El 30 de junio y el 3 de julio de 2017 se turnaron para hacer Historia española al sucederse el uno al otro como el día que más empleo se había destruido de golpe en España y el que más se creó. La marca batida por el 3 de julio de 2017 ha sido batida el 31 de agosto de este 2018, hace cinco días. Según nos cuenta por ejemplo la periodista Cristina Delgado en El País se destruyeron 304.642 empleos. La cuestión es que yo el año pasado ya me extendí hablando sobre aquellos días del 30 de junio y el 3 de julio de 2017, que además habían venido precedidos por el mismo fenómeno en 2016, y ya con un salto, en 2012. Como se ve todos son años de la crisis económica de 2008, pero todos son años además sujetos a la nueva reforma laboral (vigente) que creó el Partido Popular de Mariano Rajoy en aquel 2012. No obstante, cuando hablé de aquello, los varios gobiernos de Rajoy ya habían acumulado tal lista de anomalías en la Historia de España reciente que no pude menos que hacer un listado, fue en la Noticia 1728ª, de 4 de agosto de ese 2017. Aquel listado de anomalías venía precedido ya en esta bitácora por un análisis de la actualidad política del momento que reunía ciertas anomalías el 4 de septiembre de 2016 (Noticia 1639ª) y otro más el 3 de noviembre de ese mismo año dado toda la problemática de ese año y el siguiente sobre los periodos con gobiernos en funciones, repetición de elecciones, etcétera (Noticia 1655ª). Lo cierto es que tras aquel listado de anormalidades de cosas nunca dadas en la Historia reciente de España hasta la llegada de Rajoy que escribí en la Noticia 1728ª donde hablaba de aquellos días históricos de 2012, 2016 y 2017 donde se batieron récords de destrucción de empleo, no volví a tratar el tema de actualidad hasta el 26 de septiembre de 2017, ante la problemática independentista catalana, donde di mi opinión (Noticia 1741ª) y el 10 de octubre del mismo año, obviamente, tras el referéndum catalán del 1 de octubre y todos los sucesos de movilización de masas y enrarecimiento de la sociedad que se estaba viviendo (Noticia 1744ª). Luego, silencio. Lo más que me aproximé fue ante los problemas climáticos tan necesarios de solucionar (Noticia 1753ª), y ya en 2018, en marzo, me atreví a escribiros, porque lo vi necesario, sobre la problemática laboral, con motivo de la Huelga General Feminista del 8 de marzo (dando razones para ella en la Noticia 1773ª y hablando desde dentro de ella en la Noticia 1774ª). Lo más parecido a un nuevo acercamiento a todos los asuntos generales de la actualidad española lo hice sin hacerlo, por medio de un conjunto de viñetas de humor que se me ocurrió dibujar sobre la Historia reciente de España y que publiqué en junio en la Noticia 1801ª.
Por supuesto que a aquella lista de anormalidades en la Historia reciente española escrita en agosto de 2017 habría que sumarle la propia celebración del referéndum catalán por la independencia, la acción-reacción-acción del Estado español y de los políticos catalanes, englobando además la violencia, lo pacífico, el uso de las masas, las tergiversaciones de los medios de comunicación, el enfrentamiento entre los ciudadanos de a pie, el resquemor contra los catalanes o contra los españoles, dependiendo, la ida de empresas de Cataluña, la proclamación de la República de Cataluña unos segundos, la encarcelación y huida de políticos catalanes, la encarcelación de personas que sin ver con los catalanes son presas por considerar delitos contra el sentimiento religioso o contra la Corona, la huelga general feminista, las sentencias judiciales declarando culpables a una gran cantidad de políticos y empresarios relacionados con el gobierno de Rajoy y con el Partido Popular, siendo hasta el propio Partido Popular declarado culpable a título lucrativo, también declarando culpable a Iñaki Urdangarín (por lo que tocando de cerca a la Familia Real), una segunda moción de censura que por primera vez en la Historia reciente resulta efectiva y pone en el gobierno a un PSOE de Pedro Sánchez (políticamente resucitado) que iba a la baja en intención de votos y que no cuenta con diputados suficientes para casi nada sin ayuda de Unidos Podemos y otros partidos, el traspaso de poderes más rápido de la Historia española a causa de un PP con un arrebato de infantilismo por haber sido derrotados en la moción de censura, el gabinete de gobierno con mayor número de mujeres y también de personas conocidas por otros ámbitos no políticos, el ministro más breve de la Historia reciente (en Cultura, apenas unos días), la decisión de sacar a Franco del Valle de los Caídos y la carta de cerca de un par de centenas de militares retirados declarando su afinidad a Franco para que no se haga, la mayor remesa económica para pagar pensiones al batirse un récord de inscripción de pensionistas en agosto de 2018, la continuación de los intentos independentistas en Cataluña, y ahora, de nuevo, el 31 de agosto, el récord del mayor número de destrucción de empleo en España.
