La novena entrega por el cien aniversario del inicio de la Primera Guerra Mundial que os he escrito es una obra de teatro en un sólo acto. Saludos a todos y que la cerveza os acompañe.
ARREBATO
EN UN ACTO
Personajes, por orden de aparición:
MELANIJA KOLUVIJA
BRANKO KOLUVIJA (hijo de Melanija)
DANILO ZUROVAC
EVANDER SIFAKIS
IONA PAPADOPOULOS
APOSTOLOS PAPADOPOULOS (hermano de Iona)
ACTO PRIMERO (único)
ESCENA PRIMERA
(Branko Koluvija y Melanija
Koluvija. Él es hijo de ella. Él es calvo, de mediana edad y delgado. Ella es
algo obesa y mayor. Están en el interior de una cabaña muy rústica de madera.
Hay una sola sala que hace de cocina, salón y dispone de dos catres para
dormir. A la derecha hay una puerta que va al retrete, a la izquierda una
puerta interior comunica con la leñera. En el fondo se ve la puerta que da a la
calle y las ventanas, que están cubiertas de nieve y dejan ver el fin de una
nevada. Es de día. Hay una chimenea, una mesa y tres sillas, que es donde están
sentados los personajes. Sobre la mesa hay los platos vacíos de una comida, una
tetera y unos vasos usados. También hay un periódico.)
MELANIJA KOLUVIJA
(Recogiendo los platos y
llevándolos a una palangana con agua)
Yo me voy a ir a dormir. (Deja
los platos y se tumba de costado sobre uno de los catres)
BRANKO KOLUVIJA
(Para sí mismo)
Eso, comer y dormir, como los cerdos.
(Melanita Koluvija le ha
oído, pero no dice nada, sin que le vea, llora).
BRANKO KOLUVIJA
(Hablando solo)
Qué desgracia de madre tengo. No me quiere nada. Es una
elitista. Llevo su apellido porque mi padre me lo puso. Esto no es una familia.
(Melanita Koluvija solloza y
él la oye, pero ni siquiera se gira a mirarla)
BRANKO KOLUVIJA
Eso, hazte la víctima encima. Yo soy el que trabaja. ¿Qué
haces tú? Estás todo el día aquí o con las vecinas. Menuda cosa asquerosa has
cocinado. ¿Eso es cerdo? No sabes hacer nada.
(Coge un periódico y prosigue
disertando).
BRANKO KOLUVIJA
Al otro si que le querías. Si os creíais que era tonto. Pero
a mí no me engañasteis. Que bien me quedaba a escucharos debajo de la ventana y
detrás de la puerta cuando fingía que salía a hacer mis cosas. Queríais la casa
para vosotros. Nunca estabais juntos si yo estaba en la casa. Qué rápido que se
iba él siempre cuando yo entraba, pero bien que os he visto juntos más de una
vez, ¡y hablando! Sólo me querías por los recados. Si no soy tonto. Eres muy
falsa. Traidora. Que tenías que haberle dado la espalda a ese… Si sólo me
utilizabas. Que no me quieres nada. Que luego bien que estabais bien cuando yo
no estaba. Si viviera padre… entonces, entonces… si viviera padre.
(Melanita Koluvija da otro
sollozo que trata de ahogar y él con total indiferencia está ahora sentado e
inclinado sobre la mesa leyendo el periódico, hay silencio tan frío como la
nieve que ha terminado de cesar).
ESCENA SEGUNDA
(Entra Danilo Zurovac, un
hombre con entradas de calvicie y gafas, se sacude los pies y se quita el
sombrero y el abrigo, que deja en un perchero).
DANILO ZUROVAC
Hola. Ha dejado de nevar.
BRANKO KOLUVIJA
Hola. ¿Estaba la puerta abierta?
DANILO ZUROVAC
Sí. Por eso entré. Vi luz y la puerta abierta. Pensé que
estaríais aquí. ¿Tu madre está durmiendo?
