Ayer 25 de septiembre, en Alcalá de Henares, se produjo la tercera convocatoria de movilización por parte de la Asamblea de Alcalá por Palestina, esta vez junto a Global Sumud Flotilla y Global Movement to Gaza Spain, aunque creo que anteriormente hubo en esta ciudad otras acciones y movilizaciones que no venían de estos convocantes, y que no resonaron tanto desde que empezó el conflicto. En la convocatoria del pasado 9 de septiembre, de la que participé (Noticia 2412ª), ya analicé más pormenorizado tanto el conflicto como la situación y lo que fue aquella convocatoria en sí, que fue hasta esa fecha la más concurrida en la ciudad, unas trescientas a cuatrocientas personas. Una semana más tarde la convocatoria fue a nivel de todo el Valle del Henares, al menos en su parte madrileña, y se realizó en Torrejón de Ardoz. Reunió aquella entre gente de un municipio y otro alrededor de un millón de personas, según informaron diversos medios de comunicación locales y regionales.
La convocatoria de ayer en Alcalá de Henares no era a nivel del Valle del Henares, pero claro está que se abría a ello, pues esta vez fue una manifestación desde la Plaza del 11 de Marzo, la que es la de la estación central de tren, ahora mismo en obras, hasta la Plaza de Cervantes, avanzando por el Paseo de la Estación y la Calle Libreros. Sorprendentemente se alcanzó el doble de participantes de los que hubo el pasado 9 de septiembre, entre ochocientas y mil personas, estaría yo por decir, a la espera de lo que comuniquen los medios de comunicación. Y esto aún cuando los partidos en el gobierno local complutense (Partido Popular -PP- y Vox), al día siguiente de aquel 9 de septiembre escribieron en sus redes sociales muy duras palabras contra aquella manifestación, muy en línea del discurso oficial de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid.
Evidentemente, yo también acudí. En esta ocasión sí puedo afirmar personalmente que vi a representantes y concejales del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que la otra vez no vi, aunque me hicieron saber que sí estuvieron aunque no nos viéramos. Estaban ayer también Más Madrid, Izquierda Unida, Partido Comunista de España, otro grupo comunista sin sigla, pero sí con banderas rojas que eran unas pocas personas jóvenes que coreaban las consignas más duras, había artistas de la ciudad, músicos, escritores, historiadores, profesores, periodistas más o menos conocidos en esta ciudad, entre otras personas. Abundaba más gente joven que la otra vez, mucha más, y esta vez ellos eran los que más coreaban. Una manifestación bastante tranquila a pesar de su volumen, con consignas en favor de la llegada de ayuda humanitaria a Gaza, el fin del genocidio y la denuncia sobre lo que comete Israel sí es genocidio. La única consigna que podría ser más polémica fue una pronunciada por el grupo pequeño de la bandera roja que logró ser secundado por otras personas, y era la referente a que del río al mar sería Palestina, que es la consigna que usa en buena parte el grupo terrorista y condenable Hamas. Sus actos criminales, que yo también condeno, están ahí. Claro que esa misma consigna la usa la extrema derecha judía en Israel para decir que todo eso será Israel. Pero al margen de esa consigna, que me temo que no todo el mundo sabe de dónde sale ni lo que significa (yo mismo se lo expliqué a un viejo amigo con el que acudí), es aceptada en general por mucha gente sin reflexión, quizá porque creen que es algo que no es, o quizá porque tengan la idea de cuando el territorio era Palestina antes del final de la Segunda Guerra Mundial y la descolonización anglosajona.
Un solo Estado en la zona no es hoy por hoy viable. Por ello mismo desde el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando se reubicó allí a numerosos judíos europeos porque hubo territorios y países que, pese a haberlos liberados, no les creaba condiciones de acogida (recordemos el buque Éxodo), cuando se creó igualmente el Estado de Israel en 1948, pero sobre todo desde que el propio gobierno israelí de entonces tuvo una primera guerra con los palestinos, se abogó por dos Estados, en diferentes fórmulas, incluso la de dos en uno, pero dos Estados. Sin entrar en la Historia de Oriente Próximo, larga, extensa, compleja, incluso mezclada con la Guerra Fría y los intereses de los bloques en el Mediterráneo Oriental, es evidente que hay históricamente musulmanes palestinos y judíos en ese lugar del mundo durante siglos y que si no pueden hacer un Estado para todos juntos en igualdad y derechos comunes, pues se hace necesario los dos Estados. Desde 1948 a 2025 de guerras intermitentes parecen avalar esto. Así lo estipuló la Organización de Naciones Unidas (ONU) hace décadas.
