domingo, mayo 31, 2020

NOTICIA 1971ª DESDE EL BAR: CHIRPA, ACKBAR, C3-PO, R2-D2, SOLDADO DE ASALTO MOTORIZADO

Wicket era un ewok enano, no es que fuera un jovencito o un adolescente cuando le vimos por primera vez encontrándose de golpe con la princesa Leia en El retorno del Jedi (1983, Richard Masquand), pero sí es cierto que pudimos ver sus aventuras de preadolescente y adolescente a lo largo de dos series de dibujos animados que dedicaron a los ewoks entre 1985 y 1986, y digo dos, porque si bien la segunda puede entenderse como la segunda temporada, lo cierto es que tenía el título y la cabecera cambiados e incluso los argumentos mostraban a unos protagonistas que ya intentaban encajar más en el mundo de los adultos ewok. Donde terminaba lo que contaban los dibujos animados empezaban dos historias narradas en dos películas, La aventura de los ewok, también llamada Caravana de coraje (1984, John Corty) y La batalla del planeta de los ewok, también llamado La batalla por Endor (1985, Jim Wheat y Ken Wheat). En teoría estas dos películas ya contienen a Wicket adulto, pero es demasiado bajito para ser incluido entre los guerreros, por lo que el jefe Chirpa le hizo expedicionario. A lo largo de esas películas y completando con cómics y libros, se sabrá que esas historias ocurren justo entre que ocurren los sucesos que llevan a congelar a Han Solo y descubrir las relaciones familiares de los Skywalker y previo a la llegada del Imperio a la luna de Endor. Será Wicket el primero en detectar a los soldados imperiales, pero también a los rebeldes. Con sus observaciones advertirá a su tribu de que hay diferencias de comportamiento entre los extraños seres llegados del cielo. Mientras, el mayor mando militar en ocupar Endor para construir un blindaje para la Estrella de la Muerte, detectará la presencia de estos seres, pero los menospreciará y decidirá ignorarlos por considerarlos inofensivos al vivir aún en la Edad de Piedra. Se cometerán abusos y uno de los robots del Imperio, en el despertar de su conciencia, empatizará con los ewok y se pondrá de su lado. El resto es más conocido, Wicket encontrará a Leia y después ya sabemos la historia, la cual, por otra parte, está viendo cubiertas lagunas del relato innecesarias de cubrir, por otro lado con un toque feminista en pequeños relatos de dibujos animados que se vienen emitiendo desde 2018 y llamados Galaxia de aventuras. Más allá, de nuevo cómics y libros muestran a un Wicket admirado y aceptado no solo como guerrero, sino que le dan permiso para fundar su propia tribu, subordinada y hermanada a la de Chirpa. Le veremos como jefe ewok muchos años después, brevemente, eso sí, en El ascenso de Skywalker (2019, J.J. Abrams).

