de San Fernando de Henares y de Coslada. El autor era un autor del que nos hablaba mucho de él un viejo profesor común en Bachillerato. Supongo que lo aprecié tardíamente más ahora, aunque más por la recomendación de mi amigo Julián que por aquel profesor, aunque le profesor siempre estuvo ahí, y sus lecciones bien aprendidas. La historia de un grupo de jóvenes que van a pasar un día en el río en lo que fue escenario de una batalla de la guerra civil, pero esto se intuye más que se dice. El drama llegará.
El efecto Tyndall (Javier Rodríguez Álvarez, 2020): El librero alcalaíno ya retirado Javier Rodríguez publicó este libro aquel 2020 y fue el primero que fui a comprar precisamente a su Libreria de Javier o Librería Cervantes, nada más poder ya dar paseos largos todos tras la parte más dura del confinamiento. o leí y hablé de él en Las notas de los cíclopes libreros. Le pedí que me lo firmara, pero se negó con la excusa de que lo haría cuando lo leyera. La cosa es que no lo hizo y repitió jugada cuando le compré la segunda parte. En fin. La novela tuvo muchos commpradores y bastantes críticas en medios. Él mismo hablaba de ella en un espacio de radio que tenía en SER Henares. Una historia de una mujer de ciudad que se va a vivir a un pueblo de la siera madrileña, donde funda una librería y revoluciona a las mujeres de allí. En medio de ello hay una historia de amor encubierta y la España de Franco, que va languideciendo para dar paso a la Transición. Se narra lo que eso suponee para las mujeres y para el mundo homosexual, pero también aparecen algunas imágenes de Alcalá de Henares en aquellas épocas.
Las puertas de la percepción (1954); Cielo e Infierno (1956) (Aldous Huxley): Son dos libros, sólo que yo los compré juntos en un sólo volumen. Quería leer el primer libro desde adolescente, cuando supe de su existencia no tanto por Un mundo feliz, sino por el grupo musical The Doors. Lo compe de primera mano en una librería de Moncloa. Son dos ensayos. En el primero Huxley experimentó con las alucinaciones alterando su percepción consumiendo LSD. En el segundo reflexiona sobre la estética y lo moral. El primero, por otra parte, hace consideraciones sobre el Arte y cómo percibirlo que me hizo pensar mucho sobre la relatividad de cómo vemos las cosas y las infinitas posibilidades de coloes y formas dependiendo quién y cómo mire. No es mera estética, sino también todo el mundo interior y vivencias de la personas del que mira lo que hace que la mirada sea diferente siempre, siendo imposible un sentido único y estable. Lo que sintió Van Gogh pintando su cuarto es imposible de saberlo por mcuhas aproximaciones que se traten de establecer, pero igualmente para mi propia percepción. Luego Huxley hablaba de liberadores y otras dimensiones, pero eso está ya más unido a la experiencia lisérgica. En esto como en todo hay que saber lo aprovechable para cada uno.
El cuento de la isla desconocida (José Saramago, 1997): Es un pequeño librito que recoge un cuento brreve que es una rareza que escribió el autor con fines solidarios. Lo conseguí de segunda mano en Domiduca. Cuento con moraleja metafórica. No sé si lo compré más por Saramago o por coleccionismo. Supongo que en el futuro se revalorizará como objeto.
Sin grises (David Escarpa, 2020): Un amigo mío desde hace muchos años. Buen músico y buen autor de cómic. Precisamente sacó este librito de cómic en junio y fui a comprarlo en su presentación. Es un recopilatorio de varias de sus ilustraciones de humor. Hablé de él en Las notas de los cíclopes libreros. Muy sugerente. Lo promocioné por mis redes, aún había algo de confnamiento.
El perfume del invisible (Milo Manara, 1985): Lo leí, creo recordar, por primera vez en digital, pero con el tiempo lo compré en papel en segunda mano. En esta ocasión creo que fue la digital, si me equivocara, el ejemplar de papel lo tengo de segunda mano de Domiduca. Sinceramente, admiro a Manara, es algo más que un autor de cómic erótico, aunque esta obra en concreto es muy evidentemente erótica. Él sabe hacer guiones con más sustancia que el mero sexo, aunque en este caso primer lo erótico, aunque también el humor. También es uno de los grandes autores del cuerpo y de los paisajes y recreaciones, y cuando quiere sabe darle literatura. En este caso es un cómic muy de la década de 1980 más erótica, por lo que es más un "juguete" para las fantasías, pero es uno de sus clásicos. Inspirado, claro está, en el hombre invisible.