Pero bien es cierto que hay muchos intereses geopolíticos, más allá de los que hubo en la Guerra Fría. La llegada del islamismo más radical en Irán, por ejemplo, en 1979, la guerra de Siria de la década de 2010 con el Estado Islámico, la Primera Guerra de Irak de 1990-1991 o la segunda iniciada en 2003, el control del paso del Canal de Suez, que también estuvo en liza en la Guerra de los Seis Días de 1967, etcétera, es lo que hace que Israel sea no sólo para Estados Unidos, sino también para Europa, una pieza clave más allá de las raíces culturales. De ahí, y de las relaciones comerciales, lo difícil que es cortar todos los lazos. Incluso la competencia por el control del Mediterráneo Oriental, donde Turquía es pujante, y aunque es miembro de la OTAN, pues hay miembros y aliados que eso, pues… en fin… geopolítica, intereses nacionales, económicos...
De hecho, antes de los fatídicos y condenables actos terroristas de Hamas de octubre de 2023, y de la masacre iniciada por Israel en Gaza, que ahora parece apuntar también a Cisjordania, Israel había logrado consolidar una serie de pactos de paz con sus países vecinos musulmanes muy fructíferos. Ahora, con estas matanzas, buena parte de esos pactos parecen desmoronarse o a punto de hacerlo. Un ejemplo, esta misma semana Turquía y Egipto han acordado hacer ejercicios militares en el Mediterráneo Oriental, cosa que ya habían dejado de hacer, sobre todo porque Israel suele mirar con recelo a Turquía, pero no le ataca porque sabe que ese conflicto puede ser altamente grave para sí. De hecho, Turquía llegó a declarar que no descartaría desviar esa misión con Egipto para proteger a la flotilla de ayuda humanitaria si fuera necesario, pero en principio no quieren entrar en conflicto militar con Israel.
Esa flotilla de ayuda humanitaria sí será asistida por un buque español, otro griego y dos italianos, no para protegerles, como dicen Turquía y Egipto que harían, si no para rescatar a los tripulantes que sean víctimas de ataques y sabotajes, como lo están siendo. Curioso es que aunque todo el mundo afirma que los drones atacantes son israelíes, Israel no ha confirmado nunca que sean suyos. Y curioso que en Túnez los servicios defensivos no hayan detectado ni uno sólo de esos drones, se han vuelto ciegos de repente. ¿Y si los drones partieran de un barco estadounidense? Puesto que nadie reclama quien los lanza, todo se puede pensar, aunque lo más probable es que los está lanzando Israel. Sea como sea, la flotilla ha partido a Gaza para llevar comida y medicamentos bajo amenaza de Israel, que los trata como a terroristas.
Dentro de la política internacional, en la ONU, Estados Unidos ha sido contundente sobre su apoyo incondicional a lo que está ocurriendo en Gaza. Mientras Reino Unido, Francia y otros países reconocen el Estado de Palestina, y la Unión Europea toma ejemplo de España y considera poner restricciones comerciales a Israel hasta que frene el genocidio. Genocidio que es la palabra que el rey Felipe VI no dijo en la sede de la ONU, porque por diplomacia la Casa Real española suele tender a no decir nada que provoque peleas entre aliados, o al menos lo intenta, y no todos los aliados en esta causa dicen genocidio, dicen masacre. Pero ni qué decir tiene que probablemente Felipe VI ha dicho su discurso más importante en la vida, después del que dio cuando el referéndum de Cataluña. Creo que este es más potente, más contundente, más relevante. Es evidente que se posicionó contra la barbaridad, contra el asesinato, sin olvidarse de condenar a Hamas tampoco. A favor de la ayuda humanitaria y de la ONU y los acuerdos internacionales como orden mundial de derechos y garantías para no terminar todos en un gran conflicto o en conflictos generalizados, como antes de 1914, como cuando Alemania e Italia se saltaron todo esto en 1939. Su discurso, muy contundente y duro para lo que suele ser él, anómalo, fue totalmente el contrario al de Trump.