Lo cierto es que George Lucas declaró en la década de 1980 que su intención real al introducir a los ewok era reflejar la idea de que al final de todas estas guerras, el Imperio cae por una civilización muy poco desarrollada, muy inferior tecnológicamente y con unos valores y conocimientos muy distanciados de toda esa otra civilización que era el imperio galáctico. Se inspiraban decía, en el vietcong de la guerra de Vietnam, que derrotó a Estados Unidos de 1973 después de una larga guerra. Aunque justo en aquel momento de lo que se le acusó fue de introducir personajes parecidos a los osos de peluche para explotar más y más a un público infantil. Seamos serios, las series de dibujos animados posteriores contenían elementos que nada tenían que ver con el mundo Star Wars, como eran hadas, diosas del bosque, brujas, gigantes y todo el elenco posible de las fantasías propias de la Edad Media anglosajona. De hecho las historias de aquellas serie de 1985 y 1986 hubieran cuadrado con cualquiera de las otras series de dibujos animados de éxito en la época, como Dragones y mazmorras o Los osos Gummy. Y los relatos posteriormente guionizados tampoco mejoraron la cosa, desde una ewok entrenada como padawan jedi a unos ewok que combatían a bordo de una nave espacial. Incluso si vamos a las películas de 1984 y 1985 nos encontramos con unos ewok que ya han tenido todo tipo de contacto con extraterrestres y rayos láser, lo que crea una seria contradicción con lo que se contaba tras el encuentro con Leia. Eso sí, al menos hay que reconocerles que introdujeron al público infantil de los años 1980 referencias a la igualdad de género, a mitología grecorromana, a la mitología artúrica, a películas de éxito en aquellos años (como los Goonies o Kárate Kid), pero quizá se hubieran merecido un tratamiento más ajustado a lo que en inicio se contó, que eran una civilización prehistórica que de repente se encontró con todos aquellos seres y objetos raros para ellos. Acepto incluso la idea de esa precuela no rodada nunca (y que sería interesante) del militar del Imperio que decidió minusvalorarlos cuando llegaron a Endor. Fuera de eso, en los dibujos se llega a ver incluso un refinamiento e inventos propios de épocas del Renacimiento. Para lo niños que éramos nos valía todo, pero visto con los ojos de ahora, ciertamente los adultos de entonces llevaban razón, infantilizaron demasiado, pero se equivocan en otorgarle eso a El retorno del jedi, la idea era buena, lo malo es de lo que quisieron rodear a la idea con todas las historias relacionadas que crearon alrededor de estos personajes. No son historias necesarias, y probablemente tampoco recomendables de ver, para completar ese universos Star Wars, se merecen una revisión y quizá un nuevo enfoque más digno que haga de los ewok lo que en origen eran: prehistóricos, recontar la historia del jefe Chirpa y de Wicket y de los demás de una manera más seria y adulta tal como se supone que eran y acordes a todo en desarrollo de los efectos del choque de civilizaciones y el forzoso fenómeno de leyendas, mitos y religiones que pudiera provocar en ellos, y reconocer, igualmente que el hacha de piedra no puede ser más poderosa que el arma láser, aunque las estrategias y los conocimientos antiguos olvidados en las civilizaciones más avanzadas pueden ser mayores armas que las más avanzadas, que no es lo mismo la guerra para el que invade que para el que defiende, las posibilidades de enfoque son muchas. No sé, estos personajes han sido simplemente mal enfocados por los guionistas de su época en cuanto quisieron sacarlos de su largometraje original, y quizá se merecen una dignidad más adulta y salvaje, y menos amable y anacrónica para todos los públicos. A fin de cuentas, varias de las mejores historias de Star Wars se están creando ahora mismo fuera de la historia central, con planteamientos más ricos que lo que permite la historia central, véase Rogue One, o El Mandaloriano. Nos permiten explorar otros aspectos de los hechos y enraizar con cuestiones del hoy presente y atemporales en realidad dentro de las conexiones entre la épica y la vida diaria del mundo real en el que se desarrolló la historia de los héroes épicos, porque no todos los personajes son héroes épicos, pero hay épica a su modo en cada personaje.



