Las ferias y fiestas de Alcalá de Henares comenzaron el pasado sábado 25 de agosto y ahí están durando hasta que el próximo domingo el desfile de carrozas y el castillo de fuegos artificiales cierren sus actos por la noche. Entre medias buena parte del plantel más llamativo está por venir, como pueden los muy esperados y más que comentados conciertos de los japoneses The Neatbeats y de los españoles Sobrinus (estos tocaron cuando iniciaron su carrera en Alcalá de Henares en dos ocasiones, y como conciertos programados fuera de fiestas y festejos, tras muchos años de separación se reagruparon el año pasado y este año vuelven a Alcalá). Claro que ya hubo previamente, en las fiestas de los Santos Niños a comienzos de agosto, un gran conciertazo, también gratuito, con Mozart Heroes, que por gustar gustaron sorprendentemente hasta a la gente de la tercera edad. Yo también estuve allí y merecieron la pena muy mucho. Hay que reconocer que en el apartado musical este año se han hecho muy bien los deberes en los conciertos gratuitos, si bien en los conciertos de pago se sigue dando bandazos al volante en plena carretera, aún queriendo respetar a todos los gustos es inexplicable que se siga programando a un determinado tipo de músicos para tocar dentro del escenario estrella, que son las murallas (por sus dimensiones y por su estética), Dúo Dinámico (cada vez menos dinámico), Hombres G (por enésima vez de conciertos en nuestras ferias), Seguridad Social (y ojo, que a mí estos me gustan y disfruté mucho el que dieron gratuito en la Plaza de Cervantes... en los años 1990) y otros. Por supuesto, tienen su público. Y a mí mismo me gustan varias de las elecciones, como esos Seguridad Social o algunas canciones de los dos también ya citados, quizá Sara Baras y Diego "El Cigala" sean lo mejor elegido para el escenario grande que son las murallas. Pero desde luego a mí me da la sensación que los conciertos que están más en sintonía con el día de hoy son los gratuitos del Campo de la Paloma. Y no despreciemos nunca, porque hacen su función, el escenario menor de todos (al margen de los conciertos que programen las peñas en sus recintos, como Los Jardineros con su festival de todos los años), el escenario del kiosco de música de la Plaza de Cervantes, que ofrece dos pases, uno para gente mayor y otro para gente más joven donde suelen sonar temas precisamente propios de los años 1990 y 2000 de grupos que a menudo son lo que copan el escenario de la muralla. Estos son los conciertos de las orquestas y, sinceramente, algunas veces dan muchos buenos momentos. Todo es acertar en la orquesta. Es más humilde pero no menos divertido. He bailado más con estos conciertos en años anteriores que en algunos de los dos escenarios más grandes. Como sea, anotáos The Neatbeats y Sobrinus que no os van a defraudar.
Pero las fiestas son algo más que música. Las peñas cumplen su función con las comparsas que acompañan a gigantes y cabezudos y con los juegos para niño. Los títeres y el teatro tienen también unas jornadas extensas estos días, y las exhibiciones de danzas. Los actos solidarios de comida. El ejército y sus exhibiciones, las exposiciones de obras de arte o de coches antiguos (la gran mayoría de cuando yo era niño y adolescente, allá entre los años 1980-1990, o envejezco o se desplaza la fecha de antiguo), etcétera. Siempre lo digo, de todos modos, las fiestas lo mejor que tienen es que son un lugar de encuentro de amistades y familiares que hace tiempo que no se ven. Gracias a estas fiestas, por ejemplo este año, un año más he podido reencontrarme con amistades que se fueron a vivir a otros países con la crisis económica y nunca más volvieron, salvo por estas fechas, y algunos otros que teniendo hijos ya sólo salen casi en este tipo de actos tan sólo. Hay que entender que las ferias y fiestas son algo más que un montón de eventos programados, son una oportunidad de reencuentro.
