Saludos y que la cerveza os acompañe.
Este es un blog de un escritor cervecero que pretende hablar de él, de Historia, de sus ídolos, de sus paranoias propias, mostrar sus escritos... pero en definitiva son informes de un espia en el bar.
En los últimos días he asistido a conversaciones donde el desprecio a la gente que hemos tenido y tenemos estudios es total, a menudo manifestado de dos maneras. O bien frontalmente, sumándole además una minusvaloración a aquella persona que no requiera de su fuerza para trabajar, peor aún si se trabaja sentado; o bien dejando hablar a los que sí han estudiado para a continuación hacer todo tipo de bromas donde se haga ver que en realidad no sabe nada de la vida, ni de nada, y que, más aún, cualquier opinión que pueda tener es porque, según ellos y ellas, tiene pájaros en la cabeza producto de que lee mucho.
No es una broma. He sido generoso diciendo "en los últimos días", en realidad llevo viéndolo en los años más recientes, pero en los últimos días se han concatenado varias de estas conversaciones y actitudes. En un extraño orden inverso también se produce algo similar entre los que sí han estudiado hacia aquel otro que tiene estudios y conocimientos pero no ha accedido a puestos de trabajo acordes, o bien sí lo ha hecho pero de manera precaria, o ha combinado con trabajos de otro tipo, es ninguneado en las conversaciones de sus amistades y conocidos que sí han accedido a puestos de trabajo de más o menos sus conocimientos, o bien se han podido permitir una vida de clase media y no de obrero, por así decirlo. Peor es cuando es cuestionado en todas y cada una de las cosas que diga, como si fuera un iluso o un idiota o un desinformado o alguien de opiniones a tirar a la basura.
Rizando el rizo, ya sin conocimientos de ninguna clase necesarios, también me he encontrado en varias situaciones donde no ser joven, alto, ni fuerte implica ser objeto de burla o de descarte. Curiosamente en este aspecto concreto nunca he oído ni visto una actitud así entre la gente de las generaciones más jóvenes que conozco. Lo he visto en gente de mi generación. Y puede que alguno y alguna sea más alto o más fuerte, pero no más joven.
Más aún, tanto el primer grupo citado como el segundo coinciden en un nexo: valoran mucho lo material. Unos tendrán por centro unas cosas materiales determinadas, los otros, otras, aunque en algunas coinciden, pero es un nexo. Y lo material también como medida del otro. Lo material como propiedad, lo material como gusto, lo material como uso y disfrute. Medida de uno y medida del otro. Y esto se deja incluso oír en los medios de comunicación, aunque sea sin darse cuenta del significado.
¿Qué tipo de sociedad se está construyendo?
Pienso que cuando acabe la oleada ultraconservadora puede que alguien aparezca capaz de entender este proceso, y haga surgir de ahí algo que no sepamos muy bien qué es. No necesariamente bueno. Tampoco necesariamente malo. La historia ha tenido ejemplos de personas que supieron ver el cambio de las sociedades y usarlo como inercia para su propia visión del mundo. Una visión afectada por todos esos cambios igualmente, pero a su modo. Evidentemente esta última reflexión no tiene porqué darse. No siempre se dio. Pero todo lo demás dicho sí está ocurriendo y quizá más que nunca habría que poner en valor los conocimientos humanísticos, los que forman a las personas, por estas y por otras razones.
Llevo un largo rato delante del ordenador a punto de escribir algo para esta bitácora, de hecho: toda la tarde. Pero no me ha surgido nada realmente. Podría haber hablado del evento de presentación de un libro de Pub O'Malley's al que asistí el domingo, pero lo he dejado para cuando lea el libro, para Las notas de los cíclopes libreros. Otra opción
hubiera sido compartiros como rescaté un mueble de discos, o mejor aún, como
hace una semana rescaté a una cría de vencejo y cómo tomó confianza conmigo el tiempo que pasó en mi casa antes de poder llevarlo a la protectora de animales. Podría haber explicado por acá porque tras medio mes tratando de organizar un recital propio lo cancelé hoy. Pero no lo vi, porque no creo que sea escuchado, al igual que asistí a una conversación donde se hablaba como si fuera una novedad una noticia local que en realidad yo ya les había comentado con detalle un mes y medio antes a varios de los que hablaban. En general ha sido un día de silencio en casa, arañado por capítulos repetidos de una serie de televisión con casos de misterios y crímenes. Apenas leí un par de páginas de un libro creyendo que tal vez leer me entretendría, pero no tenía ganas de leer. Así que aquí estoy delante del teclado sin contar hoy gran cosa, y en el fondo estoy contando algo importante.