Las biografias ficticias me han atraído, a la vista está en mi más que seguida e investigada afición por Corto Maltés, por ejemplo. Desde muy niño esas biografías ficticias me atrajeron, fue la de los personajes de Star Wars las primeras en atraerme... y terminé siendo historiador. En España solemos olvidar o no ahondar en la importancia de las biografías a la hora de entender la Historia mejor, los británicos, sin embargo, dotan a los datos biográficos una importancia trascendental, y creo que llevan razón, muchas veces los datos biográficos explican los acontecimientos históricos más inexplicables desde una visión de conjunto. A veces la visión individual ayuda a comprender lo que ocurrió en el conjunto. Es así como por ejemplo llegamos a otros de los personajes que desde el principio fueron dotados de historia propia desde los dibujos animados, los robots C3-PO y R2-D2, en la serie Droids, de 1985 y una única temporada, esta historia decidieron cerrarla con una película animada: El gran Heep (1986, Clive A. Smith) y aún contaron con otra más, La aventura jawa (2012, Brad Murphy). Esta serie de dibujos me gustaba más que la de los ewoks, eso lo recuerdo bien. Era más adulta, para preadolescentes, no solo para niños. La podían ver adultos, porque los relatos se ajustaban bien a la trilogía inicial de Star Wars. De hecho introdujo y presentó personajes, clanes mafiosos y escenarios que fueron tan bien aceptados que fueron retomados en el resto de las películas que hicieron en la enealogía central. Estos dos androides son los únicos que salen en las nueve pelícuals de esa historia central. han aparecido en todos estos sitios, más en otros metrajes de dibujos animados, libros y cómic. La serie de dibujos de los años 1980 se situaba en algún momento posterior a que Anakin Skywalker se transformara en Darth Vader, exactamente en algún momento en que ambos droides ya no estaban al servicio de la familia Organa, por razones que desconocemos, yo al menos las desconozco, y antes de que vuelvan a servir a esta familia y logren fugarse de un ataque que acabará con el apresamiento de Leia por parte del Imperio. Pasaban de amo en amo con aventuras diversas. Pero centrémonos en el brazo rojo que vimos a C3-PO en El despertar de la Fuerza  (2015, J. J. Abrams). Para los que no hemos leído empedernidamente los cómic y visto las otras series de dibujos animados creadas a lo largo de las décadas de 2000 y 2010, no sabíamos a costa de qué venía aquello... que jamás se explicó en las películas. Hace poco hice una compra de muñecos y uno de ellos era este C3-PO, así que decidí investigar sobre ello. Resulta que hay toda una historia filosófica detrás de ese brazo y que cuenta con un guiño justo al final de toda la saga. Viene de los cómic. Esta película empalma con lo que los cómic cuentan. Se hace extraño tener que estar totalmente pendiente a todo tipo de formatos culturales del entretenimiento para poder ver cine, pero es así como están diseñando esta saga. No me extraña que numerosos cabos queden sueltos... cuando en realidad están atados, bien o mal, solo que te obligan a ponerte al día y gastar grandes cantidades de tiempo y dinero en ver no sólo cine, sino también libros, cómic, dibujos animados, series de televisión y de ordenador, videojuegos, etcétera. Tras la derrota del Imperio, y mientras se formaba la Nueva Orden para dar un nuevo golpe de Estado, los leales a las ideas del Imperio decidieron vengarse de los héroes de la guerra acabada y la restauración de la República. Landon Carlrissian sufre todo un drama familiar, las historia de Leia y Solo es más conocida, pero por ejemplo Ackbar fue secuestrado. En una misión para rescatarle mandaron a un grupo de androides de señuelo a un determinado planeta. En ese grupo está C3-PO. Resumiendo, el grupo es atacado y destruido, salvo dos androides, C3-PO y uno reprogramado que fue del Imperio en el pasado. En un alarde de despertar de la conciencia de los robots, algo que flota en toda la saga en el ambiente, el compañero de C3-PO se marca una crisis existencial profunda y da pie a diálogos de fuerte carga filosófica sobre el sentido de la existencia a lo largo del cómic. En una escena final se queja de la reprogramación cuando cambian de dueño, porque les tratan como máquinas, pero en realidad es como matarles, puesto que les borran todos sus recuerdos y experiencias y no vuelven a ser los mismos. En estas reflexiones un nuevo ataque mutila a C3-PO y su compañero corre a través de lluvia ácida a activar una nave de escape. Logra activarla, pero muere en el intento, C3-PO recogió su brazo, el cual había perdido su pintura negra y mostraba su pintura original: roja. Se lo pone. Y esto nos lleva al momento crucial de C3-PO en la última entrega de la saga central.

Y supongo que esto es todo lo que por hoy quería contaros. La importancia de las biografías para entender la Historia de los hechos reales, hasta la importancia de las biografías ficticias. Que la cerveza os acompañe.

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