5.933.300 personas oficialmente desempleadas según la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada hoy, 29 de abril, lo que es un muy ligero descenso porcentual en el paro español en un 0'4% respecto al año 2013 en las mismas fechas mensuales. Es la mejor EPA interanual desde 2005. Las grandes cifras macroeconómicas son también ligeramente, tan ligeramente que es de risa, favorables para España desde hace tres o cuatro meses. Las instituciones europeas y las instituciones económicas mundiales dan el beneplácito a las políticas de recortes sociales del gobierno conservador del Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy... y piden más. Pero estamos en las puertas de una nueva campaña electoral europea y a toda la familia democristiana europea les gusta la idea de que en España también tengan un nido importante de votos. Así que esto es como en tiempos de guerra, no hay que fiarse de las informaciones, menos si vienen de medios de comunicación tan declaradamente de derechas como Antena 3, ABC, EL MUNDO, LA RAZÓN, la COPE, Onda Cero, Intereconomía y otros. Hay que mirar la realidad no sólo desde las cifras, sino también desde la realidad a las puertas de, también altamente importante, un nuevo 1º de Mayo, Día del Trabajador.
Empecemos analizando todas estas cifras, de las que incluso la Casa Real ha hecho propaganda por otros países, como si ya hubiera acabado la crisis y sin darnos cuenta los ciudadanos estuviéramos viviendo en un Paraíso. Qué rápido se le ha debido olvidar al Rey Juan Carlos I sus palabras en el discurso de su más reciente día de Navidad, donde dijo que para él la crisis terminaría cuando ningún hogar español pasara vicisitudes.
Para empezar tomemos el dato del mercado laboral del pasado mes de marzo, el mes pasado. La Seguridad Social había crecido en 115.013 trabajadores afiliados, sin embargo el paro sólo había bajado en 16.620 personas. Las cifras no cuadran. A comienzos de este mes de abril se nos daba otra cifra más, los afiliados en la Seguridad Social con contrato indefinido a jornada completa habían bajado un 3%, un 3% menos de personas en estas cifras son miles de personas. Y son este tipo de contratados los que más levantan las economías al verse seguros en sus vidas y economías personales. Las personas con contratos indefinidos a tiempo parcial, o sea: sin garantías de tener ocho horas de trabajo diario y por tanto con sueldos más reducidos acordes a las horas trabajadas, sólo subieron un 2'4%. Los que tenían contratos fijos discontinuos, o sea: los que pese a ser trabajadores fijos, no trabajan de forma continua a lo largo del año, subieron un 3'7%. Los contratos temporales a jornada completa, subieron un 4'2%. Los contratos temporales a tiempo parcial, subieron un 5'3%. O sea, que hay mayores subidas en los contratos temporales, que son los contratos que más inseguridad crean en las personas y no ayudan tanto a mejorar la economía. El régimen de autónomos había subido un 1'8%, esto es las personas que deciden ser su propio jefe y por tanto no reciben más ingresos que los que sean capaces de ganar tras recuperar lo que hayan invertido en crear su propio trabajo. Contratos en régimen general, subieron un 0'5%. Otros tipos de contratos eran un 2%. Pero ahora viene la gran sorpresa: contratos de formación y prácticas (esto es becarios, talleres formativos, aprendices y prácticas universitarias y de formación profesional), subieron un... 40'1%. O en otras palabras, si raramente alcanzaban el 5% el resto de contratados en sus aumentos, los contratos en prácticas y formación llegaban al 40%, siendo estos contratos por sus características no sujetos al sueldo mínimo interprofesional, se puede cobrar y de hecho se cobra menos dinero, siendo su duración de meses sin posibilidad de renovación en la gran mayoría de los casos, y de los que se renuevan tienen un tope de dos a tres años, siendo su cotización a la Seguridad Social de un máximo del 2%.
