domingo, noviembre 11, 2012

NOTICIA 1155ª DESDE EL BAR: ¿CÓMO VES EL CINE?

Es curioso no poder hacer demasiadas cosas por falta de un dinero que uno ha trabajado pero que no le pagan. He estado arreglando viejos muebles y objetos familiares. Tampoco los amigos más antiguos es que hayan querido hacer acto de presencia. Así que uno trata de entretenerse como puede, y entre lo que uno puede está ir a ser jurado del público de Alcine 42. Y como este año ha coincidido que estoy en ese trabajo de becario en el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales, ¿por qué no intentar explicar algo del cine que he estado viendo con viejas películas el otro día en la sala de proyección para trabajar de la Filmoteca Española? Vamos a ello, aviso eso sí de que las imágenes no están a escala. Son de una única fotografía que me hizo Ana cuando vino desde Cataluña el pasado mes para, entre otras cosas, visitarme y dejarse llevar por una ruta de explicaciones históricas por Alcalá de Henares. Creo que es una muy buena fotrografía.

El Séptimo Arte es el cine. Está cercano al Teatro, que desde luego es su origen cuando se mezcló con el Octavo Arte (la fotografía). Y en su evolución lo artístico se ha visto en la necesidad de usar o adaptarse a las nuevas tecnologías o bien intentar sobrevivir en el mercado. Como consecuencia, hoy día hay obras de arte que no vemos por cuestiones tecnológicas de conservación, o bien que no vemos tal cómo fueron concebidas. Hasta el punto que no sólo se nos distorsiona y muestra una parte parcial de lo que originalmente concibió su creador, sino que además nos transmite en emociones e ideas cosas muy diferentes a la idea original. En el caso que voy a usar de ejemplo servirá el cómo me vio y concibió en imagen Ana en aquel comienzo de Octubre.

El cine tuvo sus antecedentes en determinados juegos visuales del siglo XVIII, y desde luego en el siglo XIX no tuvo un sólo inicio unidireccional como hemos creído durante muchas décadas. Sin embargo es cierto que el cine tecnológicamente del que deriva todo lo que a lo largo de siglo XX y este siglo XXI hemos disfrutado nació en 1895, en París, de la mano de los hermanos Lumière. Es famoso que la primera película que se proyectó en público fue la llegada de un tren a una estación de tren. Sin adentrarnos más en estas cosas, hay que decir que las primeras películas era en estricto blanco y negro y normalmente de un sólo plano fijo. Ese cine evolucionó en cuanto a planos móviles, varios planos, intorducción de varias escenas, escenografía, interpretación, efectos especiales, etcétera. Pero a lo que vamos, a la imagen en sí. Los primeros fotogramas de los negativos medían 1:1'33. Daban por resultado una imagen más o menos cuadrada y requería de planos cercanos de la imagen, como se puede ver en este ejemplo. A veces la pantalla era una simple sábana blanca estirada. Había sonido y guiones de sonido, pero no estaban en el metraje, sino que era a base de música compuesta para la película o aprovechada para ella. Algunos cines tenían orquestas, otras proyecciones contaban con hombres orquesta, otros intentaban sincronizar discos de música, en aquellas épocas de pizarra. Otros cines lo que tenían eran narradores de lo que estaba ocurriendo, o bien que leían los carteles de diálogo de las proyecciones, a veces también hacían sonidos con diferentes objetos para darle sonido a la imagen. Todo ello daba como resultado problemas graves como que los narradores a veces se inventaban diferentes historias para unas mismas imágenes, o bien que el sonido no iba sincronizado con la imagen.