BRANKO KOLUVIJA
Se acaba de acostar. Hemos terminado de comer. Si quieres un
té caliente aún debe quedar algo en la tetera.
DANILO ZUROVAC.
Sí, vengo con frío. (Se lo
sirve él mismo)
BRANKO KOLUVIJA
¿Qué se sabe de la guerra?
DANILO ZUROVAC
Los austrohúngaros se han retirado, pero el frente está
estancado, quizá tengamos que retirarnos nosotros como vengan los alemanes.
BRANKO KOLUVIJA
¿Seguimos sin tropas griegas?
DANILO ZUROVAC
Da igual, los serbios somos suficientes para defender
nuestra nación.
BRANKO KOLUVIJA
Tú eres montenegrino.
DANILO ZUROVAC
Y tú eres un actor. Vayamos a nuestros asuntos. Cierra ese
periódico.
(Branko Koluvija cierra el
periódico y comparte la mesa con Danilo Zurovac, que se sienta a su lado)
DANILO ZUROVAC
¿Tienes trabajo?
BRANKO KOLUVIJA
No lo encuentro.
DANILO ZUROVAC
(Sacando y extendiendo
papeles muy doblados del interior de su chaqueta) Tengo uno para limpiar
unos baños públicos.
BRANKO KOLUVIJA
Bueno no es exactamente…
DANILO ZUROVAC
(Eligiendo otro papel, a cada
oferta que le haga será un papel nuevo) Podría lograrte otro de cartero
en el pueblo.
BRANKO KOLUVIJA
No me veo, yo quisiera otra cosa.
DANILO ZUROVAC
Ya. También rechazaste el de aprendiz de herrero y el de
escribiente de cartas.
BRANKO KOLUVIJA
Verás, yo aspiro a hacer más.
DANILO ZUROVAC
(Guardándose los papeles)
Conozco dos escuelas donde podrías dar clases a los niños para que aprendieran
a leer y escribir. No creo que me fuera difícil recomendarte.
BRANKO KOLUVIJA
No soporto a los niños. Una vez interpreté un personaje de
cuento que les era muy simpático. Venían todos a sentarse en mis rodillas, pero
no los soporto. No les aguanto. Me cansan. Me agobian… Si hay que comer
interpreto esos papeles, pero de maestro… no.
DANILO ZUROVAC
¿Y de conserje del ayuntamiento? Sólo abrirías las puertas y
las ventanas, arreglarías un poco lo que te dijeran, poca cosa
BRANKO KOLUVIJA
(Mirando hacia otro lado)
Si hay que comer, de algo hay que trabajar.
DANILO ZUROVAC
Tú lo que quisieras ser es actor.
BRANKO KOLUVIJA
(Volviendo a mirarle a la
cara) Soy actor. Trabajo de eso… aunque ahora no haya trabajo.
DANILO ZUROVAC
¿Dónde está tu compañía de teatro?
BRANKO KOLUVIJA
Ellos han sido movilizados al frente. Ellas se han ido con
sus familias. Yo no pude ser alistado, ya sabes mi dolencia… Y mi madre, que es
viuda… y se murió mi hermano… Nuestra situación.
DANILO ZUROVAC
Viva la generosidad de los serbios. Eres importante en esta
casa. Está claro. Tu madre te necesita.
BRANKO KOLUVIJA
(Sin mirarla) Sí, no
puedo irme y dejarla sola. Yo la traigo y la llevo a los sitios.
DANILO ZUROVAC
Pues la verdad es que hoy sí traigo un trabajo de actor.
Pero me lo quise reservar para el final.
BRANKO KOLUVIJA
(Con ilusión) ¿De qué
se trata?
DANILO ZUROVAC
De trabajar para la patria.
BRANKO KOLUVIJA
(Se levanta como ofendido,
siempre evitando pasar por el lado de la casa donde está su madre tumbada)
Te ríes de mí.
DANILO ZUROVAC
No.
BRANKO KOLUVIJA
(Con un tono serio y seco)
¿Me movilizan?
DANILO ZUROVAC
No, en el sentido convencional, no. Pero sí, te movilizan.
