lunes, julio 26, 2010

NOTICIA 807ª DESDE EL BAR: ¿POR QUÉ EL PARQUE O'DONNELL ES EL PARQUE O'DONNELL? (y 3)

Así se encontraba el general Leopoldo O'Donnell cuando en 1899 el ayuntamiento de Alcalá de Henares decidió poner su nombre al nuevo parque que estaba construyendo. Llevaba 31 años muerto. Muerto desde el 5 de noviembre de 1867, por tifus a los 58 años . No había llegado a ver la Revolución Gloriosa del año siguiente, 1868. Este es su mausoleo, de estilo Diocechesco Isabelino. Se encuentra en Madrid, en la iglesia parroquial de Santa Bárbara. Esta fotografía la realizó Luis García el 19 de febrero de 2009. Realmente O'Donnell estaba así, evidentemente muerto, pero digo así: en una tumba de mármol ricamente decorada con esculturas de arte creadas por Jerónimo Suñol en 1870.

¿Por qué los alcaldes Francisco Rajas Gómez y Félix Huerta y Huerta se acordaron en 1899 del viejo general muerto para dar su nombre a su creación más mimada para la ciudad? Vamos a verlo. Para ello necesitamos concocer cuál fue la vida de aquel general. Obviamente su nombre no era muy español, aunque él sí era español. Para ser más exactos era medio irlandés y medio español. Había nacido descendiente por vía paterna de un clan irlandés dedicado a la guerra desde el siglo XV, y por ello ennoblecido. Su madre era noble de linaje español. Su gran momento militar que le iría colocando en la Historia de España vino cuando tenía 34 años. Por entonces él era capitán y corría el año 1833, el año que estalló la Primera Guerra Carlista. En una idea simplona para no complicar el texto, diré que básicamente en aquella guerra se alinearon de lado del pretendiente al trono español Don Carlos (para algunos Carlos V) los partidarios de la monarquía absoluta y el ultramontanismo (estos eran católicos más conservadores en su catolicismo que el propio Papa del momento), mientras que del lado de la reina niña Isabel II se pusieron los monárquicos liberales (estos eran partidarios de una monarquía controlada por determinadas leyes tales como pudieran ser cartas otorgadas, o constituciones, o sufragios, etcétera, eran, para entendernos, la izquierda del momento). Sin embargo los liberales estaban divididos en varias facciones. Luego volvemos sobre ello. La cuestión es que casi toda la familia de O'Donnell era carlista, él se puso de lado de los liberales isabelinos. Pronto se transformó en un héroe de guerra que ascendió rápido debido a varios triunfos. Tanto que para 1839 había terminado la guerra con el título de Conde de Lucena y había ido ascendiendo hasta teniente general.


Ahora es el momento de hablar de las diferencias entre los liberales. Dentro de los liberales existían los llamados moderados, que serían el equivalente a los conservadores, y los llamados radicales, que eran los futuros progresistas y exaltados, estos últimos serían el equivalente a la izquierda. Los progresistas eran monárquicos partidarios de una constitución que cortara poderes a las elites conservadoras habituales y limitara el papel de la monarquía más de lo que los moderados deseaban. Los exaltados iban más allá y abogaban por mayor representatividad política de los municipios y la conservación de las milicias urbanas como garantes de participación política de las clases más humildes, efectivamente los exaltados irían evolucionando hacia los llamados demócratas (y dentro de estos habría demócratas monárquicos, y demócratas republicanos). ¿Qué clase de liberal era O'Donnell? Pues viniendo de la familia que venía no podía ser otro tipo que liberal moderado. Por ello, cuando el general Espartero dio un golpe de Estado en 1840 para imponer la política radical al ver las jugadas de la regente María Cristina para acabar con los liberales, O'Donnell partió al exilio en Francia. Espartero se transformó en un héroe de masas. Creo una serie de leyes que eran deseadas por los sectores burgueses (para acceder al gobierno) y por las clases más pobres (desamortizó tierras para repartirlas e intento limitar los poderes de la Iglesia en el Estado). Por ello cuando O'Donnell regresó a España en 1841 para dar otro golpe de Estado con Diego de León, fracasó y se volvió a exiliar. Pero volvió a participar de otro golpe de Estado más, esta vez en 1844, para poner en el gobierno al general Narváez, un liberal moderado que restringió libertades de todo tipo y se cobró una represalia sangrienta brutal contra los liberales progresistas. Sin embargo mandó a O'Donell a un destino militar de gobierno lejano de la península, algo que le valdría a su regreso para reconsiderar las cosas. Fue nombrado capitán general de la Habana, cargo que ocupó hasta su regreso en 1848, año en el que no sólo mantenía su cargo de general, sino que además había sido nombrado senador.