La gran mejora de los datos del empleo se ha hecho a costa de una nueva burbuja basada en la formación, que tarde o temprano estallará, la cual implica una precarización de la vida de las personas y de la vida de este país. La experta en Derecho Laboral Adoración Guamán y Héctor Illueca Ballester han publicado un libro llamado El huracán neoliberal. Una reforma laboral contra el trabajo, donde ya de manera científica, con datos en la mano, confirman algo que los que sufrimos este panorama y hemos recurrido a esos contratos de formación de un modo u otro en múltiples momentos ya sabíamos: el supuesto de formación del aumento de estos contratos es falso en una escandalosa mayoría de casos actuales, más desde que la reforma laboral de este gobierno en 2012 aumentó las edades de las personas susceptibles a tenerlos, redujo las horas teóricas de formación, y que en muchas ofertas para obtener uno de estos contratos ven como positivo tener experiencia laboral previa (¿cómo le van a enseñar a los padres a hacer hijos, me pregunto yo?), además dan subvenciones a los que contraten con esta fórmula y en fin, bastantes más casuísticas que se ven si uno mira habitualmente las ofertas de trabajo actuales. Ese 40'1% de aumento de contratos de formación y prácticas, que ya hemos visto que es con creces el mayor de los aumentos de los contratos, se hace mayoritariamente en fraude de ley. Sin embargo, observad las convocatorias de los Boletines Oficiales del Estado, porque el fraude de ley pareciera venir de ahí, ya que en más de una ocasión el mismo gobierno indica positivo para acceder por ejemplo a un trabajo de beca el tener experiencia laboral, aumentar edades de acceso y el reducir horas teóricas. Pero uno, que ya ha pasado por dos trabajos de beca y uno de taller de empleo en su pasado, y que ahora desde el desempleo he podido ver cómo se reparten los puestos vacantes, y que también ha tenido algún contrato en el pasado en mi sector, archivos, y también he visto desde dentro ese reparto, sabe muy bien que una vez dentro de los lugares que te ha sido concedido para tener ese contrato de formación, no te forman, en general. Tú llegas, te dicen que han visto tu curriculum, que ahí tienes la tarea que debes hacer y desde el primer día hasta el último estás trabajando como si fueras un trabajador más, no como un alumno. De hecho, podría citar lugares donde han prejubilado, jubilado o cesado los contratos de determinadas personas, no se ha traído a nadie contratado nuevo para cubrirles y en su lugar se han aumentado misteriosamente sus colaboraciones con instituciones con las que establecer becas y talleres formativos. Y así se saca adelante el trabajo actualmente en este país.
No hace mucho fui llamado por mi oficina de empleo para una selección de alumnos de un taller formativo de profesores de secundaria. Ofrecían un año de taller, donde menos uno o dos meses todo era dar clases prácticas en los institutos, sí en esos donde han despedido profesores, a unos 4 euros la hora, porque no es sueldo, es concepto de ayuda formativa, y decían que querían enseñarnos a crear temarios cuando entre los asistentes había profesores en paro con una cincuentena de años. En fin, es una nueva burbuja y es también una vergüenza y un insulto. Ahora bien, esta situación explica porqué hay tan gran desnivel de cifras entre el aumento de afiliados a la Seguridad Social y el descenso del número de parados. Los contratados con contrato de formación o de beca, y sé por experiencia muy bien lo que digo, no figuran como trabajadores, por lo que siguen siendo parados, de ahí que no estén sujetos al sueldo mínimo interprofesional igualmente. Pero desde el gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Zapatero cotizan en la Seguridad Social, a un 2%, que es una miseria, pero es cotizar. Ahora cuadra todo. Si estos contratos son con diferencia los más dados y cotizan, pero no figuran como empleo, explica totalmente la descompensación entre Seguridad Social y desempleo. Por cierto otro dato: la cotización del 2% en estos contratos sólo sirve de cara a la hipotética jubilación, no para cobrar subsidio de desempleo ni para nada más. Puedes estar uno, dos o tres años enteros atrapado en una beca o en un taller de empleo o en una práctica trabajando como un trabajador más y al acabar el año verte, como por ejemplo yo me veo ahora, sin ningún tipo de ingreso, a la intemperie.