Han venido conmigo dos hermanos griegos, una chica y un chico. Tienen que
llegar a Albania y tomar un barco a Italia. Es de vital importancia. Alguien
del gobierno se ha molestado mucho en su viaje. Hemos pensado que duerman
contigo, te hagas su amigo y les preguntes algunas cosas que podrían
interesarnos.
BRANKO KOLUVIJA
(Interesado pero aún no del
todo) ¿Qué clase de cosas?
DANILO ZUROVAC
Nuestras milicias quieren saber algunos porqués del interés
del gobierno de Serbia en que dos griegos lleguen a Italia. Aunque sean
aliados.
BRANKO KOLUVIJA
Yo podría ser su benefactor.
DANILO ZUROVAC
Elige tu papel. Yo les he dicho que eres un hombre de dinero
que vive en una cabaña humilde por voluntad propia. Quizá se sientan en mayor
confianza si creen estar entre uno de los suyos. Ellos son ricos.
BRANKO KOLUVIJA
(Ilusionado del todo)
Yo un hombre rico… Ja, ja, ja… Pero si ya ves que apenas gasto dinero y tengo
que vivir aquí.
DANILO ZUROVAC
Interprétalo y te pagaremos bien.
BRANKO KOLUVIJA
Será un gran papel.
(Ambos se dan la mano.)
DANILO ZUROVAC
(Antes de salir por la puerta
dice con media sonrisa)
Te pagaremos con lo mejor que se te puede pagar, el honor de
haber servido a Serbia. Ya ves, y sin ir a primera línea de frente como fue tu
hermano.
(Danilo Zurovac sale por la
puerta que da afuera.)
ESCENA TERCERA
(Sólo Branko Koluvija y su
madre acostada. Él no para de dar vueltas por la habitación irritado y lleno de
odio por lo último que ha dicho.)
BRANKO KOLUVIJA
¡Soy mejor actor de lo que tú te crees, Danilo Zurovac!
Llevo años ahorrando tanto dinero e invirtiéndolo tan bien que no necesito de
ninguno de vuestros asquerosos trabajos. Mi hermano se merecía su muerte por
borracho. ¡Siempre de fiesta con los amigos! Debería haberse quedado aquí, en
casa, como yo, que no he malgastado ni una moneda en diversiones idiotas. Ahora
él está donde debe. Maldita familia. Demasiado le dio la razón mi padre en sus
fiestas, por eso le hundí sus costillas como te las hundiría ahora mismo a ti,
Danilo Zurovac. Nadie sabe que tengo dinero, y ese es el secreto de mi victoria
sobre todos vosotros. Yo tendré siempre un techo y vosotros… una tumba, quizá
una fosa donde agruparos. Allá vosotros con la guerra. ¿Queréis algo gratis?
Siempre pedís cosas gratis. Queréis favores y más favores… Actúa para los
niños, actúa para los viejos, actúa para el sindicato, actúa para la nación, actúa,
actúa, actúa… siempre con favores gratis. ¿Pero quién me hace favores a mí?
Sois todos unos mierdas. Unos mierdas. Que nunca dais nada. Menudos sois
vosotros.
(Melanija Koluvija se
revuelve en la cama y se arropa con una manta.)
ESCENA CUARTA
(Entra Danilo Zurovac con los
hermanos Iona y Apostolos Papadopoulos. Ellos son jóvenes, pero no
adolescentes. Iona es delgada, pelo oscuro y ojos claros. Apostolos es de
constitución fuerte y mandíbula cuadrada, traen unas maletas que dejan a un
lado y sobre ellas su ropa de abrigo).
DANILO ZUROVAC
Señor Branko Kulovija, estos son los hermanos Iona y
Apostolos Papadopoulos. Espero que pasen buena tarde y buena noche juntos.
(Se dan la mano todos)
IONA PAPADOPOULOS
(Muy educada)
Encantada.
BRANKO KOLUVIJA
(Con una sonrisa)
Igualmente.