Ayer por la tarde, a las 19:00 horas, hubo en Alcalá de Henares una concentración contra el genocidio en Gaza y en petición de que se abra un corredor humanitario seguro para los palestinos que les permita acceder a comida, agua y medicamentos. No es la primera concentración que ha habido en la ciudad, aunque probablemente sí haya sido la más publicitada, especialmente por vecinos anónimos que se han hecho eco, y la más concurrida hasta la fecha. Muy concurrida de gente. Aún así alguien había que me crucé por la calle entre las caras conocidas para mí que andaban despistadas o bien por no enterarse del evento o bien por no acordarse de que se convocó en martes. Por otra parte estaban esas otras personas que al enterarse de sopetón al ver al gran grupo de personas con banderas palestinas comentaban a otra persona su opinión, que no era otra que desinformación y una gran confusión de la realidad. Cito como ejemplo dos chicas que me crucé, cuya edad era apenas recién llegada a las edades adultas hace diez segundos. Una le preguntaba a la otra el porqué de la manifestación y la otra le contestaba que era gente apoyando a Pedro Sánchez (PSOE) por haber condenado el genocidio el día anterior y que ella por los palestinos a lo mejor se manifestaría, pero que por Pedro Sánchez ni muerta. ¿A qué nos lleva esto? Primero a que tiene muchas posibilidades a que sea una opinión política aprendida de sus padres en casa (por una cuestión de edad), segundo a que entonces no se da cuenta que su interés no es humanitario y concienciado contra una injusticia, sino algo politizado pues apoyaría ciertas causas sólo si le viene bien a su interés político partidista, tercero: un gran desconocimiento de los porqués de los actos, ya que, insisto, no era la primera vez que se convocaba algo así, aunque era la más numerosa. Debería tener cuidado el Partido Popular (PP) con las opiniones que van vertiendo y que calan en sus simpatizantes, sobre todo porque además se desprende también animadversión a Pedro Sánchez, el presidente del gobierno, quizá como símbolo por extensión contra la izquierda. Ahora puede que le dé réditos a corto plazo, pero a medio y largo plazo están alimentando mentalidades de confrontación, y no de reflexión política... Y eso, en 1936, ya sabemos de qué regó las calles y de que quisieron hacerlo en 1981. Suerte tiene España que, de momento, la izquierda de base no está respondiendo en los mismos términos a la derecha de base, pero los insultos constantes desde las cúpulas de la derecha a la izquierda por el mero hecho de ser de izquierda, están ahí y no es que no estén siendo oídas. Pero en lo que respecta a este caso deberían recordar en el PP que en 2014 ellos mismos apoyaron en resolución la creación de un Estado de Palestina y que una encuesta reciente entre sus votantes y simpatizantes arrojaba un porcentaje muy elevado que apoyaba a los palestinos y condenaba la matanza que está ocurriendo de parte de Israel en Gaza y está comenzando en Cisjordania. Este estado de opinión del mayor porcentaje de las bases del PP choca llamativamente con las declaraciones de líderes como Ayuso o Almeida (este incluso niega la existencia de genocidio en Gaza).
Los convocantes fueron la Asamblea Alcalá por Palestina, que por las caras que vi tras la pancarta principal y quienes organizaron el uso del altavoz y la lectura de su reclamación eran gente de algún modo ligada al Centro Social Trece Rosas. Sea como sea, aparte de personas anónimas, por allí, aparte de mí también, se pudo ver a conocidos periodistas locales, gente venida de Torrejón de Ardoz, políticos locales del Partido Comunista de España (PCE), la concejala y otros políticos de Más Madrid en Alcalá de Henares, algunos historiadores locales, varios artistas y músicos locales, gente que estuvo conmigo en el 15M de 2011 y numerosas mujeres y niños musulmanes. Yo, en particular, no vi o no reconocí a nadie de la política local perteneciente al PP, evidentemente a Vox tampoco, ni, y esto sí me sorprende más, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), pudo haber alguno, pero yo, repito, no le vi o no le distinguí, lo que nos pone que al menos las caras más reconocibles no estarían.
Otro momento peculiar de la manifestación fue su propio inicio. Si bien en el cartel convocante se lee que se realizaría en la Plaza de Cervantes, en el espacio entre Calle Mayor y Calle Libreros, la policía dio orden de desplazarse al espacio adyacente de la almendra central, dejando libre el otro espacio citado para "no impedir la circulación", literalmente dijo eso, estaba al lado. No impedir la circulación... en una plaza peatonal. Podríamos pensar que no de coches, si no de personas... pero entonces en ferias, con los conciertos o el pregón, o en el mercado cervantino o cualquier otro evento podrían haber hecho lo mismo y no se hizo ni se hace. Y si pensáramos que se tratara de coches deberían entonces desplazar a todos los viandantes de... una plaza peatonal. Pero aún si se considerara que despejar viandantes es más fácil que manifestantes, si se necesitara circular por lo que sea con un vehículo... ¡estaban y están todas las terrazas de bar en la Calle Mayor y en la Calle Libreros! En fin, particularmente pienso que es posible que recibiera una orden de intentar mover una manifestación quizá incómoda para alguien del ayuntamiento, pero apenas se desplazó unos diez metros, lo que era quitarse de la antigua calzada. Creo también que la policía no estaba por la labor de molestar a la manifestación. Primero porque la presencia era mínima para lo que es una manifestación. Tampoco había furgonetas llamadas "lecheras", ni iban con las armaduras antidisturbios, ni había antidisturbios, además se mantuvieron en un lado, y no rodeando. Creo que disponiéndose así la policía, sin decir, lo dijo todo sobre cual era su postura real, y creo que era entre el cumplimiento de su deber de seguridad y de no considerar conflictiva para nada una manifestación cuya causa, tal vez varios de ellos, apoyaban.