Por lo contado, la gran ambición de los directores era poder lograr que el sonido estuviera unido a la imagen de manera inseparable, porque así evitaban que la historia que él quería narrar fuera otra muy diferente a gusto del narrador de turno, o bien se estropeara porque no hubiera sincronización entre imagen y sonido. Hubo varios experimentos para lograrlo, uno de ellos muy fructífero en España, pero el modo más efectivo y generalizado lo lograron los estadounidenses en 1927. Nacía así el cine sonoro con una pelicula musical llamada "El Cantante de Jazz", dirigida por Allan Crosland. El fotograma creció y medía ahora 1:1'37, pero la imagen se seguía manteniendo en 1:1'33. El resto del ancho de la cinta era para introducir el sonido de manera óptica, esto es: una banda de imagen que crece y decrece de manera que un aparato puede leerla como sonido. De esa forma el sonido quedaba totalmente ligada a la película. Con el paso de los años hubo otros experimentos sonoros, se ha podido ver películas con sonido magnético, con sonido Dolby (que es digital y está entre las perforaciones de la cinta de cine), sonido SDDS (en los extremos de la película para dar matices y efectos sonoros), sonido DTS (que eran puntos en la película que ayudaban a sincronizar el sonido registrado en un disco compacto digital), etcétera. Hay metrajes que tienen todas las bandas de sonido posibles, algunas las tienen dobles para registrar el metraje en su lenguaje original y a la vez en otros para no tener que hacer diferentes copias para diferentes países. Pero todo esto es muy avanzado y cercano a nuestras épocas. En principio, en ese 1927 y siguientes el sonido fue óptico, que por otra parte es el que, aunque parezca mentira, es el que mejor se conserva con el paso del tiempo, aunque el Dolby sea el que tiene más matices y es más claro. La introducción del sonoro implicó nuevos lenguajes cinematograficos en cuanto a la presentación de secuencias, imágenes y tramas. En pocos años hasta gente de la década de 1930 se burlarían del cine mudo y sus formas de mostrar argumentos... Sin embargo la imagen, en principio, seguía siendo casi cuadrángular, por así decirlo. El cine de sonido óptico se lograba con emulsiones de plata en el revelado. Este proceso provocaba cierta contaminación y peligro. La productora Walt Disney encontró la solución en su obtención por CIAN.


El cine siguió investigando técnicamente sobre sí mismo. Y desde muy pronto buscó intentar ser lo más fiel posible a la realidad. Al igual que la fotografía en el siglo XIX, algunos fotogramas llegaron a ser pintados para intentar dar color. Pero esto, aparte de rudimentario, sólo se podía hacer con muy pocos elementos de cada fotograma, a menudo de modo impreciso. No abundaban este tipo de trabajos. Recientemente se ha descubierto unas cintas que nunca llegaron aser públicas las cuales eran cine en color desde la década de 1900. Su inventor murió joven sin darle tiempo a explotarlo, así que de modo más generalizado aún es más conocido que desde 1917 ya había metrajes en color, muchos dichos circunscritos a los ámbitos militares de la I Guerra Mundial. Era el Technicolor, que apenas contaba en su gama con dos o tres colores insertos en la misma cinta del metraje y que salían con su emulsión en el revelado. Estaba en un estado muy primigenio, y no sería hasta 1934 que no hubo películas de color con cierta calidad de imagen y tecnicamente generalizable y fácil de obtener. La primera fue "El Gato y el Violín", de William K. Howard. Más tarde vendrían otras técnicas para lograr el color, como es el Eastmancolor, que se generalizó su uso en la década de 1950. Y tras esa técnica vendrían otras más hasta llegar a las películas digitales de hoy día. Es también de destacar que igualmente los efectos especiales fueron evolucionando de unos primeros efectos especiales trabajados manipulando los fotogramas a otros con trucos logrados artesanalmente en la interpretación, y poco a poco hasta los efectos por ordenador que vemos en pantalla hoy día. A todo esto, la imagen del cine en sí sufrió un grave problema: la televisión. La televisión era un medio de comunicación al que se quería llegar científicamente desde finales del siglo XIX y que en la década de 1910 ya tenía algunos avances. El invento más definitivo como televisión vino en 1925;  de 1927 a 1930 ya había una emisión televisiva con programas diarios, tanto en Reino Unido, como en Estados Unidos, como en Alemania. Para 1937 y 1939 en Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Alemania el aparato de televisión comenzaba a generalizarse en muchas familias, por aquel entonces las más pudientes económicamente. De este modo ocurría que mucha gente, cuando hacía frío o llovía prefería no salir a la calle para ir a las salas de cine y se quedaban en su casa viendo la tele. Las productoras de cine pensaron en un modo de hacerle frente a la televisión y encontraron que ellos podían proyectar imágenes que la televisión era incapaz de mostrar enteras por sus dimensiones, pues esas nuevas imágenes iban a ser rectángulos y no cuadrados. De ese modo nació el cine Panorámico. En un principio sus fotogramas eran 1:1'65, qué rápidamente se cambió por 1:1'66, el cual era el formato más generalizado en Europa. La primera película que se mostró al mundo en Panorámico fue una película norteamericana de 1941, se trataba del clásico del Cine del Oeste "Murieron con las Botas Puestas", por Wallie Kline y Aeneas McKenzie.