Incluso varios, pocos, líderes territoriales del PP se han atrevido a llamarlo genocidio. Y es que la ley dice sobre ello lo que dice.
Ahora bien, el líder actual del PP, Feijoo, no lo llama genocidio aún (lo hará, cuando no le quepa otra). Dice, lo dijo en el Parlamento en una sesión de control, que no lo es hasta que no lo dictamina un juez. Creo que no está familiarizado con todo este tema, con filosofía incluso. Si Feijoo paseando por un campo se encontrara una mujer gritando y llorando y al acercarse la viera medio sangrando, con la ropa desgarrada y fuertemente agarrada mientras se la follan cuatro individuos por la fuerza, incluso visiblemente desgarrándola con atrocidad, ¿diría Feijoo que no es una violación hasta que no lo diga un juez? A ver, lo que es obvio es obvio.
En mi juicio y particular reflexión, está ocurriendo un genocidio. Cumple con la definición de tal. Y aún cuando se diga que no, que es masacre, ¿acaso el mero hecho de masacrar y desplazar población civil indefensa, y destruirle sus casas y cementerios, no es ya razón suficiente para condenarlo sin poner “peros” ni decir a tu contrario político “sí, sí, pero tú”?
Luego tenemos un argumento que he escuchado ya varias veces a gente conocida en medios y a gente desconocida, pero conocida para mí. El hecho de que los que practiquen el Islam de manera activa entre los palestinos, no tienen los puntos de vista ni libertades que hay en Occidente, que sí tienen los israelíes. Y a esto hay que remarcar como el otro día: no se va contra los judíos, ni contra los israelíes, ni contra los semitas, sino contra los extremistas que desean crear un gran Estado de Israel identificado con el judaísmo (recordemos que allí no sólo hay judíos e islámicos, hay católicos y cristianos ortodoxos también) y para ello, desde una extrema derecha total, no les importa aniquilar vidas y bienes. Pues hacia el argumento de que hay parte del Islam que no respeta la homosexualidad, por ejemplo, o los derechos de la mujer en igualdad al hombre, por ejemplo, primero hay que decir que, como en el mundo cristiano, no todo islámico piensa así. Hamas piensa así, pero son terroristas. Se hicieron con el control de Gaza, pero creo que después de todo lo ocurrido será la Autoridad Palestina quien recupere el control, el problema es que Israel y Estados Unidos ningunean a esa autoridad. El propio Abbas no ha podido ir a la ONU por eso mismo. Pero incluso aunque entre los masacrados haya racistas, xenófobos, homófobos, machistas, ladrones, lo que sea, los derechos humanos alcanzan a todos, también a ellos. Y que una parte no es el todo, igual que el todo no es una parte. Una de las razones dadas por los nazis alemanes para realizar la Noche de los Cristales Rotos en Alemania fue que un judío había asesinado en Francia a un alemán. Evidentemente que pagaran todos los judíos por el acto de uno, no fue justo. El acto de uno no era el acto de todos. Y la culpa de un asesino, no hace a todos los judíos culpables. Pero, aún hay que tener en cuenta que las democracias se construyeron sobre la base de que todos tenemos derechos, hasta la persona que nos sea más desagradable. No podemos decir: a este le matas porque es machista, pero a este no, porque no lo es. Eso tampoco te hace justo a ti. Aún cuando haya personas en Gaza con ideas que no nos agraden o no compartamos, no hemos de negarles ayuda humanitaria. Otro ejemplo de la Historia de España, cuando en la guerra civil un anarquista, Melchor Rodríguez, se enfrentó a una multitud que querían matar a los presos de derechas tras unos bombardeos que mataron niños. Entre los presos habría gente presa sólo por sus ideas y otros auténticos extremistas que habrían cometido crímenes, pero su asesinato no procedía. Y subrayemos: los protegió un anarquista, alguien contrario a sus ideas. Lo que es humanamente necesario y deber de hacer, se ha de hacer. O el dicho castellano: haz el bien y no mires a quien.
De lo demás, de lo de Ayuso y sus comentarios, tengo la impresión que tiene que ver más con dinero y negocios y quien está detrás de estos, y con cálculo político que piensa que juega a su favor, que de lo que realmente puede opinar sobre lo que ve día sí y día también en las noticias. Puedo equivocarme en esto, pero sospecho.
Saludos y que la cerveza os acompañe.
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