Ocurrió la peculiaridad de una mujer algo despistada que, en una sola ocasión al menos, lanzó el grito ululante de Sahara Occidental, en fin, era bien intencionada, tal vez mal informada o quizá era una forma de apoyo. Pero en general el acto transcurrió con unos convocantes que querían llevar el control de todo, cosa imposible cuando la manifestación se hace de todos, no sólo de ellos. Hicieron poner barcos de papel con los colores de la bandera palestina sobre una bandera palestina en metáfora de petición de que se deje llegar una flota de ayuda humanitaria a los palestinos. Luego insistieron en leer poesías que no se oían, porque su equipo de sonido era muy deficiente y sin potencia, pero también porque intervino mucha gente ya muy mayor cuya voz, con o sin altavoz, no daba. En cierto modo esto aplanó mucho el acto y si la gente permaneció algo más de una hora fue por su concienciación de los derechos humanos y su deseo de que al menos que se vea que no se apoya una masacre. En algún momento se cantó a favor de Palestina y el momento más emotivo fue cuando mujeres musulmanes gritaron consignas en su idioma que ellas corearon, pero el resto no entendimos, aunque fueron aplaudidas por muchos. Mientras, otra mujer mayor presuntamente palestina, aparecía de rodillas recordando la muerte de niños en bombardeos o por hambre sosteniendo el muñeco que figuraba un niño amortajado. Había mucho pañuelo palestino, y una persona con un tambor que trató de acompañar mientras su compañero se quejaba de la lectura de poemas. En todo caso, la convocatoria fue mayoritaria e, insisto, creo que fue por la concienciación contra lo que está ocurriendo, la gente perduró y no se fue rápido. Ahora bien, mientras las personas mayores se concentraron sobre todo en el centro de la concentración, la gente más joven y los jóvenes mismos se mantuvieron mayoritariamente dejándoles a ellos el protagonismo principal, ellos, nosotros, éramos sobre todo la presencia, el apoyo estando.
Del actual conflicto abierto hay que recordar siempre que se inició tras las matanzas y secuestros realizados por Hamas, que hay que condenar y que son criminales. Yo los condeno. Dicho esto, aquello derivó en el desarrollo de esta guerra que en realidad es lo que parece la matanza de palestinos y la destrucción de Palestina. Se explicó en esta bitácora su origen en noviembre de 2023 (Noticia 2270ª), volví sobre ello en la fotografía del año en diciembre de 2023 (Noticia 2282ª) y se volvió a explicar en extenso en mayo de 2024 (Noticia 2318ª) cuando Israel rompió en la Organización de Naciones Unidas (ONU) su carta de derechos y fundacional porque el Tribunal Penal Internacional quería investigar si estaban habiendo crímenes de guerra, condenaban los ataques a población civil y requería a juicio a Netanyahu, presidente de Israel. En diciembre de aquel 2024, con la foto de aquel año, volví a tocar el tema un poco (Noticia 2363ª). Y recientemente, con motivo de mi comentario y análisis de la película Superman de este 2025 (Noticia 2402ª) analicé lo que creo que pasará en el futuro al respecto de Israel y cómo cambiarán de opinión aquellos que ahora mismo les apoyan internacionalmente e internamente negando una intención genocida del gobierno israelí actual. Pensemos que todo esto viene de lejos, de todos modos, recordemos aquella foto de niñas israelíes firmando bombas (Noticia 113ª, de julio de 2006). En realidad la respuesta unilateral de Estados Unidos al ataque recibido en 11 de septiembre de 2001 en New York inició una nueva era en las relaciones internacionales que hizo que esta misma forma de actuar se reprodujera numerosas veces desde entonces, tanto por parte estadounidense como de otros, uno de los primeros: Israel contra sus enemigos. Acciones unilaterales, a veces llamadas preventivas o defensivas, pero al margen de la ONU o la legalidad internacional. Lo hizo también Rusia, Turquía, Marruecos en aquello tan inofensivo como Perejil, etcétera. Lo de hoy viene de ayer. Lamentablemente ante esto, aunque algunos nos movilicemos para pedir por la paz o en contra a esta forma de actuar tan peligrosa, hay gente como un vecino mío ayer que, al regresar yo de la manifestación, me dijo que lo mejor en todo esto era no meterse en nada, seguir con tu vida, ni siquiera manifestarse... Esto también es grave... pero me temo que también es lo que se está fomentando. En su razonamiento llegó a afirmar que hasta los ricos y los poderosos necesitan esclavos, y si toca ser esclavo, no se es muerto. Creo que Occidente está perdiendo sus valores con razonamientos así, algo está pasando y la solución no está en guerras, si no en concienciación y educación, en valores.
Ante la condena de las matanzas en Gaza por parte del gobierno el pasado lunes 8 de septiembre, el gobierno de Israel respondió llamando antisemita a España. Se equivocan. Los semitas no son sólo el pueblo hebreo, sino los pueblos de ese territorio, los palestinos son semitas también. En todo caso, a comienzos de este 2025, en una conversación de bar con unos amigos antiguos sobre este tema, yo fui claro sobre ello. Yo por lo menos, y creo que la gran mayoría de españoles, incluido el gobierno, no sólo no es antisemita, tampoco es antijudío. Yo no tengo nada contra los judíos. Me da igual quién crea en qué religión. Es libre cada cual de profesar la creencia y religión que quiera. Yo eso lo respeto. Y creo que es el derecho de cada persona. Más aún, este verano un vecino gitano me pidió una firma para solicitar un templo evangélico gitano, pues no tenían uno, pero razonó que yo debía ser católico y le dije que debía dar igual en lo que yo creyera, pues se trata de un derecho y le firmé, porque en eso está también el respeto y lo democrático. La democracia está en los derechos, en los deberes también, pero en los derechos no sólo para mí o mi grupo, sino para todos los que convivimos. No obstante, hace muchos más años, cuando los católicos de mi barrio necesitaron de hacer una iglesia en avenida del Ejército, siendo yo joven, colaboré, brevemente, pero también lo hice. Me da igual si alguien es judío. Es libre de creer en lo que quiera. Más aún, dado el contexto de guerra y matanza en los que se dice lo que se ha dicho en Israel de España, si estuviéramos en la década de 1940, igual que ayer fui a una manifestación donde ondeaban banderas palestinas, entonces hubiera ido a otra con la Estrella de David. No hay nada contra los hebreos, ni contra los judíos, pero sí todo contra los que cometen lo que a todas luces parecen ser crímenes contra la humanidad y una intencionalidad de genocidio. Contra los que matan indiscriminadamente. Contra un sionismo de extrema derecha. Una idea sionista, por cierto, que no todos los judíos del mundo apoyan.
