viernes, septiembre 14, 2012

NOTICIA 1131ª DESDE EL BAR: CATALUÑA, ESPAÑA, LO QUE EL DÍA DA

"Desde hace 500 años, los catalanes hemos sido unos imbéciles. ¿Se trata pues de dejar de ser catalanes? No, sino de dejar de ser imbéciles" (Mónica Terribas citando a Joan Sales en el día de la Diada catalana el pasado día 11 de septiembre). 

La cita completa hace pensar que no se trata de llamar imbéciles al resto de penínsulares con los que han compartido Historia y Estado desde 1476, a pesar de que el ambiente de estos días le dé por pensar eso a más de uno para regocijo o para enfado, depende. Sino que la cita completa hace pensar que Joan Sales considera que los catalanes desde 1476 cometieron una imbecilidad al unirse al Reino de Castilla y se mantuvieron en la imbecilidad y que por ello no han de dejar de ser catalanes, sino imbéciles o lo que es lo mismo: mantener su unión con el resto de penínsulares del Estado España. 

Pues bien, no creo que el rey Fernando de Aragón, conde de Barcelona, cometiera una imbecilidad en 1476. Los Turcos habían cortado el comercio occidental con Asia al cerrar sus rutas y tratos comerciales con la conquista de Constantinopla en 1453. El Reino de Aragón que era una economía muy comercial encima debía ahora competir en el Mediterráneo con la República de Venecia, que había logrado periodos de tratos comerciales exclusivos con el Imperio Turco, interrumpido a veces por periodos de guerra, pero además era acosado por la piratería y el corso desde la Berbería (actual Argelia y Túnez) liderada por Barbarroja y únicamente solucionada por tropas castellanas mandadas por el Cardenal Cisneros en 1509. La unión matrimonial y política de Fernando con la posible reina de Castilla, Isabel I, y su participación por ello en la guerra civil castellana que culminó en 1479, le abrió al Reino de Aragón unas puertas comerciales y de honores políticos (cargos) que no podían lograr ya, máxime con los sucesos múltiples de 1492 que cambiarían la Historia de esa España y del planeta. Aparte de que Fernando (ya V de Castilla) pudo llevar a cabo sus guerras en Italia para beneficiar el comercio catalán con tropas castellanas (recordemos a Gonzalo Fernández de Córdoba) y conquistar Nápoles, conquistar el Reino de Navarra, administrar Castilla desde 1505 con la muerte de Isabel y la incapacitación de su hija Juana I, colocar a sus hijas y nietos de cara a gobernar Europa y anexionar Portugal, ser el capitán general de todas las órdenes militares de España y cobrar sus impuestos, poner a los Borgia en el Papado (eran de origen valenciano, y por tanto, dentro del Reino de Valencia parte del Reino de Aragón, del que era rey él), y en fin, que tan tontería no fue la cosa, ni tan mal les fue. Aparte de que el Reino de Aragón se preservó el derecho de no pagar impuestos extras ni aportar tropas a las guerras de la parte castellana en Europa, cosa que llevó al intento de reforma del Conde Duque de Olivares de la Unión de Armas en 1640 que provocó la primera guerra de intento de independencia no del Reino de Aragón, sino de los Condados Catalanes; guerra que acabó cuando se dieron cuenta que su aliado, Francia, quería darles un trato político de sumisión y centralismo que nunca habían tenido en el Reino Hispánico con los Austrias. Pero de aquellas negaciones de colaborar con dineros y tropas a los acontecimientos de la parte castellana, y sin embargo recibir tropas y dinero de la parte castellana hizo que precisamente Castilla se arruinara y ellos prosperaran. Tan imbéciles, como quiso afirmar y afirmó Joan Sales, no fueron.