El PSOE de Pedro Sánchez lleva gobernando desde el 2 de junio. A pesar de que el traspaso de poderes fue un visto y no visto y que Sánchez se quiso poner manos a la obra, aunque sea para anunciar medidas llamativas de bajo coste económico, tardaron un poco en habituarse cada ministro, luego sus vacaciones de agosto, y ahora regresan intentando sacar adelante unos presupuestos generales nuevos de difícil aprobación (hasta ahora funcionan con los heredados del PP, mientras a la vez tampoco han derogado la reforma laboral de 2012, ni publicado la lista de los que se agarraron a la amnistía fiscal, tal como prometieron que harían si gobernaban).
La cosa es que el 29 de agosto supimos que la venta de cerveza en España ha disminuido, pero a la vez ha aumentado sus beneficios económicos. Al día siguiente, 30 de agosto, el mismo día que se estaba produciendo la destrucción masiva de empleo, con más de entre 15.000 y 19.000 a la hora, supimos que la venta de comida en mercados y supermercados también ha disminuido, pero también han aumentado los beneficios. ¿Cómo se explica? Se explica diciendo que cada vez compramos menos comida y menos cerveza, pero cada vez pagamos más por lo que compramos: han subido los precios. Dicen que entre 2016 y 2018 hemos perdido 400 euros de poder adquisitivo. Los beneficios a costa del aumento de precios ante las menores ventas es lo que se llama una burbuja económica. Podría reventar. Sólo que si revienta una burbuja económica centrada en el mercado de los alimentos, no será lo mismo que cuando reventó la del sector inmobiliario de 2008. Jugamos con fuego. Dato que explica esto: el 28 de agosto se dijo que ese mismo mes vino la mayor remesa de gasto en pensiones, por varias razones (aumento de jubilados inscritos, que estos pertenecían a una generación a la que correspondían pensiones altas y que empezaba a ponerse en vigencia una fuerte subida de las pensiones aprobadas a última hora de gobierno del PP), y en letra pequeña de la noticia la ministra al cargo, Magdalena Valerio (Trabajo, Migraciones y Seguridad Social) reconocía que aunque se ha generado más trabajo, las cotizaciones no son suficientes porque los sueldos son ínfimos y los contratos en exceso temporales y breves. En su opinión debía empezar a pensar abandonar el sistema de cotizaciones a la seguridad social o bien en combinarlo con una partida presupuestaria específica en los impuestos para las pensiones, lo que requiere aumentar los impuestos a todos. Pero he ahí lo importante de esa letra pequeña: el gobierno reconoce que el trabajo que se ha generado es de muy mala calidad por su duración y por los ínfimos sueldos que apenas cotizan más allá del 2% por ser muy bajos. A esto que le sumen esa reforma laboral de 2012 que no quieren derogar y que permite esta anomalía que desde 2016 permite a los empresarios ir batiendo el récord de destrucción masiva de empleos. Pero ya si eso hablamos de lazos amarillos independentistas catalanes y tenemos a todo el mundo entretenido en calles, hogares y bares.
Ayer, 4 de septiembre, el gobierno de Sánchez recibía otro disgusto, pero mayor disgusto para los ciudadanos, claro está. El desempleo en agosto había crecido y había sido el mayor en mucho tiempo, mientras que la industria del turismo había sufrido una fuerte caída. Los telediarios y periódicos españoles han corrido a explicar que quizá se deba a que ha hecho más calor en el resto de Europa, lo que hace que los turistas extranjeros han preferido quedarse en su país. Otros han apuntado a que otros países turísticos con los que España suele competir (Grecia, Turquía o Túnez) son percibidos ya como destinos menos peligrosos para la vida a costa del terrorismo. No he visto aún que nadie analice cómo va la propia situación económica de los países de los turistas extranjeros, o si han aumentado o no los precios de hoteles, hostales, restaurantes, bares, alquiler de hamacas, vehículos, etcétera en las zonas de playa y montaña. En otra publicación económica de comienzos de agosto se daba la respuesta: sí, así es, un sí rotundo, los empresarios dedicados al turismo han aumentado y mucho sus precios en España. Mientras el turismo más exitoso de España, el de playa, retrocede, había aumentado el turismo de interior, de carácter más cultural (museos, fiestas llamativas, edificios artísticos, rutas temáticas, guías, etcétera). Este otro turismo no es tan demandado y suele mantener precios más normales, más bajos. Del mismo modo, tampoco vi interés alguno en informar sobre el turismo autóctono, el de los propios españoles, cuando hasta una británica llegó a quejarse de que en Benidorm había demasiados españoles (se puede leer por ejemplo en ABC). Lo cierto es que la depauperización y lo mediocre de los empleos y del desempleo ha hecho que aunque algunos españoles más se han aventurado a irse de vacaciones este año, casi la mitad no puede tener vacaciones, ni entendidas como viaje ni entendidas como tiempo de ocio. Ahora bien, no parece que esto le importe al gobierno, ni como indicador socioeconómico, ni como factor humano, ni como conquista de derechos laborales; la Ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, ha declarado que el gobierno apuesta por un turismo de calidad (se puede leer por ejemplo en El Periódico). ¿Qué es un turismo de calidad? Es lo que para no decirlo directamente y quedar bien se refiere en realidad a un turismo de unas personas con fuerte capacidad adquisitiva y que estén dispuestos a gastarse dinero como si no hubiera mañana porque, entre otras cosas, no tengan problemas de dinero, ni de trabajo. Importan las clases medias altas y las clases altas, parece ser, el resto, bueno, si disfrutamos de algo bien estará, ¿no?, pero que trabajemos, que alguien tiene que hacer de camarero eventual. Parece que esa es la consigna.
