NOTICIA 517ª DESDE EL BAR: CUMPLEAÑEANDO A UN AMIGO

Barón Kaos ha celebrado su cumpleaños durante dos días seguidos. Es el cumpleaños más salvaje que he vivido nunca hasta ahora. Nos hemos divertido y mucho, porque además es un chollo que lo haya celebrado en fiestas. Felicidades otra vez, Barón Kaos, pero ahora también felicidades por el éxito de tu celebración. Hemos bailado toda clase de estilos musicales un buen número de amistades. Hemos bebido literalmente cinco litros de mojito, hemos saltado en corro, reído, recorrido la ciudad mil veces, escanciado sidra, acabado con el botellero del ron, recuperado momentos que parecían salidos del Boisán pasado, y hemos visto caras que hacía tiempo no veíamos. Podría entrar en detalles, podría contar en general o desde mi vivencia, pero vale así en realidad, sobre todo porque en el blog uno escribe lo que desea escribir, y no un periódico sobre uno mismo. Y hoy me apetecía escribir esta felicitación. En realidad no cuento nada, sólo felicito. Me ha gustado la fiesta.

¿Y hoy? Pues hoy tras despertar de unas muy pocas horas de dormir en el sofá de la casa vacía de Oliver en Alcalá de Henares, y de hacer un intento fallido con Juanjo de ir a tomar unas cañas de cerveza para desayunar, llego a mi casa a mi casa y dispuesto a seguir durmiendo. Claro que cuando yo duermo ya en mi casa lo hago desnudo. Al despertar entro en el baño para poder ducharme, claro que antes me intento afeitar. Así que veo que tengo el jabón de afeitar normal y un bote de espuma de afeitar. Escojo el bote. Sea la resaca, sea un bote defectuoso, por razones que aún desconozco la espuma sale estallando por un orificio roto. Me llena de espuma todo el pecho. Intento quitármela con las manos y lo único que logro es espandirla más e incluso hacerla llegar a la tripa. Llaman a la puerta. No logro quitarme la espuma. Vuelven a llamar. Entro en mi dormitorio y me pongo unos mini pantalones cortos de un pijama de verano. Abro la puerta. Es una chica joven, de mi edad, quizá algún año menos, con una carpeta en la mano. Se queda callada...

-... -su mutismo mirándome.

-... Hola... ¿qué querías? -digo, aunque sé qué querra venderme alguna linea de Internet o algo así.

-... ¿Llego en mal momento?

-No.

-...

-¿Qué querías?

-Soy de *** y no sé si conocerás nuestras... Perdona, ¿eso es nata montada?

-...

Y no, no ocurrió nada de lo que he visto en montones de películas con situaciones parecidas... No tengo palabras... Claro que tampoco importa demasiado, a fin de cuentas ya estuve bailando uno de los días de la celebración sin camiseta en uno de los recintos de peñas. Que la cerveza os acompañe.