Una de las más veteranas, sino la más veterana, periodista de Alcalá de Henares, Pilar Navío, que lleva ejerciendo en la ciudad desde los años 1970, ha publicado ayer una de las noticias culturales más relevantes de la semana en la ciudad, a través de Alcalá Hoy, un proyecto de reporteros fotográficos que recoge además diversas informaciones de diversos medios. Se trata de la noticia del cierre inminente del mítico bar El Perro Verde, situado en el encuentro de la calle Mayor con la calle San Felipe Neri, justo dando paso a la Plaza de los Santos Niños por la esquina que en otras décadas lejanas fue la Plaza de la Picota.
El Perro Verde lleva abierto desde hace dieciséis años. Mar y Pepe, sus propietarios, abrieron las puertas de este local en 1998 tras reformarlo al completo y darle ese toque personal de bar clásico y a la vez moderno, con sus cuadros de reminiscencias de cine de la Edad Dorada del Cine en el siglo XX, sus mesas de tablero de mármol, sus espejos alargados en las paredes y un trato humano y familiar con la clientela y con sus camareras y camareros, que hacían de este local algo más que un bar un lugar de estar en familia, en una gran familia. Ellos ya habían regentado otros míticos locales en la ciudad, como el Näif, en la calle Santa María la Rica, o el más conocido de la plazuela que da a la calle de la Tercia, enfrente de la Iglesia Magistral de los Santos Niños, hoy también catedral, El Rincón, el cual revitalizó la oferta cultural alternativa alcalaína. Aquel bar, lo sé personalmente por haberlo comprobado casualmente en documentación de varios siglos, era y es el local más antiguo de la ciudad que ha ejercido siempre ininterrumpidamente como local de hostelería desde el siglo XVI, por mucho que existe otro bar que se quiere alzar con ese privilegio en su publicidad, lo cierto es que es el esquinazo de lo que fue El Rincón, hoy día Pepe Pasión, el que tiene ese mérito. Pepe y Mar abandonaron El Rincón y se lo cedieron a Julio García que continúo con él hasta que Pepe Pasión quitó a Julio y comenzó su propia andadura de otra manera muy diferente, aunque aún como negocio hostelero. Sin adentrarnos en la historia de El Rincón, Pepe y Mar, como he dicho, fundaron en 1998 El Perro Verde. No fue su único proyecto, pues al menos durante unos pocos años entre 1999 y 2004 abrieron otro específico de jazz llamado La Oveja Negra en el callejón lateral del ayuntamiento de Alcalá de Henares, en la calle Colegios. Se trataba de una cafetería donde íbamos muchos de los alumnos de la cercana Facultad de Filosofía y Letras.
El Perro Verde era uno de los bares más netamente alcalaínos que existían. Allí no se comían tapas, sino pinchos hasta el mediodía, que era lo realmente propio de la ciudad hasta que desde hace unos años se comenzó a generalizar la idea de las grandes tapas a finales de los años 1990, aquí quiero recordar que los pioneros en la ciudad fue el desaparecido Rey de las Tapas, en el Paseo del Val, el desaparecido El Escudo, en la calle Victoria, y el hoy ya casi franquicia Indalo, en la calle Libreros, nada que ver con algunos horrores casi de producción en cadena que se ven en la Calle Mayor para deleite de muchos turistas y que nada tiene que ver con el auténtico sabor de las tapas y ser de la ciudad. Pero El Perro Verde era algo más que eso. Era un lugar donde se reunía muy habitualmente gente aficionada para jugar al ajedrez, un lugar de encuentro de muchos profesores de secundaria, un lugar de encuentro para muchos amigos de tertulia o de café de la tarde, de terraza tranquila y BARATA en el centro de la ciudad, un lugar donde leer la prensa, alguna no común en los quioscos, como Diagonal, que ahora mismo sólo se encontrará a la venta en Librería Diógenes o bien disponible en su lectura en La Chata, un lugar que últimamente ofrecía presentaciones y firmas de libros como por ejemplo un cómic de uno de los autores de El Jueves, etcétera.
