La ruleta gira y muchas veces gana la banca. Los jugadores apuestan a los números rojos y a los negros, hacen sus estadísticas de pares y de nones. Yo al lado con zapatos y pantalones negros, con camisa azul, chaleco con un azul oscuro y corbata roja. Tres chinos se ponen en diferentes puntos estratégicos de la ruleta y hacen sus apuestas coordinadamente, pues coordinadamente pierden dinero y se lo dicen entre sí en chino y alzan o bajan su voz mientras cinco rumanos jóvenes se agrupan en dos grupos y apuesta uno por cada grupo y se turnan, armando un alboroto de risas o de voces con ansia o con derrota o ganancias. Cerca está "el Doctor", un jordano de cincuenta años que no se sabe bien cuándo atiende su clínica. Juega con método y suele ganar al final del día miles de euros, o perderlos. Pero se divierte y todos le tienen respeto y estima. Alguna vez se repite la historia en la mesa de cuando operando un ojo lo rebanó por accidente. Y mientras estas voces hablan y juegan, un africano hace sus apuestas de modo silencioso. Gasta todo su sueldo pero siempre saca más dinero para permanecer en la mesa. Un par de españoles juegan observando y conversando, son clientes habituales y a veces llaman a "Corleone" o a "Gitano", dos personajes fijos en el salón de juego, según me informan y los veo... desde el comienzo de mi jornada hasta el final en sus días de ocho a once horas. Me piden cambio de monedas, o cambiar su premio en billetes para cobralo, o bien bebidas o comidas, y se las llevo gratis, a fin de cuentas algunos gastan 3.000 euros al día o su sueldo, depende de los jugadores. La ruleta gira y muchas veces gana la banca, aunque de vez en cuando ganan ellos, algunos, a veces pocas cantidades y otras veces enormes cantidades, y eso es lo que les ata. Luego las pierden, sólo el "Doctor" tiene método de verdad, en realidad siempre gana la banca, pero no lo saben. Y gana porque la banca juega con su ludopatía o con la adicción que crean las recompensas rápidas y efímeras. Y lo efímero en la ruleta no hace que el dinero se esfume sólo de sus bolsillos, sino que se esfume a los nuestros, a mejor decir a los del dueño del salón. Por eso damos bebidas y comidas gratis, para que se queden cuando parecen flojear en sus apuestas. Y funciona, se quedan ante ese "regalo" y se lo beben y comen mientras retoman con fuerza sus apuestas para hacer tiempo mientras apuran la "generosa" invitación. Creen que somos amables, que somos sus amigos y les servimos invitaciones, en realidad somos su parásito, su veneno. En eso trabajamos, en destruírles, o a mejor decir, en ayudar a que se autodestruyan.
Si algún día jugáis en un salón de juegos, apostad poco, 20 céntimos es lo mínimo en una tirada a la ruleta, 40 céntimos si es una apuesta doble de opción riesgo. Quizá en alguna mesa haya un mínimo de cantidad para apostar, 7 euros o algo así, marcaros un tope, pero hacedlo siempre por divertiros, no por ganar dinero, no lo ganaréis si jugáis para ganar dinero.
El humo de tabaco y ciertas condiciones de trabajo que podrían llamarse daños colaterales son insufribles. Hablé con alguien del sindicato sobre esto, pero no como denuncia, sino como comentario entre amigos, pero creo que tomó nota. Yo juego mis cartas, y he lanzado una nueva apuesta en mi vida. Mi apuesta es haber echado un curriculum hoy mismo en cierto lugar que creo puedo tener posibilidades, ya trabajé en el pasado para ese sitio repartiendo publicidad de libros de oposiciones mediante el señor Gutiérrez. Y si lo logro, cambio sin decir ni media ni más al salón de juego. Aunque mientras espero una respuiesta positiva sigo trabajando en el salón de juegos, pero no me gusta ni lo que hago ni cómo me lo hacen hacer, ni destrozarme los pulmones a costa del tabaquismo que produce el ansia de perder o ganar en la ruleta aquello que significa el sustento del que fuma mientras apuesta.
Hagan juego, damas y caballeros, pero apostando por la vida, no por destruírla. Yo de momento, esta noche, apuesto por la diversión y en breve me iré al Flamingo, a escuchar lo que Chico Gris ponga de música, hoy está él a los mandos. Antes pasaré por otros bares, buscando amigos. Un saludo y que la cerveza os acompañe. A mí me acompaña la melodía de Shostakovich, repetida hasta la saciedad en los aruiculares que llevo puestos ya tengo el punto de locura que por hoy necesitaba para comenzar la noche. Soy nocturno... es mi sino, me gusta. Conozco gente, en el salón de juego conozco gente e historias, pero es otra cosa.
Si algún día jugáis en un salón de juegos, apostad poco, 20 céntimos es lo mínimo en una tirada a la ruleta, 40 céntimos si es una apuesta doble de opción riesgo. Quizá en alguna mesa haya un mínimo de cantidad para apostar, 7 euros o algo así, marcaros un tope, pero hacedlo siempre por divertiros, no por ganar dinero, no lo ganaréis si jugáis para ganar dinero.
