¿Qué era el Parque O'Donnell antes de ser el Parque O'Donnell? Unas eras. Esa es la primera respuesta que debería daros para saber porqué el Parque O'Donnell es el Parque O'Donnell. Era una fértil tierra ubicada en la zona donde en la Edad Media los musulmanes tuvieron varias zonas de cultivo. Sea como sea, en los siglos XV, XVI, XVII y XVIII fueron unas eras que serían propiedad o bien de la Iglesia o bien del mayorazgo de alguna casa nobiliar local. No conozco tanto dato acerca de a quién pertenecían esos cultivos en esos siglos, ni qué cultivaban en esa zona exactamente. Pero lo que sí está claro es que en el siglo XIX esas eras llegarían a estar en poder del ayuntamiento de Alcalá de Henares por compra. Unas heras extramuros y al lado de la zona trasera de las murallas medievales del Palacio Arzobispal
Al comenzar el Sexenio Democrático de 1868 - 1874, que hizo abdicar a la Reina Isabel II, y durante el que se sucedieron el reinado de Amadeo I y la I República, se produjo un periodo muy característico del movimiento republicano: el intento de extender la alfabetización y la cultura a todos los ciudadanos. De ese modo, se intentó dar un primer uso a aquellas eras. La ciudad había perdido su Universidad Complutense, que fue trasladada a Madrid, en 1836, con lo que se había ido cayendo en una amplia decadencia urbana, aunque la Universidad llevaba sufriendo perdidas de patrimonio, poder y alumnos desde los 1780', siendo clave el año 1798 en el que se subrogaron sus bienes a favor de la Secretaría de Hacienda de Carlos IV. Por ello Alcalá de Henares, orgullosa de su pasado estudiantil, llevaba tiempo queriendo fundar en la ciudad una escuela de educación secundaria. Urbano Brihuega Moreno, en su libro "La Instrucción Pública en Alcalá de Henares, el periodo entre Repúblicas 1873-1939" (editado en 2005), nos desvela que en un principio se planteó crear dicha escuela en los terrenos de estas eras, proyecto que llegó a valorarse incluso en los primeros años de la Restauración. Sin embargo, el proyecto se abandonó y se acabó fundando una escuela de educación secundaria usando el edificio del antiguo colegio de San Ildefonso de la Universidad, aunque esta no estaba controlada por el gobierno civil, sino que era privada en manos de la Iglesia. En ella estudiaron sólo los hijos de las familias más pudientes de Alcalá de Henares. Sea como sea, aquellas eras seguían siendo eras.
Sólo al final del siglo XIX, en 1899, se le encontró en aquellas épocas su uso más adecuado, el que nos ha llegado a nosotros en forma del agradable, fresco y bello Parque O'Donnell. Ese año el alcalde Francisco Rajas Gómez compró definitivamente las eras, que pertenecían por entonces a la casa nobiliar de los Urrutia. Irían de la calle del Moral, a la Pista Florida, el Paseo de los Pinos y la Puerta de Burgos. No hace falta ser muy observador para comprender que el Paseo de los Pinos hoy día se encuentra al otro lado de la vía de ferrocarril que hace terminar al parque. En otras palabras, efectivamente el parque original quedó partido en dos, siendo ese Paseo de los Pinos también muy bonito y, bien observado haciendo un esfuerzo de imaginación para eliminar en nuestras mentes las vias de tren, hubiera sido continuidad del Parque O'Donnell.