Industrias y andanzas de Alfanhuí (Rafael Sánchez Ferlosio, 1951): Como sabía que en este libro también aparecía el Henares a su paso por Alcalá de Henares, de forma breve, lo compré en Domiduca de segunda mano en la misma colección de el diaro El Mundo ya mencionada con Martín-Santos. Hablé de él en Las notas de los cíclopes libreros. Esta es una de sus novelas más conocidas, aunque él habló de ella rebajándola bastante según fue ganando años y más profesón literaria. Sin embargo es una novela bastante instructiva y con un punto de fantasía en medio del realismo. Hay que saber verla. Funciona como una novela de viaje tanto físico como interior. Habla en buena parte del desarraigo y cómo afecta eso a la persona. La falta de sentirse propio de un sitio. El embrutecimiento y el intentar hacerse uno mismo.
Anacleto, agente secreto (Vázquez, 2020?): Se trata de un tmo recopilatorio de historietas publicadas en la década de 1970 por Bruguera. Está dentro de una colección de cómics de humor de Bruguera. Lo compré en la Papelería Ana de Alcalá de Henares. Este personaje es uno de los que más me hcían reir de niño, y por eso lo compré y por admiración a Vázquez. Puro surrealismo inteligente, no es mero humor de mamporrazo, esto es algo más. Una maravilla.
Super López, la Casa Amarilla (Jan, 2006): Otro personaje de Bruguera que me hacía reir bastante de niño y cuya película también me ha hecho reir. No pude tener ninguno de los cómic que tuve de niño y me encontré este cómic en Papelería Reyes Católicos. Compré uno para mí y otro para la amiga que me envió el cómic de Astérix, porque sale un pintor que le gusta bastante, Van Gogh. No es el humor de Jan en los 1980, este cómic es de 2006 y es otra cosa, pero es el personaje. No está mal, pero tiene otra mirada más de adulto, incluso por el propio autor.
El hombre del Caribe (1976), El hombre de Somalia (1979), El hombre del sertón (1987) y El hombre del Gran Norte (1980-1981) (Hugo Pratt): Posiblemente haya cometido fallos en las dataciones. Se trata de historias de cómic que publicaba Hugo Pratt entre la década de 1970 y la de 1980 en revistas dentro de la colección "Un hombre una historia". Actualmente se publican como álbumes independientes con otros nombres y eso hace difícil localizarlas con su nombre original. Las reeditaron dentro de la colección sacada en 2019-2020 que yo compraba en la paepelería del Metro de Moncloa. Historias de aventuras más menos de grandes gestas humanas de determinados personajes ficticios, al margen de valoraciones éticas o morales, pues una de estas historias en realidad narra la historia de una persona que pierde la razón de manera criminal. Quería completar Pratt con estas historias, porque de algunas había leído algunos detalles de la evolución creativa del autor y quería leerlas.
El testimonio de Yarfoz (Rafael Sánchez Ferlosio, 1986): Supe que en este libro de "épica" Sánchez Ferlosio se había inventado toda la historia de un reino con un heredero destronado y amenazado tras un golpe de Estado y un conflicto bélico en una época prehistórica, pero en un territorio que, según los analistas, se trata ni más ni menos que hasta cierto punto la antigua Carpetania, donde se encuentra también Alcalá de Henares. Hablé de él en Las notas de los cíclopes libreros. Así que me lo compré en Librería Diógenes y me lo leí con atención. Fue aquí donde descubrí en el autor una increible labor de construcción de un mundo, un lenguaje y una mitología previamente inexistente tremmendo. Debió costarle varios años de creación y estudio para que todo cuadrara. Lo sorprendente de todo es que hacia el final del libro termina hilvanando todo de tal manera que deja justifiado el periodo de la Transición española en una especie de alegoria. Es por tanto también una reflexión política y filosófica. No es un libro de lectura rápida. Requiere de mucha reflexión. Pero es un libro maestralmente escrito y pensado. No es fácil de leer ni lo que uno espera de la épica, pero es un libro que demuestra unas dotes creativas y de pensamiento del autor más allá de sus libros más conocidos. Lo leí con mucha atención.