Esta misma semana ha bastado un documental de una niña asesinada por bombas para que los cineastas de Hollywood se movilicen y los cineastas de Israel ayer declararan que les afectará gravemente. Pero es que el activismo del mundo del espectáculo puede ayudar a ver lo que no se quiere ver. Aunque parece frívolo no lo es tanto, es otro terreno de batalla... como lo está siendo el deporte, por ejemplo en las protestas en la Vuelta Ciclista a España. A Israel le importa su imagen internacional... y a Estados Unidos, que nunca le ha gustado ser de los malos de la película, tarde o temprano el gobierno norteamericano llamará al genocidio: genocidio; no le gustará a Israel. Ya hay en la propia Israel políticos, militares e intelectuales que han criticado duramente lo que se está haciendo y algún soldado raso ya se niega a ir a filas de nuevo mientras, anónimamente denuncia en prensa extranjera que sí, que se ha matado a civiles y niños y esa no es ni su intención ni su misión. Tarde o temprano Israel abrirá los ojos, debiera hacerlo ya, y decirle a su gobierno: no, no debemos hacer lo que nos hicieron.
La extrema derecha judía del Estado de Israel puede estar creyendo obrar conforme al Antiguo Testamento. Intentar eliminar la posibilidad del Estado de Palestina, lograr un Israel conforme a la tierra prometida. Que Dios les guía en la guerra, como se dice y narra varias veces en ese libro sagrado, castigando a sus enemigos, por ser el pueblo elegido. Sin embargo, obvian que Dios mismo se cansa en el Antiguo Testamento de los excesos de su pueblo elegido, y les deja hacer hasta que decide castigarles severamente para que vuelvan al redil, pues no es un Dios de guerra, sino un Dios de amor. Pero esto son razonamientos desde lo teológico y eso es andar por caminos escurridizos. El único camino posible desde nuestro intelecto es el humano, y ese se sustenta en los derechos humanos, cuyos crímenes contra ellos no sólo no prescriben, sino que, además, se consignen o no en las leyes de los países, existen y por ellos se juzga. Actualmente la legislación israelí sólo considera que el genocidio es un crimen que únicamente se puede cometer contra los judíos. Pero no es así. El genocidio es un crimen que se puede cometer contra cualquier raza y grupo humano. Repito: los crímenes contra la humanidad no sólo no prescriben, sino que, además, se consignen o no en las leyes de los países, existen y por ellos se juzga y se condena severamente.
La referencia que hizo uno de los ministros de Israel sobre la expulsión de los judíos de España en 1492 es un tanto irrisoria. No sólo por algo ocurrido más de quinientos años atrás. Desde lo teológico, también el Antiguo Testamento les dice en Ezequiel que no se puede achacar a los hijos las faltas de los padres, ni a los padres los de los hijos, algo que en cierto modo también recogen los derechos humanos en el siglo XX. Desde la Historia, aparte del enorme lapso de tiempo transcurrido, porque hace varios siglos que se consideró un error esa expulsión y desde el siglo XIX, y más desde el XX, incluso se ha analizado en qué perjudicó a la propia España. Pero más aún, los judíos fueron readmitidos sin necesidad de cambiar su religión especialmente desde el siglo XVIII, y desde entonces incluso se ha alabado su cultura como parte de España, el Estado que se compuso históricamente desde la mezcla de las tres religiones. No olvidemos que en pleno siglo XX, con los nazis en Alemania, a pesar de que Franco era aliado de Hitler, el nazismo veía a los hispanos como una raza secundaria, no a exterminar, pero sí como si fuéramos válidos sólo en cuanto a obreros futuros, no dirigentes, y que en parte de sus ideas había cierto desprecio por considerar precisamente a los hispanos una mezcla de las tres religiones, cristianos, musulmanes y judíos, razón por la cual la parte más extremista del franquismo quiso buscar en la arqueología razones para sostener una raza pura íbera compatible con la germana y desde la Historia una pureza visigoda entroncada con los germanos. Lo cierto es que España y Portugal tenemos un pasado común de mezcla cultural, étnica, religiosa y social.
Pero si el razonamiento del ministro de Israel que dijo lo de 1492 viniera a sostener que el proyecto de Estado del Reino Hispánico de después de acabar el proceso de la Reconquista pasaba por una unidad religioso-étnica que llevó a la expulsión judía y por ello ellos tuvieran derecho a lo mismo en Israel, estarían sosteniendo paradójicamente una justificación para la expulsión de los judíos en cualquier lugar a través de la Historia. No creo que sea eso lo que quieran defender. Y si dándose cuenta de la paradoja defendieran que expulsarles en 1492 fue un error, caerían en que lo que hacen con los palestinos es un error. Se pongan en la postura que se pongan, lo que dijo de 1492 le resulta contraproducente al propio gobierno actual de Israel y sus actos bélicos, a su propia política declarada de querer que todo el territorio sea Israel.
Al comienzo de todo en 2023, hablando con una amiga con familia palestina, cuando ya se veían matanzas en la televisión que eran enormes pero no habían llegado a la destrucción de 2025, mucho antes de que las operaciones no sólo se centraran en Gaza, sino que apuntaran también a Cisjordania, se enfadó mucho conmigo cuando al hacerle un análisis sincero le dije que creía que la intención de Israel era apoderarse de toda Gaza. Dijo que eso era imposible que ocurriera. Lamentablemente no es así, y lamento su enfado. Volvió a hablarme sólo unos meses después, muchos meses después, y porque yo la llamé para preguntar por cómo estaban. Nunca me ha reconocido que aunque se enfadara lo que le dije era un análisis, y no desacertado, nada más. Tampoco importa. Esto es algo menor, pero este asunto también está ahí, el fuego amigo.