Pero era más aún. Mar y Pepe fueron de los primeros dueños de bar que comprendieron que un bar podía ser algo más que un lugar donde beber y comer, no sólo por un trato familiar (se conocían la vida de todos sus clientes y a todos nos trataban como auténtica familia). Así por ejemplo fueron de los primeros dueños de bar que organizaban exposiciones de cuadros de pintura y de fotografía. Que organizaban presentaciones de discos o de libros. Y fue el primer bar alcalaínos que comenzó a hacer conciertos en los mediodías de los sábados. Luego se sumaron La Chata, la Vaca Flaca, alguna vez perdida en el tiempo en esa franja horaria el Tic-Tac y el Flamingo Rock Bar, y otros. Pero el primero fueron ellos y siempre apostando por músicos locales que ya conocían, como el flamenco de El Carbonilla, el blues de Delta Hot, el rock de Borja Montero, o, incluso, uno de mis recitales de poesía con Sergio Corbacho. ¿Por qué El Perro Verde cesó esta actividad? Pues no por falta de ganas. Lo cierto es que una vecina de la calle, que ni siquiera vivía cerca de ellos, sino en la otra punta, la otra esquina de la calle, se quejó de "ruidos". Eso provocó la visita de la policía municipal de parte del ayuntamiento y el cierre de las actividades, curiosamente tras el 15M de 2011. No hay que olvidar que El Perro Verde es un lugar de gente concienciada, e incluso los dueños hicieron las huelgas generales de 2010 y de 2012. La coincidencia temporal puede ser anecdótica, pero la realidad es que entre la clientela habitual del bar, no entre los dueños, pero sí entre la clientela, se rumorea que la tal vecina es una persona muy del Partido Popular local y muy amiga de al menos Bartolomé González y de Javier Bello, exalcalde y alcalde actual. No sé si los rumores son ciertos y si de serlo cuánta relación pueda tener con aquellos sucesos, pero sí que es cierto que un día, hará un par de años o un año, estando yo dentro del bar pude ver cómo otro policía municipal entraba en el bar directo a poner una multa porque había un abrigo delante de un extintor de incendios, cuando aquello se podía haber solucionado con un simple corrimiento del perchero unos centímetros. No paremos ahí, porque este bar ha salido varias veces en este blog, y hay que recordar la vez que lo hizo cuando en el verano de 2012 la policía retiró muchas terrazas de bar de la Calle Mayor salvo unas muy concretas, y con razones que no se sostenían mirando simplemente la ubicación de las que dejaron. Cuando regresaron las terrazas la única que no se permitió seguir fue la del Perro Verde, provocándole grandes pérdidas económicas a pesar de haber pagado su tasa por tener terraza. Al final le fue permitida aunque desplazada del lugar natural que le correspondía, una vez más razonando molestias de ruidos... ¡Como si toda la Calle Mayor estuviera en silencio con la cantidad de terrazas que tiene, porque si no se han dado cuenta todos los bares de esa calle tienen terrazas atestadas de gente! Como sea, y aunque en el bar se seguía recibiendo y dejando para el público información cultural de la ciudad de parte de Otra Forma de Moverte y otros grupos institucionales o no, se cortaron de raíz las actividades culturales, muy a pesar de que otros locales realizan esas mismas actividades sin problema alguno ni cortapisas posibles. Esto en parte es una de las cuestiones del desgaste por cansancio de los dueños, entre otras razones personales de ellos y los muchos años que llevan al frente de bares. Sinceramente, el ayuntamiento no puede estar todo el rato pidiendo implicación de los bares en la vida cultural de la ciudad y luego hacer estas cosas cuando esto ocurre. Y a esto son muy dados nuestros gobernantes, como cuando ponen multas a bares que están desarrollando actividades dentro del programa de actividades de un evento municipal, como comenté en el pasado Alcine de este año y en la Noche en Blanco de 2012. Y ante esto hay que recordar una vez más que la Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas de la Comunidad Autónoma de Madrid permite realizar espectáculos en los bares sin necesidad de tener licencia de espectáculos, con unas condiciones determinadas, pero es legal, cosa que a veces tengo dudas que lo sepan algunas autoridades políticas o policiales de Alcalá cuando ocurren estas cosas.
