Rompiendo previsiones es lo que está haciendo la abuela Eugenia en su lecho de muerte, hasta el punto que vuelve a tener la mascarilla de oxígeno. Sigue viva, lleva cuatro días de agonía extrema. Su médico la daba un máximo de tres días el Jueves 22, incluyendo en ellos el propio jueves 22, como escribí en la noticia anterior, de hecho el viernes 23 tuvo unos episodios que apuntaban a la muerte inmediata, hasta el punto de quedarse toda la familia en el hospital faltando a trabajos y obligaciones durante el día y a pasar la noche completa y la mañana del siguiente día. Yo llegué a estar unas 35 a 36 horas ininterrumpidas despierto, cuando murió mi padre estuve más. La madrugada del día 24, día del 4º aniversario de la muerte de mi padre, hijo de ella, pareció que la respiración dejó de funcionar a la misma hora exacta que murió él, lo que provocó comentarios en los presentes en la habitación, yo estaba allí. Pero se recuperó y siguió. Hoy 25 sigue igual aunque con la respiración muy débil. Ha sufrido ya un total de 8 a 10 paradas respiratorias... pero las supera y sigue con su agonizar. Ha roto todos los pronósticos, incluídos los del médico. No hay nadie que se lo explique, ni familia, ni médicos, ni enfermeras, ni cualquier persona que conozca el caso. La única explicación que se da son comentarios peregrinos acerca de la resistencia de un corazón enormemente fuerte. Escribo esto el domingo 25, a las 22:17 h. Como diría ella en vida, y escrito desde el cariño: "¡Pitorras! ¡Qué pachorra para morir!" En fin, que seguimos a la espera en una agonía extremadamente larga, donde las enfermeras ya han puesto incluso morfina en la más reciente crisis donde parecía que todo acababa ya. Una agonía larga donde se pueden ver ya unas manos y unos pies algo amoratados, algunas zonas un tanto rígidas ya... pero un cuerpo vivo, al fin y al cabo, vivo pese a estar agonizante. Simplemente, rompiendo previsiones. Un saludo y ya informaré con lo que haya próximamente.
3 comentarios:
Un abrazo.
Saludos, amigo y coraje y bondad con los que te rodean.
Te sigo aunque a veces no pueda comentar.
Un abrazo.
Estoy contigo. Tu abuela es un roble. Me cae bien. Cuídate.
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