Aunque el proyecto lo inició el alcalde Rajas Gómez en 1899, no lo pudo llevar a cabo. Ese mismo año hubo elecciones municipales en Julio y le arrebató el sillón consistorial Félix Huerta y Huerta, un hombre perteneciente a una familia de larga tradición alcalaína de escribanos, notarios y políticos locales. Fue él quien puso todo su empeño en construir el Parque O'Donnell. Anselmo Raymundo en su libro "Datos Históricos de Alcalá de Henares" dijo que fue su acción la más importante para la consecución de dicho espacio verde. No obstante ya dijimos en la primera parte que en estas alturas del siglo había una mentalidad política y social de civismo muy diferente a la de hoy día. Recordaré que Esteban Azaña nos legó la Plaza de Cervantes en los 1870' como la conocemos hoy día, Laredo traía el ferrocarril y dejaba un palacio neomudejar, hubo quien modernizó la plaza de toros y quien recuperó para disfrute de los ciudadanos la rivera del río Henares, o bien quien se empeñó en crear ese espacio común de los alcalaínos que ha sido y es el Teatro Salón Cervantes. Es una época en la que se están haciendo grandes esfuerzos por construir una nueva ciudad a partir de la vieja ciudad. Consciente de la pérdida de su esplendor universitario y de partido judicial del corregimiento, se estaba construyendo una ciudad a la altura de la España, si no de la Europa, progresista de la época, no olvidemos que de estos años consta también la creación de ateneos y casinos sociales y obreros, por ejemplo. Algo se estaba moviendo.
En octubre de 1899 se le encargó al arquitecto municipal la reparación del estanque de la huerta (que regaba los cultivos y abastecía a una Casa de Baños) y el diseño de un parque jardín, de ese encargo salió la idea de la cascada. Es a este hombre, del que desconozco su nombre, al que le debemos el aspecto Romántico del parque y ese estanque de la fotografía de la primera parte de este informe. Diecinueve días más tarde Félix Huerta podía presentar al ayuntamiento el croquis del diseño, al que él mismo añadió la elección de álamos, tilos y castaños del vívero de San Fernando. Se aceptó el proyecto, aunque hubo de retirarse la línea de árboles de la calle del Moral a causa de las protestas vecinales de aquellos vecinos que creían que iban a ser perjudicadas. El nombre de los paseos y las plazas también quedó asentado ese día 20 de diciembre de 1899. En 1901 se colocarón los primeros bancos para que se sentaran las personas. Eran bancos de piedra caliza traída de Colmenar de Oreja, la misma piedra que había construído palacios Reales y la mayor parte de los monumentos de Madrid capital. De estos bancos sobreviven dos en la actualidad, se encuentran cercanos al estanque de la cascada y a la actual piscina municipal de ese lugar. No es lo único que permanece de la época, también lo ahcen unos pinos carrascos que acompañan a dichos bancos para darles sombra. Fueron plantados en 1902.
Era obvio que la creación del estanque era la parte clave del parque O'Donnell, por él se llegó a pagar una cifra de dinero desorbitada por tan sólo la construcción e instalación de una verja de hierro en su zona superior, desde la que poder ver el estanque con peces y la cascada desde arriba. La cuantía total era abrumadora.
Desde aquel 1902 a 1946 el Parque O'Donnell fue completándose con la plantación de numerosas especies vegetales. Al principio se buscaron especies autóctonas como tilos y pinos. El parque llegó a tener una frondosidad enorme. Pronto el proyecto del parque pasó a desbordar la idea original para ir más allá. Se pretendió que albergara especies vegetales de cada uno de los continentes de La Tierra. Así Gregorio Campelo, escribió el libro "Arboles y Arbustos del Parque O'Donell de Alcalá de Henares" en 1987. En él no recogió las numerosas clases de palmeras africanas y asiáticas que se pueden disfrutar cuando paseamos por allí, pero sí registró los cedros del Atlas y del Líbano, pinos carrascos y piñoneros, cipreses de Arizona y comunes, tuyas, plátanos de paseo, olmos de Siberia y comunes, moreras negras y blancas, higueras, sauces llorones, chopos boleana, ciruelos japoneses, árboles del amor, acacias de Japón, de tres espinas y de flor blanca, fresnos, palmeras de la suerte, árboles del Paraíso, catalpas, olivos, laureles, fotíneas, lauros, cotoneasteres, rosales, pitosparos, evónimos, hiedras comunes y matizadas de Canarias, adelfas, aligustres del Japón, lilos, durillos de flor, bolas de nieve, yucas péndulas, pitas, plumeros y rosas de Siria.
