lunes, noviembre 04, 2024

NOTICIA 2354ª DESDE EL BAR: LLUVIA FUERTE

El pasado 23 de octubre el periódico La Vanguardia publicaba un reportaje sobre un estudio sociológico que supuestamente rompe la idea de dos trincheras antagónicas irreconciliables respecto a la crisis climática, en opinión de Antonio Cerrillo, el periodista que lo escribió e interpretó los datos para escribir la noticia. Se llamaba "La percepción de la crisis climática identifica ocho grupos sociales en España". Realizaba el estudio un centro llamado Legados. Según sus conclusiones, los más concienciados con el cambio climático serían los que llamaban "progresistas críticos", a los que reconocía como personas de una izquierda crítica que no se adscribe exactamente a un partido y que se muestra solidaria, partiendo de la idea de no ser fatalistas y sí partidarios de que quedan cosas por hacer. Los siguientes más concienciados serian los "tradicionales implicados", cuya preocupación por el cambio climático sería por sus efectos en la economía, la salud y las generaciones futuras. Les seguirían los "progresistas acomodados", que confían toda solución a que actúen las instituciones, como si por ellas solas y sus decisiones cayera la única responsabilidad. Les seguiría la "izquierda desencantada", dispuestos a cambiar sus propios hábitos y a adquirir actitudes propias para alcanzar soluciones. Luego irían los "moderados optimistas", que sólo contemplan las medidas contra el cambio climático si se apoya a los agricultores y ganaderos e sentido económico. Luego el estudio habla de los "libertarios descontentos", posiblemente confundiendo el término libertario con justamente todo lo contrario a lo que este término representa, pero que, según el estudio, dice que anteponen a las acciones contra el cambio climático todas las que estén destinadas a la economía, la sociedad y la política. Aparecen ahora los "apolíticos desconectados", que según este estudio, creerían que el cambio climático no les afectará en exceso ni a ellos ni a sus hijos. Y por último, con un muy notable desapego a los problemas ambientales estarían los "patriotas rebeldes", que priorizan sólo los problemas políticos y económicos, y en todo caso en cuanto a ecología sólo les preocupa si el asunto a tratar se refiere a proteger el patrimonio natural de España y los intereses de España. Tengo la ligera impresión que este estudio y sus peculiares denominadores de los grupos sociales políticos de España posiblemente recibiría notables y abundantes críticas y "peros" si se confrontara con las percepciones de sociólogos, politólogos e historiadores que, de entrada, les choque las definiciones de los grupos tal como se presentan al menos en el artículo periodístico.

Tras el fortísimo temporal del pasado 29 de octubre que ha inundado y arrasado un amplio territorio de la Comunidad Autónoma de Valencia, que se cobrado de momento 217 muertos reconocidos oficialmente (a fecha de 4 de noviembre), más de un millar de desaparecidos, municipios destruidos, puentes derribados, carreteras inutilizadas, negocios y viviendas destrozados, etcétera, los medios de comunicación han puesto el acento fuerte en algo que lleva años diciéndose, todo esto es efecto del cambio climático, cuyos efectos en el Mediterráneo, y en nuestro caso en la Península Ibérica, se irán haciendo cada vez más virulentos. No parece que la gran nevada del centro peninsular, especialmente en la Comunidad de Madrid, de 2021, hubiera ayudado a levantar ya todas las alarmas de su significado, ni tampoco las siete olas de calor seguidas con temperaturas extremas en el verano de 2023. Pero ha sido vivirse la tragedia de una manera tan cruda, casi de película de desastres de Hollywood, y ahora numerosa gente habla ya de construcciones de barrios y urbanización salvaje en lugares que no se debían haber urbanizado, o bien de ese cambo climático mismo y lo que se puede hacer por él y no se hace. Claro que, con una visión menos a nuestro ombligo y más abierta al mundo (al cual pertenecemos), todo esto ya lo hubiera visto mucha gente a través de los incendios de Grecia, Portugal, California, Australia o Canadá, los huracanes salvajes y fuera de temporada del Caribe o aquellos que llegaron a New York, la espectacular sequía que vivió La India, y otros fenómenos extremos de los últimos años, incluido el imparable deshielo de los casquetes polares, que en buena parte originan estos fenómenos.