Llama la atención dos noticias de programas de reportajes informativos, uno de Antena 3 televisión y otro de Telecinco, donde mientras que en el primero se nos decía a principios de septiembre que los campos de vendimia españoles se llenan de mano de obra extranjera (inmigrantes fundamentalmente africanos), en el segundo se nos había informado a finales de agosto que los campos de vendimia del sur de Francia se habían llenado de trabajadores inmigrantes españoles. A mi juicio esto desmonta un viejo tópico y mito de la xenofobia y la falta de reflexión españoles: el trabajo rural no es deshechado por los españoles porque les parezca duro, sino por una cuestión de condiciones laborales y de sueldo. Este año irán 14.000 españoles a vendimiar a Francia (se lee en Agencia Efe-Agro). Les pagarán 9'76 € la hora (ABC). Las jornadas allí son de 43 horas semanales, si pasan esa jornada se les pagará la hora extra a 14'64 €. Lo que supone según los sindicatos españoles entre 1.400 y 2.000 euros (El Economista). Eso en Francia. Mientras, en España, en el periodo 2016-2017, en Castilla-La Mancha, por ejemplo, el Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real fijó el salario en 49'37 € al día, durante cinco días a la semana. Eso supone un salario de 740'55 € durante tres semanas, pues la vendimia suele durar unos veinte días, si quisiéramos ser generosos y otorgarle 30 días serían 987'40 € (AgroCLM, diario del campo de Castilla-La Mancha). Ahora bien, para este 2018, Ciudad Real estipula un sueldo de 49'50 € para jornadas de lunes a viernes, pero a 41'25 € si se trabaja de lunes a sábado. Mientras que en Toledo se pagará a 59'19 €, por ello la provincia de León ha reclamado una reunión para regular los precios y salarios (ver en Vinetur, la revista digital del vino). Menciono el sector de la vendimia por ser septiembre su temporada de contratos, pero esta situación se podría comentar en tantos otros sectores del mercado laboral español. Yo mismo como archivero he venido cobrando en los últimos años desde el sueldo mínimo (hoy día en torno a los 707 €) hasta los 800/850 €, eso sí: reclamando el contratador mi título universitario (licenciatura), experiencia laboral demostrable, experiencia con la administración del Estado, certificados de cursos, talleres y de todos cuantos conocimientos teóricos tenga, en ocasiones: idiomas, etcétera, y ofreciéndome hacer tareas propias de técnico archivero, o de auxiliar de archivo, según para lo que me contrataran, más otras que no serían propias de ese cargo. Todos los sectores están similares.
El próximo 15 de septiembre se cumplen diez años del comienzo de la crisis de 2008. Ya en 2017, también a finales de verano, se cumplieron diez años de lo que fue el primer aviso fuerte en las Bolsas bursátiles de todo el mundo de lo que amagó con ser el estallido de esa crisis. Aparentemente a ese primer golpe de ariete se resistió en los meses siguientes a aquel fin de verano de 2007 y se tardó un año hasta que en 15 de septiembre de 2008 se desplomaron todas las acciones de la financiera Lehman Brothers ante la burbuja inmobiliaria de Estados Unidos que arrastró a todo el planeta a la mayor crisis económica vivida, con permiso del Crack de 1929. Cumpliremos esos diez años de crisis, once contando el preaviso, y España está hoy día donde está.
Saludos y que la cerveza os acompañe.
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