El humo de tabaco y ciertas condiciones de trabajo que podrían llamarse daños colaterales son insufribles. Hablé con alguien del sindicato sobre esto, pero no como denuncia, sino como comentario entre amigos, pero creo que tomó nota. Yo juego mis cartas, y he lanzado una nueva apuesta en mi vida. Mi apuesta es haber echado un curriculum hoy mismo en cierto lugar que creo puedo tener posibilidades, ya trabajé en el pasado para ese sitio repartiendo publicidad de libros de oposiciones mediante el señor Gutiérrez. Y si lo logro, cambio sin decir ni media ni más al salón de juego. Aunque mientras espero una respuiesta positiva sigo trabajando en el salón de juegos, pero no me gusta ni lo que hago ni cómo me lo hacen hacer, ni destrozarme los pulmones a costa del tabaquismo que produce el ansia de perder o ganar en la ruleta aquello que significa el sustento del que fuma mientras apuesta.
Hagan juego, damas y caballeros, pero apostando por la vida, no por destruírla. Yo de momento, esta noche, apuesto por la diversión y en breve me iré al Flamingo, a escuchar lo que Chico Gris ponga de música, hoy está él a los mandos. Antes pasaré por otros bares, buscando amigos. Un saludo y que la cerveza os acompañe. A mí me acompaña la melodía de Shostakovich, repetida hasta la saciedad en los aruiculares que llevo puestos ya tengo el punto de locura que por hoy necesitaba para comenzar la noche. Soy nocturno... es mi sino, me gusta. Conozco gente, en el salón de juego conozco gente e historias, pero es otra cosa.
12 comentarios:
De éste trabajo, al menos, ya tienes unos cuantos personajes para armarte una historia. Trabajo insalubre, le llaman. Espero que consigas el otro, creo que te sentirás más animado.
suerte!
Me encanta leerte,eres tan profundo....ojala yo fuese capaz de plasmar tan claramente lo que ronda por mi interior.
El trabajo la verdad que no me apetece viendo como lo describes (humo de tabaco incluido) pero al menos te ha servido para escribir este texto que te ha quedado genial.
¡Felicidades!
Te tendrían que pagar un plus por inhalar el humo del tabaco. Sé de lo que hablas. En mi ir y venir por distintos trabajos muchos de ellos fueron en el maravilloso mundo de la hostelería. Yo fumo, lo reconozco, pero el salir del curro como si hubieras estado diez horas en el interior de una mina...eso no tiene precio. El ver que padres exponen a los niños (y a bebés) a ese ambiente enviciado me ponía mala. El día que entró la Ley Antitabaco me alegré, aunque sea una contradicción.
Canichu, persevera, que algo tarde o temprano saldrá. A veces uno se desespera, pero el hecho de que no esté quieto y sigas en el empeño tiene su recompensa, de verdad...
Siempre que se habla de juego me acuerdo de Dostoievski, de la señora con el carro de la compra apoyado en la máquina tragaperras y del que venía con la cartilla del banco al bar...
Saludos
Suerte en esa puerta nueva...
LILIANA: Yo también espero conseguir el trabajo. Esta semana tengo turno de mañana y te aseguro que pasé toda la mañana esperando a que sonara mi teléfono en el bolsillo con alguien del otro trabajo.
TXUSTINE: Gracias!
DAVID DANIEL: todos transmitimos algo, unos de un modo y otros de otro. Nadie mejor que tú mismo para hablar de lo que tú vives o vivencias. Siempre se le entiende a uno dentro de cómo se expresa. Saludos.
ALNITAK: Pues no he escrito más d ela mitad d elos inconvenientes que realmente tiene el dichoso trabajo. A ver si logro otro pronto. Un saludín con café para ti.
PAREIDOLIA: Lamentablemente también he tenido que usar las técnicas más zafias para que se quede una ancianita entrañable gastándose el dinero d eus pensión. Intenté que se fuera, y mis compañeros de trabajo también, pero no se lo puedes decir directamente, pero no parece entender las insinuaciones... al final el jefe nos dice que la retengamos en cuanto la vio en el salón... Es un trabajo para carroñeros. Lo peor... que esas técnicas hacen crear a la anciana que allí la apreciamos y queremos mucho porque le damos café y bollos gratis y porque sabemos cuánta azucar puee tomar... Y por otro aldo ver inmigrantes dejándose sus mierdasueldos en la ruleta pues tampoco reconforta, carajo, el juego en estas medidas si que es un opio en estas que atonta. Un saludo.
DUNA: gracias, entretanto estoy mirando por la ventana.
Es un buenísimo consejo: jugar para divertirse y ponerse límites. Besos.
Lo de la comida gratis en los casinos debe ser en todos los sitios, como en los bingos, donde el precio de las comidas esta regulado. Aqui en Holanda por 20 euros en apuestas tienes buffet libre, por lo que a veces merece la pena ir.
RAQUEL: es lo que se debería hacer.
SR. GUTIÉRREZ: Por supuesto que se da en todos los sitios de juego, es una técnica para que los clientes estén permaenentemente jugando o permaneciendo en el sitio tentados para jugar y jueguen. En este lugar en concreto no hya un mínimo de dinero gastado para obtener comida o bebida gratis. De hecho hay clientes que nada más entrar por la puerta se les da comida o bebida gratis. Es lo que me han estado enseñando estos primeros días. Todo requiere su técnica, su observación y su picaresca. Ya te contaré cuando regreses a España... aunque cuando regreses a España espero realmente haber cambiado de trabajo porque en estos pocos días haya funcionado el curriculum que entregué en el sitio que ya sabes, del cual en su día me cediste repartir propaganda. Un saludo.
El doctor del que hablas cojea?si es así, creo que es mi padre.
No, no cojeaba. De todos modos no daría nombres. Sólo buscaba historias, pero no comprometer vidas concretas. Hace mucho de esto ya, y quizá ya no vaya por allí buena parte de aquellas historias curiosas. Pero si te tranquiliza, no cojeaba. Un saludo.
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