jueves, agosto 21, 2014

NOTICIA 1379ª DESDE EL BAR: EN DEFENSA DE LOS FUEGOS ARTIFICIALES

Pues otro año más estamos a las puertas de las fiestas y ferias de San Bartolomé, que son las fiestas grandes de Alcalá de Henares. Para los que directamente quieran saber la programación lo mejor es remitirles por esta puerta de color a La Calle Mayor. En teoría las fiestas este año van del sábado 23 al sábado 30 de agosto, pero en la realidad el viernes 22 ya se puede disfrutar algunas cosas de las ferias y el domingo 31 todavía hay programados dos actos taurinos y uno más infantil. Es más, sin estar en fiestas, desde ayer miércoles se han cortado las calles y plazas del centro de la ciudad, impidiendo el tráfico, molestando los desplazamientos en vehículo, dificultando el paso o impidiéndolo a las personas más mayores o discapacitadas, etcétera. La cosa es que este año vuelven a repetir por segunda vez la llamada "feria de día", la cual es una invención del alcalde Javier Bello (PP) y que consiste en usar una vez más una excusa de fiesta para poner un montón de puestos de comida que poco o nada, más bien nada, tienen que ver con lo que estas fiestas han sido, pero se hace a mayor gloria de los empresarios de hosteleria que, para quien no lo sepa, no tienen porqué ser de la ciudad siquiera. Algo que además es un modelo de fiesta que puede matar a la ciudad, cosa que ya analicé el año pasado, cuando se pusieron en práctica (Noticia 1241ª), pues va muy en consonancia con ir eliminando la esencia del ser alcalaíno para ir transformándonos en un parque temático turístico sin nada que ofrecer más que precios, cosa que ya volvi a comentar hace poco, en la Noticia 1375ª o también en la Noticia 1374ª. No es amar la ciudad, es amar al dinero, y eso no puede traer algo bueno a medio y largo plazo. 

Las ferias y fiestas de San Bartolomé en Alcalá de Henares han sido siempre comentadas en esta bitácora. Buscando en los meses de agosto y comienzos de septiembre de cada año se pueden encontrar y leer. Yo no soy contrario a ellas. Considero que lo mejor de estas fiestas es precisamente que para los que somos de aquí sirven porque siempre son fechas de reencuentro con amigos y familiares, en mi caso más con amigos. Y eso es fabuloso. Las fiestas no son tanto sus programaciones, que son siempre objeto de crítica, sino su potencialidad y capacidad de lograr momentos que en otras épocas del año no se dan. Además, como vengo escribiendo desde las fiestas de 2006, tienen  un efecto psicológico particular por su ubicación mediante el cual los alcalaínos en general solemos relacionar nuestos festejos grandes con el final del verano y en algunos casos como una especie de fin de año. Donde hablaba de todas estas cosas, por poner un ejemplo de todos estos años, es en las fiestas de 2012. La cuestión es que además nuestras fiestas dieron comienzo en el año 1184 (siglo XII), y son unas de las más antiguas de España. Fueron confirmadas y ampliadas en los siglos XIII y XIV. Eran fiestas ganaderas en los viajes de la mesta y de la venta de productos de ganado, y eran las más importantes del Reino de Castilla mientras no estaban las otras muy afamadas de Burgos, Valladolid y demás. Su larga duración de diez días, ahora un poco menos ofialmente, extraoficialmente sigue así, es única en la Comunidad de Madrid, y que se haga participar de ella a toda la ciudad es algo característico. Mucha gente de fuera de Alcalá de Henares viene precisamente por todo esto, no sólo los propios alcalaínos. Esta tradición cultural se ha ido adaptando a lo largo de los siglos, pero ha continuado ininterrumpida. Ni siquiera las guerras civiles las pararon. Es cierto que algunos vecinos se quejan de la duración, pero son estas cosas las que nos dan nuestra identidad y nuestra cultura, y no invenciones de hace menos de cinco años. Hay que ponerse en valor. Otras fiestas de España tienen orígenes similares y no se plantean ni eliminarse ni reducirse, como por ejemplo los San Fermines de Pamplona, que son del siglo XIV, o las Fallas de Valencia, que son del siglo XVIII. Podemos hablar de adaptarnos a los tiempos, pero hay que conservar las esencias culturales, las tradiciones que nos hacen decir somos alcalaínos y hacemos esto. De esto hablé también ya en 2011.