No hace mucho fui llamado por mi oficina de empleo para una selección de alumnos de un taller formativo de profesores de secundaria. Ofrecían un año de taller, donde menos uno o dos meses todo era dar clases prácticas en los institutos, sí en esos donde han despedido profesores, a unos 4 euros la hora, porque no es sueldo, es concepto de ayuda formativa, y decían que querían enseñarnos a crear temarios cuando entre los asistentes había profesores en paro con una cincuentena de años. En fin, es una nueva burbuja y es también una vergüenza y un insulto. Ahora bien, esta situación explica porqué hay tan gran desnivel de cifras entre el aumento de afiliados a la Seguridad Social y el descenso del número de parados. Los contratados con contrato de formación o de beca, y sé por experiencia muy bien lo que digo, no figuran como trabajadores, por lo que siguen siendo parados, de ahí que no estén sujetos al sueldo mínimo interprofesional igualmente. Pero desde el gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Zapatero cotizan en la Seguridad Social, a un 2%, que es una miseria, pero es cotizar. Ahora cuadra todo. Si estos contratos son con diferencia los más dados y cotizan, pero no figuran como empleo, explica totalmente la descompensación entre Seguridad Social y desempleo. Por cierto otro dato: la cotización del 2% en estos contratos sólo sirve de cara a la hipotética jubilación, no para cobrar subsidio de desempleo ni para nada más. Puedes estar uno, dos o tres años enteros atrapado en una beca o en un taller de empleo o en una práctica trabajando como un trabajador más y al acabar el año verte, como por ejemplo yo me veo ahora, sin ningún tipo de ingreso, a la intemperie.
Otro de los sectores en aumento en la última EPA es el de los autónomos. Sólo en marzo pasado hubo 53.000 autónomos más, lo que supuso un 1'8% más de afiliados en este concepto, en el cómputo total de lo que va de año es un 0'7%. Así que esos tan cacareados empleos autónomos que el PP está tomando como bandera de éxito económico en su comienzo de campaña electoral es apenas una anécdota española. Una fatídica anécdota y voy a explicar porqué. Es verdad que mucha gente cansada de no encontrar trabajo por cuenta ajena se ha lanzado a poner su propio negocio. La mayor parte de ellos lo han cerrado antes de un año, y algunos incluso con deudas mayores de las que tenía antes de abrirlo. En general en España no hay una cultura económica que haga comprender de la necesidad de estudios de mercado antes de abrir negocios, o mínimamente de espíritu realmente de servicio al ciudadano. Muchos menos se preocupan algo en mirar si el negocio que emprenden usa locales en cuyo contrato se implica contraer la deuda anterior de su anterior dueño o bien si ese negocio no atrae a gente en general por su ubicación u otra cuestión social. Luego tenemos a los que ponen bares sin saber de hostelería o de la zona y gente de la zona donde lo ponen. Otros los hay que se empeñan en poner negocios imposibles, como por ejemplo, y es un caso real, una tienda de bordados en delantales. Otros ponen su negocio casi en un sistema del siglo XVIII siendo su producción unipersonal o unifamiliar en su propia casa, pero por muy bien que trabajen no saben promocionarlo y se hunden por desconocimiento de su existencia. Otros se lanzan a contratar gente sin tener posibilidades reales de pagarles. Y en general las tasas para ser autónomos son excesivamente elevadas en España, lo que lo agrava todo. Pero tenemos otro caso, que parece ser que es el que realmente es el que ha hecho crecer la cifra de autónomos. Los verdaderos empresarios de toda la vida saben muy bien que contratar a alguien implica pagarle parte de su sueldo en concepto de Seguridad Social, por tanto: al Estado, y siempre se quejan de que ese pago es muy alto, a pesar de que es parte de los ingresos de su trabajador. Muchos han optado por ahorrárselo prometiéndo trabajo a su gente si estos se hacen autónomos. Así tenemos a miles de autónomos que en realidad se comportan como trabajadores por cuenta ajena, sólo que al ser autónomos ellos pagan todo lo que debería ser pagado en realidad por el empresario. Y da igual si tienen o no dinero para hacer frente al pago. De ese modo la vida del obrero común se precariza más. El mayor número de personas que trabajan de ese modo son mujeres, que por esta vía y la de subvencionar a empresarios que contraten mujeres han aumentado en el mundo laboral en un 76%. Como resultado: al tener que hacer frente a sus gastos habituales más a los gastos como autónomos o autonomas, el dinero que les resta para hacer una vida normal es nulo; además han aumentado por esta vía un 104% las horas extras no retribuidas, ya que, por otra parte, si no cumplen con sus compromisos con las empresas que les contratan, estas podrían denunciarles por incumplimiento de contrato. Han precarizado económicamente sus vidas y también la han precarizado en calidad de vida.