El cine Panorámico en sí mismo sufrió otra revolución interna. Mientras los europeos se sentían cómodos con el 1:1'66, los norteamericanos fijaron el panorámico en 1:1'85, lo que era una garantía de alcanzar imágenes más espectaculares de grandes espacios, a la vez que se competía con el cine europeo tanto en espectáculo visual como en proyección. Obviamente todo esto requería máquinas de proyección diferentes a las que había en las salas. Este tipo de rodajes favoreció la aparición de numerosas películas del Oeste mostrando las extensas praderas, o de piratas, mostrando los extensos mares.






Claro que hubo numerosos experimentos para competir con la televisión aparte del Panorámico. Como puede ser cierto sistema por el cual los fotogramas no eran horizontales, sino verticales. El problema para proyectarlo no sólo era ya la falta de máquinas proyectoras adecuadas en las salas, también la falta de pantallas adecuadas a un formato vertical. Se usó incluso de técnicas experimentales ya usadas durante los tiempos del cine mudo, como el Cinerama, que implica el uso de tres cámaras para crear una imagen en tres fotogramas correlativos, los cuales necesitaban de tres proyectores y de tres pantallas para ver esas películas. Este experimento no sólo tenía los problemas técnicos evidentes en las salas de cine, sino que además tenían el problema de que a menudo se estropeaba una parte del metraje de la cinta uno, por ejmplo, pero no del resto de las tres cintas, por lo que con el tiempo la película era algo imposible de ver materialmente sin graves problemas. Aparte, era muy caro. Hubo muchos más experimentos de este tipo. Se generalizó la idea en todas las productoras de que todas debían tener su propia técnica de rodaje y metraje registrada para su uso, por lo que aparecieron decenas, quizá alguna centena, de diferentes modos de rodar los metrajes físicamente y de proyectarlos. A veces incluso de darles color. Se da el caso así de que hay numerosos metrajes que hoy día es imposible su proyección por falta de maquinaria adecuada, o que se han perdido irremediablemente. Es lo que le ha pasado a algunos metrajes de la productora española Suevia Films-Cesáreo Gómez. Pero también el caso de que hay un determinado modo ya no de panorámico, sino de color, que curiosamente resiste el paso de los años pero que nadie lo puede usar porque el productor que lo desarrolló lo tiene registrado y, a pesar de que ya no hace cine, se niega a dar la fórmula de sus emulsiones. De todos estos experimentos citaré por ejemplo que el director Alfred Hitchcock consideró que el mejor era Vistavisión, que supone 1:1'96. Decía que era la visión más completa para dar detalles al espectador y para despistarle a la vez. Era una visión muy a la larga, no se interesaba por lo que ocurría arriba o abajo de la imagen central. Muchas de sus películas fueron rodadas en Vistavisión.



Todas estas técnicas experimentales con el Panorámico para competir con la televisión y con las otras productoras de cine, dieron como hijo al Techniscope. Se creó en Italia en 1963. Hasta entonces cada fotograma ocupaba de alto cuatro perforaciones para el gancho de la máquina proyectora. Con el techniscope ocupaba dos perforaciones de alto. Además su medida era 1:2'35. Y sí, los italianos lo aprovecharon para hacer numerosas películas sobre el cine del Oeste Norteamericano, nacía con esta técnica la generalización del conocido como Spaguetti-Western, al cual le debemos gente como el director Sergio Leone y el actor Clint Eastwood. Son películas que en su mayoría se rodaron en España, por lo que algunos técnicos españoles contribuyeron a la concepción fotográfica del nuevo modo de metraje.  Numerosos paisajes de Almería o de los pueblos de Madrid pasaron así a fingir ser paisajes de Texas, California y otros lugares de América. El color del Techniscope era el Technicolor. Hay que pensar además que un segundo de película equivale a 24 fotogramas rodados, lo que puede equivaler a un plano. Además, 90 minutos de película puede ser fácilmente 20 kilos de peso, y que una película de dos horas pueden ser cinco latas de metraje, ya que cada película supone varios rollos de cinta que deben ser colocados en la máquina proyectora en su debido momento para que no se deteriore ni el material ni la calidad de la proyección. Los tamaños de las películas habían pasado de 17 mm. a 33 mm. y de 33 mm. a 70 mm. Aunque hoy día lo normal son los 33 mm. Con todas estas películas en Panorámico y en Techniscope se había logrado lo que se llama: Cine de Pantalla Completa.  Por otra parte, se me olvidaba comentar que desde los inicios del cine a la actualidad, las emulsiones de las películas al ser rodadas y reveladas se lograban en un inicio gracias al nitrato, sin embargo este era fácilmente inflamable, una mera subida de temperaturas en verano podía hacerle arder. Numerosas salas de cine y archivos de productoras se perdieron así. Desde 1895 hasta 1952 se estuvo usando este material porque era lo único que se conocía como efectivo. Además, su calidad de imagen aún es insuperable, incluso en conservación. Pero se investigó cómo sustituirlo, debido a su peligrosidad. En 1952 se empezaron a usar las películas de triacetato, su uso de ácidos acéticos permitia fijar las imágenes al mismo ritmo que permitía su rápida descomposición y pérdida en unos pocos años. Con la llegada del cine rodado en Poliester hace relativamente poco se logra un equilibrio entre la calidad y la seguridad. Eso es lo que hoy día se usa.


