La grandeza de la vida tiene sus miserias. Esa es la primera frase que apareció en mis labios al mediodía, al despertarme hoy, aprovechando que trabajo de tarde-noche para cubrir la baja de un compañero de trabajo. Quizá se deba a un sueño que tuve, un sueño que me visita cada noche... muchas noches... y el sueño se debe a algo en mi vida.
Me gustaría viajar, pero no tengo con quien. Podría aprovechar dos de mis días libres a la semana, quizá dos y medio si elijo para salir uno de esos días en los que mi turno es de mañana y tengo libre la tarde. O quizá podría acumular cuatro días si le cambio el turno a algún compañero y trabajo previamente dos semanas seguidas ininterrumpidas... claro que para eso necesito que quien quiera viajar conmigo me diga fechas concretas para poder hacer yo los planes y los cambios de horarios y turnos con el compañero de trabajo que me lo acepte. No tengo fiestas, ni puentes, sólo los dos días libres a la semana. Me apetece viajar, ya fui vagabundo por Cataluña y el sur de Francia el año pasado, pero este año me apetece viajar con alguien.
No sé. No sólo es lo de viajar. El sueño me ha recordado diversas de mis miserias vitales. O tal vez sólo sea que es un día de calor donde la gente se sienta en la hierba de los parques por los que paso de camino a mi trabajo... Los turnos de tarde-noche se eternizan. Al final creas una especie de "conocido-amigos" en el minicasino con los que hablas manteniendo ciertas distancias, con los que de vez en cuando puedes bromear, excepto cuando van perdiendo setecientos, mil o mil setecientos euros. Es un submundo. Mi trabajo es un submundo... o quizá un mundo paralelo... o una de las peculiaridades del mundo. Por las vidrieras de la entrada ves la Plaza de Cervantes, que es la plaza central, la Mayor, de la ciudad. Llena de vida, de gente, de actividad... Es como mirar la vida desde el lado maligno del espejo de una bruja. Esta última frase quizá sea una tontería, de hecho es una tontería.
Salgo del trabajo pasada media hora la medianoche y voy a los bares y terrazas por si veo a algún amigo o conocido. Nunca veo a alguno. Quizá no salgan por las noches de verano, o quizá es que entrediario salgan por lugares que se me escapan. El lunes encontré a muchas caras conocidas en el Whelan's. Estuve con ellas... hasta que una camarera de 18 años quiso darnos lecciones de sexo sacado de revista de adolescentes a gente que tenía de 26 a 32 años.
Anoche tuve un sueño... ya lo he tenido otras veces, de otras formas, con otras historias, otros enfoques, son visitas nocturnas de alguien que conozco bien, varían algunos personajes, pero estos sueños son los sueños de los que aparecen siempre. Esta noche también apareció la abuela. Mi padre, ella, luego desaparecieron y aparecieron otras personas, amigas, conocidas... Me recordaban las carencias de mi vida. Lo que me falta... y me hacían preguntarme a dónde iba. Luego desperté, cuando el sueño ya era difuso, y mi primera frase fue "la grandeza de la vida tiene sus miserias"... y aseguro que al levantarme de la cama para ir al servicio me pareció oir la voz de la abuela llamando para que le dieramos agua... debió ser un residuo mental del sueño... no lo sé. Es posible... o quizá la voz de un vecino a través de la pared, que mi mente distorsionó con el recuerdo del sueño. Era una voz tan clara... Claro... que una vez también le vi a él... también al despertar de golpe de un sueño... Tal vez la mente confunde imágenes al despertar de golpe algunas veces. En otro sentido que se pudiera plantear, no me da miedo.
Pero es cierto, mi vida tiene carencias. Afectivas, por ejemplo. Nunca hubo una ella. Soy un lobo estepario muchas veces, incluso respecto a mi grupo de amigos más viejo. En parte me he acostumbrado, y en parte no.
Quisiera viajar. Quiero viajar.
Me gustaría viajar, pero no tengo con quien. Podría aprovechar dos de mis días libres a la semana, quizá dos y medio si elijo para salir uno de esos días en los que mi turno es de mañana y tengo libre la tarde. O quizá podría acumular cuatro días si le cambio el turno a algún compañero y trabajo previamente dos semanas seguidas ininterrumpidas... claro que para eso necesito que quien quiera viajar conmigo me diga fechas concretas para poder hacer yo los planes y los cambios de horarios y turnos con el compañero de trabajo que me lo acepte. No tengo fiestas, ni puentes, sólo los dos días libres a la semana. Me apetece viajar, ya fui vagabundo por Cataluña y el sur de Francia el año pasado, pero este año me apetece viajar con alguien.
No sé. No sólo es lo de viajar. El sueño me ha recordado diversas de mis miserias vitales. O tal vez sólo sea que es un día de calor donde la gente se sienta en la hierba de los parques por los que paso de camino a mi trabajo... Los turnos de tarde-noche se eternizan. Al final creas una especie de "conocido-amigos" en el minicasino con los que hablas manteniendo ciertas distancias, con los que de vez en cuando puedes bromear, excepto cuando van perdiendo setecientos, mil o mil setecientos euros. Es un submundo. Mi trabajo es un submundo... o quizá un mundo paralelo... o una de las peculiaridades del mundo. Por las vidrieras de la entrada ves la Plaza de Cervantes, que es la plaza central, la Mayor, de la ciudad. Llena de vida, de gente, de actividad... Es como mirar la vida desde el lado maligno del espejo de una bruja. Esta última frase quizá sea una tontería, de hecho es una tontería.
