jueves, agosto 26, 2010

NOTICIA 819ª DESDE EL BAR: BLANCO (GRIS) NEGRO

Si yo dijese mesa rápidamente en tu mente se formaría en milésimas de segundo la asociación a un mueble determinado en forma y funciones. Quizá en principio tendrías una fugaz idea de madera, que enseguida se ampliaría a otros materiales, del mismo modo que las formas y tamaños también se ampliarían. Si dijese amigo, amiga, persona o compañero de trabajo, harías la misma asociación incluyendo a tus ideas además que existe una persona, un humano, y todas las cuestiones éticas, morales y culturales al respecto de esa persona y su categoría respecto a la información que te he dado acerca de la referencia "amigo", "amiga", "compañero de trabajo", "desconocido", "inocente", "criminal", "panadera" o cualquier otro tipo de referencia. Si por contra yo dijese un nombre propio como por ejemplo el mío de Daniel, pero no conocieses a la persona Daniel a la que me refiero, la asociación sería más puntual. Sabrías que se trata de un hombre o un niño (en caso de estar en un lugar donde su cultura no valga para ambos sexos, aunque una Daniel mujer pudiera perfectamente estar en uno de esos lugares). Aún más, al haberle puesto un nombre propio pondrías mayor interés a lo que digo sobre Daniel, porque tendrías entonces otra referencia adicional: que esa persona la conozco yo que te la menciono, por lo que no es una persona anónima y sin importancia, y dependiendo de la relación que tengas conmigo o bien del asunto del que hablemos por el cual he mencionado a Daniel pondrás más o menos importancia a cada cosa que te diga respecto a ese nombre. Si usara un apodo, un diminutivo, una broma o un epiteto con ese nombre entraríamos en una entrega de más información que crearía una idea en tu cabeza acerca de mi relación respecto a Daniel. El nombre Daniel habría reducido muchas posibilidades de personas a un varón conocido dentro de los Danieles que, por la mera procedencia filológica del nombre, pertenece a una determinada cultura. Pero si además conociera el apellido ya sólo nos referiríamos a un sólo individuo Daniel. Su nombre y apellidos podría coincidir con otra persona, pero normalmente no coinciden las personas de mismo nombre y apellidos en que uno mismo conozca a ambos.

Pero si perdiésemos los nombres y los apellidos, y los motes, y cualquier término que implique comprender que se habla de un humano, de alguien que piensa, siente, padece, disfruta, tiene familia, amigos, tal vez pareja, que nace, que muere, aprende, se avergüenza u osa, que reflexiona o bien es inconsciente, y todas esas cosas que nos hacen personas, y que como individuos con su propio comportamiento y su vida interior y sus decisiones y actos van construyendo su vida y la de las demás personas, y su sociedad y los acontecimientos que crean historias, y éstas a la Historia, entonces usaríamos términos como por ejemplo "España (nombre de un Estado, de un territorio) ha decidido" o bien "el coche (un vehículo) se salió de la carretera" o "la prensa (papel escrito con noticias) dice". Aunque en multitud de ocasiones esto es útil, ayuda a simplificar, su uso abusivo puede crear una reducción del pensamiento a blanco y negro eliminando ricas gamas de toda clase de colores.

Llegados a ese punto nos habríamos olvidado de que la sociedad está compuesta por individuos, con nombre "persona", que se apoya en otro nombre como pueda ser hombre-mujer, que se apoya en otro nombre que pudiera ser por ejemplo el del lugar donde nació, y otro apoyo en otro nombre que pudiera ser el de su oficio y luego el de que esta persona sea un familiar, una amistad o un conocido, y definitivamente, tras muchas posibilidades de nombre, llegar al nombre con apellidos que denomina al individuo en sí. Al individuo con sus historias y vida propia que es la que crea multitud de colores con sus vivencias e ideas propias, aquello que le lleva a tomar decisiones que nos hacen decir esas cosas que en la suma de otras decisiones de individuos nos hacen decir cosas como "Alcalá de Henares está de fiestas". El peligro es abusar de esa otorgación de un comportamiento humano a una denominación de un lugar donde viven humanos, pero que es un lugar, no un humano en sí. Sería como haber puesto el término "está de fiesta" en la casilla del color blanco, por ejemplo, siendo "no estar de fiesta" el negro, el abuso y exceso de confianza en esto nos haría olvidar la gama de colores que son los individuos, así ignoraríamos al mendigo de Alcalá de Henares, al que se muere en el hospital o al que asiste a un funeral, al que vive en la ciudad, pero actúa al margen de las fiestas, o al que sólo se dedica a trabajar, los cuales conviven con aquellos que están de fiestas porque viven la fiesta, aunque dentro de estos unos sólo utilicen de las atracciones de las ferias porque tiene niños pequeños, otros vayan de peñas a beber, otros más sean descerebrados que usen de las fiestas para ejercer la violencia, mientras otros las usan para ejercer el reencuentro con amigos y familiares. Hay una gama tremenda de colores entre el blanco y el negro.

El reduccionismo al blanco "Alcalá de Henares está de fiestas" es útil, mientras no nos impida ser reflexivos y críticos, mientras no nos ciegue, pues aunque la afirmación de que una ciudad está en fiestas no parece peligrosa si nos lleva a un pensamiento simple, al llevar el reduccionismo de forma abusiva a otros campos, como la política o la religión o el comportamiento social de una población o un sector de esta o de una nación, o incluso en el mundo de los conflictos laborales y la reforma laboral, se pueden crear peligrosas situaciones que a medio o largo plazo pueden ser altamente nocivos.

Sólo los individuos crean los acontecimientos, cotidianos o magnos. Cada uno de nosotros es diferente en todos los sentidos. No hay que perderlo de vista nunca. Sólo así podremos tener una mente abierta, y auténticamente democrática, siendo activamente reflexivos, críticos. Todo el mundo puede, debe serlo, cada uno desde sus conocimientos, vivencias y posibilidades. De otro modo seremos manipulados, y eso, en buena parte, es tanto como robarte parte de tu humanidad, de tu vida, de tu forma de vivir tus vivencias.
Saludos y que la cerveza os acompañe

1 comentario:

Canichu, el espía del bar dijo...

Está feo autocomentarse si no es para poner un Post Data que aporte algo que has olvidado, pero quiero incluir este otro pequeño texto que escribí en el comentario a una amistad en otro lugar de la red: "la vida cotidiana de uno mismo es la aportación que hace cada uno al lugar donde está. Tener hijos o no tenerlos, trabajar o no hacerlo, votar o no votar y a quien, dedicarme a la fiesta o al trabajo exclusivamente, construye día a día ese lugar donde cada uno vivimos."