PD DIA 11 SEPTIEMBRE: Tal como alguien ha indicado en comentarios esta noche pasada, sí hubo concejales del PSOE. Yo particularmente no les vi. Pero es cierto que a fecha de hoy, dos días después, salen sus fotos en prensa local y en un comunicado del propio PSOE. Personalmente, me extrañaba que no estuvieran. Pero también es cierto que yo no les vi.
Hace tiempo que no comento sobre películas no obvias que he visto últimamente. Ahora que el verano va camino de su desembocadura en otoño, comentaré unas pocas que vi en verano, sin contar las que ya comenté que vi en cine entradas atrás Superman (James Gunn, 2025) [Noticia 2402ª] y Los 4 Fantásticos (Matt Shakman, 2025) [Noticia 2404ª].
Ashanti (ébano) (Richard Fleischer, 1979): La vi a comienzos de verano, en junio o comienzos de julio, después del trabajo, en la televisión, en Telemadrid. No la conocía, o no lo tengo claro, porque aunque no recuerdo haberla visto, es el tipo de cine que sí recuerdo que se veía los fines de semana cuando yo era niño y sólo había dos canales de televisión, por lo que pudo ser en aquella época. Como sea, no la recuerdo. Me llamó la atención dos cosas, que era una película de Richard Fleischer, un clásico de las películas de acción, y que el protagonista era un muy joven Michael Caine y yo no tenía en la cabeza que hubiera hecho semejante metraje. Luego, cuando comencé a verla me recordó un poco los argumentos y estéticas de las novelas de Alberto Vázquez-Figueroa, así que me enganchó. Está basada en una historia real. Un matrimonio interracial de médicos voluntarios en África se encuentran ayudando a las gentes de un poblado selvático cuando él debe abandonar momentáneamente la aldea. En el tiempo en el que se encuentra fuera aparecen con gran violencia una banda de esclavistas árabes que asesinan a los hombres y raptan a mujeres y niños. Entre las personas que raptan se encuentra la doctora, que es de raza negra, pues no la reconocen como trabajadora de las Naciones Unidas, lo que les puede dar problemas internacionales graves y dar publicidad a una realidad callada: la existencia actual de esclavos y esclavistas. Cuando el médico regresa al poblado los supervivientes le narran lo ocurrido y, son pérdida de tiempo, inicia la persecución de los esclavistas y búsqueda de su mujer. Para ello tendrá que atravesar la selva y parte del Sahara, realizar sobornos y contratar a un tuareg acostumbrado a la violencia y que busca vengar la muerte de su familia a manos de los mismos esclavistas. Me resultó muy entretenida, quizá también porque es un tipo de ritmo y estética de cine de aventuras que vi en mi infancia en la televisión, tanto en casa de mis padres como en la de mis abuelos maternos. Aunque no recuerdo haberla visto previamente ni me sonaba su existencia, tuvo algo de nostálgico. Hoy día pasaría por una película de sobremesa, aunque contó con un director de los importantes en su día y un actor incipiente destacado. Es también un poco testimonio del exotismo aventurero de las ficciones de los años 1970, que se mezclaba a veces, como es el caso, con temas sociales y su denuncia, como el esclavismo oculto moderno y, de paso, una crítica de los abusos de poder secretos de los más ricos.
Siete hermanas (Tommy Wirkola, 2017): Todo un descubrimiento para mí en una noche de entresemana en un canal de la televisión digital terrestre, el cual no recuerdo cuál fue, tal vez Squirrel u otro. No sabía tampoco de su existencia. Era una noche de soledad en casa, teniendo que trabajar al día siguiente. Me acordé de cuando veía películas con mi gata y cambiando canales en la tele me encontré empezando este largometraje. Era de ciencia ficción y como el género me gusta lo dejé puesto. Poco a poco me enganchó, aunque no es el peliculón de mi vida. Una ciencia ficción con sabor europeo, es inglesa, donde en un futuro distópico en el que la superpoblación es un grave problema, el gobierno ha tomado la decisión de que las parejas sólo puedan tener un solo descendiente, so pena de congelar para el futuro a los otros posibles hijos e hijas. En esto apareció en pantalla William Dafoe y me quedé pensando que era otra película de otro buen actor que no tenía en conocimiento. A sí que divagué un poco sobre algunas cuantas cosas que me he perdido en los últimos años, máxime aquel 2017 concreto. Cosas de la vida más materialmente real y la de vida más del entretenimiento. Dafoe es el padre de una mujer que muere en el parto al tener septillizas, las cuales quedan totalmente huérfanas. Dafoe se niega a entregar a seis de ellas y decide ocultarlas. Desde su nacimiento la educa para que entre todas finjan ser una sola persona. Se visten igual, se peinan igual, se comportan igual, comparten su día a día cuando salen... pues cada día de la semana sale una diferente, para ello han sido llamadas por el nombre del día de la semana, así Lunes sale los lunes, Martes los martes y sucesivo. Ahora bien, dentro de casa tienen temperamentos muy diferentes. Al ser adultas comienza un deseo de rebeldía ante esa vida. Sea como sea, el problema les llega cuando Lunes no regresa por la noche a casa y al día siguiente Martes es detenida. a partir de aquí comienza una película de acción con violencia muy explícita pero a la vez, paradójicamente políticamente correcta según parámetros europeos. De fondo hay una crítica a la corrupción política y reflexiona sobre la libertad individual frente a los derechos comunes reglados. No deja de ser una película de acción, aunque intenta entrar en el debate de si todo lo que hace una democracia es parte de un Estado de libertades y derechos reales. No es tampoco el peliculón de mi vida, pero está entretenida.