Es difícil no decir las mismas cosas que otros años, fuera de las críticas positivas o negativas que cada año contraen en sí mismos. Así por ejemplo, visto el programa de este año estaría por decir que lo mejor probablemente serán los eventos fuera de programa oficial que hacen las peñas y los bares de la ciudad, conciertos como los que se hicieron el año pasado 2013, aunque este año traigan otros diferentes. Los conciertos oficiales de la programación me son nada interesantes, y hable con quien hable todos dicen lo mismo: los artistas elegidos es la peor selección en su conjunto total que a alguien se le haya podido ocurrir. Se podría salvar Loquillo, pero los precios son demasiado elevados. Entre esto y la llamada "feria de día", tiene pinta de que son fiestas pensadas una vez más para los que tienen dinero, alejándose mucho de aquello que yo decía en 2006, 2007, 2008, 2009, 2010 sobre aquellos pequeños eventos gratuitos que iban por la ciudad de modo improvisado como por ejemplo un año el grupo Alamedadosoulna, un hombre que montaba un cine mudo, un grupo de jazz itinerante, titiriteros infantiles itinerantes, etcétera. Los últimos años las fiestas grandes han ido a algo peor en su programación, es cierto, a pesar de que se diga que se hacen para todos, la verdad es que se hacen principalmente para niños y personas mayores, los que estamos en medio no tenemos ya grandes alicientes, salvo reencontrarnos y participar de los eventos paralelos a los oficiales. No es muy justo, porque además desde el año pasado, desde Javier Bello como alcalde, parece además que hay que sumarle que las fiestas parecen diseñadas para los que tienen dinero, todos los demás estamos excluidos y de las fiestas sólo tenemos derecho a sufrir su ruido y sus cortes de calles.

Además, desde el año pasado, como ya se comentó, se recuperaron los actos de tauromaquia en estos festejos, sin consulta alguna a los ciudadanos. Se creó una gran polémica que se amplió acerca de quiénes asumen realmente los costes de estos actos que aman algunos y causan rechazo a otros por cuanto a maltrato y asesinato de toros concierne. Muchos, yo incluido, creímos que se recuperaron porque fundamentalmente Javier Bello es seguidor de la tauromaquia. Los encierros y corridas de toros eran algo que estaban en las fiestas alcalaínas desde hace siglos, es innegable, yo mismo de niño en los años 1980 los vi. Pero se anularon hace más de diez o quince años por consenso institucional. Su restauración es por ello polémica, pues parece responder a unas necesidades empresariales concretas y a unas preferencias de partido político sin consenso con el resto de grupos políticos y sociales de la ciudad. Así que este es el segundo año que vuelven encierros y corridas de toros desde su restauración. Ahora bien, hay que decir algunos apuntes de Historia sobre este tipo de festejos en Alcalá de Henares. No siempre gozaron del gusto de los habitantes como se ha querido convencer a los ciudadanos desde el año pasado para defender su celebración. La Universidad de Alcalá de Henares, por ejemplo, consideraba a los encierros y corridas un atraso cultural y un entretenimiento mundano para los estudiantes, por lo que ellos a lo largo del siglo XVII, que se sepa al menos en ese siglo, muchas veces se negaron a que se colocaran tablas y asientos para celebrar encierros en la calle que va de la actual Plaza de Cervantes a la Plaza de San Ildefonso, pues esa calle era de la Universidad misma. Igualmente ocurrió cuando se celebró el doctorado de la primera mujer que lo obtuvo en España, Isidra de Guzmán, ya en el siglo XVIII. Nos lo cuenta por ejemplo el historiador Portilla, de esa misma época. Durante la Guerra de Sucesión (1700-1715) Alcalá de Henares, que en principio apoyó al candidato al trono de los Austria y después abrió sus puertas al Borbón, cuando entró Felipe V en ella, y luego cuando ganó la guerra y volvió, le quiso celebrar unas grandes corridas de toros, se tuvieron que suspender porque el nuevo rey consideraba que aquello era un acto de crueldad con los animales. Volvió a ocurrir algo similar con Alfonso XII, por lo que la ciudad fue anulando todos los actos taurinos de esas ocasiones. Podemos considerar que de todos estos casos los únicos que se podrían adjudicar a alcalaínos son los del rechazo de la propia Universidad de Alcalá de Henares y su comunidad de universitarios (que eran más de la mitad de la población), pero a eso sumésele este último periodo de los años 1990-2000. Todo esto está muy por encima, y está sujeto, por supuesto, a investigaciones sobre qué opinaba el general de toda la gente en realidad. En todo caso, en un primer momento se podría decir que si bien la tauromaquia está en los orígenes de nuestras festejos, pareciera que desde el comienzo de la Edad Moderna en el siglo XVI también está unido a que produce una división de la sociedad acerca de si se debe o no celebrar, a pesar de que en conjunto se ha permitido más veces celebrarlo que no celebrarlo. Lo que si parece una osadía que se debiera corregir, aunque me temo que nadie lo hará, es que nuestra plaza de toros se llame "La Estudiantil", por los motivos ya citados.