Los fenómenos ambientales extremos parece que es lo que se va a ir potenciando si no logramos frenar el cambio climático, es algo que ya está aquí, aunque también es cierto que las medidas humanas para tener recursos con los cuales enfrentarlos también son importantes. Pensemos por ejemplo que tanto El Salto como El Diario informaron que uno de los factores de los problemas en la gestión de las inundaciones del temporal valenciano estuvo en que una exconsejera de Vox, nombrada por el presidente Mazón, del Partido Popular, había desmantelado en su día la Unidad Valenciana de Emergencias (UVE). La movilización de la población civil desde el primer momento y su posterior coordinación y organización ha sido vital para, dentro de lo malo, intentar poner soluciones o empezar a hacer algo. Esta organización social no es contraria ni está reñida con los medios que el Estado pueda aportar. Son perfectamente complementarios, en muchos casos y lugares posiblemente hasta de necesaria convivencia. La polémica que han generado algunos periodistas y políticos en torno a este asunto ha calado en una parte de la sociedad en el sentido de generar más antagonismo en dos formas de ver España, y no necesariamente alineada a uno u otro lado político, es algo más permeable entre ambos lados. Es una polémica alimentada e inventada. Me recuerda a la que yo mismo viví en carne propia cuando en 2002 fui a limpiar chapapote en Galicia. También entonces se nos acusó de cosas que ni por asomo eran reales, y se dijeron muchas falsedades, incluido en el Parlamento, que, esto también lo viví, en las Navidades de aquel año hicieron que algunas personas nos acusaran de esas cosas sin atender a razones de que les dijeras que eso no era real. Posible razón de esto: si no controlas la realidad y no la conoces, inventa el sentido de esta hasta que convenzas a la mayoría de que tu realidad ofrecida es la única posible. Una fatalidad, pero no es un invento precisamente nuevo. 

Sea como sea, las casas construidas y los barrios construidos en lugares que no se deben implican planes urbanísticos aprobados por políticos electos por los ciudadanos y constructoras dispuestas. Pero en el cambio climático también están todas esas personas que, advertidas de que hay que disminuir las emisiones contaminantes y el gasto eléctrico también las genera, siguen apostando por innumerables aires acondicionados, por poner un ejemplo, porque optan por comprar casas construidas de tal modo que el constructor ya sabe que la casa necesitará de aires acondicionados, del mismo modo que un país del que se dice que cada vez tendrá más sequías, permite que cada vez se construyan más urbanizaciones y casas con piscinas propias. Hay otras personas más apropiadas e indicadas que yo para hablar más y mejor y más informadamente de todas estas cosas. Sirva estos apuntes sólo para que quien lea se interese por informarse por las mejores vías que estime o al menos para que con espíritu crítico comience a informarse de qué cosas hacer para contribuir a mejorar la lucha contra el cambio climático, y se puede hacer bastante más allá de un reciclaje correcto de las basuras que generamos.

Las acciones a realizar a veces son tan insospechadas como aparentemente pequeñas. Desde 2023 se han sucedido a veces noticias sobre estudios que determinan que el envío de correos electrónicos contamina, generando emisiones de CO2 a la atmósfera. Se debe a la necesidad de centros de datos y almacenamiento de los mismos para su emisión, así como la necesidad evidente de computadoras, teléfonos móviles u otros dispositivos que necesitan de consumo eléctrico aunque sea para recargar baterías. En ese sentido hemos de pensar que cualquier archivo que tengamos subido en Internet, no sólo correos electrónicos, también estados, fotografías, vídeos o audios en redes sociales y otros lugares cibernéticos deben estar contaminando igualmente por las mismas razones. Aparte de que los centros de datos necesitan también de grandes cantidades de agua para evitar un sobrecalentamiento peligroso. Son cosas sobre las que reflexionar y que tal vez según avance el siglo XXI termine siendo un debate más recurrente, dado también lo oportuno o inoportuno de la conservación a largo plazo de muchos de los datos almacenados en redes sociales (fotos, vídeos, textos, MeMes...) en vista de su potencialidad para contaminar. Claro que esto requiere de un debate largo y extenso, tanto por la libertad de expresión, los derechos de autoría, los de intimidad, o que ellos mismos en sí son un testimonio para seguir la pista a la sociología o los acontecimientos actuales y análisis de la Historia actual. El tema es complejo, pero la reflexión se ha de hacer, pues el componente contaminante también existe. Ya en 2019 National Geographic publicó un reportaje sobre cuánto contaminaba Internet.

En esta bitácora he hablado muchas veces del cambio climático. La tragedia actual, está ligada a él. La tragedia ocurrida es innegable. Quepa ahora la solidaridad en la solución, pero también, ojalá, una mayor concienciación y acción individual de todos nosotros en los temas de la lucha contra el cambio climático. Tras el aluvión de ayuda de todo género a los lugares y personas afectadas, ahora toca el momento también de la ayuda económica ante la ruina de municipios y personas. Personalmente ya he recibido un ofrecimiento para que participe como poeta de un acto solidario en un bar de Alcalá de Henares con finalidad de recaudar dinero o ayuda varia para las víctimas. He dicho que sí, pero entre que se organiza y se asienta el cartel de quienes participen, sólo lo dejo dicho por aquí como aquello que ahora se va a necesitar. Los que han muerto, o los que han sido víctimas físicas no letales, o psicológicas, se llevan lo peor, pero también se llevan lo peor los que han perdido sus casas con todas sus pertenencias, vehículos de los que dependan para trabajar y trabajos. Van a necesitar ayuda económica o lo que esta les pueda proporcionar. Saludos y que la cerveza os acompañe.

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