Hay un par de incidencias urgentes graves a la vez en mi comunidad de vecinos que han se han dado en aparecer justo al final de esta semana. Una de ellas es la caída de unas baldosas en el recibidor del portal, justo en el cerco de la puerta de uno de los vecinos, mientras otras han mostrado empezar a estar huecas. La otra incidencia, más urgente, es la avería de la bajante de agua que hasta la fecha nunca había dado problemas. Ahora inunda la casa de uno de los vecinos con las lluvias y deja mostrar la mancha de humedad incluso en los ladrillos vistos de la fachada del edificio. Como sigo siendo presidente de la comunidad de vecinos por segundo año consecutivo, sin que me tocara a mí en este turno corrido, pero a falta de quien le tocaba y por presión vecinal, menos mal que ya en esta primavera no habrá excusa para que corra turno al siguiente, entre la noche de antes de ayer y ayer me he tenido que hacer cargo de coordinar unos arreglos para los que no hay dinero suficiente, que yo sepa, según el gestor que tenemos contratado, y no porque no se haya ahorrado, sino porque materialmente no lo hay ya que dos vecinos llevan años sin pagar sus cuotas, acumulando algo más de ocho mil euros de deuda, mientras, aparte de estos problemas, han habido otros ineludibles de reparar que se pagaron con derramas estos dos años y aún otros menores que se pagaron a plazos con lo que iba habiendo... aparte de que pequeñas cuestiones como bombillas o tornillos de puertas y otros han salido de mi propio bolsillo, ocasionándome gastos menores que en dos años de acumulación, sumados, no son tan menores. A eso hay que sumarle vecinas que se dedican a veces a mirar por las terrazas y ventanas cuando entro o salgo par esperarme en la escalera o en mi puerta o llamar por la noche cuando estoy a punto de irme a la cama porque en mi trabajo madrugo, al margen, igualmente, de si luego dicen que vengo así o asá y a tal o cual hora. En fin... No entiendo con ese espíritu tan predispuesto a la atención de los problemas de la comunidad para su solución cómo no se presentaron ellas a la presidencia, pero esa es otra historia, no diferente, pero sí otra cuestión del problema, los "quiero quiero, pero que no lo haga yo".
Hay, por otra parte, una confusión entre lo que es presidente de la comunidad de vecinos y lo que sería un conserje o persona de mantenimiento. Por hacer me han pedido hasta que limpie yo el patio de vecinos... que es compartido con otra comunidad. Lo he hecho porque he visto que, como nadie lo hace, el tragadero de agua hay épocas que se atasca e inunda el patio, y eso, al final, puede crear unas podridumbres que terminarán afectando a todo el edificio. Al final todo se resume en que no basta con indicar el problema, hay que aportar en el arreglo. Por eso se llama comunidad de vecinos. Son cosas comunes, no de uno solo. Del mismo modo, mientras las cosas obligadas no necesitan de reuniones y votos de los vecinos, hay otras cuestiones que sí necesitan de reunión y mayoría de vecinos, y eso es algo que no se entiende por parte de algunas personas. Yo no puedo cambiar a una mujer de la limpieza ni el contrato con la empresa que se eligió en su día (que fue cuando vivía mi madre, tal vez mi padre y otros vecinos) porque me salga de las narices o porque lo pida dos únicas personas (muy insistentes, por cierto), al margen de que la limpieza no es lo más acuciante en los problemas comunitarios. No se sabe diferenciar lo urgente de lo necesario a la hora de usar los pocos recursos que tenemos útiles monetariamente (el dinero que tenemos en la práctica, y no sólo en la cifra que se le adeuda a la comunidad por la parte morosa de dos de las viviendas).
La cuestión es que ayer mientras comentaba con una de las vecinas las acciones realizadas para arreglar los problemas, aparecieron otras vecinas reclamando cuestiones reiteradas y algunas de ellas ya afrontadas, sumando de dos urgencias a cinco reclamaciones no urgentes como si fueran urgentes, o sea, siete reclamaciones totales, algunas de ellas imposibles de hacer sin el acuerdo de todos los vecinos, y otras imposibles sin dinero. Es más, las partes externas del edificio, las fachadas, tiene grietas y otros problemas por donde las terrazas y hace un par de años que se acordó que se arreglarían cuando se cobrara el dinero que se adeuda. Mi propia terraza tiene partes que estaría por decir que están a punto de caerse en su cornisa, por donde numerosas empresas de Internet y telefonía han puesto cables como si fuera barra libre. A veces he pensado llamar yo mismo a un albañil y que lo vaya apañando para que no ocurra una desgracia, aunque es responsabilidad de la comunidad. Yo tengo claro que si eso se cae, denunciaré a la comunidad. De hecho lo dije en la última reunión y se volvió a repetir que se arreglaría cuando hubiera dinero. No sólo es mi terraza, es casi todas las terrazas, especialmente de todos los pisos bajos y primeros, que son los que más roces por pie de calle y cableados tienen.
La cosa es que las vecinas que se me arremolinaron ayer, sé que una de ellas quiere o ha pensado en vender su piso, por lo que quiere arreglos para que no baje el precio. A ver, si el desperfecto es realmente de la comunidad de vecinos, evidentemente la ley obliga a la comunidad de vecinos, ahora bien, el motivo real teniendo en cuenta otras urgencias reales, como pueda ser la inundación actual de una casa o estas terrazas rajadas, hacen de su reclamación algo tan ridículo como la reclamación de que se pinten las paredes o que no me gusta como limpia esta persona, posterior apostilla de decirme el nombre y apellidos de la persona que quiere que se contrate en lugar de la persona que quiere que echen, y eso no funciona así, no en una comunidad de vecinos. Existe la ley de propiedad horizontal, mi padre tenía un ejemplar en su día, y actualmente la puede leer fácilmente cualquiera y gratis a través de internet. Bien es cierto que si hay acuerdos y entendimiento entre los vecinos, pues eso es válido mientras la convivencia sea positiva.