Este año el pregón de fiestas lo dieron las peñas. Raro es el pregón que me he perdido en mi vida desde que me llevaban mis padres de niño. Alguno me perdí de más mayor, pero pocos, muy pocos. Aunque era un merecido reconocimiento a la labor de las peñas en las fiestas (a pesar de que el pregonero lo votan las peñas, por lo que tuvieron que votarse a sí mismos para dar el pregón) tengo que decir que a mí este año no me gustó el pregón. Me pareció el peor de todos los que he visto. Y lo siento mucho, conozco a mucha gente metidas en peñas, incluida una de las personas que leyeron desde el balcón del ayuntamiento. No me gustó un pregón grabado y proyectado en una gran pantalla sobre la fachada del ayuntamiento y sobre el kiosco de música. Nos obligaban a ver una película, una pantalla, como si no viéramos suficientes pantallas en este mundo moderno. Un ritmo lento y serio, aburrido, diciendo cosas sin gran sustancia y queriendo hacer algo de comentario cultural cuando a las peñas, a pesar de que tienen gente muy culta entre ellos, no les caracteriza un afán de expandir la Historia y Literatura de la ciudad de una forma formal y sesuda. Años y años pidiendo que se tiren los papeles del pregón o gritando al pregonero, lo que tenía su gracia, para que ahora, con pantalla y gran altavoz, nos pusieran a escuchar a ritmo lento propio de anuncio de Telemadrid, una especie de paradójico e hipotético "Alcalaínos por Alcalá". ¿Pues no van a estar en Alcalá los alcalaínos y a saber los alcalaínos de las cosas de Alcalá? En fin, lo mejor del pregón, con creces, y muchas gracias por ello, fue el peñista que cantó y tocó una canción a la ciudad. Fue lo mejor, lo salvable del pregón. Y lo siento mucho, pero es así. Ese músico sí entendió muy bien cuál era la función de un peñista como pregonero de sus fiestas.
Lo que sí ha sido un aciertazo ha sido el cartel de fiestas, pintado por Malagón, el ilustrador que vive en Alcalá y colabora con diferentes revistas y periódicos con dibujos de humor. Ha representado a una gran cantiada de personas reales que se suelen ver por el centro ciudad. Ha llegado incluso a firmar carteles en Santa María la Rica. Me gusta. Ha recogido un espíritu.
Quizá una de las novedades más trascendentales para la Historia de la ciudad es el estreno el mismo día del comienzo de ferias de la peatonalización de la mitad de la Plaza de Cervantes, la mitad que en otra época, en el siglo XVI, perteneció al concejo, mientras la que se ha quedado con las vías para circulación de automóviles son las que correspondían a la Universidad. Las obras han sido muy rápidas este agosto, pero aparentemente se ha acabado la obra bien. Queda bonito. Las nuevas losas de granito verdugadas de adoquines para desaguar el agua de lluvia en las alcantarillas sintonizan bien con el conjunto entre medieval y resto de siglo en adelante que fueron cambiando la fisonomía de la plaza en sus edificios y en la propia plaza. Cuando yo era niño la Puerta de Madrid veía pasar los coches por debajo de ella y estos podían circular por la Calle Mayor. Hace ya unas décadas que la Puerta de Madrid tiene una plaza peatonal y que por la Calle Mayor no pueden circular más coches que los que a horas restringidas proveen de mercancía a los comercios. La semipeatonalización de la Plaza de Cervantes es sólo otro pequeño cambio que no tiene porqué ser malo, como se ha dicho desde las posturas más conservadoras. Es sólo un cambio. Un cambio como lo dio Ávila en su día, Madrid en varias de sus calles principales hace ya años, o cualquier otra ciudad. No les ha ido mal. No es un cambio a malas. Y tal como va el clima y la evolución de las ciudades, es necesario empezar a ir cambiando hábitos. Todos los años miden en El Encín la radiación por aquello de que hubo una bomba de rayos gamma allí (Noticia 563ª), y en comparación con los niveles de radiación que se recogían en la Plaza de Cervantes, resultaba que había más radiación en el centro de la ciudad que en aquel lugar. Esto se debe a la contaminación principalmente, sobre todo a la de los automóviles. Peatonalizar es necesario. Nos va mucho en ello. Es cierto que hay que mejorar el transporte público urbano y modificar o introducir rutas de un modo diferente a cómo se ha hecho (hay que hacerlo de un modo útil de verdad), y es cierto que es excesivo e incomprensible el plan de rotondas que han ideado, pero lo que está sujeto a mejora que no empañe una labor necesaria como era esa peatonalización, que por otra parte no es tan restrictiva como la que llevó a cabo el PSOE-IU de comienzos del siglo XXI, con Peinado de alcalde y Machota de segundo alcalde.
