viernes, agosto 09, 2013

NOTICIA 1232ª DESDE EL BAR: LA GATERA, 30 AÑOS ENTRE GATOS


Este sábado 10 de agosto en Alcalá de Henares todo rockero de corazón tiene una cita inexcusable con el bar La Gatera (calle del Empecinado, nº 18), o al menos eso es lo que le diría yo a todos ellos. La Gatera es un local emblemático en la ciudad en cuanto a su cultura musical y la prueba es que cumple 30 años de existencia. Con ese mismo carácter de bar de rock veterano este año sólo ha sobrevivido junto a él La Panadería (Calle Mayor), que hace relativamente poco cumplió 25 años. Los otros veteranos del rock de la ciudad que siguen abiertos (La Ruina, La Vaca Flaca, el Tic-Tac o el Flamingo) son bastante más jóvenes, aunque tengan ya acumulados bastantes años de vida. De hecho, hasta hace unos años, a La Gatera y La Panadería les acompañaba El Rincón, en la calle Tercía, que era un bar situado en un local que lleva quinientos años sirviendo bebidas y con mucha historia acumulada en sus paredes, hoy tristemente transformadas en un local llamado Pepe Pasión que no le hace justicia a su largo pasado, pese a que continúe su Historia como establecimiento donde se sirvan bebidas. Afortunadamente los gerentes de El Rincón de los años 1970 y 1980 regentan hoy día El Perro Verde en la calle San Felipe Neri. pero centrémonos, La Gatera cumple 30 años al cargo de ese motero por todos conocido llamado Rubén. Su moto es marca característica de él y del bar, todo el mundo la ha visto y admirado. Ella en sí misma es la metáfora perfecta de la descripción de libertad rockera del bar.

La primera vez que yo mencioné La Gatera en esta bitácora fue en 2006, en la Noticia 149ª, aunque no para hablar exactamente de ella, sino de unas circunstancias que me ocurrieron en ella. Yo comencé a salir de bares de rock el año que se murió Kurt Cobain, en 1994. En los bares supimos de su muerte, y más tarde también supimos en los mismos sitios de las muertes de otros músicos, como Michael Jackson o Amy Winehouse. En aquellos años 1990 la barriada donde se encuentra La Gatera estaba llena de bares de todo tipo de músicas, se había ganado por ello el nombre de La Zona y multitud de jóvenes iban y venían por ella dándole otro aspecto cultural alternativo a la cultura oficial centrada en Miguel de Cervantes. Es verdad que La Zona ya estaba de hecho muy activa desde los años 1980, no obstante La Gatera había abierto sus puertas en 1983. Yo ya había pisado el bar desde esos años 1990, aunque, bien es cierto, las mentalidades han cambiado mucho estos años, ya que, aunque parezca mentira, el desconocimiento de muchos vecinos y los tópicos del cine hacían desconfiar del lugar a muchos vecinos, que le daban una fama inmerecida de bar peligroso. Nada más falso. Es de los pocos bares que conozco de todos los bares de Alcalá de Henares donde jamás he visto, al menos yo, ni una pelea ni un conflicto. Y de estos se cuentan con los dedos de una mano. He ido a La Gatera desde aquel 1994, aunque no de modo muy regular, unas épocas más, otras menos... A mí siempre me gustó su ambiente, y si no he hablado casi de ella en esta bitácora es por el mero hecho de que allí me siento tan a gusto que me lo reservaba en secreto para poder perderme, para ir sabiendo que allí nadie iría a buscarme porque no solía mencionarla. Esa falta de mención es por ello. Pero hoy es de justicia saltarme esa norma personal, desvelar este rincón recurrido por mí de vez en cuando y hablar de un mérito poco usual: un bar de rock con treinta años de existencia.