Bien es cierto que en 1700, al estallar la Guerra de Sucesión apoyaron al candidato Austria y no al Borbón, con razón, por lo dicho y muchas otras cuestiones, ya que con ellos el Reino Hispánico funcionaba como una federación de reinos y que por cierto da lugar a la fiesta de la Diada, fecha de la toma de Barcelona, la proclamación de Felipe V rey de toda España, y la pérdida de los fueros catalanes que tuvieron con los Austrias. El Borbón quería restringirles todos sus derechos más importantes desde el comienzo de la guerra, pero en 1715 admitieron al Borbón por un lado por la derrota militar (fue Barcelona la que resistió, buena parte de Cataluña ya había aceptado a Felipe V hacia 1714), por otro porque el propio Austria que apoyaron heredó el Imperio Austriaco y no sólo les dejó un poco a su suerte, sino que además pretendía darles otro trato político del que inicialmente esperaban y vieron que con Felipe V se les prometía abrirles el puerto de Barcelona a comercios americanos que nunca antes habían tenido. Cierto es que luego vinieron otras revueltas, pero no son exclusivas de Cataluña como se ha querido entender, el hambre era en toda la península y las hubo en toda la península. Sorprendería al no adentrado en los pormenores de la Historia la cantidad de levantamientos, revueltas y rebeliones en toda España con diferentes ideas pero por iguales motivos. Luego, el nacionalismo catalán del siglo XIX en parte elaboró la idea de Cataluña más autónoma pero en necesidad comercial de estar unida a España para llegar a Europa y a los mercados de Cuba, Puerto Rico Y Filipinas. Usaban el doble lenguaje de lo que vendía en ideas en la calle y lo que consideraban realmente en el gobierno cuando iban al Congreso o escribían de modo íntimo y ahora podemos conocer gracias a los archivos. Por cierto, es bien curioso que algunos nacionalistas catalanes del final del siglo XIX reforzaron la idea del nacionalismo español para reforzar una idea de crear una España a la medida de los intereses de Cataluña (idea por cierto en torno a la que ha girado en su Historia Convergencia i Unió -CiU-, o cómo algunos otros catalanes, no nacionalistas de Cataluña, aportaron teorías hasta arqueológicas, bibliotecarias y filosóficas para dar mayor cuerpo a ideas nacionalistas españolas).

La Historia es más compleja aún, lo sé, pero en resumen, no creo que los catalanes hayan sido unos imbéciles en los últimos 500 años, como han citado ellos en la celebración de su fiesta más catalana. Sin embargo, Aragón, que era un reino próspero y poderoso en la Edad Media y que se quedó sin descendencia el día que lo heredó un rey que se hizo monje y por tanto pasó su Corona al Conde de Barcelona en el siglo XII, ¿qué pasó con las riquezas de Aragón? Ay, el juego del nacionalismo, qué enrevesado puede llegar a ser, y qué peligroso esté en las manos de quien esté.

El nacionalismo, venga de la parte que venga, es o debiera ser rechazable para los trabajadores. Los problemas no vienen de alguien nacido cinco kilómetros más allá de las fronteras políticas del lugar de donde eres, ni del que habla diferente, o del que tiene otras culturas o tradiciones. Los recortes que tanto han afectado a toda España y que Cataluña los siente especialmente dolientes para ellos, es algo que emocionalmente es así en un sector importante de la sociedad catalana, vienen de la mano de grandes empresarios aconsejando reformas laborales a favor de ellos, de banqueros que toda reforma que aconsejan y ayuda es para ellos, de una Unión Europea gobernada desde hace más de una década por un parlamento democristiano adherido al liberalismo capitalista más salvaje, de políticos de todos los colores sin escrúpulos ni alturas de miras, y en definitiva son problemas que vienen por cuestiones que no tienen que ver con la pertenencia o no a una nación. Porque si el día de mañana fuese Cataluña independiente y hubiera un problema laboral en un taller, ¿sus sindicatos ayudarían sólo a los nacionales de Cataluña y no a un emigrante de Albacete? ¿Es que el de Albacete tiene las culpas de las decisiones del empresario o de los problemas económicos de la localidad que se encuentre o de Cataluña? ¿No sería los mismos problemas para el tornero de Tarrragona que para su compañero de Albacete? La solidaridad bien entendida entre trabajadores nunca se planteó con fronteras, las transciende, es internacional, por eso se dice que el movimiento obrero es internacionalista, pretende superar los sentimientos nacionales para abrazar los sentimientos de hermandad entre las personas.