Estamos de fiestas. Aún no me he prodigado mucho por ellas, algo pero no mucho, porque tengo otras cuestiones que atender estos días y, además, ayer y hoy, he combinado esas cuestiones de ineludible atención, como el reparto del periódico El Salto, con disfrutar de mi gata en mi casa. Aunque sí he tenido ese encuentro de amigos de cada año, impagable. Me he cruzado con un par de desfiles de gigantes y cabezudos, por ejemplo en mi barrio, con una música muy divertida este año. Y pienso que las citas que más me atraen de estas ferias de este año, comienzan a partir de mañana, quizá más bien del jueves. Saludos y que la cerveza os acompañe.
Pero las fiestas son algo más que música. Las peñas cumplen su función con las comparsas que acompañan a gigantes y cabezudos y con los juegos para niño. Los títeres y el teatro tienen también unas jornadas extensas estos días, y las exhibiciones de danzas. Los actos solidarios de comida. El ejército y sus exhibiciones, las exposiciones de obras de arte o de coches antiguos (la gran mayoría de cuando yo era niño y adolescente, allá entre los años 1980-1990, o envejezco o se desplaza la fecha de antiguo), etcétera. Siempre lo digo, de todos modos, las fiestas lo mejor que tienen es que son un lugar de encuentro de amistades y familiares que hace tiempo que no se ven. Gracias a estas fiestas, por ejemplo este año, un año más he podido reencontrarme con amistades que se fueron a vivir a otros países con la crisis económica y nunca más volvieron, salvo por estas fechas, y algunos otros que teniendo hijos ya sólo salen casi en este tipo de actos tan sólo. Hay que entender que las ferias y fiestas son algo más que un montón de eventos programados, son una oportunidad de reencuentro.
Este año el pregón de fiestas lo dieron las peñas. Raro es el pregón que me he perdido en mi vida desde que me llevaban mis padres de niño. Alguno me perdí de más mayor, pero pocos, muy pocos. Aunque era un merecido reconocimiento a la labor de las peñas en las fiestas (a pesar de que el pregonero lo votan las peñas, por lo que tuvieron que votarse a sí mismos para dar el pregón) tengo que decir que a mí este año no me gustó el pregón. Me pareció el peor de todos los que he visto. Y lo siento mucho, conozco a mucha gente metidas en peñas, incluida una de las personas que leyeron desde el balcón del ayuntamiento. No me gustó un pregón grabado y proyectado en una gran pantalla sobre la fachada del ayuntamiento y sobre el kiosco de música. Nos obligaban a ver una película, una pantalla, como si no viéramos suficientes pantallas en este mundo moderno. Un ritmo lento y serio, aburrido, diciendo cosas sin gran sustancia y queriendo hacer algo de comentario cultural cuando a las peñas, a pesar de que tienen gente muy culta entre ellos, no les caracteriza un afán de expandir la Historia y Literatura de la ciudad de una forma formal y sesuda. Años y años pidiendo que se tiren los papeles del pregón o gritando al pregonero, lo que tenía su gracia, para que ahora, con pantalla y gran altavoz, nos pusieran a escuchar a ritmo lento propio de anuncio de Telemadrid, una especie de paradójico e hipotético "Alcalaínos por Alcalá". ¿Pues no van a estar en Alcalá los alcalaínos y a saber los alcalaínos de las cosas de Alcalá? En fin, lo mejor del pregón, con creces, y muchas gracias por ello, fue el peñista que cantó y tocó una canción a la ciudad. Fue lo mejor, lo salvable del pregón. Y lo siento mucho, pero es así. Ese músico sí entendió muy bien cuál era la función de un peñista como pregonero de sus fiestas.