Los grandes empresarios españoles y europeos dicen que todas estas reformas del gobierno ayudan positivamente a la movilidad. La movilidad implica que una fábrica cierre en Huelva, por ejemplo, y los trabajadores que no sean despedidos deban desplazarse a una planta de esa empresa en Guipuzcoa, por ejemplo. Sólo es positivo para los empresarios. Ahorran dinero ellos. Para la vida del trabajador supone, si quiere seguir trabajando, desarraigarse de su tierra, costumbres y cultura, alejarse de su familia y despedirse de sus amigos. Y ese no era el camino que se emprendió en el siglo XX europeo tras la Segunda Guerra Mundial, ni era el camino que emprendió España durante la Transición. Todo lo contrario.
La tasa de desempleo en España es la segunda más alta de la Unión Europea, un 26'6% de la población no trabaja, hablando en cifras oficiales. La tasa más alta es de Grecia, con un 27%, no estamos muy lejos. Los terceros son Portugal, con un 17'4%. Así que somos los segundos con diferencia notable respecto al resto de Europa. Pero son eso: cifras oficiales. Ahora habría que pensar en todas esas personas que han dejado de buscar empleo por desesperación, las que han abandonado España en busca de empleo en otros países, y los talleres de empleo, que también los hay, que no contabilizan a sus alumnos como trabajadores pero tampoco los reflejan como parados. Las cifras de desempleo son forzosamente más elevadas. Además, la nueva forma de contabilizar parados han descontado a los extranjeros que residiendo en España no tienen nacionalidad española o doble nacionalidad. También han descontado de modo oficial a aquellas personas españolas que por unas u otras circunstancias llevan más de tres meses fuera de España, a las cuales, por cierto, también se les ha puesto dificultades en el censo, lo que complicará que puedan votar en las elecciones europeas de mayo. ¿Lo han hecho quizá porque saben que están descontentas con la falta de empleo en España y prevee el gobierno que no les van a votar precisamente a ellos?
Luego tenemos a gente de la patronal como José Ángel Crego, del Círculo Empresarial Leonés, que el 26 de marzo pasado dijo en un acto público que los trabajadores deberíamos pagar por ser despedidos, ya que los despidos les salían caros a los empresarios. Y Mónica de Oriol, también del Círculo de Empresarios, propuso no hace mucho bajar el sueldo mínimo a los trabajadores que, palabras de ella, "no sirven para nada", porque "no puede ser obligatorio el salario que no producen". Curioso que esto lo diga alguien que fue una de las empresarias responsables de la vigilancia y seguridad del Madrid Arena, esa empresa de espectáculos con tantas deficiencias que el año pasado terminó desembocando en una catástrofe con muertos. Su gestión como empresaria sí que es inútil y sin embargo ahí está, opinando sobre sueldos y sobre la actividad de los trabajadores, cuando donde debiera estar es en otros sitios, me abstengo de decir donde. Pero lo lamentable es que estas propuestas seguro que encuentran eco en Europa y América, ya que ahora invierten en España países extranjeros, pero ¿por qué invierten? Simplemente porque por presión desde diferentes organismos internacionales han logrado toda esta depauperización y denigración de la sociedad española a mayor gloria de sus multinacionales, que ahora tienen aquí trabajadores baratos con menos derechos.