Los Estados Nación es algo que aportó la Edad Contemporánea desde su perspectiva política. Las revoluciones americana, francesa y haitiana dieron el pistoletazo de salida en ese sentido. Se explotó desde la Ilustración burguesa una serie de ideales patrióticos que hablaban de sentimientos nacionales en esa segunda mitad del siglo XVIII. Pero no sólo ellos. Los alemanes con Goethe y los hermanos Grimm siguieron en la línea de alimentar un sentimiento diferenciador germano cuyos gobernantes aprovecharon en las guerras contra la República Francesa para que rechazaran las ideas democráticas de la revolución en defensa de las tradiciones monárquicas de sus Estados del centro de Europa. Fue la respuesta de un ilustrado francés al monarca de Prusia: para ganar a Napoleón sólo tenían que alimentar ideas diferenciadoras, sentimientos de nación, para que rechacen todo lo que venga de fuera y sea el ejército todo el pueblo y no sólo los militares, el ejemplo que dieron en ese sentido fueron los triunfos de España y Rusia en esas guerras. A partir de ahí nace una Europa diseñada en tono ultraconservador en Viena que va en ese sentido. Y se fomentan creaciones nacionalistas como las de Chopin en Polonia o Verdi en Italia. Y las guerras... guerras para unir Alemania, guerras para unir Italia, guerras para disgregar el Imperio Austro-Hungaro y también el Imperio Turco Otomano, Guerras para crear una Gran Eslavia llamada Rusia... Hasta guerras para que América fuera para los americanos o para que una España débil quisiera ganar al gigante Norteamérica. Y su colofón servido en dos partes: La I Guerra Mundial y la II Guerra Mundial... con la coletilla de las Guerras de Yugoslavia de los años 1990. ¿Qué aporte ideológico hubo en medio de esas guerras? Los puntos norteamericanos de después de la I Guerra Mundial por la cual se proclamaba que los pueblos tenían derecho a autoproclamarse nación si así lo decidían. Cosa cierta si tan fácilmente democrático fuera... pero que no era tan real... por ello esa guerra tuvo segunda parte. 

Bien es cierto que el sentimiento nacional no es sinónimo de guerra, tenemos el ejemplo de Checoslovaquia, que acabada la Guerra Fría se dividió en dos países mediante una consulta democrática y sin problemas... Como paradoja ahora sus ciudadanos van de un país a otro porque ambos están integrados en la Unión Europea, que tiende a unir a todos los Estados europeos en un sólo Estado de Estados, uno federal, como Estados Unidos de América, que en el futuro tendrá un presidente, un congreso, un banco, unas leyes comunes... un idioma común... O al menos eso es lo que quieren los países que hoy por hoy manejan los designios de la Unión Europea. No entro hoy en su crítica.

Es verdad que la manifestación del día de la Diada ha sido apabullante, desde un millón y medio de personas que decía el periódico catalán LA VANGUARDIA, a cientos de miles, que citaba el diario con sede en Madrid EL PAÍS. Pero me pregunto yo si la información periodística es del todo fiable ese día y posteriores o buscan cortinas de humo a los problemas más graves del conjunto del Estado, o bien vender titulares. Tengo una gran cantidad de amistades catalanas, y un buen número de lectores catalanes, y me gusta mucho Cataluña, donde me he sentido muy cómodo y muy a gusto. Ese día, en sus comentarios en redes sociales no leí de ninguno de ellos que quisieran la independencia, aunque sí expresiones de la cantidad de la gente que hubo en la manifestación y de la alegría que les sentía protestar así con identidad catalana frente a las políticas del presidente Rajoy. Es más, en los comentarios a las noticias de LA VANGUARDIA lei discusiones y peleas entre catalanes, por cada dos que hablaban de independencia o insultaban a los no catalanes, cuatro les hablaban que las cosas no eran así, que preferían algo federal y que los no catalanes no les habían hecho nada, y aún uno decía que él quería estar en Cataluña como hasta ahora. Es un promedio personal, pero no se aleja de la realidad. Quien quiera que lea ese periódico y lo vea con sus ojos. Así que es probable que aunque mucha gente saliera a pedir la independencia total, muchos más salieran con ideas federalistas (que es una forma más republicana que monárquica), y algunos otros simplemente como forma de protesta por los recortes, reformas y subidas de impuestos contrarios al común de los trabajadores. Más de un estado de ánimo de redes sociales de amistades catalanas, y desconocidos, hacía referencia precisamente a que sus problemas no eran nacionales, sino económicos, y eran gente que en ese momento se estaban manifestando o siguiendo las manifestaciones por medios de comunicación de allí.