En 2010 el Partido Popular, con Bartolomé González de alcalde, optó por otra decisión polémica. Lo que más gustaba y mejor recuerdo guarda en todos los alcalaínos fue anulado, los fuegos artificiales de la clausura. La razón era la crisis económica y la necesidad de ahorrar dinero. Hubo muchas quejas. La razón demostró ser un tanto falsa cuando para la cabalgata de Reyes Magos de enero de 2011 el mismo alcalde no tuvo reparo en lanzar una serie de fuegos artificiales muy ostentosos a pesar de que en esa fiesta Alcalá de Henares jamás había disparado alguno. La posible respuesta: había elecciones municipales y autonómicas en mayo de 2011, así que las razones económicas destapaban así otras presuntas razones más bien electoralistas con una práctica un tanto de cacique. En el verano de 2011 las fiestas volvieron a ser privadas de sus fuegos artificiales, las había diseñado Bartolomé González de nuevo, aunque había dimitido, por lo que lo dejó en manos de Javier Bello como su sustituto de partido político como alcalde. El nuevo alcalde en 2012 mantuvo la supresión de los fuegos artificiales pese a las quejas ciudadanas, que daban como solución o bien la disminución de días para ahorrar en lugar de quitar los fuegos, o bien daban como solución eliminar la contratación de determinados artistas cuyo interés de los ciudadanos en ellos era además nulo. El año pasado, 2013, Javier Bello volvió a eliminar los fuegos artificiales e introdujo la tauromaquia. La gente se quejó de que se eliminen con la excusa de la crisis económica los fuegos artificiales y sin embargo se celebren encierros y corridas de toros. El equipo de gobierno dijo que la tauromaquia corría a cargo económico del dueño de la plaza de toros, aunque realmente eso no queda claro, pues los sueldos extraordinarios de los funcionarios tipo policias o instaladores de los medios para poder realizar las corridas, o también de los limpiadores municipales, corren a cargo de la ciudad. Entonces Javier Bello y sus simpatizantes dieron por razón que los toros eran tradicionales en Alcalá de Henares, a pesar de que ya he explicado que eso no es tanto así, y que media ciudad los rechazaba e impedía el uso de sus calles para ese fin, mientras que los fuegos artificiales eran algo demasiado nuevo, como mucho de veinte o treinta años atrás. Era y es mentira. Los fuegos artificiales están en la esencia cultural de Alcalá de Henares desde hace siglos, pero el desconocimientos de la Historia hace que se vendan falsedades verosímiles, repito: que se venda lo verosímil y no la verdad.

El historiador Portilla, el también historiador Esteban Azaña, y otros historiadores que han escrito sobre la Historia de Alcalá de Henares, nos dan notables noticias de numerosos fuegos artificiales desde... ¡el siglo XVI! Y es que la Universidad puede que no fuera aficionada a la tauromaquia, pero sí le gustaba mucho que sus festejos tuvieran fuegos artificiales, algunos tan famosos que... ¡venían los Reyes Austria a verlos en persona! Así por ejemplo, una persona muy famosa en la cultura popular alcalaína en su día y que pronto lo sería de todo el mundo, fue Diego García de Vargas, "Torija". Vivió entre el siglo XVII y el XVIII. Había nacido en Alcalá de Henares, se formó aquí y optó por hacerse polvorista, pero no polvorista bélico ni de obras públicas, si no lo que hoy día llamaríamos un artificiero, alguien cuya profesión es hacer fuegos artificiales. Obtuvo tanto reconocimiento público que incluso le premió la Universidad de Salamanca. Participaba comúnmente en las celebraciones de Alcalá de Henares. De estas intervenciones en la ciudad destaca los fuegos artificiales que realizó con motivo de la canonización de San Juan de Sahagún. De hecho obtuvo tanta fama que lo contrató Felipe V de Borbón como polvorista de Corte, y se le puede encontrar en documentos del Archivo Histórico Nacional. Solía ser el que hiciera fuegos artificiales para los eventos de los monarcas. En una de estas representó la batalla de Troya con un castillo pirotécnico de dimensiones tan grandes que su nombre se hizo aún más conocido por toda Europa occidental... Es nombrado incluso en obras literarias de la época. Además, era tan apasionado de su profesión que incluso inventó un medio por el cual reducía el tiempo de composición de sus cohetes. Otro caso de fuegos artificiales famoso en la Historia de Alcalá de Henares son los que vió en persona Felipe IV, en el siglo XVII, una vez que vino de incógnito a las fiestas de la ciudad y se descubrió a sí mismo llevado por lo mucho que le estaba gustando lo que veía. Otro ejemplo más de ese siglo está en las celebraciones en torno a Cisneros y sus restos. Otra referencia la volvemos a tener en la celebración del doctorado de Isidra de Guzmán, en el siglo XVIII, cuyo logro fue celebrado por la Universidad con el lanzamiento de cohetes artificiales. Otro ejemplo lo tenemos registrado en la proclamación de Carlos III como rey. Otro ejemplo es del 28 de septiembre de 1812, cuando se publicó en Alcalá la Constitución de 1812, uno de los que vivieron aquello escribió en su diario que hubo "árbol de pólvora" entre los actos de la celebración de tal evento. Otro más con la proclamación de Alfonso XII en el siglo XIX. Algunos más en determinadas fiestas religiosas de canonizaciones. Y se intuye varios lanzamientos más en determinadas fiestas de festejo de la Universidad de Alcalá, como pudiera ser con Felipe II las celebraciones de la efemérides de la toma de Orán por Cisneros o los nombramientos de doctores, en general. 