APOSTOLOS PAPADOPOULOS
(Muy educado)
Encantado.
BRANKO KOLUVIJA
(Con la sonrisa) Lo
mismo digo.
DANILO ZUROVAC
Pues bien, vendré a recogerles mañana por la mañana, sobre
las nueve. Tenemos aún un tramo duro, y con la guerra nunca se sabe
(Le da una palmada en el
hombre a Apostolos, se despiden todos y sale por la puerta)
ESCENA QUINTA
(Iona y Apostolos
Papadopoulos, Branko Koluvija y Melanija Koluvija. Iona se fija en Melanita.)
IONA PAPADOPOULOS
¿Está enferma?
BRANKO KOLUVIJA
(Con un tono de voz muy
amable) No. Es mi madre. Habíamos comido y se ha tumbado a dormir un
rato. Le gusta dormir después de comer. Yo la dejo. No hay mucho que hacer.
(Se fija en los bultos de
ellos y los coge)
BRANKO KOLUVIJA
Será mejor que lleve esto a la leñera. Nos sirve de cuarto
para guardar las cosas, así que allí estará bien.
(Sale del escenario en
dirección a la leñera. Los dos hermanos se quedan solos mirando por todos lados
sin moverse del sitio hasta que regresa Branko Koluvija).
BRANKO KOLUVIJA
No se preocupen si ven sólo dos catres. Tenemos dos
colchones más en la leñera. Eran de mi padre y de mi hermano, los sacaremos por
la noche para poder dormir todos cómodamente. La casa es humilde, pero les
aseguro que no les faltará de nada.
IONA PAPADOPOULOS
(Curiosa) ¿Su padre y
su hermano no vendrán luego a acompañarnos?
BRANKO KOLUVIJA
(Intentando aparentar que no
ha sufrido un desconcierto con la pregunta) No, ellos no están.
IONA PAPADOPOULOS
Oh, perdone. Pensé que quizá estaban en algún tipo de
negocio en los alrededores.
BRANKO KOLUVIJA
No… no… Ellos han muerto.
IONA PAPADOPOULOS
(Totalmente curiosa)
¿La guerra?
BRANKO KOLUVIJA
(Con cierto nerviosismo)
Sus cosas.
APOSTOLOS PAPADOPOULOS
Perdone a mi hermana. Es muy curiosa. (La reprende apretándola con cariño un codo)
IONA PAPADOPOULOS
(Sin hacer caso excesivo al
apretón del codo y sin deshacerse de la mano de su hermano) ¿Cómo se
llama su madre?
BRANKO KOLUVIJA
Melanija. Melanija Kulovija. El apellido es suyo. Los padres
serbios pueden elegir si sus hijos llevan su apellido o el de la madre. Mi
padre eligió el de ella para mí.
IONA PAPADOPOULOS
Melanija… ¿es también griega?
BRANKO KOLUVIJA
No. No. Ella es serbia también. Aquí ese nombre nos es
igualmente común.
APOSTOLOS PAPADOPOULOS
(Familiar pero tajante,
soltándola el codo) Basta de preguntas, Iona. No incomodes a nuestro
anfitrión.
BRANKO KOLUVIJA
No se preocupe, amigo, ¿puedo llamarle amigo? A mí me gustan
las conversaciones. La guerra ha alejado a los forasteros de este lugar y no
hay mucho de lo que hablar. El casino está tan vacío estos días…
APOSTOLOS PAPADOPOULOS
¿Va usted al casino?
BRANKO KOLUVIJA
Claro, cuando me acerco a la ciudad y salgo de estos
pueblos. Y al Ateneo. Me gusta relacionarme con buena gente. Con gente que
entiende las cosas.
IONA PAPADOPOULOS
Ya nos dijo el señor Zurovac que usted es una rara avis,
que podría vivir en una mansión.
BRANKO KOLUVIJA
Tanto como en una mansión… (sonriendo).
Digamos que no me gusta vestir con batines por mi casa. Quiero ser un hombre
del campo, del pueblo.