...Y si no, nos enfadamos (Marcello Fondato, 1974): En mi soledad particular me bajé al bar La Mezquita para ver y hablar por lo menos con algún vecino. Sería sábado o domingo y era la hora del café. Apenas seríamos cuatro de los habituales. Uno de ellos pidió el mando a distancia al camarero, aunque no había ningún deporte que ver, que es lo que les gusta. Sería agosto. Entre los canales encontró el inicio de esta película de humor italiana de Bud Spencer y Terence Hill. Probablemente yo la vi de niño, pero no la había vuelto a ver, así que aunque es un clásico la tenía totalmente olvidada... y parece ser que ellos también. Como éramos los únicos que estábamos nos dejaron ponerla y verla y ahí nos echamos una hora y media viendo y riendo, comentando tonterías entre nosotros, aunque algunos de los presentes ya tenían una edad. Fue un buen momento, me hizo recordar cuando quedaba con mis amigos más antiguos para ver una película en la casa de alguno de nosotros. Ahora tienen familias y parejas y esas cosas, y todo esto creo que ya no les atrae, o que ahora prefieren otro tipo de diversiones o de películas. La verdad es que nos echamos un rato divertido. La película es muy tontorrona, muy socarrona, sigue el esquema de estos dos actores como dos personajes que se llevan mal entre ellos, pero se necesitan y en el fondo son amigos. Sin quererlo se ven envueltos en una serie de problemas con una banda mafiosa, en este caso mafiosa, y sólo lo pueden solucionar a base de mamporros. Uno de los vecinos disfrutaba ver escenarios ubicados en el antiguo Madrid de los años 1970. Para mí una de las mejores escenas es cuando se meten en un coro y a ritmo de cantos se van persiguiendo dentro del coro para huir de un asesino a sueldo. Impagable esa escena.
La trampa (Sidney Hayers, 1966): Para mí esta fue una de las mejores películas que vi en televisión este verano y tampoco la conocía previamente. Una vez más me llamó la atención dos cosas: la estética, que era una película del Oeste que parecía propia de los años 1970 por fotografía y por forma de narrar, pero era de 1966, y porque contaba con un casi irreconocible Oliver Reed de actor... Y con una actriz que me gustó mucho en todo, Rita Tushimgham, que luego descubrí que su película anterior era Doctor Zhivago (David Lean, 1965). Sin duda era una película por todo lo alto en su día, aunque su origen británico en una época donde las películas del Oeste mejores estaban siendo o bien estadounidenses o bien con presencia italiana, probablemente la diluyó. Creo que es una película del género avanzada para su momento, adelantada. Bebía del tipo de antihéroe forjado por Clint Eastwood en esa misma década y claro, competir con Sergio Leone era difícil, pero bien vista hoy, esta película tiene notables cualidades. En cierto modo es una vuelta de tuerca a la historia de la bella y la bestia. Una joven chica muda es raptada por unos indios de los estados norteños de Estados Unidos o bien ya Canadá o la frontera. Al hacerse mayor, al no encontrarla útil para nada que les interese, ni siquiera como esposa con la que tener hijos, se la venden a un hombre que ya no es joven que vive solo en las montañas como trampero y buscador de oro al que apodan el oso o la bestia, por su brutalidad y su afición a pasar el día matando en sus cazas, o bien borracho, o bien con numerosas peleas cada vez que encuentra otras personas. El trampero se siente solo y quiere formar una familia, sin tener ninguna cualidad social. Por eso baja en barca al poblado donde están los indios y les compra a esta joven, que lo que desea es ser libre, pero no lo es. Incluso se la lleva atada como un animal. En cierto modo este argumento precede a Las aventuras de Jeremiah Johnson (Sidney Pollack, 1972), pero es más salvaje, más brutal. Evidentemente es una historia de fuerza y la violentación de las personas, pero también es una película de amor y de relaciones no convencionales, de formación de familias no formales. Hay en medio diversos peligros de las montañas heladas del norte. Es una buena película. La vi una tarde después de trabajar, tal vez en Paramount u otro canal similar.
Metrópolis (Fritz Lang, 1927): Había visto los fragmentos más famosos desde niño en televisión y en reportajes y la vi fragmentariamente, incluso la analicé, durante la carrera universitaria, e incluso como archivero tengo algo que ver con esta película. Hace unos años encontré de segunda mano un DVD con edición especial que compré para verla en casa con una amiga con la que me gustaba mucho ver películas, pero la amiga dejó de venir a ver películas y fui dejando el DVD en casa sin verlo, tal vez a la espera de que algún día la podría compartir con alguna amistad. Pero eso nunca ocurrió y, en mi soledad de verano teniendo que trabajar, decidí verla entera una noche. Mal cené de bocadillo y me puse el DVD, ya que es un metraje muy largo. Un clásico de la historia del cine, pero también de la ciencia ficción, de la distopía, del periodo de entreguerras. Una historia en cine mudo que, fui descubriendo algo que ya sabía, tiene numerosas escenas, escenarios y relatos que posteriormente han sido homenajeados en innumerables películas incluso hoy día mismo. Quizá fue un acierto verlo solo la primera vez para saborearlo intelectualmente en mi propio regocijo y referencias previas. Estupendo baile el del robot. Básicamente hay una sociedad futura donde los ricos viven acomodadamente en las zonas superiores del planeta, casi como paraíso, a costa del trabajo alienante y esclavizante de los trabajadores, que viven en el subsuelo, donde no hay coches voladores ni jardines, los cuales se consuelan con una especie de religión mesiánica con tintes casi de sindicato de los obreros (el opio del pueblo mezclado con el socialismo). Todo esto se rompe cuando el hijo del empresario que dirige todo aquello baja al subsuelo en busca de una mujer de la que se enamora y descubre la triste realidad de la gente que vive allí. A todo esto un inventor subversivo introduce un robot para abortar su posible rebelión, pero los problemas sentimentales hacen que todo se transforme en una auténtica lucha de clases, con revuelta incluida. Una denuncia del capitalismo, pero también de los sectarismos, que de paso habla de problemas de las sociedades tecnológicas que en pleno 2025 están tan vigentes como en 1927. Imprescindible.
