En el anochecer del sábado 14 de marzo comenzaba el estado de alarma preanunciado dos días antes y anunciado su día formal de puesta en funcionamiento el viernes 13, un día antes. No hubo estado de alarma completo ese día 14, solo fueron las últimas horas, por lo que lo más correcto es comenzar a contar los días a partir del día 15, que ya habría transcurrido un día completo, siguiendo esa lógica habrían pasado hoy noventa y ocho días de estado de alarma a nivel estatal. Ahora bien, hay quien cuenta el mismísimo día 14 como día completo en estado de alarma, aunque no fue así... No fue así a nivel estatal, porque sí fue sí hubo comunidades autónomas y algunas localidades y regiones que sí entramos en confinamiento oficial aquel mismo sábado desde el principio de él mismo a las 00:00 horas de la noche del viernes 13 al 14, fue el caso de la Comunidad de Madrid. Eso nos pone en que han pasado noventa y nueve días. Claro que hay gente que cuenta como parte de todo esto el viernes 13 completo, cuando se anunció oficialmente que sería el sábado cuando entraríamos en el estado de alarma, eso lo pone hoy en cien días, pero dado este tecnicismo que realmente no cumple con lo estricto del estado de alarma, ¿por qué no contar entonces el preanuncio de que se iba a tomar la decisión en algún momento, el cual fue el jueves 12 de marzo, lo que nos pone en ciento un días? Pongamos la referencia del día propio, el sábado 14, lo que nos pone en los citados noventa y nueve días oficiales de estado de alarma y confinamiento. Lo que sí estaremos de acuerdo todos es que el anuncio oficial y la ley ha fijado sin orden de duda que hoy es el último día del estado de alarma tan histórico que hemos vivido, y tan excepcional. Esta noche del sábado 20 de junio al domingo 21, a las 00:00 horas, en cuanto empiece formalmente el domingo, se acaba el estado de alarma prorrogado por el gobierno y el Parlamento de manera dura y bronca varias veces a lo largo de estos tres meses y diez días transcurridos. Mañana, el día cien, es el primer día en el que volvemos a un gobierno con poderes normales, aunque algunas de las medidas de este estado de alarma se prolongarán mediante un decreto ley del gobierno central y las normativas y leyes específicas que desarrollen cada comunidad autónoma para su territorio.
Este estado de alarma se ha llevado por delante el final del invierno, lo que era fácil al empezar en 14 de marzo, pero lo que nadie se esperaba es que también nos ha eliminado de golpe la primavera de 2020, al menos en cuanto a nuestra vivencia humana, pues está claro que la Naturaleza la ha aprovechado y mucho. Empezó el 21 de marzo, como fecha convencional en el calendario, y a nadie se le escapa que justo entre hoy y mañana termina esta estación del año y comienza el verano. Termina el estado de alarma justo cuando comienza el verano. ¿Quién me ha robado el mes de abril?, que preguntaba Joaquín Sabina en una canción que quizá cobre un sentido que tópicamente se le una a hipotéticas y futuras producciones de televisión y cine cuando hagan realizaciones de cine o series ambientadas en la pandemia de la Covid-19 de este 2020.
Ha sido una primavera cuando menos excepcional. Excepcional en España y excepcional en el mundo. Aunque las circunstancias han sido biológicas, las decisiones han sido políticas y sociales. Nunca antes la humanidad entera había alcanzado un consenso pacífico ante un problema común, aunque este consenso haya tenido sus lógicas variantes en diversos puntos del planeta. Crea un antecedente más o menos sano de cara a afrontar otros graves problemas que están en marcha, como el cambio climático. Pero para ello hay que tener reflexión y análisis sobre todo lo ocurrido estos meses, si bien en el conjunto del mundo es ahora cuando se están entrando en las fases más graves de la pandemia, al alcanzar cotas de propagación y mortandad altamente elevadas en el continente americano y a la espera de ver qué ocurrirá en África, todo ello mientras existe la amenaza real de un repunte grave que ya ha amagado con seriedad en China.
Quizá una de las vías a analizar es que parte de todo este problema pasa por revisar y tal vez modificar severamente o finiquitar el sistema capitalista, tanto por ser origen de la pandemia al esquilmar la Naturaleza y provocar el cambio climático que ha favorecido el salto del virus al ser humano, como por demostrar su carácter altamente egoísta e injusto, así como desfavorecer a todos aquellos que han quedado internacionalmente descolgados del mercado productivo en favor de los tejemanejes de grandes empresarios y gobiernos que juegan en el mundo como partidas de ajedrez sutiles de las que en general el común de los humanos no nos enteramos hasta que nos estalla en la cara su resultado maquiavélico.
Si en algún momento había que repensar y replantear el socialismo es ahora que también lo requiere el capitalismo. A fin de cuentas los sistemas socioeconómicos no siempre fueron los mismos, ni los valores de la humanidad asociados a cada uno. El feudalismo tenía los suyos; las ciudades-Estado griegas también; el imperialismo respondía a sus propias pautas más o menos similares pero con sus peculiaridades ya sea en Egipto, la antigua Roma, la España del Renacimiento o la Gran Bretaña del siglo XIX; en el siglo XVII los franceses desarrollaron el mercantilismo tras colapsar poco a poco el sistema feudal y la organización social por estados sociales, el mercantilismo fue un sistema socioeconómico al que se acogió toda Europa hasta que surgió el capitalismo, fue un paso previo que derribaba social y económicamente todo, mientras, a la par, se vivía un brote de peste negra y una guerra de treinta años que algunos historiadores analizan como antecedente no exacto a lo que sería una guerra mundial tal como la entenderíamos hoy día.
Hemos tenido una primavera confinados, pero ahora comienza el verano. Ya se podrá hacer cosas como ir de Alcalá de Henares a Azuqueca de Henares sin motivos exclusivamente laborales, cambiando así de la provincia de Madrid a la de Guadalajara, cosa que durante todo el estado de alarma ha sido ilegal. Saludos y que la cerveza os acompañe.
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