Todas estos experimentos panorámicos dieron a luz también la forma de metraje que hoy día más conocemos: el Cinemascope, que al igual que el Techniscope es 1:2'35, pero tiene una diferencia, que la imagen que vemos en una pantalla es una imagen desamorfizada. Nos permite ver detalles a lo largo de los lados de la imagen principal, pero también a lo alto. Se inventó diez años antes que el Techniscope, en 1953, y se nos mostró por primera vez con la película "La Túnica Sagrada", de Henry Koster. Efectivamente en este cine se rodaría una gran cantidad de cine sobre la antigua Roma, Egipto, Grecia, de cine Bíblico y cualquier otro que nos permitiera ver grandes imágenes al aire libre con grandes construcciones o bien con grandes cantidades de personas.


La cuestión es que el Cinemascope registra más imagen que el Techniscope porque sus cámaras registran en el negativo la imagen de forma anamorfizada, que es comprimiéndola. Realmente la foto que os presento está mal. La imagen real que  veríamos en el negativo sería así: las imágenes alargadas muy apretadas entre sí, pero el fotograma no sería rectangular en vertical, sino en horizontal y cogiendo cuatro perforaciones de la cinta. El proyector de un metraje en Cinemascope tendría unas lentes para desamorfizar los negativos y permitirnos ver una imagen normal y corriente. Todo esto requería igualmente pantallas enormes para su proyección, lo que hizo crecer las salas y experimentar con los sonidos, hasta llegar por ejemplo a los sonidos en Doble Surround. En cuanto a las imágenes también siguieron evolucionando, así se tiene ahora rodajes en digital, o bien metrajes capaces de abarcar aún más campo de imagen como puede ser el innovador cine IMAX, con el cual se ha rodado entera la recién estrenada este año 2012 "007: Operación Skyfall", de Sam Mendes. El IMAX necesitaría pantallas de 22 metros de ancho y 16 metros de alto. Para rizar el rizo en su competición con el cine no sólo se ha recurrido a la grandeza de las imágenes y la contundencia y precisión del sonido. También se ha estado buscando el mayor acercamiento a la realidad por medio de crear las imágenes que envuelvan al espectador de una manera que crea estar dentro de ellas. Al principio, desde 1890, se intentó alcanzar la grabación de imágenes en tres dimensiones (3-D) por cuestiones científicas. No sólo era captar imágenes en movimiento, sino intentar que pareciera por un truco visual que estas podían salir de la pantalla. En 1922 se había logrado un primer largometraje en 3-D, "El Poder del Amor", de Fairall, en Estados Unidos de América, pero desde 1929 se detuvo esta experimentación por problemas económicos. Cuando llegaron al poder los nazis en Alemania en 1933 invirtieron una gran cantidad de dinero en propaganda, mucha de ella a través del cine, y fueron ellos los que retomaron y desarrollaron el cine en 3-D. Al año siguiente los retomaron los norteamericanos con la productora Metro-Goldwyn-Mayer. Las 3-D se obtenían con gafas que contenían cristales de colores rojo y verde sobre una filmación que requería de dos proyectores en esos colores que proyectaban en una misma pantalla a la vez la misma película. El problema era evidente: desincronización si había problemas en la cinta o bien no era habil el proyectista. La persona veia la imagen en 3-D en blanco y negro, y con la llegada del cine en color y su generalización no cambió mucho este panorama. Con la llegada de los filtros fotográficos de Polaroid en 1947 su extensión se hizo posible en el cine a partir de la década de 1950 gracias a nuevas producciones en 3-D que permitían al espectador verlas en color, sólo que era un color en los tonos prodiminantes del rojo y el verde. Requería además más personal del normal para poder proyectarlo sin que las máquinas proyectoras dieran problemas, ya que se necesitaba de una doble proyección simultánea todavía. En los años 1960 se logró al fin una grabación de imágenes 3-D en una sola cinta de cine y no en dos, se llamó Space-Vision 3-D, logrado por Oboler. Y en los años 1980 el 3-D se mezcló con el sistema IMAX de imágenes con malos resultados. En 2003 todo esto dio fruto en un nuevo sistema de 3-D, el IMAX-3D con la película documental "Fantasmas del Abismo", de James Cameron.