El 5 de Noviembre de 1934, durante la II República, teniendo el parque el mejor de sus momentos, los alcalaínos pudieron disfrutar y sufrir (sobre todo sufrir) de un partido de fútbol en su pista central entre la Sociedad Deportiva Alcalá (al ser el gobierno una República se le quitó el título de Real en esos años) y el Atlético de Madrid... No hay más que decir que el sufrimiento vino por una derrota alcalaína por tres goles a cinco. Lo registró el diario "El Eco de Alcalá". Era un lugar sin duda de recreo. Tan frondoso que al estallar la guera civil española en 1936 - 1939, siendo la ciudad fiel a la República en todo momento, se albergó allí a una unidad de tanques para ocultarlos de los frecuentes bombardeos de los aviones del ejército golpista del general Franco. Muchos de los bancos de piedra fueron arrancados en esa época para favorecer el paso de estos carros blindados, también se perdieron muchos árboles, pérdidas que también ayudaron a tener varios ataques enemigos. Tras 1939 había que recuperar parte del ajardinamiento del parque.
No fue la única debacle que sufrió el Parque O'Donnell, en 1946 se inciarion las obras de la carretera de Daganzo. Se mutiló la zona de los árboles que ocupaban la franja que hoy día es carretera en la calle del Moral. Del mismo modo la Pista Florida disminuyó y se hizo la segunda pista de futbito que conocemos hoy. Se prolongó a lo largo la plantación de árboles (trasplantados de la zona de la carretera de Daganzo en construcción) llegando definitivamente hasta la vía ferroviaria actual. Pero si desde 1936 a 1946 el parque había sufrido estos traumas, en 1973, los últimos años de la dictadura franquista, vivió otra remodelación que lo cambió radicalmente. Se quiso imitar un parque inglés, llenándolo de césped a pesar de la escasez de agua para mantenerlo. Lo que parecía un problema irresoluble no lo fue. Se pudo solucionar sorprendentemente. Su césped, el que hoy conocemos, se mantiene todo el año sin problemas de falta de agua. Pero hubo que rediseñar el parque y quitar árboles para moverlos de sitio o para quitarlos del parque con la idea de que se disfrutase del césped. Sea como sea, ese es el parque que nos ha llegado y, afortunadamente, aún tiene numerosos árboles, aunque ha perdido gran parte de sus especies vegetales originales.
En 1986 se denunciaba el problema del sonido de la carretera Nacional-II (hoy vía Complutense) y de la carretera de Daganzo, así como se planteaba la cuestión de poder recuperar varias de las especies originales perdidas entre 1936 y 1973. Entre 1995-2005 el Parque O'Donnell tuvo otra remodelación, en esta ocasión era para ampliarlo. Se puso en ajardinamiento la zona trasera más cercana a las vías de tren. Se intentó crear lo que se llamó un jardín barroco (aunque ciertamente a mí no me recuerda uno) con el uso de un taller de jardinería que, a la vez, ayudara a paliar en parte los problemas de desempleo (sobre todo femenino). Queda citar la desaparición de los patos, palomas y tortugas en 2004 por los motivos citados en la primera entrega, cosa que espero que algún día se solucione.
Pero ahora que sabemos que el Parque O'Donnell era consecuencia de una forma de pensar cívica y democratizadora del disfrute de la ciudad por todos los ciudadanos propia del siglo XIX, y conocemos la Historia del parque, queda por saber por qué el Parque O'Donnell se llama Parque O'Donnell. Pero eso será en la tercera entrega. Que la cerveza os acompañe.
