Pararse en las pastelarias, como dije en la primera parte de esta trilogía potuguesa, es un gustazo. Uno puede comer, como yo hice, una torta com sobras de frango (una especie de "empanada" de pollo), como la de esta foto del blog Super Show da Clube, blog que en general tiene numerosas recetas... brasileñas, aunque esta es portuguesa. Los portugueses, que frecuentan mucho estos establecimientos a modo de cafetería/bar de tapas, comen muchos alimentos dulces y salados con masa de pan, ya sea en forma de bollo, pastel, pan, una especie de bolsas de masa de pan que envuelve lo que quiera que quieran poner (camarones, pollo, chorizo, fiambre, etcétera), o bien sandes (sandwiches). Incluso una de las formas de cocinar bacalao que comí en uno de los ménús del día que pedí (tienen una receta de bacalao diferente por cada día del año) era un pastel de bacalao, y no es broma. El consumo de pan o de recetas donde se usa masa es enorme en Portugal, sobre todo en forma de salgado, esto es: de comida salada. Pero los portugueses tienen un problema, abusan de ese salgado. La Organización Mundial de la Salud recomienda comer cinco gramos de sal al día por un adulto, tres por un infante. Los portugueses consumen 12'3 gramos al día, es obviamente un grave problema. Los datos los aporta el suplemento "Noticias Magazine" del "Diario de Noticias" del domingo 8 de agosto. Dentro de los datos que aporta indica que el pan portugués contiene el doble de sal que el del resto de países europeos. ¿En qué se traduce esto? En que Portugal lidera la mayor tasa de mortalidad por problemas cerebrales y cardiovasculares en toda Europa. Ante esto mañana mismo el gobierno portugués va a intentar encontrar una solución, ya que empezará a entrar en vigor una nueva ley que han creado expresamente para controlar la cantidad de sal en el pan (lei nº 75/2009). Aún con todo, yo, que he comido estos salgados esta semana, he de reconocer que tal como hasta ahora los hacían son muy tentadores, quizá porque a mí también me gusta la sal (a pesar de que yo ya llevo tiempo intentando reducirla de mi dieta).
La sal para ellos es algo importante, ya no sólo en alimentación. Este verano el concejo de Rio Maior estaba dando talleres de empleo formativos a desempleados para extraer y sacar sal de sus salinas. Por lo que es parte importante también de la economía de Portugal y de su ecología, pues una salina tiene sus repercusiones en uno y otro sentido. Su industria mueve 58 millones de kilos de sal al año, que suponen 9'8 millones de euros anuales para el país luso, buena parte de ello exportando a otros países su sal. Cuando yo trabajaba para la Concejalía de Medio Ambiente de Alcalá de Henares el año pasado la comida saludable era uno de los temas que tratábamos como taller para niños en colegios. Pero, adentrados ya en este terreno donde digo que la cuestión de la sal también tiene otras características más allá de la gastronomía y la dieta, avancemos ahora en otros terrenos de ese Medio Ambiente que ya no tiene que ver con la comida, porque también me resulta interesante de comentar.
España es el país europeo que más rápido avanza en la cultura del reciclaje y que tiene mayor desarrollo de energías renovables (eólica y solar fundamentalmente). Somos pioneros y líderes mundiales en ello. Portugal está iniciando estos días unos pasos para intentar ponerse a la par. El "Diario de Noticias" de 8 de agosto contenía en sus páginas una noticia acerca de la apuesta que había hecho su gobierno para obtener energía eléctrica a partir de basura. Su Ministerio de Ambiente acababa de aprobar instalar a lo largo de todo el país más de dieciséis centrales de producción eléctrica utilizando la basura que se genera diariamente por ciudadanos y empresas. Parece ser que Portugal quiere ser líder de esta forma de reciclar la basura a la par que de empezar a buscar energías alternativas y más limpias que las formas de obtenerlas más generalizadas desde el siglo XX. Parece ser que es un proyecto estudiado desde 2001, revalorizado en 2009, y aprobado al fin en este 2010. Quieren con ello generar el 40% de la energía que puede aportar el Estado, ahorrando así (y evitando) la compra de 207.000 barriles de petróleo, que al usarse en energía producen 268.000 toneladas de dióxido de carbono emitidas a la atmósfera. Es sin duda una gran apuesta por la ecología (y el ahorro económico) por parte de Portugal.
España es el país europeo que más rápido avanza en la cultura del reciclaje y que tiene mayor desarrollo de energías renovables (eólica y solar fundamentalmente). Somos pioneros y líderes mundiales en ello. Portugal está iniciando estos días unos pasos para intentar ponerse a la par. El "Diario de Noticias" de 8 de agosto contenía en sus páginas una noticia acerca de la apuesta que había hecho su gobierno para obtener energía eléctrica a partir de basura. Su Ministerio de Ambiente acababa de aprobar instalar a lo largo de todo el país más de dieciséis centrales de producción eléctrica utilizando la basura que se genera diariamente por ciudadanos y empresas. Parece ser que Portugal quiere ser líder de esta forma de reciclar la basura a la par que de empezar a buscar energías alternativas y más limpias que las formas de obtenerlas más generalizadas desde el siglo XX. Parece ser que es un proyecto estudiado desde 2001, revalorizado en 2009, y aprobado al fin en este 2010. Quieren con ello generar el 40% de la energía que puede aportar el Estado, ahorrando así (y evitando) la compra de 207.000 barriles de petróleo, que al usarse en energía producen 268.000 toneladas de dióxido de carbono emitidas a la atmósfera. Es sin duda una gran apuesta por la ecología (y el ahorro económico) por parte de Portugal.
