El ser humano es más grande que el mar, porque cuando un hombre se ahoga el mar no sabe que lo mata, mientras que el hombre sabe que se muere. Eso lo dijo en un poema el escritor ruso Solzhenitsin, premio Nobel de Literatura en 1970. Su obra más conocida es "Archipliélago Gulag", publicado por primera vez en 1973 en Francia, tuvo que sacarlo clandestino de la URSS.
Ha muerto esta noche, la razón se resume en que era muy anciano. Este hombre llegó a combatir contra la invasión NAZI a la URSS en 1941. Aunque lo que vivió posteriormente le cambió la mentalidad. Creía en el sistema soviético hasta que empézó a comprender las persecuciones y atrocidades de la dictadura soviética en manos de Stalin. Terminada la guerra empezó a tener una crisis personal pensando que había contribuído a defender un mundo de horror y persecución, por lo que sus escritos generalmente tienen el leit motiv del fracaso permanente y de la esperanza perdida. Durante la década de 1950' comenzó a escribir textos clandestinos, ya que comenzaba a tener problemas con el KGB. Fue perseguido intelectualmente y censurado, llegando incluso a pisar la cárcel por hablar de la realidad de la sociedad stalinista. Muerto Stalin a mediados de la década se inició de manos del siguiente líder una crítica al mismo. Solzhenitsin participó de esa crítica con su literatura, sin embargo, todo tenía un límite, por lo que volvió a tener problemas con el KGB y la censura a lo largo de los 1960', llegando a conocer el mundo de los gulag de Siberia, pese a que publicó alguna declaración suya en 1967 proclamando la vida soviética mejor que la occidental.
Sea como sea, en 1970 recibía el Premio Nobel por una literatura bien construída que hablaba de las miserias de vida dentro de la asfixia de la dictadura en manos de Stalin, y entrelíneas de la dictadura soviética en general. En 1973 lograba secretamente que "Archipliélago Gulag" llegara a Francia y se publicara, lo que le valió definitivamente ser exiliado por el gobierno en 1974, y sus libros prohibidos en la URSS y su esfera. Vivió en New York con gran pena, pena que le acompañó hasta la fecha de su muerte, ayer, ya que esta no le abandonó en 1991 cuando acabó la URSS, se sentía responsable de la pervivencia de las atrocidades de la dictadura, pese a que las denunció en su obra. Regresó a la Federación Rusa en 1994 e incluso fue condecorado por el presidente Putin.
Pues adiós a una vida dedicada a denunciar las atrocidades dictatoriales que un día defendió, aunque mucho me parece a mí que este hombre no supo lo que defendió hasta que no lo vio. Personalmente le exculpo, pues lo que se lee en su biografía es sólo la vida de un escritor que combatió por la libertad contra los NAZIS y después descubrió que también había que combatir por la libertad contra los soviéticos compatriotas. Usó la literatura, y puede que callara en algún momento, pero en otros habló. Su tristeza fue grande, pues se sentía culpable, pero ¿hasta donde llegó su culpa? ¿Era su culpa mayor que la del resto de millones de personas de la URSS stalinista? Quizá se juzgó muy severamente a sí mismo, pero a mi juicio, creo que supo redimirse con sus denuncias, aunque no lo viera del todo así.
Que la cerveza os acompañe
3 comentarios:
Creo que nunca había oído de él, pero lo importante es saber rectificar a tiempo, y está claro que lo hizo y además puso todo su empeño en enmendarse. Es una pena que haya muerto con un cargo de conciencia que, como tú dices, creo que ya no debía tener.
Yo juraría que ayer te dejé un comentario, ¡pero no está! A ver si lo escribí en otro blog... Bueno, el caso es que quería "disculparme" por no ser capaz de decir lo que realmente quiero decir. En tu entrada anterior, no había entendido que te llevases mal con tus compañeros ni mucho menos, pero como tampoco dejabas explícitamente claro lo contrario... Me explico: algunas veces nos vemos obligados a compartir varias horas con gente que no es de nuestro agrado, pero al saber que no nos queda más remedio, lo sobrellevamos de la mejor forma posible. Es por eso que intenté ser precavida para no meter la pata, y al final consigo lo contrario. En fin, que me alegro mucho de que entre vosotros hagáis más agradables esos largos y (musicales y no tan)monótonos kilómetros de carretera.
¡¡Saludicos!!
No hace falta disculparse pora lgo que no necesita disculpas, chiquilla, simplemente quise aclarar que no me llevaba mal con mis compañeros si pudiste entender eso, no había más. A veces blogger no publica por errores internos, a mí me pasó en alguna ocasión. Un saludo.
Ya sabes que todo lo soviético me entusiasma, así que gracias por el post pq no sabía de su muerte, y por descubrirlo a la gente que no lo conocía, que ahora les picará un poquito la curiosidad. Me beberé un vodka a su salud, y a la tuya, por supuesto. Besos
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