Como se dijo en Cadena SER Henares a lo largo de esta semana desde el martes 2 de septiembre, pero con gran difusión desde la mañana del martes 3, tanto en otros medios de comunicación como en redes sociales, el ayuntamiento de Alcalá de Henares no renovaba este año el convenio con el sindicato Comisiones Obreras (CCOO), en la comarca del Henares, para realizar su tradicional certamen de pintura rápida al aire libre. Este certamen se ha realizado en veintiuna convocatorias, este año 2025 iba a ser la vigésimo segunda. Yo mismo me hice eco de varias de ellas, en la Noticia 1646ª de 2016, la Noticia 1743ª de 2017 y la Noticia 1818ª de 2018, si bien en otros años, sin dedicarle entrada específica, la mencioné. Dejé de dedicarle tanta atención por diversas razones, algunas de mi vida privada, pero también porque de ser una convocatoria que los medios de comunicación locales apenas dedicaba atención y solías enterarte de ella o por la difusión del sindicato o porque te la encontrabas pasó a ser una convocatoria muy publicitada, coincidiendo con que en esta bitácora se comenzó a hablar de ella... Insisto, sólo sé que coincidió, no sé si hubo algo más. Por otro lado, porque la última vez que le dediqué una entrada concreta alguien de la organización o del sindicato me trató con exigencias sobre cómo se debía informar y qué se debía decir. Empezando porque esto no es prensa, es una bitácora personal, siguiendo porque yo no cobro dinero, y siguiendo por la libertad de expresión y de opinión, al año siguiente no me entusiasmaba mucho informar del encuentro, aunque fui a ver a los artistas y los cuadros. A veces ser agradecido es un punto a pro, nunca a la contra. Sea como sea, en mi vida privada ocurrían otras cosas y esas fueron realmente las principales que me alejaron un poco de hablar de ello y, luego, como vi que ya todo el mundo hablaba del evento y que incluso estaba algo institucionalizado y asentado, pues ya lo dejé en manos de ellos, aunque nunca descarté escribir cuando por algo me llamara la atención o me apeteciera de nuevo.
No obstante, creo que este concurso anual, al que he ido a ver cada principio de septiembre haya hablado o no de él, es una de esas ofertas culturales por parte de los propios alcalaínos, no del ayuntamiento, que me resultaba plenamente interesante y parte de la vida y la cultura de Alcalá, de su sociedad. Descubrimos en él la gran cantidad de vecinos y de personas de municipios cercanos aficionados a la pintura o que son directamente artistas propiamente dichos, que alguno pintó en las calles aunque el voto popular a veces no les reconociese. Yo soy muy partidario de este evento. No muy usual en otros lugares por cierto. Lo fácil es montar mercados medievales y festivales de música, lo difícil es levantar el apoyo popular amplio a otras ofertas culturales, como esta convocatoria de pintura.
Hace semanas, mientras trabajaba antes de las vacaciones ya pasadas, oí en la radio una entrevista a un psicólogo que hablaba de la soledad no deseada y rompía un mito que, por otra parte, aparentaba pillar desprevenido al periodista. La soledad no deseada no es un problema exclusivo de la gente de la tercera edad y los adolescentes más enganchados a las redes sociales cibernéticas, aunque los primeros sean los mayoritarios y los segundos estén en aumento. Pese a que suele no mencionarse, la gente adulta de mediana edad es el segundo sector más afectado. Muchas personas de mediana edad la tienen aún cuando parece que les rodea mucha gente y aún cuando precisamente en teoría están en uno de sus momentos sociales más álgidos. A continuación explicó lo que era en sí la soledad, el sentimiento de soledad, que es el que hace a la gente estar sola. Pero lo más interesante para mí fue la descripción de cómo la falta de entendimiento de lo que es la soledad es lo que hace que mucha gente no se dé cuenta de quién realmente tiene un problema de soledad y de cómo las respuestas hacia las personas solas suele ser inadecuadas, lo que hace que la persona sola se vaya retrayendo cada vez más socialmente, lo que agrava esas mismas respuestas inadecuadas e incluso distorsiona la visión sobre la persona afectada y su forma de vivir.
Algunas bromas con trasfondo de verdad en redes sociales dicen que tú no necesitas un psicólogo, necesitas un sindicalista y mejoras laborales. En el fondo, el dinero y cómo la vida social se ha montado en torno a la necesidad de usarlo, está en todo esto bien metido. La crítica de cómo usa y cómo no usa su dinero la persona afectada es una de las respuestas inadecuadas, dijo el psicólogo y lo razonó. El problema de esa persona no es la necesidad de asesor económico, de alguien que le diga qué mal o qué bien hace haciendo esto o lo otro, su problema es de otro carácter. Pero sobre todo porque desde fuera parece que se fija en el modo de vida de la persona, pero sin preocuparse en realidad por lo que esa persona siente y los porqués de hacer lo que hace. Lo que desde fuera pueda ser juzgado como error, sin conocer lo que interiormente le pase a alguien, puede que sea todo lo contrario a un error. Tampoco es que todo sea un acierto, y no es que la persona no lo sepa, puede no saberlo o sí, pero es un acierto si le proporciona algo que le mitigue el dolor.
