martes, septiembre 18, 2012

NOTICIA 1132ª DESDE EL BAR: EL SIGLO XX SE VA YENDO, AHORA EN LA FIGURA DE CARRILLO

"Tan pronto muera Franco, los estudiantes y los obreros desencadenarán profundos y vastos movimientos de reivindicación social, Entonces, aunque Juan Carlos, presa del pánico, llame al Conde de Barcelona para enderezar la situación, será demasiado tarde. Y vendrá la República". 

(Santiago Carrillo, en la revista erótica "Lui", 1974).

Desde 1915 a 2012 Santiago Carrillo hizo su vida, y con ella la Historia de España en buena parte del siglo XX. Tenía la cabeza bastante lúcida pese a sus 97 años, que son con los que murió hoy hace unas horas, y trabajó hasta el último momento siempre animando a los más jóvenes a revitalizar la izquierda política y a renovarla. Era un hombre de sombras y de luces, y ha muerto dejando muchas sombras, al menos que haya dejado algún escrito póstumo que en meses o un par de años nos den respuestas a historiadores y ciudadanos en general. Transcribo aquí entrecomillado lo que mi buen amigo, compañero de carrera universitaria y otras cuestiones,  el reconocido historiador Julián Vadillo, ha dejado a modo de reflexión en una red social donde compartimos espacios:

"Ha muerto Santiago Carrillo. Le conocí en persona, haciéndole una entrevista para mi libro sobre la explosión del polvorín en Alcalá de Henares. Y puedo afirmar que era un personaje. Alguien importante en la historia del siglo XX. Fue una entrevista muy agradable. Pero se ha muerto y ha dejado muchos interrogantes:
1. Qué pasó realmente en Paracuellos del Jarama, cuando era delegado de Orden Público de la Junta de Defensa de Madrid.
 2. Por qué dejó abandonados a los maquis y frenó la invasión del Valle de Arán.
 3. La razón por la que convierte en malditos a camaradas suyos como Heriberto Quiñones, Gabriel León Trilla o Jesús Monzón. Entonces Carrillo era el responsable del PCE en el interior.
4. La desaparición de Andréu Nin y la persecución al POUM, así como algunos crímenes contra militantes anarquistas en la Guerra Civil (Berneri, Barbieri, etc.) La labor de los agentes soviéticos en España.
Estos y otros interrogantes que ya nadie va a poder contestar."
(Julián Vadillo, historiador).
 
 Y es que la figura de Carrillo es una figura de diferentes caras, y de absolutos silencios. Aún recuerdo que cuando yo le conocí en persona, y le pude saludar, me pareció un anciano normal y corriente cuyas batallas eran diferentes a las de otros ancianos porque él fue dirigente y los otros no. Era agradable, pero algo ocultaba, obviamente, cuando dijo que no hablaría en la conferencia a la que había sido llamado de nada más que de la etapa de la Transición de 1975 a 1978, y cuando fue preguntado por el rapto y presumible asesinato de Andreu Nin, dirigente del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), en 1937, periodo en el cual él tenía cargos en el Partido Comunista Español (PCE) como para saber algo, no sólo eludió la respuesta, sino que dijo algo que hacía pensar que aún estaba de acuerdo con lo hecho. Eso es una interpretación personal, claro está, puedo equivocarme. Aquella conferencia sobre su papel en la Transición, él se explayó sobre ello, ya la publiqué en mayo de 2009, junto otra que dio Nicolás Redondo, al que también conocí. Después de aquella vez le volví a ver, fue el año pasado, durante el funeral de Marcelino Camacho, y parecía un anciano frágil, aunque, como me contaba Vadillo, que ya se había entrevistado con él, más lleno de cosas que ocultaba de manera inteligente por cuestiones ideológicas y de una forma de ser política de otras épocas de lo que pudiera parecer. Era un frágil duro.

Carrillo tiene sombras a derecha y a izquierda política, no hay que olvidar que su primer comunismo era stalinista, aunque luego condenó ese tipo de comunista tan atroz. Carrillo fue ese joven de las Juventudes Socialistas (JJSS) del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en 1933, cuyo padre era el histórico Wenceslao Carrillo, de la Unión General de Trabajadores (UGT). Ese joven que logró liderar esas juventudes y que logró pasarlas en bloque a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) en 1936, siendo entonces del Partido Comunista de España (PCE). De ese modo dejó en pleno comienzo de la guerra civil (1936-1939) sin una generación socialdemócrata al PSOE. Y durante esa guerra ocupó más cargos, aparte del de dirigente de las JSU, como es el responsable de la seguridad en Madrid. Ello provoca que esté en el ojo del huracán de varios de esas cuestiones que se ha llevado a la tumba y que son sombras de su labor. Acabó la guerra en 1939 y él en Valencia, según algunos comiendo paella con Rafael Alberti y Dolores Ibarruri, se fue exiliado.
 
 En la Unión Soviética (URSS) tuvo que dar cuentas a Stalin sobre el golpe de Casado que rendiría la República para acabar con la guerra. Santiago declaró que su padre participó de él para salvarse, quizá sabiendo que su padre en manos de Franco estaba muy lejos de Stalin. Le mandan a Francia para reconstituir y mandar en el PCE. La URSS tenía un pacto con la Alemania NAZI y además se siente dueña de las decisiones de la Internacional, por lo tanto de todo el comunismo del mundo. Recibe pues órdenes para someter a los comunistas españoles que habían decidido seguir la lucha contra Franco acabada la guerra y contra los alemanes en la II Guerra Mundial. De ahí, oscuros episodios contra comunistas y anarquistas que cita Vadillo. Pero llegó 1941 y la guerra abierta entre la URSS y Alemania, y con ello su renovada actividad antifascista, y una suicida invasión al Valle de Arán en 1945 con la ingenua pretensión (dado el equipamiento y las tropas) de acabar con Franco. 