Salgo del trabajo pasada media hora la medianoche y voy a los bares y terrazas por si veo a algún amigo o conocido. Nunca veo a alguno. Quizá no salgan por las noches de verano, o quizá es que entrediario salgan por lugares que se me escapan. El lunes encontré a muchas caras conocidas en el Whelan's. Estuve con ellas... hasta que una camarera de 18 años quiso darnos lecciones de sexo sacado de revista de adolescentes a gente que tenía de 26 a 32 años.
Anoche tuve un sueño... ya lo he tenido otras veces, de otras formas, con otras historias, otros enfoques, son visitas nocturnas de alguien que conozco bien, varían algunos personajes, pero estos sueños son los sueños de los que aparecen siempre. Esta noche también apareció la abuela. Mi padre, ella, luego desaparecieron y aparecieron otras personas, amigas, conocidas... Me recordaban las carencias de mi vida. Lo que me falta... y me hacían preguntarme a dónde iba. Luego desperté, cuando el sueño ya era difuso, y mi primera frase fue "la grandeza de la vida tiene sus miserias"... y aseguro que al levantarme de la cama para ir al servicio me pareció oir la voz de la abuela llamando para que le dieramos agua... debió ser un residuo mental del sueño... no lo sé. Es posible... o quizá la voz de un vecino a través de la pared, que mi mente distorsionó con el recuerdo del sueño. Era una voz tan clara... Claro... que una vez también le vi a él... también al despertar de golpe de un sueño... Tal vez la mente confunde imágenes al despertar de golpe algunas veces. En otro sentido que se pudiera plantear, no me da miedo.
Pero es cierto, mi vida tiene carencias. Afectivas, por ejemplo. Nunca hubo una ella. Soy un lobo estepario muchas veces, incluso respecto a mi grupo de amigos más viejo. En parte me he acostumbrado, y en parte no.
Quisiera viajar. Quiero viajar.
9 comentarios:
Daniel, este es uno de los post más lindos que he leido. Es cierto, la vida tiene sus miserias. Las soledades, el verano en los rostros ajenos. La flores que empalagan con sus fragancias. Y este letargo anómico y casí endógeno que me hace encoger de hombros. Yo también quiero viajar.
un beso niño.
Que aparezca ella y puedas emprender ese viaje, que no sé por qué, me parece que no es tan físico como pareciera.
Cada trabajo es un submundo, canichu, como cada persona, con sus respectivas miserias y satisfacciones.
Si tanto quieres viajar, viaja. No es necesario un acompañante para hacerlo, a veces éstos o éstas aparecen en mitad del mismo viaje. Quizá esa "ella" que te gustaría haber tenido esté esperándote en algún lugar recóndito del planeta; tal vez a la vuelta de la esquina.
No sé si creerás en el rollo de los espíritus, yo sí. A veces le visitan a uno en su cuarto mientras duerme; otras veces se les siente nada más despertar, cuando el mundo de los sueños y la realidad no han acabado de separarse. Pero entonces te lavas la cara, te despejas, y todo lo que queda son tus interpretaciones sobre lo que has visto u oído.
Sigue tus impulsos.
MARI: en eso estamos. Un saludo.
LILIANA: ciertamente, en parte no es un viaje físico. Saludos.
EL COMEDIANTE: después de tanto tiempo conociendonos he de afirmar tras este comentario que, sólo por él mismo, no me conoces. Nunca me ha sido un problema viajar (salvo el económico), ni nunca me ha sido un problema actuar solo. Toda persona no es un submundo, es un mundo, que quizá oculte submundos. Un saludo.
Mis disculpas por ofrecer un consejo, cuando no habías pedido ninguno. No volverá a ocurrir, me limitaré a opiniones personales.
No me conozco ni a mí mismo...
no tienes que ofrecer disculpas, puedes escribir lo que deseés, sólo aclaraba el post respecto a lo que comentaste. Pero no es como para disculparse, diste un consejo que creíste necesité. No es para tanto. Un saludo.
Por un momento me pareció que te había molestado mi comentario (creo que estoy en una de mis etapas paranoicas), pero me alegro de que no fuera así. Un saludo. Y que la birra te acompañe.
Disfruta tu libertad, aprovéchala, Dani, no hay nada como eso, incluso con sus miserias. Se lo leí a Eri, y estoy totalmente de acuerdo, la vida no es como es, sino como nos la tomamos. Saquemos partido a lo que pueda haber de bueno en cada situación que vivamos. Un beso
ya saco partido de cada situación que vikvo, que es lo mismo que le decía a el comediante... joooooder, me parece que no habéis entendido nada de este post... o que lo relacionais con experiencias propias vuestras. Sea como sea, me parece que el post no ha sido entendido.
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