La Gatera fue una antigua casa normal y corriente de algún vecino de Alcalá de Henares que podría datar fácilmente su construcción de comienzos del siglo XX o del siglo XIX. Su ubicación se encuentra frente al parque del Huerto de los Leones, siempre se llamará así popularmente puesto que siempre se llamó así hasta que el actual alcalde decidió este año llamarle el absurdo nombre, y falto de historia, arraigo y tradición, Jardín de las Palabras. El parque, horriblemente reconstruido con adoquines por la misma arquitecta que hace pocos años lo había hecho una primera vez más familiar, se llamaba de Los Leones por dos leones de piedra en su puerta, perdidos hoy día. Era el huerto de la catedral y allí, en el siglo XVI, celebró su banquete de bodas la Princesa de Éboli. Las calles de La Gatera ya he dicho que estaban llenos de bares, cosa muy propia de la ciudad, pues tabernas, bares, restaurantes, mesones y demás eran uno de los principales negocios de la ciudad, y lo siguen siendo. Es rastreable tanto en las matrículas industriales conservadas en el Archivo General de la Administración, como en expedientes notariales y jurídicos del corregimiento de Alcalá de Henares (a mí me consta visualmente uno muy concreto del siglo XVIII que yo mismo archivé y describí en el pasado). Cuando La Gatera llegó en 1983 el ambiente alternativo, rockero y en un primer momento previo a La Movida y luego sumergido en la misma estaba ambientado por el citado y desaparecido El Rincón desde los años 1970 (duraría hasta la primera mitad de los años 2000 como tal). Pero La Gatera ofrecía algo más que el ambiente bohemio de El Rincón, La Gatera ofrecía un ambiente netamente de rock, de rock del duro, del que se hacía por entonces. Incluso algún concierto se llegó a celebrar, por ejemplo creo recordar que hace mucho se hizo uno de los WidowMakers. Había (hay) rock de unos Leño, Asfalto, Deep Purple, The Rolling Stones, Wolfmother, Santana, y demás. No recuerdo yo en los años 1990 que se desviasen con el grunge de Pearl Jam o Nirvana, eso quedaba más para El Minipimer, posterior La Luna, hoy desaparecidos y sus locales cerrados perpetuamente, esos grupos sonaron en La Gatera, que yo recuerde, insisto, posteriormente a su momento de esplendor. La cuestión es que esta anécdota os la hago ver para que, teniendo en cuenta que los rockeros puros discrepaban del grunge en ese momento de la mitad de los años 1990, es un bar fiel a sus principios, y a la vez ha sabido reconocer el rock duro cuando lo ha habido y no lo ha rechazado, por ello que posteriormente sí se ha puesto esa música. Hoy día allí se puede escuchar música rock, sí, pero también soul y blues, siempre fieles a lo puro, a las raíces, incluso cuando eligen temas nuevos. La Gatera, cuyos hermanos de viaje en cuanto a estilo de bar pueden ser el desaparecido Blues Bar y el actual La Chata, siempre es un espacio donde al ir tienes ese ambiente único que se respira entre dardos, revistas satíricas, la moto sempiterna, el rock-blues-soul que no perdió su Norte y la cerveza. No puedo concebir La Gatera sin cerveza y, por mucho tiempo, con ese ambiente de tabaco tan retratado en numerosas películas en estos garitos y que era existente de verdad, hasta que llegó la ley antitabaco.

30 años dando a la ciudad y a nosotros su aportación rockera a la cultura de la ciudad no es cualquier cosa. Todo rockero le debemos este sábado una visita, aunque ellos haciendo uso de su derecho de admisión han puesto un "pero" y un "no" en su cartel de anuncio del evento: "prohibida la entrada a personas aburridas, políticos corruptos y arzobispos de la zona". Gatos de la noche, a gatear. Saludos y que la cerveza os acompañe... y a ver si La gatera dura tanto como el Panacea, que esta semana cumplió 46 años.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buen post. Te felicito. Me gusta mucho que siempre me descubres alguna curiosidad histórica que desconocía de Alcalá :). No tenía ni idea de la celebración del banquete de la princesa de Éboli.
La verdad que las veces que he estado en Alcalá nunca he ido a La Gatera, pero habrá que ir ¡¡¡.

Canichu, el espía del bar dijo...

Pues muchas gracias. Hay otro bar bastante antiguo en esa calle llamado Empecinado. Un saludo.

Canichu, el espía del bar dijo...

Me comentaron que en los años 1980 La Gatera ponía mucho punk del estilo La Polla Record o Eskorbuto.

Cavecanem dijo...

Hombre... en los 80´s era un bar claramente punk, de hecho era el único bar claramente punk de Alcala, sobre todo por que el personal, abastecia de cassettes a la Gata (la guapa de la barra).

Desde Dead Kennedys a The Class, de Espasmodicos a Zer-Bizio, la fauna Punkalaina se encontraba en el garito...Cuanta gente; El Valentin y su novia Luna, el Rafa de Meko, Keka de Azuqueca, los Carboneles con su grupo Wc Club, Los del barrio San Isidro... Eones hace de esto.

Canichu, el espía del bar dijo...

Pues muchas gracias por compartir y completar. Un buen saludo.

Anónimo dijo...

En este momento leyendo tu post desde el Panacea... ¡Y que cuuuuuuumpla muuuuuchooos máaas! Manantial del que emana la humanidad. Todo el que quiera, que se acerque a tomar un poco. ¡Salud!

La gata más pequeña dijo...

Hola! Tan sólo he de hacer una pequeña aclaración; el dueño del bar, en este caso dueña, no es Rubén, sino Nita, su mujer. Sin quitarle ningún mérito a Ru ni a su moto, por supuesto. Gracias por este artículo!