APOSTOLOS PAPADOPOULOS
¿Y no tiene miedo del frente?
BRANKO KOLUVIJA
No. Los serbios sabemos defendernos. Hasta ahora sin ustedes
les hemos hecho retroceder.
APOSTOLOS PAPADOPOULOS
(Gallardo, herido en su amor
patrio) Los griegos estamos taponando a los turcos y a los búlgaros para
que no les hagan una pinza a ustedes en su retaguardia.
IONA PAPADOPOULOS
Oh, no empieces Apostolos…
BRANKO KOLUVIJA
(Afable) No importa.
Ustedes son jóvenes, son impulsivos por naturaleza. ¿Qué les parece si saco un
poco de vino que guardo?
IONA PAPADOPOULOS
Estaremos encantados de compartir esa copa.
(Apostolos asiente)
BRANKO KOLUVIJA
Pues siéntense por favor y continuaremos esta charla más
amigablemente. Me gustaría saber tantas cosas de la guerra.
(Los hermanos se sientan y
Branko vuelve a salir por la puerta que da a la leñera).
ESCENA SEXTA
(Los hermanos hablan entre sí
sentados a la mesa)
IONA PAPADOPOULOS
Deberías ser más amable.
APOSTOLOS PAPADOPOULOS
Y tú. No has parado de molestarle con tus preguntas.
IONA PAPADOPOULOS
Yo quería ser amable interesándome por su madre. Tendremos
que conocerla cuando despierte. Piensa que ella no sabe que hemos venido.
APOSTOLOS PAPADOPOULOS
Pues no me digas cómo debo comportarme. Siempre igual. Te
recuerdo que sólo me sacas un año, pero yo soy el hombre.
IONA PAPADOPOULOS
“Pero yo soy el hombre”. ¿Y dónde está la pelusa de tu
bigotito? (riendo)
APOSTOLOS PAPADOPOULOS
(Molesto) En Italia ya
te haré aprender. Papá te dejó a mi cargo
IONA PAPADOPOULOS
En Italia me defenderá un napolitano que me tomará por la
cintura como un corsario.
APOSTOLOS PAPADOPOULOS
Ten respeto a la familia. En este viaje yo soy tu padre.
IONA PAPADOPOULOS
“En este viaje yo soy tu padre”. ¡Y yo tu madre! (Riendo)
APOSTOLOS PAPADOPOULOS
Calla. Vas a despertar a la señora.
(Melanija se vuelve a remover
haciendo un ruidito como acurrucándose en la manta, aunque en realidad nunca ha
estado dormida. Los dos hermanos vuelven a esperar mirando distraídamente la
habitación, cada uno a un lado. Por una de las ventanas se ve la silueta de
alguien que lleva desde la escena anterior mirando y escuchando escondido a
través del cristal.)
IONA PAPADOPOULOS
¡Apostolos, afuera hay alguien!
APOSTOLOS PAPADOPOULOS
No digas tonterías.
IONA PAPADOPOULOS
Yo he visto a alguien.
APOSTOLOS PAPADOPOULOS
Será el señor Zurovac, que habrá regresado por algo.
IONA PAPADOPOULOS
¿Le abrimos?
(Apostolos se levanta y se
dirige a la puerta cuando regresa con una botella de vino y un vaso más Branko
Kulovija)
ESCENA SÉPTIMA
(Apostolos ha detenido su
acción mientras Branko deja la botella y los vasos en la mesa)
APOSTOLOS PAPADOPOULOS
Mi hermana vio a alguien afuera. Creemos que es el señor
Zurovac, iba a abrirle.
BRANKO KOLUVIJA
¿Llamó?
APOSTOLOS PAPADOPOULOS
No.
BRANKO KOLUVIJA
Pues no abras.
(Abre la botella de vino con
un sacacorchos ante la mirada de Iona, él se fija en la mirada de ella).
BRANKO KOLUVIJA
Nunca se sabe quién puede ser realmente. Esta casa está
apartada.
