"La
palabra pueblo, como la casi totalidad de las que constituyen los idiomas
modernos, tiene varias concepciones. En una de ellas, en la que se le da
generalmente, es de excepcional importancia en política y sociología, mas como
la tal palabra se usa frecuentemente con significación vaga é indeterminada por
políticos, economistas y hasta por sociólogos, a pesar de que estos últimos
tienen por su superioridad científica necesidad de mayor precisión en las ideas,
conviene fijar su verdadero significado, para que los desheredados del
patrimonio universal (la plebe, el proletariado, la masa general de jornaleros)
conozca, tanto como su legítima significación, la intención con que se aplica y
la interpretación que ha de darle cuando la usan los privilegiados, los que en
la humanidad representan abusiva y fraudulentamente el carácter de herederos
exclusivos de la riqueza natural y de la riqueza social."
(...)
"No sólo
no puede uno por sí solo proporcionarse asistencia, instrucción, alimento,
vestido, albergue, etc., sino que aquello mismo que le parece función o trabajo
propio, lo hace mediante conocimientos que le han sido suministrados y con
instrumentos que es incapaz de fabricar por sí mismo, sin los cuales nada sabría
ni podría hacer.
El
campesino que cree producto del trabajo propio o de su familia el trigo de sus
campos y las vestiduras confeccionadas con la lana de sus rebaños tejidas en su
cabaña, nada haría sin conocimientos tradicionales e instrumentos apropiados, y
sin caminos, puentes, desecación de pantanos, roturación de eriales y otros
muchos trabajos de beneficio común, y el sabio que se vanagloriara del poder de
su genio investigador, no hubiera quizá pasado de medianía, y nada hubiera
adelantado ni descubierto, si hubiera nacido algunas generaciones antes, cuando
todavía no se había llegado al grado de conocimientos que le sirvieron de
impulsión y estímulo determinantes.
En
la trabazón inmensa de la industria moderna, en que cada rama de la producción
necesita del concurso de las otras es, no sólo insostenible, sino hasta ridícula,
la pretensión de dar origen individual a los productos; las observaciones, los
estudios y los descubrimientos científicos, el desarrollo de numerosas
industrias más o menos similares, la extensión de los ferrocarriles, la
navegación, la destreza de los trabajadores y los trabajos especiales y particulares
de cada país, crean un fondo de riqueza y de facilidades que utiliza con mayor
o menor acierto la solidaridad humana.
Y si
ya que no como ser aislado puede considerarse el hombre, porque como tal ni
podría ser hombre ni siquiera viviría, tomemos el hombre como ser social, como
productor: veremos que para participar en la producción tiene un derecho que le
da su propia actividad avalorada por la inmensa riqueza intelectual acumulada
por las generaciones anteriores, representada por todos los tecnicismos, por
todo el instrumental, y de origen más reciente, por toda la maquinaria, y que
nadie en justicia puede monopolizar."
(Anselmo Lorenzo, El Pueblo (estudio libertario), 1907.)
El próximo domingo 30 de noviembre se cumplirán cien años de la muerte de uno de los pedagogos más internacionales e importantes de la Historia de España, Anselmo Lorenzo. A la vez es uno de los anarquistas pioneros en España. De hecho está en la génesis de la Primera Internacional en la región española y en aquella ventaja ideológica que le sacaron en la península los anarquistas a los seguidores de Karl Marx en torno a los años de 1868 a 1873. Actuó este hombre principalmente en la provincia de Madrid, donde además fue parte del consejo de dirección y secretario del periódico anarquista La Emancipación, que estuvo en el ojo del huracán de las peleas entre marxistas y anarquistas en España. Después se trasladó a Barcelona, donde tuvo el periódico Acracia en la década de 1880.
La corriente anarquista en España fue mayoritariamente pacifista y partidaria de lo pedagógico y de las reivindicaciones laborales desde agrupaciones o desde sindicatos. Sin embargo, a finales del siglo XIX un anarquista llamado Ravachol inició la idea del atentado como herramienta para provocar un despertar de los trabajadores. A pesar de que las ideas de Ravachol fueron rechazadas y condenadas por la gran mayoría de anarquistas, tuvo algunos seguidores, y son sus atentados los que más han publicitado políticos, empresarios y medios de comunicación, hasta el punto que se asocia anarquismo con caos, cuando la realidad no es así. Sobre aquel inicio de la violencia terrorista del anarquismo de finales del siglo XIX escribí en un artículo de Historia que se publicó en el número 6 de la revista de Historia Germinal (revista de estudios libertarios), en Octubre de 2008, en una recensión llamada Flor O'Squarr: los entresijos del anarquismo. Como sea, hubo anarquistas en España que copiaron en aquellas épocas aquella idea. Unos pocos de ellos en concreto realizaron un atentado que fue utilizado por las autoridades de Alfonso XIII para tratar de eliminar a los anarquistas más destacados, los cuales no sólo no tenían nada que ver sino que además habían condenado el atentado. Todas esas posturas de condenas a la violencia se pueden leer en los documentos originales de la época que se conservan muchos de ellos en el archivo histórico del anarquismo español, entre otros archivos, el cual lleva de hecho el nombre de Fundación Anselmo Lorenzo. Como sea, pese a todo, fueron escogidas varias cabezas de turco que fueron encarceladas, torturadas y puestas en libertad bastante tiempo después sin que fueran culpables en lo que se ha conocido como el Proceso de Montjuic de 1896-1898. Todas esas personas eran, como he dicho, los anarquistas más destacados de la época, todos ellos partidarios del pacifismo y de la pedagogía, entre ellos Anselmo Lorenzo.