Lo que sí ha sido un aciertazo ha sido el cartel de fiestas, pintado por Malagón, el ilustrador que vive en Alcalá y colabora con diferentes revistas y periódicos con dibujos de humor. Ha representado a una gran cantiada de personas reales que se suelen ver por el centro ciudad. Ha llegado incluso a firmar carteles en Santa María la Rica. Me gusta. Ha recogido un espíritu.
Quizá una de las novedades más trascendentales para la Historia de la ciudad es el estreno el mismo día del comienzo de ferias de la peatonalización de la mitad de la Plaza de Cervantes, la mitad que en otra época, en el siglo XVI, perteneció al concejo, mientras la que se ha quedado con las vías para circulación de automóviles son las que correspondían a la Universidad. Las obras han sido muy rápidas este agosto, pero aparentemente se ha acabado la obra bien. Queda bonito. Las nuevas losas de granito verdugadas de adoquines para desaguar el agua de lluvia en las alcantarillas sintonizan bien con el conjunto entre medieval y resto de siglo en adelante que fueron cambiando la fisonomía de la plaza en sus edificios y en la propia plaza. Cuando yo era niño la Puerta de Madrid veía pasar los coches por debajo de ella y estos podían circular por la Calle Mayor. Hace ya unas décadas que la Puerta de Madrid tiene una plaza peatonal y que por la Calle Mayor no pueden circular más coches que los que a horas restringidas proveen de mercancía a los comercios. La semipeatonalización de la Plaza de Cervantes es sólo otro pequeño cambio que no tiene porqué ser malo, como se ha dicho desde las posturas más conservadoras. Es sólo un cambio. Un cambio como lo dio Ávila en su día, Madrid en varias de sus calles principales hace ya años, o cualquier otra ciudad. No les ha ido mal. No es un cambio a malas. Y tal como va el clima y la evolución de las ciudades, es necesario empezar a ir cambiando hábitos. Todos los años miden en El Encín la radiación por aquello de que hubo una bomba de rayos gamma allí (Noticia 563ª), y en comparación con los niveles de radiación que se recogían en la Plaza de Cervantes, resultaba que había más radiación en el centro de la ciudad que en aquel lugar. Esto se debe a la contaminación principalmente, sobre todo a la de los automóviles. Peatonalizar es necesario. Nos va mucho en ello. Es cierto que hay que mejorar el transporte público urbano y modificar o introducir rutas de un modo diferente a cómo se ha hecho (hay que hacerlo de un modo útil de verdad), y es cierto que es excesivo e incomprensible el plan de rotondas que han ideado, pero lo que está sujeto a mejora que no empañe una labor necesaria como era esa peatonalización, que por otra parte no es tan restrictiva como la que llevó a cabo el PSOE-IU de comienzos del siglo XXI, con Peinado de alcalde y Machota de segundo alcalde.
Estamos de fiestas. Aún no me he prodigado mucho por ellas, algo pero no mucho, porque tengo otras cuestiones que atender estos días y, además, ayer y hoy, he combinado esas cuestiones de ineludible atención, como el reparto del periódico El Salto, con disfrutar de mi gata en mi casa. Aunque sí he tenido ese encuentro de amigos de cada año, impagable. Me he cruzado con un par de desfiles de gigantes y cabezudos, por ejemplo en mi barrio, con una música muy divertida este año. Y pienso que las citas que más me atraen de estas ferias de este año, comienzan a partir de mañana, quizá más bien del jueves. Saludos y que la cerveza os acompañe.
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