IONA PAPADOPOULOS
Pero, ¿y si es el señor Danilo Zurovac?
BRANKO KOLUVIJA
(Dejando la botella abierta
sobre la mesa.) Está bien, miraré yo. Quédense aquí, por favor.
(Apostolos le abre la puerta
y Branko Kulovija sale. Melanija se revuelve en el catre y se da la vuelta
dando ahora la cara hacia ellos)
IONA PAPADOPOULOS
Cierra la puerta, Apostolos. La señora puede coger frío. Es
muy mayor.
(Apostolos cierra la puerta,
los dos hermanos se acercan a la ventana a mirar).
ESCENA OCTAVA
(Entra Branko Koluvija
acompañado de Evander Sifakis, un griego gordo peinado a raya y con un gabán
con un cuello de pelo animal).
BRANKO KOLUVIJA
Este es el señor Evander Sifakis. Griego como vosotros.
APOSTOLOS PAPADOPOULOS
No, como nosotros no.
BRANKO KOLUVIJA
Os ha estado siguiendo muchos kilómetros hasta aquí.
IONA PAPADOPOULOS
Nos lo podemos imaginar.
BRANKO KOLUVIJA
Ahora os tenéis que ir con él.
APOSTOLOS PAPADOPOULOS
(A Branko Koluvija)
¡Usted es un miserable!
IONA PAPADOPOULOS
Por favor, no (se tira a los
pies de Branko Koluvija).
EVANDER SIFAKIS
(Sacando un revolver de uno
de sus bolsillos) No monten escenas.
IONA PAPADOPOULOS
Este es el final (llora).
(Apóstoles salta sobre
Evander y le golpea la cara. Evander pierde el control de su arma en un
forcejeo, pero Apostolos es lanzado al suelo con un golpe de sartén muy
contundente que le da Branko Koluvija. Iona se abalanza a abrazar a su hermano
para protegerlo).
EVANDER SIFAKIS
(Apuntando con la pistola) Levantaos
y andando.
(Los dos jóvenes lloran
abrazados en el suelo. Branko Koluvija los levanta con violencia del suelo y
los arroja hacia la puerta).
EVANDER SIFAKIS
(Haciendo un gesto con la
pistola). Vamos.
(Los dos hermanos salen al
exterior mirando hacia la casa y seguidos de Evander, quien se vuelve antes de
salir del todo)
EVANDER SIFAKIS
(A Branko Koluvija)
Trae la pala.
(Los hermanos Papadopoulos
salen encañonados por los hermanos, Apostolos se ha repuesto y está altivo,
ella sigue llorando abrazadísima a él)
APOSTOLOS PAPADOPOULOS
(gritando desde fuera)
¡Es usted un traidor y un miserable! ¡Le fusilarán, Koluvija!
(Branko Koluvija cierra la
puerta, desde fuera aún se oyen los sollozos de Iona y las protestas de
Apostolos, que comienza a tatarear una canción griega. Branko Koluvija mira por
la ventana. Se agazapa cuando los gritos de la hermana ahogan el cántico del
joven. Se oyen dos disparos. Luego una pausa y otros dos disparos.)
BRANKO KOLUVIJA
En las nucas.
(Se va hacia la leñera y
desaparece por esa puerta.)
ESCENA NOVENA
(Es de noche. Vuelve a nevar.
Branko Koluvija entra por la puerta que daba a la calle. Lleva la pala con
restos de tierra y nieve. Su ropa también está nevada. Deja un fajo de billetes
sobre la mesa y se mete en la leñera para dejar la pala se queda sola Melanija.
Se levanta y enciende una lamparita de mano antigua).
MELANIJA KOLUVIJA
(Apagada) Como con su
hermano.
(Se baja el telón. Fin de la
obra).
Por Daniel L.-Serrano “Canichu”. Alcalá de Henares, 16 de julio de 2014. Publicado en Noticias de un Espía en el Bar, con motivo del 100 aniversario del comienzo de la Primera Guerra Mundial (1914-1918).
No hay comentarios:
Publicar un comentario