Anselmo Lorenzo se exilió a Francia tras esto y regresó a los pocos años para colaborar con otro anarquista pedagogo, Ferrer Guardia, en la creación de la Escuela Moderna. Ferrer Guardia se haría más famoso aún cuando en 1909 provocaría la primera movilización internacional reclamando su libertad y amnistía, ya que fue acusado sin pruebas, y siendo inocente, de los sucesos de la Semana Trágica de Barcelona, por la cual fue fusilado. En realidad esa fue la excusa perfecta, pues desde su pedagogía estaba contribuyendo a que los trabajadores tuvieran modos de ver el mundo diferente a los intereses de los empresarios. Un año después, en 1910, Anselmo Lorenzo, bastante anciano, colaboró en crear el sindicato Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Murió el 30 de noviembre de 1914, defendiendo posturas pacifistas y obreristas frente a la Primera Guerra Mundial que se había iniciado en el resto de Europa. La evolución posterior del anarcosindicalismo español es bien conocido. En 1917 participó de la Huelga General Revolucionaria, que fracasó, en 1919 realizaron la Huelga de la Canadiense, que con muchos sacrificios logró la jornada laboral de ocho horas diarias, sufrieron el terrorismo de la patronal catalana, que llegó a matar a su secretario general, en contestación algunos anarcosindicalistas respondieron con la misma moneda en lo que se ha llamado el pistolerismo barcelonés, hubo exilio en 1923 por la dictadura de Miguel Primo de Rivera, luego regresaron y llegó a ser el sindicato más grande de España. Dejemos hasta ahí esa evolución, porque nos interesa hoy en la figura de Anselmo Lorenzo.
La vida de Anselmo Lorenzo está muy bien reseñada y descrita por la propia CNT y la fundación que lleva su nombre. Aunque a partir de la fecha exacta se van a publicar y reeditar muchos libros sobre y también de él. Como sea, Anselmo Lorenzo fue uno de nuestros pedagogos más importantes e innovadores. Consideraba que habia que cambiar la educación de una manera que en lo que hoy se llama transversalidad no se aprendieran también modos altamente jerarquizados de entender la vida, minusvalorando las valías de aquellos que venían del mundo del trabajo asalariado. Lo cierto es que muchas de las cosas que ideó hoy día se tienen asumidas en las escuelas como algo normal. Muchos no saben el origen anarquista de muchas de sus costumbres y formas de entender cómo han de ser las cosas que han recibido desde niños, pero ahí está. Lo que antes era escandaloso y revolucionario, hoy día es algo asumido como algo normal en las escuelas. De hecho Anselmo Lorenzo es de los pocos anarquistas que las instituciones del Estado le han otorgado que su nombre lo lleve uno de sus edificios. En concreto un instituto de enseñanza secundaria en San Martín de la Vega, en la Comunidad de Madrid.
Así pues, queda también recordado desde esta bitácora. Saludos y que la cerveza os acompañe.
2 comentarios:
“La familia patriarcal y su triángulo de Bermudas edípico, el estado y sus robustas certezas,las Iglesias y sus cheques en blanco al más allá, la escuela y sus promesas de igualdad de oportunidades jamás cumplidas, la división social y su zoo de lobos y de corderos, la explotación y la opresión del ser humano por el ser humano en los patíbulos nefastos en los cuales cuelgan por racimos los innumerables viajeros sin equipaje del capitalismo…, todo esto(y muchas otras cosas ) concurre en efecto a hacer del niño un objeto de educación, y de la educación una doma, y se opone (explícitamente o implícitamente) a que el niño pueda llegar a ser libremente sujeto y actor de su propia educación” (Bonaventure:une école libertaire. Auteur: Collectif de Bonaventure). Ëditions de MondeLibertaire. Éditions Alternative Libertaire Pag.15.
Profesionalmente Anselmo Lorenzo era tipógrafo.
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