Y es que desde que gobierna el PP de Mariano Rajoy pareciera que nos gobernara la patronal por medio de la CEOE, también Angela Merkel desde Alemania como si fuera la voz única de Europa, y todos los banqueros que llevaron al mundo a la crisis del capitalismo más grande de la Historia. Somos títere, colonizables económicamente y una estúpida sombra débil qué dentro de nuestras fronteras el gobierno y los medios de comunicación de todo el abanico de derechas nos la quieren vender como motor de algo inexistente.
Con Rajoy no nos gobiernan ministros, nos gobiernan grandes empresarios y sus ambiciones. Podríamos empezar citando en este sentido a Arias Cañete, desde hoy exministro de Medio Ambiente, Agricultura y Alimentación para ser candidato del PP al Parlamento Europeo. Cuando entre 2000 y 2004 fue ministro de lo mismo con el PP de José María Aznar le estalló la crisis de "las vacas locas", donde se sacó a la luz un presunto escándalo donde su familia tenía intereses empresariales en los productos cárnicos vacunos que él fomentaba en ese momento, no sé en qué quedó aquello. Pero actualmente, entre 2012 y este 2014, siendo ministro, se ha querido poner una petrolera en aguas de Canarias en contra de los intereses de los canarios y de la ecología misma, a la cual supuestamente debería proteger desde su cargo. Cañete por contra ha defendido el derecho de la petrolera a establecerse, y, fíjese uno por donde, resulta que Cañete es accionista de la Compañía Mercantil Petrolífera Ducar S.L., de la que además fue presidente y la cual goza de contratos con la administración de gobierno. Y este es el talante que nos ha venido gobernando y el que se pretende que nos siga gobernando desde Europa.
La EPA de abril, ya que en este artículo cito la cifra porcentual de marzo, dice que el paro está en 25'93%. Además, en el último año se han destruído 79.600 trabajos. La población activa cayó en 424.500 personas, en parte por la salida de España tanto de españoles como de emigrantes. 1.978.000 hogares españoles tienen a todos sus familiares en paro. Se han destruído 2.000 trabajos al día, un total de 184.000 trabajos entre enero y abril de 2014. Casi todos en el sector privado usando la reforma laboral de 2012, el mayor contratante ha sido el Estado con contratos de formación y prácticas.
Pasado mañana es 1º de Mayo, Día del Trabajador. Quizá por todas estas razones este año más que otros es necesario que los trabajadores, ya tengan empleo o estén desempleados, salgan a la calle a las manifestaciones que tradicionalmente se convocan. La última gran protesta que ha habido en España por todas estas cuestiones fue el pasado 22 de marzo, pero no hay que menospreciar un día de reivinciación obrera que se viene dando tradicionalmente desde finales del siglo XIX y que está cargado de significado. Por otra parte, dado el panorama, yo particularmente soy de la opinión de que ahora mismo el único arma posible efectivo de los trabajadores posiblemente sea una huelga general que se secundara en su totalidad y si fuera necesario indefinida. Pero estamos lejos muy lejos de eso en unas épocas donde, a pesar de que los sueldos han bajado considerablemente, el paro es alto y los contratos son más ladinos, la pasada Semana Santa mucha gente se fue de vacaciones a hoteles (tuvieron casi un completo de lleno todos los hoteles de España), se agotan las entradas de los partidos de fútbol de la liga, euroligas y demás, se agotan las entradas del concierto de los Rolling Stones, y se está ya pensando en el Mundial de Fútbol que se celebrará en Brasil. ¿Y después? Después a quejarse en el bar.
Vayamos al 1º de Mayo. Que se agoten las entradas a las calles el 1º de Mayo. Si no nos defendemos nosotros, ¿quién lo hará? ¿La patronal?
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