La televisión por su parte, al igual que el cine, tuvo que enfrentarse al cine en video en cinta magnética, ya en sistemas BETA o en VHS, y posteriormente al cine en discos digitales con diferentes tecnologías. Hoy día otro competidor es el cine por Internet o el que se puede grabar en portadores de datos como puedan ser los pendrive. El cine siempre podía hacer alarde de su calidad y de lo grandioso de sus pantallas y sonidos frente a los sistemas magnéticos, e incluso frente a los discos digitales. Sin embargo la televisión vio su aliado en ellos cuando comenzó a fabricar nuevas televisiones desde finales de los años 1990 con pantallas planas, alargadas al estilo pantalla de cine, con sistemas de sonido similares a los del cine, abandonando el tuvo de imagen y adaptando imágenes digitales y por plasma más nítidas, incluyendo en ellos mismos lectores de CD y de pendrive, etcétera. Es a comienzos de siglo XXI que el cine vuelve a tener los mismos problemas que en la década de 1950. La gente prefiere quedarse en casa viendo películas que yendo a centros comerciales con salas de cine, y ya no sólo por frío y lluvia, sino precisamente por cuestiones como no ir al centro de la ciudad, sino precisamente a las afueras a un centro comercial, lo que encarece unas entradas de cine que hoy día son una invitación a no ir por su precio. Las productoras de cine contraatacan hoy día no tentando con la calidad de las historias de los metrajes, sino con la calidad de sus imágenes y sonidos, intentando refugiarse en las 3-D... Y sin embargo, la industria televisiva ya ha comenzado a producir televisores capaces de reproducir imágenes en 3-D.

Quizá en este campo hay que recordar precisamente lo que decía al comienzo sobre que los creadores de películas tratan de narrar algunas cosas muy concretas y unas emociones que, en los televisores, a veces se pierde porque algunas no son capaces de adaptarse a la imagen tal cual la rodó su realizador. Ese problema televisivo también lo tuvieron algunas películas en algunas salas de cine no adaptadas a los nuevos foramtos que iban saliendo. El cine en las primeras televisiones, esas que nos han acompañado a la mayoría hasta comienzos del siglo XXI, y a muchos siguen acompañándoles, tenían una pantalla capaza de mostrar sin problema casi las películas del primer formato del cine, 1:1'33, pero los siguientes formatos sólo estaban visibles si estaban mutilados, incluso poniendo bandas negras arriba y abajo de la pantalla televisiva en las películas de Cinemascope, Techniscope, etc. Los problemas que tuvieron esas películas en los televisores los tuvieron también en su día en los cines, ya que muchas salas de municipios pequeños o de ciudades que no estaban en las últimas novedades tecnológicas, eran incapaces de adaptarse (por motivos económicos) en proyectores y pantallas para poder mostrar los nuevos metrajes. Hay que considerar que los anchos de las cintas también variaron, y que no todos los proyectores tenían las medidas idóneas. Ese es un problema que incluso hoy día surge en algunas salas (y no hablamos de pocas y anecdóticas, sobre todo en festivales y muestras), pese a que se haya comenzado a distribuir metrajes en sistemas digitales. 

A continuación os dejo las imágenes anteriores con zonas tachadas, que sería lo que no se hubiera visto en una televisión o en una sala de cine que no estuviera adaptada. Y os recomendaría que recapacitéis sobre qué emociones os sugiere cada imagen mostrada a lo largo de esta entrada, o qué historia. Sólo así podréis comprender que el cine tiene una importancia grande centrada en su imagen tal como la concibió su creador en el formato que él manejó, y que pretender ver determinados metrajes en determinados formatos, pese a que sirva que puedas ver la historia que cuenta, no sirve para ver lo que realmente el director te contó. Hoy día hay muchas películas mutiladas y que necesitan de una restauración seria en su paso de cinta de película a digital, ya que, efectivamente, cuando parte de los metrajes fueron pasados a magnético fueron mutilados, y que cuando fueron pasados a digital se usó del magnético y no de la cinta de metraje, por lo que de la realidad de lo que fue a lo que nos ha llegado en bastantes casos es algo muy diferente. saludos y que la cerveza os acompañe.






































P.D.: Todas las imágenes son ampliables si se pulsa sobre ellas, como siempre.

2 comentarios:

Liliana Sáez dijo...

Muy didáctico y disfrutable este artículo.
Saludos

Canichu, el espía del bar dijo...

Muchas gracias, Liliana.