Bien curioso ha sido escuchar a Artur Mas, de CiU, presidente comunitario de Cataluña, hablar de independencia durante las manifestaciones del lunes 11 y verle el martes  día 12 en Madrid evitando esa palabra, como mucho mencionando que si una federación o un referendum... Vino a pedir dinero, un rescate a Cataluña, dicen muchos, y es cierto, sólo que desde le punto de vista catalán reclaman el 100 % del dinero de los impuestos aportados por ellos al Estado (según Artur Mas, de ese 100 % el Estado les devuelve el 60 % para que se financien -a lo que hay que sumar los impuestos que se cobran y quedan directamente en Cataluña- y el 40 % se lo queda el Estado para poder funcionar). Así que desde ese punto de vista no han venido a pedir dinero a España, sino a pedir un reembolso. En ese juego se le podría reclamar a Cataluña todo el dinero que el resto del Estado ha invertido en ellos en aquellas infraestructuras, cargos y otras cuestiones de responsabilidad puramente estatal. Por esa regla de tres, ¿por qué no? Pero no, hay que ser solidarios, y no sólo en los buenos tiempos, también en los malos como estos. Se puede hablar de un reparto más equitativo entre todas las regiones de España, no sólo en Cataluña, si es que acaso no es equitativo, todo lo otro lo único que supone es que en definitiva lo que dice Mas es lo mismo que sus compañeros de ideología de finales del siglo XIX: en la calle un discurso independentista, en el Congreso otro moderado y prudente, a pesar de que se use de vez en cuando, y ahora toca, un tono amenazante o avisador. Lo hemos vivido muchas veces a lo largo de los siglos, más desde 1978. Al final se resume en dinero, a pesar de que hay personas de partidos que sí creen plenamente en ideas nacionalistas, como Esquerra Republicana per Catalunya (ERC). Y desde luego mucha gente no es algo de razones históricas, ni económicas, ni nada de eso, es algo emocional, y esa espita es peligrosa. Pero es la baza jugada, quizá porque le desbordó al propio Artur Mas la respuesta ciudadana, la cual insisto que creo que tiene más que ver con el descontento por todas las medidas del gobierno contra los trabajadores que realmente por sentimientos nacionalistas plenamente vividos... que habrá quien los tenga, pero no creo que sean mayoritarios pese al millón de manifestantes del otro día. En serio, sólo había que leer las redes sociales más que los periódicos, que al fin y al cabo en la red social es cada persona individual la que escribe, no una interpretación de otra persona sobre su decisión de ir a la manifestación.

También me llama la atención el aparente seguimiento que ha tenido CiU, o eso le otorgan, probablemente no sea tan real. Y lo hace porque fue CiU el partido que en las dos últimas reformas laborales apoyó con su voto a sendos gobiernos que las hicieron (Partido Socialista Obrero Español en 2010 y Partido Popular en 2012). No sólo eso, soy testigo porque lo seguí en directo por la televisión, en sus intervenciones parlamentarias cuando se aprobaron dijeron que se quedaban cortas, y recomendaban más medidas contra los trabajadores, por impopular que fuera, y más a favor de los empresarios, cosa que se ha ido haciendo a lo largo de este año por medio de reformas interminables y que vienen como un grifo molesto que gotea, recomendadas por la Unión Europea o en ocurrencia del propio gobierno. Y la Unión Europea está mayoritariamente gobernada en su parlamento por democristianos de corte liberal ultracapitalista (y en la Alemania que dicta las órdenes a modo de recomendaciones también), la misma tendencia que CiU.