Los razonamientos del año pasado de Javier Bello, su equipo y sus simpatizantes sobre que los fuegos artificiales no son tradicionales ni parte real de la cultura antigua de Alcalá de Henares están faltos de razones, y desprovistos de conocimiento de la Historia, de la Cultura y de las esencias de Alcalá de Henares. Pero como sea, este es el quinto año que la ciudad no tendrá fuegos artificiales en sus fiestas grandes. Un gran y grave error. Eran lo que mejor sabor de boca nos dejaban a todos y lo que no solían dar polémica alguna. 

Si bien tenemos noticias de siglos atrás de que se lanzaban desde las murallas del Palacio Arzobispal, y otras veces desde plazas con edificios de la Universidad, en estos años del reinado de Juan Carlos I (el de Felipe VI aún no los ha visto en la ciudad) se han venido lanzando desde esas mismas ubicaciones, pero también a veces desde el Parque de Sementales, la antigua Plaza de Toros ya desaparecida, la terraza del techo del centro comercial El Val, en la calle Zaragoza, o, lo más común, desde el interior de la popularmente conocida como antigua Universidad Laboral, hoy día Insitituto de Enseñanza Secundaria Antonio Machado, o bien desde la nueva Plaza de Toros "La Estudiantil". Pero lo dicho, llevamos cinco años que, con la excepción de la anomalía del Día de Reyes Magos de enero de 2011, no se lanzan desde ningún sitio. Diego García de Vargas nos daría una colleja con su sombrero.

El cartel de ferias y fiestas de este año es el que os presento. Lo hizo Victoria García. Como sabéis es fruto de ganar un concurso anual de carteles de ferias, así que el resto de participantes se pueden ver durante las fiestas en el pasillo de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Alcalá de Henares. A mí particularmente este cartel no me convence. Lo siento por la autora, que si lee esto espero que no se lo tome a mal. Veo el juego que ha querido hacer entre "El Quijote" con el yelmo de Mambrino que es una bacina, los molinos de viento manchegos, una serie de líneas que pueden libreinterpretarse entre la lanza rota de Quijote y un reloj con sus manecillas, con lo que tiene de metafórico sobre el paso del tiempo, la perdurabilidad y la lucha contra el mismo tiempo, veo también el juego de figurar un ojo azul... Pero en fin, no me convence. No me gusta su tonalidad ocre y me parece cansado repetir una vez más a Cervantes-Quijote como si Alcalá no tuviera más. Por otro lado, no me inspira nada, no me motiva nada. Lo veo como demasiado preocupado por el diseño. Puede que los diseñadores digan que es perfecto, pero no tiene nada que me motive, o emocione, o evoque, o sugiera, no hay un punto de vista artístico que mueva al ser interior de uno hacia ninguna dirección. Por lo menos así lo percibo y recibo yo. Y lo siento, pero es así. Quizá es un cartel muy destinado a relacionar Alcalá de Henares-ferias-Quijote a un público que no es el alcalaíno (que en general ya está muy cansado de Cervantes y Quijote), sino a un público de fuera, lo que es seguir ahondando en lo que decíamos al comienzo: la perdida de nuestro ser auténtico para transformarnos en un parque temático, y es que, por otra parte, ese molino del cartel no deja de ser una noria de feria, ¿y qué es una feria sino un parque temático de entretenimiento? ¿Dónde está aquí el mensaje que al alcalaíno le hace sentir alcalaíno? No está.