Como senador empezó a comprender la política del momento. Sólo el jefe de gobierno Bravo Murillo había intentado alejar a los militares de las funciones propias de los políticos. De igual manera había intentado atajar la corrupción y democratizar la vida española, intenando que la constitución no fuera papel mojado. O'Donnell no le tenía simpatía alguna, pero debió tomar nota de aquello, ya que en 1854 tomó parte de otro golpe de Estado, esta vez contra el propio partido moderado donde él había comenzado su carrera política, contra Narváez (la verdad es que tanto él como Espartero, como Nárvaez, Serrano o Prim u otros, solían recurrir a los golpes de Estado para cambiar los gobiernos). En este momento es cuando está su nombre enlazado con Alcalá de Henares. El golpe de Estado lo perpetró con el general Dulce. Ambos prepararon tropas de caballería de los cuarteles de Alcalá de Henares y se dirigieron hacia Madrid capital en lo que era claramente una táctica de columna que no pudo ser parada en Torrejón de Ardoz y que llegaría a combatir al llegar a Vicálvaro. El combate fue más simulado que real, pues enfrente su adversario también creía que había que cambiar el gobierno. Es la llamada Vicalvarada, el gobierno moderado estaba obviamente sin nadie que lo quisiera defender. Por ello el golpe de Estado de 1854 triunfó. Se había dado tal golpe contra un jefe de gobierno llamado Sartorius, (antepasado de la familia empresaria de mismo nombre, actualmente), de origen ancestral polaco, que había alentado la corrupción y la no intervención de parlamentarios y senadores en su gobierno, lo que había irritado a todos los sectores políticos y a los militares. O'Donnell, que era un monárquico liberal que idolatraba a Isabel II, a pesar de sus descalabros y desaciertos políticos (eliminaba ministros si estos se inmiscuían en su vida amorosa, que a la postre era una vida amorosa con repercusiones políticas graves), le dio el gobierno al ídolo de masas, el general Espartero. Él fue nombrado Ministro de Guerra.


Como tal formó la Unión Liberal, la cual era un intento de unir a moderados, progresistas, exaltados y demócratas, incluso a republicanos si podía, era lo que hoy día llamaríamos un partido político de centro, de centro conservador, pero de centro. Quería contar con las ideas y apoyos de todos los sectores. Aún más pretendía que el ejército dejara de inmiscuirse en política, a pesar de la paradoja que resultaba él mismo. Por ello, cuando cayó Espartero en 1856, fue él quien fue llamado a formar gobierno como jefe de gobierno con la Unión Liberal. Durante su gobierno se siguió intentando expandir el ferrocarril para revitalizar la industria y la economía española, se hicieron varias leyes para democratizar la vida de la sociedad, y, erróneamente, fuimos introducidos en varias aventuras militares en forma de guerras colonialistas por dos motivos: dar sentido de unidad a los españoles frente a enemigos comunes y recuperar orgullo patrio tras la perdida del Imperio en la década de 1820', así combatimos en Conchinchina, la Guerra del Pacífico, Marruecos... La Unión Liberal no duró mucho en el gobierno, varias crisis la derribaron, pero O'Donnell era llamado por Isabel II para ser jefe de gobierno de manera intermitente en alternancia con Narváez y otros. Esto hizo que los demócratas más activistas quisieran romper con aquello y declarar una monarquía constitucional donde la constitución fuera más respetada. El general Prim lo intentó en 1861, sufriendo una dura represión militar por parte de O'Donnell.