Sin noticias de Gurb (Eduardo Mendoza, 1990): No lo leí cuando se supone que hay que leerlo, en la juventud. Lo compré para regalarlo durante el 15M de 2011 a una compañera que cumplió años durante el campamento, pero yo lo compré ahora de segunda mano en Domiduca. Cierto es que es una comedia que tiene sus puntos, pero la verdad es que creo que tiene muchos chistes construidos a través de cosas de la cultura popular del final de la década de 1980 y principios de 1990 en España. Yo viví esa época y los entendí, algunos chistes han envejecido mejor que otros. Creo que en el futuro, si no ya, necesitará de ediciones críticas para explicar algunos de esos chistes a generaciones futuras. En todo caso, en líneas generales es un libro que se entiende y manda un mensaje inteligente sobre la sociedad consumista actual a través de un extraterrestre. Para mí tiene el "pero" citado, aunque se le reconoce su gran éxito y sus muchos seguidores.
El asombroso viaje de Pomponio Flato (Eduardo Mendoza, 2008): Lo compré junto al otro en Domiduca y lo leí seguido. Se entiende mejor, ya que su historia tiene referentes más universales, menos concretos. Un crimen en Jerusalén en los tiempos que Cristo predica y va a ser crucificado. Un romano lo investigará como si fuera una novela clásicas de detectives. Y ahí saltan diversas escenas de humor que cuestionan diversas cosas sociales y del relato religioso. No es que esto sea algo totalmente inédito, pero la historia es divertida y funciona. A fin de cuentas, Mendoza es un Premio Cervantes.
El rey Mono (Milo Manara y Silverio Pisu, 1976): Lo encargué y compré en Librería Diógenes. Hacía mucho que quería leerlo y tenerlo. Es la cuarta obra de Manara, aunque es coautor. Es una obra que le consagró. Recoge una vieja leyenda japonesa que ellos revisitan y ponen en términos eróticos, aunque en realidad tiene más de relato japonés de mito de dioses, que de erotismo. Tiene mucha experimentación y algo de barroquismo. No es lo más usual de ver ahora en Manara, pero fue una obra iniciatica que es una referencia en él. Pintada en blanco y negro. Estéticamente bella y un trozo de la mitología oriental.
Letras Libres, especial George Orwell (varios autores, 2020): Lo compré en un quiosco de prensa de Moncloa. Lo leí entero por interés y para el tema de la censura de mi libro Superman, Batman y Franco. Contiene ensayos sobre Orwell pero también muchos artículos que escribió él sobre censura, mentiras en prensa y manipulación en la Europa de Hitler y Stalin.
Una vasta elegía (Salustiano Masó, 1976): Localicé el libro por Iberlibro en una librería de viejo de Cantabria o Asturias. Lo pedí y hubo problemas en Correos con temas de restricciones por la pandemia, pero lo conseguí. Masó es un poeta de Alcalá que también fue traductor con premios de diversas clases. Escribí de él varias veces porque es de los grandes poetas que ha dado Alcalá en el siglo XX, aunque muchos alcalaínos no le conozcan. La revista Vasos Comunicantes me pidió escribir de él para ellos, y de ahí la compra y lectura de este poemario. Hablé de él en Las notas de los cíclopes libreros. Para mí este es uno de sus mejores poemarios.
Canto para la muerte (Salustiano Masó, 1968): También busqué en Iberlibro este otro, lo compré y lo leí con ocasión de lo ya contado. Hablé de él en Las notas de los cíclopes libreros. En este poemario es algo experimental y se atreve a deslizar, como buenamente puede, alguna crítica política social a la dictadura, pero es discreto, porque la época era la que es. Sorprendentemente se atreve a presentarse como agnóstico. Un poemario para leer también dispuesto a pensar verso a verso.
La sombra del cóndor (Gerardo Balsa, 2019): Es un cómic que me regaló tardiamente por mi cumpleaños un amigo gran aficionado a los aviones de guerra. Se trata de un relato sobre un aviador en la guerra civil española. Su punto fuerte es la gran precisión de dibujo de los aviones y sus combates. Líneas muy claras y muy técnico. El resto de guion es menos complejo.