Por cierto, un gran puntazo de estas fiestas locales de este año es intentar hacerse con un ejemplar en papel del programa de ferias imprimido por la revista "CambiHenares". Yo tengo tres programas en papel, el oficial del ayuntamiento, que este año para ahorrar en papel no han editado el saluda del alcalde ni el del concejal al cargo de los festejos, el del semanario Puerta de Madrid, y este de CambiHenares, revista semanal de anuncios clasificados de búsqueda de trabajo, compra-venta y demás. Os aseguro que os merecerá la pena tener el tercero. Contiene la misma programación que los otros, incluyendo el saluda del alcalde y algunos anuncios, pero han incluído una editorial de ellos mismos donde la redacción se ha despachado a gusto dando "ostias" a derecha y a izquierda en asuntos políticos. ¿Hablan de fiestas? No, más bien toda su editorial habla en esa página de corrupción, de ascenso de otras opciones políticas que no son las de los partidos mayoritarios, cita literalmente a Podemos, aunque no necesariamente a su favor, tampoco a su contra. Incluso llega a proponer la aplicación estricta de la justicia a los partidos políticos y la expulsión inmediata de cualquier cargo o puesto del Estado de todo aquel que sea corrupto. Me despido por hoy citando uno de los fragmentos de ese peculiar editorial en el programa de ferias 2014 de CambiHenares en cuanto a una necesidad de "urgente regeneración de la vida pública":

"(...) Hay una medida de efecto inmediato y que los ciudadanos verían como un gesto claro de que los partidos se han tomado en serio esto de limpiar la vida pública y que de verdad se han puesto a ello.

Expulsar del partido a los imputados en procesos de corrupción. (...) Además, los responsables de los organismos públicos afectados por conductas presuntamente ilegales de sus cargos o de otros políticos, deberán personarse en las causas abiertas o presentar las denuncias y querellas pertinentes en los juzgados. Sean los afectados del partido que sean. (...)".



3 comentarios:

Canichu, el espía del bar dijo...

Varias horas después de la publicación de esto, Diario de Alcalá anunciaba que el alcalde pone 4.000 tickets gratuitos para montar en atracciones de ferias los hijos de los desempleados. Se podrán coger en el ayuntamiento presentando documentos que lo acrediten. Se hace en colaboración con varios feriantes. se puede leer más en:

http://www.diariodealcala.es/actualidad/sociedad/item/15162-ferias-solidarias-40000-tickets-de-atracciones-gratis-para-desempleados-y-familias-numerosas

Canichu, el espía del bar dijo...

Muy a tener en cuenta este artículo de "Alcalá Digital", que habla de los problemas de la Feria de Día, paralela a la feria normal y corriente, la cual es vender a Alcalá como un gran puesto de chorizo y morcilla fritos, y otras fritangas en pleno centro histórico. Algo ya comentado por aquí desde el año pasado en el artículo donde anotaba que este odelo de ferias puede matar la ciudad, y desde entonces cada vez que se ha hecho un "evento cultural", pues han repetido el esquema hasta la saciedad confundiendo cultura con bar de tapas de comida frita. Los que idearon esta feria de día fue el alcalde Javier Bello y la concejala de festejos Virginia Sánz, quien además se reatifica en su apuesta en una entrevista publicada hoy en Puerta de Madrid y vuelve a decir que los fuegos artificiales no tienen arraigo cultural. Os dejo el enlace del artículo de Alcalá Digital:

http://www.alcaladigital.es/2013/Agosto2013/230813/alcala/02.html

Canichu, el espía del bar dijo...

A fecha de 27 de agosto, miércoles día del niño, y por tanto de precios rebajados para ellos, un poco más de 200 familias numerosas y desempleadas habían retirado un poco más de 1400 entradas de las 4.000 ofertadas por el ayuntamiento, menos de la mitad habiendo pasado la mitad de los días de fiestas. Podría ser o bien porque la mayor parte de los parados no tienen hijos, por lo que el alcalde sigue orientando fatal que las fiestas sean para todos, o bien podría ser que simplemente por falta de dinero no se hayan enterado los destinatarios al no poder tener Internet donde leer la noticia, ya que no ha salido en papel.