Sea como sea, se otorgó a los que debían dinero, cuando su deuda no era muy alta y teniendo estos trabajo, que nunca han dejado de tener, tres años para que pagaran, por aquello de que somos vecinos de toda la vida y por no haber problemas y por la convivencia, tres años que tenían sumados uno extra por la pandemia de la Covid-19, pues la deuda comenzó a reflejarse en el último año de vida de mi madre, en 2017. No es que se fijara tres años de tiempo, si no que en cada reunión anual de cambio presidencial les iban dando tiempo y avisos para que pagaran. Yo mismo en la reunión de 2021 defendí que se les avisara informándoles con toda realidad y crudeza de lo que había en su deuda creciente y en las consecuencias de la misma. El gestor dijo en la reunión de 2022 que ninguna de las dos puertas deudoras le atendieron cuando quiso informarles o nunca encontraba nadie en ellas. Cuando me nombraron presidente por turno rotatorio hace dos años, en aquella reunión de 2022, vaya por dios, se acabó la mayoría para darles plazos, ahora los vecinos votaron mayoritariamente por la demanda judicial. Volví a defender que aunque se había votado a favor de la demanda se intentara volver a avisarles de la deuda y las consecuencias y que se les informara que en cuanto comenzaran a pagar se retirarían las demandas, porque al fin y al cabo somos vecinos y nos conocemos y hay que convivir. No obstante, esto es una democracia, dada la mayoría, yo como presidente de la comunidad, y por tanto representante legal de la misma, con el gestor, comenzamos este acto de realizar acciones legales. Ahora bien, la no renovación del Consejo General del Poder Judicial en su particular batalla del partido Popular con el gobierno de PSOE-Unidas Podemos y ahora PSOE-Sumar, retrasó más todavía este asunto, aumentando más la deuda que sigue acumulándose. Y con la deuda de los vecinos aumentan los deterioros del edificio y el tener que pagar derramas los que sí pagamos nuestras cuotas.
Entre el final de 2022 y el comienzo de 2023 hube de ir en persona a los juzgados a firmar los papeles de nuestro abogado y de nuestro procurador. Y se llegó a una primera parte del proceso que nos ha llevado a una segunda parte en curso y tan lenta como ella misma, todo a la vez de los problemas de la no renovación del Consejo General del Poder Judicial y las huelgas en los tribunales que lo ralentizan todo. Como sea, en la primavera de 2023 yo me disponía a ceder el turno rotatorio al siguiente con esto ya iniciado, que era la parte más delicada. Sin embargo ocurrió, como he contado, que por cuestiones ajenas a mí, la rotación no fue posible y los vecinos presionaron para que renovara yo el cargo, lo que es anómalo y no muy justo, pero legal, porque la organización de la comunidad de vecinos lo permite en sus mayorías. Así que aquí estoy esperando a que me renueven a mí mismo por otro en el cargo esta primavera. Mi propio cargo no fue renovado cuando se debía.
La cosa es que en esa vorágine de vecinas de ayer reclamando cada cual lo suyo y no lo urgente de lo de todos, una de ellas dijo que a otra de ellas (ya no presente en esa reunión espontánea e imprevista en un rellano de escalera donde me cogieron) le habían dicho que no había habido denuncia y que el gestor nos robaba. Le dije que eso no era así, que en todo caso los afectados no habían aceptado o no habían recogido sus citaciones judiciales según me dijo el gestor a comienzos del año pasado; le dije que tuve que ir yo mismo en persona a los juzgados a poner las firmas como presidente de la comunidad de vecinos para nuestro abogado y procurador. La vecina, muy amiga de su otra vecina, insistía en que su amiga vecina no la mentía y que no había denuncia, que había engaño. Así pues, sin discutir ni media yo, porque no tengo porqué, entiendo que sin quererlo decir de manera directa se nos trata de mentirosos al gestor y a mí mismo. Pero yo sé lo que he hecho, y yo he firmado en el juzgado los papeles, y esos papeles existen y están en la oficina del gestor y también en el juzgado y en sus archivos y los tendrá nuestro abogado. Cada uno sus copias. Si hay dudas, que vayan a la oficina del gestor, o al juzgado. Y que sean conscientes que las acusaciones implican un uso del dinero de la denuncia en el abogado que, entonces, ¿qué creen que están acusando? Creo que este punto no se lo han planteado, pero está implícito si uno piensa en las implicaciones de decir que no se hizo la denuncia. En cierto modo hay difamación en estas acusaciones de rellano de portal, que también es delito, pero que no corra la sangre, que se queden en cotorreos de portal. El resto de vecinos que no se reúnen en rellanos, son conscientes de que el proceso existe. Y que es comprobable yendo o a la oficina del gestor o al juzgado mismo.
Ahora bien, si el proceso está parado, o si el abogado está o no continuando la segunda parte, eso quizá es lo que llame a confusión y lo que hay que aclarar, porque la finalidad de esto es solucionar problemas, no generar nuevos conflictos.
Y así, entiéndase, tal como va mi comunidad de vecinos, va España.
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