Todo esto nos lleva a repetir la norma de las 4 Erres varias veces repetida en este blog. Reducción del consumo, Reutilización de lo consumido si se puede reutilizar de algún modo, Reciclaje de los consumido si no se puede reutilizar, y sobre todo Responsabilización de la necesidad que tenemos de usar estas normas para salvaguardar el Medio Ambiente y mantener un mejor nivel ecológico que nos permita la vida. En este sentido el diario portugués "Público" de 6 de agosto, entregaba un suplemento llamado "Recicla", se trata de una revista trimestral en su primer número. Su objetivo es concienciar a los portugueses de esa norma de las 4 Erres. En esta revista se nota la diferencia entre España y Portugal. Si España ya hemos dicho que está liderando el sector de energías renovables y es el país que más rápidamente está creciendo en conciencia de reciclaje (que no es lo mismo que en porcentaje de reciclaje), Portugal aún está por hacer mucho camino. Esta revista trata cuestiones de concienciación ciudadana que en España ya se superaron hace unos pocos años. Sin embargo la revista aporta datos bien importantes. Por ejemplo, el consumo de zumos y agua embotellada es muy alto en el país luso. Se llega a decir que se fabricaron en 2009 la cantidad de 197.000 toneladas de plástico, siendo una gran parte envases para lo citado, pero sólo se reciclaron 62.000 toneladas. La Sociedade Ponte Verde anota que el reciclaje de plásticos en Portugal, aún con todo, comenzó en los años 1960'-1970', pero hay mucho que hacer en pleno 2010'. Dice la misma sociedad que en 1998 reciclaron 280 toneladas y de enero a mayo de 2010 más de 24.000 toneladas. Animan a reciclar el plástico dando la cifra de que por cada 100 toneladas de plástico reciclado se evita extraer una tonelada de petróleo, que no es poco. Por lo demás la revista recae en lo dicho consejos que en España ya han sido superados para recaer en otros más complejos. Son cuestiones de dónde se deben tirar cada basura, la manera de elegir electrodomésticos para ser ecológicos, el comercio justo, etcétera.
Yo vi por allí muchos contenedores de separación de la basura para su reciclaje, pero también es verdad que había barrios que tenían un sólo tipo de contenedor, o bien ciudadanos que tiraban la basura en uno sólo pudiendo diferenciar correctamente, o bien en uno de los puertos, el de Cais de Sodré (creo que se llamaba así), que tan sólo tenía un tipo de contenedor de basuras donde echar todo tipo de cosas, por no hablar de las tiendas del ayuntamiento de Lisboa que repartían bolsas de plástico en las compras de los turistas, no dando ejemplo de esa manera en la reducción del uso del plástico. Pero aún con todo, según los datos, parece que los portugueses comienzan a avanzar de forma acelerada y más concienciada hacia una cultura social más ecologista.
Bien curioso es ver el domingo en la Plaça de Comercio a un francés que había puesto un tenderete, entre otros, donde vendía carteras, bolsos y bolsas creados por él con objetos reutilizados: cartones de leche o zumo decorados con viñetas de cómic para hacerlos bonitos. Y merecían mucho la pena. No compré ningún monedero o billetero para mí, porque el año pasado yo ya me compré uno igual en el Gotham Bar de Alcalá de Henares.
Y ahora, igual que ese pavo real que me acompañó en un paseo final que di por la Parque de los Caídos Muertos por la Patria, me despido por hoy, esperando que os haya gustado la trilogía portuguesa. Yo os invito a ir a Lisboa y pasar varios días para saborearla. Hay mucho por contar, mucho por descubrir, pero cada uno tiene su camino. Un saludo y que la cerveza os acompañe... en esta calurosa tarde de verano.
Yo vi por allí muchos contenedores de separación de la basura para su reciclaje, pero también es verdad que había barrios que tenían un sólo tipo de contenedor, o bien ciudadanos que tiraban la basura en uno sólo pudiendo diferenciar correctamente, o bien en uno de los puertos, el de Cais de Sodré (creo que se llamaba así), que tan sólo tenía un tipo de contenedor de basuras donde echar todo tipo de cosas, por no hablar de las tiendas del ayuntamiento de Lisboa que repartían bolsas de plástico en las compras de los turistas, no dando ejemplo de esa manera en la reducción del uso del plástico. Pero aún con todo, según los datos, parece que los portugueses comienzan a avanzar de forma acelerada y más concienciada hacia una cultura social más ecologista.
Bien curioso es ver el domingo en la Plaça de Comercio a un francés que había puesto un tenderete, entre otros, donde vendía carteras, bolsos y bolsas creados por él con objetos reutilizados: cartones de leche o zumo decorados con viñetas de cómic para hacerlos bonitos. Y merecían mucho la pena. No compré ningún monedero o billetero para mí, porque el año pasado yo ya me compré uno igual en el Gotham Bar de Alcalá de Henares.
Y ahora, igual que ese pavo real que me acompañó en un paseo final que di por la Parque de los Caídos Muertos por la Patria, me despido por hoy, esperando que os haya gustado la trilogía portuguesa. Yo os invito a ir a Lisboa y pasar varios días para saborearla. Hay mucho por contar, mucho por descubrir, pero cada uno tiene su camino. Un saludo y que la cerveza os acompañe... en esta calurosa tarde de verano.
1 comentario:
P.D.: día 12 de agosto: desde Alcalá de Henares, a 30 kilómetros de Madrid, veo en los telediarios como hay 13 incendios en los bosques portugueses, uno de ellos cerca de Sintra. La mayoría por negligencias y pirómanos. Es lamentable que en verano uno de los aspectos más abyecto de las personas sea este, donde matan gran cantidad de vida vegetal y animal en busca de algún tipo de beneficio.
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