Aunque el proyecto lo inició el alcalde Rajas Gómez en 1899, no lo pudo llevar a cabo. Ese mismo año hubo elecciones municipales en Julio y le arrebató el sillón consistorial Félix Huerta y Huerta, un hombre perteneciente a una familia de larga tradición alcalaína de escribanos, notarios y políticos locales. Fue él quien puso todo su empeño en construir el Parque O'Donnell. Anselmo Raymundo en su libro "Datos Históricos de Alcalá de Henares" dijo que fue su acción la más importante para la consecución de dicho espacio verde. No obstante ya dijimos en la primera parte que en estas alturas del siglo había una mentalidad política y social de civismo muy diferente a la de hoy día. Recordaré que Esteban Azaña nos legó la Plaza de Cervantes en los 1870' como la conocemos hoy día, Laredo traía el ferrocarril y dejaba un palacio neomudejar, hubo quien modernizó la plaza de toros y quien recuperó para disfrute de los ciudadanos la rivera del río Henares, o bien quien se empeñó en crear ese espacio común de los alcalaínos que ha sido y es el Teatro Salón Cervantes. Es una época en la que se están haciendo grandes esfuerzos por construir una nueva ciudad a partir de la vieja ciudad. Consciente de la pérdida de su esplendor universitario y de partido judicial del corregimiento, se estaba construyendo una ciudad a la altura de la España, si no de la Europa, progresista de la época, no olvidemos que de estos años consta también la creación de ateneos y casinos sociales y obreros, por ejemplo. Algo se estaba moviendo.
En octubre de 1899 se le encargó al arquitecto municipal la reparación del estanque de la huerta (que regaba los cultivos y abastecía a una Casa de Baños) y el diseño de un parque jardín, de ese encargo salió la idea de la cascada. Es a este hombre, del que desconozco su nombre, al que le debemos el aspecto Romántico del parque y ese estanque de la fotografía de la primera parte de este informe. Diecinueve días más tarde Félix Huerta podía presentar al ayuntamiento el croquis del diseño, al que él mismo añadió la elección de álamos, tilos y castaños del vívero de San Fernando. Se aceptó el proyecto, aunque hubo de retirarse la línea de árboles de la calle del Moral a causa de las protestas vecinales de aquellos vecinos que creían que iban a ser perjudicadas. El nombre de los paseos y las plazas también quedó asentado ese día 20 de diciembre de 1899. En 1901 se colocarón los primeros bancos para que se sentaran las personas. Eran bancos de piedra caliza traída de Colmenar de Oreja, la misma piedra que había construído palacios Reales y la mayor parte de los monumentos de Madrid capital. De estos bancos sobreviven dos en la actualidad, se encuentran cercanos al estanque de la cascada y a la actual piscina municipal de ese lugar. No es lo único que permanece de la época, también lo ahcen unos pinos carrascos que acompañan a dichos bancos para darles sombra. Fueron plantados en 1902.
Era obvio que la creación del estanque era la parte clave del parque O'Donnell, por él se llegó a pagar una cifra de dinero desorbitada por tan sólo la construcción e instalación de una verja de hierro en su zona superior, desde la que poder ver el estanque con peces y la cascada desde arriba. La cuantía total era abrumadora.
Desde aquel 1902 a 1946 el Parque O'Donnell fue completándose con la plantación de numerosas especies vegetales. Al principio se buscaron especies autóctonas como tilos y pinos. El parque llegó a tener una frondosidad enorme. Pronto el proyecto del parque pasó a desbordar la idea original para ir más allá. Se pretendió que albergara especies vegetales de cada uno de los continentes de La Tierra. Así Gregorio Campelo, escribió el libro "Arboles y Arbustos del Parque O'Donell de Alcalá de Henares" en 1987. En él no recogió las numerosas clases de palmeras africanas y asiáticas que se pueden disfrutar cuando paseamos por allí, pero sí registró los cedros del Atlas y del Líbano, pinos carrascos y piñoneros, cipreses de Arizona y comunes, tuyas, plátanos de paseo, olmos de Siberia y comunes, moreras negras y blancas, higueras, sauces llorones, chopos boleana, ciruelos japoneses, árboles del amor, acacias de Japón, de tres espinas y de flor blanca, fresnos, palmeras de la suerte, árboles del Paraíso, catalpas, olivos, laureles, fotíneas, lauros, cotoneasteres, rosales, pitosparos, evónimos, hiedras comunes y matizadas de Canarias, adelfas, aligustres del Japón, lilos, durillos de flor, bolas de nieve, yucas péndulas, pitas, plumeros y rosas de Siria.