Pasó el tiempo y Carrillo se entrevistó con Tito, dictador comunista de Yugoslavia que no estaba de acuerdo con la política de la URSS. Stalin puso en desgracia a Carrillo, pero no le eliminó. El sistema de guerrilleros que copió de Yugoslavia lo desmontó en 1949, de ahí el perdón de Stalin. Cuando murió el dictador soviético en 1953, Carrillo denunció su régimen de terror en 1954, y se solidarizó con los levantamientos de varios países del Pacto de Varsovia contra la URSS. Fue ahí cuando comenzó un viraje hacia lo que él denominó el Eurocomunismo, del cual el comunismo de Europa Occidental le conceden el honor de considerarle padre. Ese eurocomunismo es el que quiso, y logró, adaptar a los diferentes partidos comunistas a los sistemas democráticos europeos, a veces combinados con el ecologismo, otras con monarquías parlamentarias, etcétera. Pero el camino fue largo y duro, porque existía la Guerra Fría por un lado, y por otro el resto de la izquierda española consideraba aún que fue el Partido Comunista y su totalitarización paulatina de algunos mandos y cargos, así como sus chekas (lugares de interrogatorio, tortura y ejecución al margen de la ley republicana) los que hicieron quebrar la democracia en su lucha contra el fascismo. A muchos eventos fundamentales no fueron invitados. El PSOE incluso prefería hablar con los anarcosindicalistas de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) antes que con los comunistas. Pero los contactos entre los exiliados, pese a estas cuestiones de las cúpulas, seguían. En 1964 Semprún y Claudín hablaron de un comunismo más democrático, lo que hizo que Carrillo los expulsara del partido, pero en 1968 el propio Carrillo apoyó la Primavera de Praga contra el totalitarismo de la URSS.  El viraje ya estaba hecho.
 
 Durante el Tardofranquismo (1970 a 1975) su papel fue fundamental y en ascenso. La mayor parte del exilio y de los clandestinos se mostraban simpatizantes al PCE, sobre todo tras los sucesos del proceso 1.001 que nos contaba Camacho en su conferencia citada. Tras la muerte de Franco en noviembre de 1975 él tuvo que jugar un papel político clave. El rey Juan Carlos I, tras poner a Adolfo Suárez en la presidencia, traía unos aires renovadores que pretendían instaurar una Monarquía Parlamentaria democrática. Suárez no quería legalizar al PCE antes de las elecciones de 1977, sabía que si lo hacía después sería el PSOE la oposición que tuviera mayor apoyo popular. Pero la decisión de entrar clandestinamente en España de Santiago Carrillo, su detención y liberación, el asesinato de los abogados laboralistas de Atocha y la respuesta pacífica de los comunistas, la renuncia a la bandera republicana y el reconocimiento del Rey como jefe del Estado, hizo que Suárez no tuviera más remedio que legalizar al PCE antes de esas elecciones de 1977. Fue entonces una figura clave para la creación de la Constitución de 1978, hoy vigente. En esta segunda etapa de su vida había renunciado a muchas cosas, y se había mantenido en lo democrático y lo pacífico. Las luces. 
 
Fue de él la idea de que el Rey debía reinar, pero no gobernar. Pero las elecciones siguientes sirvieron para que el PCE no tuviera los apoyos que esperaba, y quienes habían dado tanto tuvieron derrotas electorales grandes hasta que en 1982 ganó la presidencia el PSOE de Felipe González. A pesar también de su ejemplar comportamiento durante el intento fallido de golpe de Estado de derechas en 1981, a manos de Tejeros. Momento en el que él y Fraga, exministro de Franco, compartieron la posibilidad de morir juntos, lo que les llevó a compartir un cigarrillo y una relativa amistad. En 1983 se veía forzado por su partido a abandonar la presidencia del PCE. Se hizo cargo de él Gerardo Iglesias, que era un comunista puro, hasta el punto que cuando él mismo fue quitado por su partido en 1985 renunció a la política y a sus ingresos por haber sido diputado, y volvió a trabajar a la mina. Fue entonces cuando vino Julio Anguita a dirigir el PCE y quien fundó Izquierda Unida creando una coalición de partidos de izquierdas que aún perdura. Pero eso es otra historia. 

Carrillo fundó otros partidos de izquierda que acabaron fundiéndose con el PSOE. No paró de dar conferencias, pero siempre sin contar todo lo que hubiéramos querido saber para despejar muchas incógnitas. Animaba a los jóvenes e incluso antes del 2008 recomendaba afiliarse al PSOE para volverlo de izquierdas desde dentro, ya que creía que este partido había perdido su esencia (nunca le gustó el reformismo de Besteiro, contemporáneo suyo en los años 1920 y 1930 de los que Alfonso Guerra y Zapatero se creen herederos políticos hoy día). Cuando ocurrió el Movimiento 15 de Mayo de 2011 él apoyó este estallido de la sociedad y de la juventud y les recomendaba organizarse y tener las ideas claras en lo político, pues de otro modo, decía, fracasarían. 

Con sus sombras y con sus luces, que la tierra le sea leve. Yo, desde mis simpatías no ocultas con el anarcosindicalismo, diré que tengo mis diferencias ideológicas con él, y algunas de sus sombras me parecen atroces, pero sus luces posteriores me hacen recordarle hoy.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

LA famosa frase "el rey reina pero no gobierna" proviene del S.XIX, aunque Carrillo se hiciera eco de ella.

Canichu, el espía del bar dijo...

De Canovas, pero aquí Carrillo la usó en esta transición para asimilarla a la de 1876 con Alfonso XII.