Resumiendo, tras varias crisis políticas O'Donnell murió en uno de sus periodos apartado del gobierno. Se estaba decantando por lo demócratas al ver los excesos de los moderados, pero nunca les terminó de apoyar. Murió antes en 1867. Su ideario había sido un gobierno desmilitarizado donde cupiera la convivencia de todas las ideas políticas y la libertad religiosa, no pudo ser en su tiempo. Pero en 1868 el golpe de Estado de Serrano y Prim lo hizo posible. Se recurrió a la monarquía parlamentaria en manos de Amadeo I de Saboya. Y se la intentó defender poniendo cuarteles nuevos en Alcalá de Henares. Por ello cuando se proclamó la I República fue Alcalá de Henares una de las ciudades que se prometían garantía de ella en 1873. La ciudad desde aquel 1854, con O'Donnell usando su caballería, había evolucionado hacia posturas demócratas. Aunque ya algo de ello debía tener, pues por ejemplo en los años de la revolución francesa ya existían franceses revolucionarios en la ciudad, cuidadosamente vigilados en secreto. Incluso entre ese 1854 y la I República de 1873-1874, el rey constitucional Amadeo I había elegido la ciudad para descansar en su viaje a Madrid, instalándose en el ayuntamiento.


En los 1870' la ciudad llegará a tener por alcalde a Esteban Azaña, padre de Manuel Azaña, futuro presidente de la II República (1931 - 1939). Obviamente las ideas iban arraigando. La ciudad ve como se crean ateneos obreros, grupos republicanos y grupos socialistas. Cuando el Parque O'Donnell se funda en 1899 con el nombre del viejo general que en los últimos años de su vida pensó en una monarquía donde todos cupieran (otra cosa son sus actos), un año antes se había sufrido la pérdida definitiva de las últimas posesiones españolas en América y Asia, dando lugar a una crisis social que hizo que los españoles se replanteasen muchas cosas. Los anarquitas y socialistas habían hablado contra aquellas guerras antes de ques e produjesen y fueron ellos quienes recogieron las mayores simpatías de la población. 1899 está a tan sólo tres años de que Alcalá de Henares pasara a la Historia como el primer lugar de las dos Castillas donde se nombra a un socialdemócrata con cargo político, se trataba del concejal Quer, como descubrió el historiador Julián Vadillo en los archivos. Fue en 1902, antes de que el propio Pablo Iglesias fuera diputado. Es obvio que el propio O'Donnell no fue republicano, pero sus ideas de la Unión Liberal pudieron inspirar en sus postrimerías algunas cuestiones de los sectores demócratas que más tarde proclamaran la Revolución Gloriosa. Está claro que los alcaldes Raján y Huerta tenían presente el papel de Alcalá de Henares en 1854, el gobierno de la Unión Liberal de 1858, y la Revolución Gloriosa de 1868, a Amadeo I de Saboya descansando en la ciudad y la I República de 1873 y 1874 buscando la ayuda de Alcalá de Henares para mantenerse frente a las tropas de Madrid capital. Tenían presente el aumento del republicanismo y el socialismo en los alcalaínos. Tenían presente una tradición democrática que Esteban Azaña (que era, por otra parte, conservador en bastantes aspectos y reformador en otros) le inculcó tanto a su hijo como a sus conciudadanos. Los últimos alcaldes del siglo XIX español sabían que algo ocurría en la ciudad, en su sociedad. No fue casual la elección del nombre de O'Donnell para el parque. Había en el ambiente algo que se mantuvo en aumento hasta la misma última resistencia alcalaína en 1939 frente a las tropas de Franco para defender los principios de la República.


O'Donnell no era republicano, simpatizaba con los demócratas monárquicos, hubiera deseado una monarquía de ese modo. Tal vez hubiera deseado el tipo de monarquía que pretendía Amadeo I, constitucional, parlamentaria y llevada por políticos y no por militares, donde pudieran caber todas las voces. No pudo ser, pero el ideario estaba ahí... y quizá fue el ideario, lo ideal o idealizado de esas ideas, lo que llevó a poner el nombre de O'Donnell al Parque O'Donnell.


Que la cerveza os acompañe.

2 comentarios:

Iván el rompepalos dijo...

Congratuleichons caballero. Le ha quedado a usté un tríptico fermoso.

Canichu, el espía del bar dijo...

Bueno, puede que mi repaso histórico deba ser matizado y revisado. La segunda parte está muy basado en el libro de 1987, aunque el conjunto es elaboración mía y algunos datos son datos que he visto con mis ojos en expedientes del AGA que trabajé en su día. Un saludo y que la cerveza te acompañe.