El 5 de Noviembre de 1934, durante la II República, teniendo el parque el mejor de sus momentos, los alcalaínos pudieron disfrutar y sufrir (sobre todo sufrir) de un partido de fútbol en su pista central entre la Sociedad Deportiva Alcalá (al ser el gobierno una República se le quitó el título de Real en esos años) y el Atlético de Madrid... No hay más que decir que el sufrimiento vino por una derrota alcalaína por tres goles a cinco. Lo registró el diario "El Eco de Alcalá". Era un lugar sin duda de recreo. Tan frondoso que al estallar la guera civil española en 1936 - 1939, siendo la ciudad fiel a la República en todo momento, se albergó allí a una unidad de tanques para ocultarlos de los frecuentes bombardeos de los aviones del ejército golpista del general Franco. Muchos de los bancos de piedra fueron arrancados en esa época para favorecer el paso de estos carros blindados, también se perdieron muchos árboles, pérdidas que también ayudaron a tener varios ataques enemigos. Tras 1939 había que recuperar parte del ajardinamiento del parque.
No fue la única debacle que sufrió el Parque O'Donnell, en 1946 se inciarion las obras de la carretera de Daganzo. Se mutiló la zona de los árboles que ocupaban la franja que hoy día es carretera en la calle del Moral. Del mismo modo la Pista Florida disminuyó y se hizo la segunda pista de futbito que conocemos hoy. Se prolongó a lo largo la plantación de árboles (trasplantados de la zona de la carretera de Daganzo en construcción) llegando definitivamente hasta la vía ferroviaria actual. Pero si desde 1936 a 1946 el parque había sufrido estos traumas, en 1973, los últimos años de la dictadura franquista, vivió otra remodelación que lo cambió radicalmente. Se quiso imitar un parque inglés, llenándolo de césped a pesar de la escasez de agua para mantenerlo. Lo que parecía un problema irresoluble no lo fue. Se pudo solucionar sorprendentemente. Su césped, el que hoy conocemos, se mantiene todo el año sin problemas de falta de agua. Pero hubo que rediseñar el parque y quitar árboles para moverlos de sitio o para quitarlos del parque con la idea de que se disfrutase del césped. Sea como sea, ese es el parque que nos ha llegado y, afortunadamente, aún tiene numerosos árboles, aunque ha perdido gran parte de sus especies vegetales originales.
En 1986 se denunciaba el problema del sonido de la carretera Nacional-II (hoy vía Complutense) y de la carretera de Daganzo, así como se planteaba la cuestión de poder recuperar varias de las especies originales perdidas entre 1936 y 1973. Entre 1995-2005 el Parque O'Donnell tuvo otra remodelación, en esta ocasión era para ampliarlo. Se puso en ajardinamiento la zona trasera más cercana a las vías de tren. Se intentó crear lo que se llamó un jardín barroco (aunque ciertamente a mí no me recuerda uno) con el uso de un taller de jardinería que, a la vez, ayudara a paliar en parte los problemas de desempleo (sobre todo femenino). Queda citar la desaparición de los patos, palomas y tortugas en 2004 por los motivos citados en la primera entrega, cosa que espero que algún día se solucione.
Pero ahora que sabemos que el Parque O'Donnell era consecuencia de una forma de pensar cívica y democratizadora del disfrute de la ciudad por todos los ciudadanos propia del siglo XIX, y conocemos la Historia del parque, queda por saber por qué el Parque O'Donnell se llama Parque O'Donnell. Pero eso será en la tercera entrega. Que la cerveza os acompañe.
3 comentarios:
Desde el buen-rollismo: Me estás tocando las bolas con retrasar el porqué.
Por ciertus, es LA Real Sociedad Deportiva Alcalá y es O'Donnell, con dos enes.
Saludos y cervezas.
jajajaj, bueno, pero si la parte más importante es esta de hoy. La otra es más política.
Un solo comentario, el espacio que se utilizó para crear el Parque no eran "eras",sino una huerta, la "Huerta de San Bernardo". Lo que se denomina era, es un espacio empedrado que se usaba para trillar los cereales, separando el grano de la paja y luego alventandolos, en Alcalá hubo bastantes eras, pero este espacio era de huerta.
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