El gobierno de España en manos del PP, o mejor dicho sus periodistas afines, culpan de todo esto a... Zapatero, el anterior gobernante, del PSOE, ya que dicen que es su herencia política: la desunión de España por el auge de los nacionalistas. Sin embargo, y los registros y hemerotecas están para ser consultados, el nacionalismo en Cataluña aumentó (y mucho) durante las elecciones autonómicas y municipales celebradas durante el gobierno de Aznar, del PP, y los sociólogos del momento, y economistas, lo atribuyeron a las medidas políticas y económicas de Aznar en su segunda legislatura de 2000 a 2004. El ascenso de ERC en diputados durante el primer gobierno de Zapatero de 2004 a 2008 se debió al ascenso previo y simpatias aumentadas hacia esas ideas que Aznar había logrado alimentar y que se materializaron en 2003 en numerosos municipios que vieron en ellos lo mejor para ellos y los eligieron, como está bien en democracia cuando esto ocurre. Pero no es una cuestión de qué, cuándo, qué. No se trata tampoco de ir contra las ideas de ninguna de las partes, pues todas son respetables, a pesar que yo insista en que desde mi punto de vista los trabajadores debieramos tener ideas más fraternales que las ideas diferenciadoras de un nacionalismo, cualquiera que sea este. 

Dentro de unas semanas, o menos, pues el día 15, mañana, hay una manifestación en Madrid y otros lugares de España contra las reformas, recortes y subidas de impuestos del gobierno, y el día 25 otra más, y aún se quiere otra huelga general, pues dentro de poco, digo, las puyas políticas entre políticos no catalanes y políticos catalanes se transformarán en tiras y aflojas a ver cuánto dinero se queda en Cataluña y cuánto no, pero parte de la sociedad tras el día de la Diada ya tiene en sí algo que puede ser muy definitivo y decisorio si no en breve si en las próximas dos décadas, según se desenvuelva. No perdamos de vista que no se ha dado en el contexto de una protesta aislada y muy temática, sino en el de una juventud embuída en montones de cosas por las que protestar y por las que seguramente ya está protestando. Eso hace ideas e ideologías con la solera de los años. Como los vinos, según envejece. Todo dependerá de cómo se aborde el asunto por parte de todos. 

Y sin olvidar que el año que viene hay elecciones en Cataluña y la propia CiU necesita (como siempre que hay elecciones autonómicas) distanciarse del partido del gobierno central del Estado al que normalmente apoyan a cambio de contrapartidas en el resto de su mandato. Quizá por ello una vez más hay que recordar que la solidaridad entre trabajadores no tiene fronteras ni naciones. 

Los catalanes son gente que han sido la vanguardia de España a lo largo de su Historia en muchos aspectos, artísticos, intelectuales, económicos, de moda, políticos... A mí me parece gente formidable. Cosas como las de estos días... pero si sólo hay que meterse en las redes sociales, en general la gente de a pie de calle apenas está entrando de lleno de verdad en aquellos temas que están entrando políticos y periodistas. Pero sea como sea... saludos y, como suelo despedirme a veces, que la cerveza os acompañe... conciliadora para todos en este caso.

2 comentarios:

EL CHICO GRIS dijo...

Yo lo sigo diciendo, es inmoral que ciertas nacionalidades -a las que se considera como históricas dentro del estado español- hablen de agravios mientras Castilla sigue fraccionada en 5 comunidades y no se reconoce la nacionalidad castellana. Siendo muchos de esos políticos "periféricos" cómplices de este absurdo.

Canichu, el espía del bar dijo...

Si nos ceñimos al antiguo Reino de Castilla salen unas diez comunidades, pero sí, en términos de Castilla más modernos son cinco. Y sí, es cierto, los nacionalismos de las zonas costeras españolas han impedido mucho que se pueda desarrollar una identidad castellana, por vías de descrédito, de burla, de denostación, etcétera. Estoy de acuerdo. Máxime cuando a lo largo de los siglos desde 1476 la mayor parte de los siglos castilla estaba obligada a ir en socorro económico y militar de las cuestiones de los reinos que no eran Castilla dentro de la Monarquía Hispánica, pero el resto no tenían porqué ir en socorro de los asuntos de Castilla, y no iban. Así ocurrió, Castilla se arruinó y determinadas zonas, no todas (Galicia obviamente no) prosperaron económicamente. Por no hablar de que la capitalidad de Madrid la eligió el rey Felipe II en el siglo XVI, no los ciudadanos. Los nacionalismos, vengan de donde vengan, suelen ser injustos.

Un saludaco, Chico Gris, estoy de acuerdo con lo que dices. Que la cerveza te acompañe.