Las ratas (Miguel Delibes, 1962): Lo compré de segunda mano en Domiduca. Narra la historia de un pueblo muy atrasado de la postguerra, donde hay mucho analfabetismo, hambre y miseria. La caza de ratas para comer es algo que está en el aire en medio de rencores de pueblo. Este es otro de esos autores que leerlo siempre acierta. Estaba en este año leyendo mucho realismo social, como se ha podido ver, por lo que este iba completando esas apetencias.
Los atentados contra Franco (Eliseo Bayo, 1976): Es uno de esos libros que a los meses de morir Franco se publicaron en España, aún sin haber cambiado del todo el régimen. El autor es anarquista y habla de los atentados anarquistas contra Franco con el conocimiento posible que él tiene con documentos anarquistas desde la guerra civil en adelante y hasta donde él puede llegar en 1976. Fue en su día de lo más avanzado que se pudo leer en España sobre esto. Es un libro de referencia histórica, aunque ahora mismo esta temática está más profundizada y avanzada. Lo compré de segunda mano en Domiduca, en su primera edición orginal.
No temer a los fantasmas -relatos- (varios autores, 1979): Lo compré de segunda mano en Domiduca. Lo leí en busca de un relato que contar en Halloween, pero luego leí de otro libro. Son relatos clasícos de la antigua China. Curiosamente el libro está publicado en español por la propia China y la orientación de estos cuentos de fantasmas no se narran con intención de terror, sino que cotienen explicaciones adoctrinadoras desde el comuniso chino que usan estos relatos para explicarlos desde los miedos sociales por los cuales sea bueno entenderlos como herramientas de control y explotación social con el uso del miedo. El punto de vista es curioso, pero no dejan de ser historias antiguas de fantasmas chinos y nos aproximan a esa cultura también. Algunas cosas difieran culturalmente de nosotros.
Retrato del artista cachorro (Dylan Thomas, 1940): Lo compré de segunda mano en Domiduca. Siempre quise leerle desde que supe de su influencia en Bob Dylan. Había leído poemas, pero no la novela. Inspiró a numerosos beatniks posteriores y a parte de la generación perdida. Tiene algunas cuestiones autobiográficas y reinvindicaciones obreras. Quizá no lo leí en el momento más idóneo, pero me interesó igualmente.
Light and Bolt (Trillo y Bernet, 1990): Comprado este cómic de segunda mano junto al citado de Custer. Historia de personajes duros aparentemente incompatibles entre sí, pero totalmente dependientes el uno del otro. Como la bella y la bestia, pero con violencia.
Vindicación de los derechos de la mujer (Mary Wollstonecraft, 1792): Hablé de él en esta misma bitácora, Noticias de un espía en el bar. Lo encontré de casualidad en la Papelería de Reyes Católicos y lo compré. Ella es una de las primeras feministas de la Historia tal como la entendemos hoy día con militancia y con un cuerpo de ideas desarrolladas y conscientes sobre los derechos de la mujer. Fue la madre de Mary Shelley. Es una de las voces de la Ilustración a la que se le está prestando más atención ahora, aunque, a pesar de que era anglosajona, su voz fue escuchada entre las mujeres de la revolución francesa. Frente a los derechos del hombre ella proclamó los derechos de la mujer, aunque ciertamente tiene un punto de vista clasista y tal como habla de los derechos de la mujer, da preferencia a la mujer burguesa, como si la clase otorgara unos derechos pero no otros. Sea como sea, estamos en los inicios de los postulados, igual que en otras cuestiones de hombres y mujeres en esos años, por lo que ya su postulado era un gran avance. Lo compré y lo leí, porque lo conocía, pero no lo había leído, y completé algo más m bilbioteca de filosofía. Sin embargo no hjay que olvidar que el feminismo en España no entra tanto del lado de las mujeres burguesas, sino de las ideas anarquistas en el siglo XIX.
SuperMortadelo, nº 93 (Francisco Ibáñez, 1972): Comprado de segunda mano en Domiduca. Siempre se me quedó morriña de los cómic que tuve de niño. Este no lo tuve, pero me aproximaba. Además, los Mortadelos antiguos siguen teniendo su punto de gracia.
Poemas para llevar en el bolso (Antonio eMe/María S, 2016): Comprado de primera mano en Domiduca. Un breve poemario, casi epistolario, en el tono romántico de Antonio eMe. Quría completar su bibliografía en mi casa. Hablé de él en Las notas de los cíclopes libreros.
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