Las ausencias de respuestas o acciones en la persona en soledad tampoco aparecen de la nada. Suelen ser, decía el psicólogo, una respuesta de autoprotección después de un refuerzo negativo excesivo a todo intento de romper su soledad. Quien crea que el individuo es eso: sólo individuo, se equivoca. Hasta los nihilistas como Sartre ya razonaron que aún en la soledad del individuo, el hombre también es social y las acciones de unos afectan a las conductas, pensamientos y emociones de los otros. Las vidas, aún vividas en forma individual e intransferible, razonaba Sartre, se ven afectadas por el resto de vidas y sus interacciones. Nadie estaría ausente total de responsabilidad frente al otro, le conozca o no; claro está que ahí viene una compleja red de grados y de relaciones directas e indirectas, incluso de efectos mariposa, donde un aleteo de insecto en América provoca un huracán en Asia, que venía a decir la metáfora aquella.
Del mismo modo, el psicólogo decía que no era buena idea recomendarle a quien se siente indeseadamente solo que disfrute de su soledad, que dé paseos, lea, viaje o cuestiones así, o que haga cualquier cosa que o bien no quiere hacer o que ya hace por sí sin que nadie le diga que lo haga, y lo disfruta, pero no es eso lo que necesita su bienestar. Su bienestar puede estar ahí, en esos momentos y acciones, pero en general, quien tiene una soledad indeseada lo que necesita es otra cosa más. Hay que pensar que leer en soledad, o pasear, o cualquier cosa que se recomiende no es ni sustitutivo ni excluyente de que una persona se sienta sola indeseadamente. Hay, reforzaba el psicólogo, grandes errores en las creencias generales de la sociedad sobre lo que es el problema, y un gran desconocimiento de quien lo padece.
Uno de los problemas de quien siente una soledad profunda, a diferencia de otros problemas psicológicos, es que tiene una profunda relación con la realidad material y que en este caso no sólo depende del enfoque de quien lo vive, también depende del entorno de las personas que se suponen son cercanas a esa persona, porque, otra cuestión, sentirse solo no es a menudo estar físicamente solo. Había una canción de Hilario Camacho dedicada a Madrid cuyo estribillo hablaba de una persona que vivía en Madrid en los años de 1970, con toda esa vida de la capital, y que, rodeado de gente a todas horas, estaba más solo que nunca.
Un famoso motivador de las redes sociales, que no un psicólogo, difundió hasta llevar a moda desde el año pasado el mensaje que lanzó una investigación de psicología, esta sí, sería, pero pasó por alto en su día, que había realizado la Universidad de Harvard. Se puede rastrear en Internet y comprobar que tanto lo del motivador como lo de la Universidad de Harvard es cierto. Evidentemente lo que diga un motivador que no es psicólogo nos puede hacer desconfiar, pero un estudio científico de una Universidad es otra cosa, y probablemente el mismo fondo lo dice desde una perspectiva ligeramente diferente. De hecho yo lo contrasté, y lo que se ha dicho del motivador, y los que le imitan en redes sociales, y lo que dijo la Universidad es ligera pero profundamente diferente. Se trata de esa frase que se ha hecho popular: "¿Tienes ocho minutos?". Según el motivador es el tiempo que él mantuvo una conversación telefónica significativa con una amiga sobre algo que le pasaba y que la ayudó a mejorar su día. Repitieron esto a la inversa y, según él, se dio cuenta que ahí había algo, por lo que todos los días mantuvieron conversaciones de ocho minutos, cosa que les mejoraba. De ahí que ahora mismo se vea en redes sociales pequeños videos de todas las nacionalidades con gente lanzando ese mensaje (en mis redes es habitual que me encuentre que es gente normalmente joven, motivados, en grandes casas o jardines y cumpliendo los cánones de belleza occidental). Ellos juegan un poco más al teléfono escacharrado y dicen que si hablas ocho minutos al día con alguien amigo o familiar, ayuda a ser feliz. Olvidan lo de la conversación significativa y que el motivador no habla de felicidad, sino de mejora emocional. Sin embargo, el motivador también juega al teléfono escacharrado, ni que decir tiene que esa anécdota de su vida donde se apunta el tanto del descubrimiento en 2024 pasa por alto el estudio de Harvard unos años antes, no muchos.
¿Y qué decía Harvard? Pues, en un artículo de prensa británica donde yo lo leí, el experimento con un grupo amplio de personas durante un tiempo prolongado había dado por resultado que conversar brevemente de algo significativo todos los días con alguien amigo, familiar o de confianza, para hablar libremente, hace que las personas con soledad indeseada mejoren su estado y se alejen de estados depresivos o, incluso, en algunos casos, comiencen a hacer cosas sin darse casi cuenta que mejoran las posibilidades de encontrar interacciones que emocionalmente terminen acabando su sensación de soledad. Parece lo mismo que lo que dicen los de las redes sociales, pero no lo es. Sustancialmente habla de algo más humano y menos milagroso.
Ahora bien, decía el psicólogo español de la radio que yo escuché en entrevista en agosto, como todas las personas con patologías de la mente, romper los cercos no es fácil y requiere de tiempo... y de medios, de poner los medios, y estos, repitió, no son sólo unidireccionales. Las personas son bidireccionales, multidireccionales. Igual que soldar un hueso roto lleva un tiempo, o recuperarse de una operación grave, una herida emocional no se cura con "un día me tomo un helado con esta persona y ya está todo hecho". E igual que hay buenos y malos momentos en las convalecencias, lo hay aquí también.
Saludos y que la cerveza os acompañe.