Como sea, Pepe y Mar cierran por cansancio y nos lo anuncian con una inminencia de 48 horas a través de la periodista Pilar Navío. Yo di un recital allí y quedó pendiente un segundo recital que nunca se pudo hacer. En aquel recital estuvo presente el equipo de cineastas El Tornillo de Klaus, que hicieron una sesión de fotos de las que yo os puse tres fotos en la Noticia 1112ª. Eso fue en 2012. La verdad es que en El Perro Verde podías encontrar también a los poetas de la revista Omnia, o podías también verles patrocinando Alcine, desde su modestia y hasta hace muy pocos años, que se cansaron, o hace años, hasta que el fanzine cesó en 2008, se podía recoger allí el fanzine de literatura contracultural que yo mismo codirigía con El Chico Gris, La Botella Vacía. También daban la oportunidad de comprar libros a un euro de Domiduca, que eran dejados en sus mesas. Si queremos hablar de un bar netamente alcalaíno y de unos empresarios realmente comprometidos con la ciudad, este es el lugar y esta es la gente. Es una lástima que se dejen caer estas señas de identidad auténticas, no prefabricadas o alentadas desde Turismo. Es una lástima que alguien se sienta cansado en un proyecto, porque era un proyecto no sólo un negocio, por culpa de varapalos varios de vete a saber qué intereses o qué modos de pensar.
Supongo que en Pepe y Mar, aún con todo, tendrán peso sus circunstancias personales, por lo que estas reflexiones mías de hoy son un repaso que hago yo, por mí mismo, sin que ellos me hayan dicho que sean estas las razones, sobre lo que quizá se ha ido acumulando en su pesar, en su cansancio junto a otras cosas. Con todo, en el local se lee ayer y hoy un cartel que pone: "cerramos por reforma", y no: "cerramos". Y es que el bar lo han traspasado, así que seguirá siendo bar. ¿Seguirá teniendo el nombre de El Perro Verde? No lo sé, pero aún no teniéndolo no lo será. No estarán ellos, ni su modo de entender el bar, ni su trato, ni sus camareras, ni nada. Ha sido traspasado a una cervecería. ¿Una personal, una de franquicia, una del empresario llamado Rojas? No lo sé. Si es una personal tengo que decirle a quien haya sido que lamentablemente las cervecerías especializadas en Alcalá de Henares no triunfan, suelen cerrar en un promedio de tiempo breve. Así que le recomiendo que no deseche del todo el lugar y la trayectoria de negocio con la que ya se va a encontrar, que hereda. Y en todo caso le deseo lo mejor, aunque, al menos yo con mi economía tan devastada, ya digo que no podría pagarme los precios altos que suelen tener las cervecerías especializadas, ni aún siendo relativamente bajos. Si es una franquicia, lo lamento mucho. Si es de Rojas, no creo que se necesitase otro bar más suyo con tanta cercanía al resto que de por sí ya tiene. El lunes comenzará sus reformas. Tampoco me gustaría que fuera otro bar de tapas más, al estilo de agradar al turista encima, que es lo que está en auge en esa calle, pero cada uno hará con su negocio lo que crea. Por supuesto los clientes iremos donde nos guste. Así que espero que todo esto se resuelva de un modo que todos estemos a gusto.
Sólo nos queda esta tarde de sábado y mañana domingo para despedir a El Perro Verde tal como lo hemos conocido.
¿Quién sabe? Quizá dentro de algunos meses Pepe y Mar se vean animados de hacer otra aventura, o quizá no. Por hoy tan sólo nos queda decir: Gracias Pepe y Mar por toda vuestra labor en la ciudad, no siempre bien reconocida ni recompensada.
2 comentarios:
Siempre recordaré entrañablemente cuando me pidieron que dijera yo los brindis de Navidad y Año Nuevo de 2011 y de 2012.
Se cerró hasta con una improvisación teatral contra la violencia sexista.
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