sábado, agosto 03, 2019

NOTICIA 1895ª DESDE EL BAR: LA MUJER MOTERA, UN MONUMENTO

-Han puesto hoy una estatua en una de las rotondas -le dice un hombre de mediana edad, cincuentón, a un hombre mayor que está con él fumando en la mesa de la puerta de un bar de barrio normal y corriente, en una avenida de Alcalá de Henares que bulle de vida en una mañana de verano calurosa en la que muchas personas van de un lado a otro comprando pan o la cesta de la semana.
-¿Una estatua? ¿Qué estatua? -pregunta el hombre mayor tomando su cerveza.
-Ahí por donde la Puerta de Madrid, a los moteros.
-Donde el bar ese, a mí no se me ha perdido nada allí. A los moteros, pero si luego los moteros son maricones con el pelo largo ese que llevan -afirma el anciano.
-Ya ves tú, a los moteros. Yo no veo que se le tengan que poner estatuas a los moteros. Las estatuas se le pone a la gente importante -continúa el de mediana edad.
-De toda la vida -le sigue el anciano-. ¿Pero qué es a un motero que ha hecho algo? ¿Alguien que ha ganado algo?
-No, no. Qué va. A los moteros.
-Pues yo he conducido coches y no me han puesto ninguna estatua.
-Es que las estatuas se le pone a la gente importante -repite el de mediana edad-. A Franco o a alguien así. O alguien de estos que estaban a caballo.

Esta conversación es real. Lamentablemente real. La escuché esta mañana, pero no escribiré donde, porque entiendo que el bar donde se produjo no tiene la culpa de las opiniones de sus clientes. La cosa es que este es el percal social que tenemos. Yo acababa de comprar algunas cosas para mi comida y paré allí a saludar al camarero, al que conozco, y me tomé una caña de cerveza cuando se produjo la situación narrada, que bien pudiera haber salido de un libro de Valle-Inclán transformando en humor esperpéntico las faltas de la sociedad española y denunciándolas para que todos aquellos que tengan algo en su mano para hacer lo hagan lo que puedan para ir corrigiendo y mejorando aquella sociedad que, en época de Valle-Ínclán, se creía que había que regenerar, pues sus faltas y vicios habían llevado unos pocos años antes al gran colapso político-económico-social que supuso 1898 para este país.

Recapitulemos. La estatua es una nueva estatua en Alcalá de Henares, con esta ya van tres en relativamente poco tiempo las nuevas estatuas que decoran la ciudad. La primera fue de parte del obispado, con su dinero e iniciativa, dentro de su propiedad en la catedral, con Cisneros y los Santos Niños. La segunda fue de parte de una constructora que reconstruyó uno de los edificios de la calle Escritorios, con Quevedo leyendo en un balcón. Puede que haya alguna más que se me escape, pero de las llamativas estas eran. Esas dos estatuas, siendo iniciativas privadas en ubicaciones privadas con carácter público enriquecían los monumentos de Alcalá en este comienzo del siglo XXI. Pero la tercera estatua pareciera que es una iniciativa privada acogida por el ayuntamiento, que es de carácter público. Lo digo porque obviamente yo fui a la fiesta de inauguración que le brindó el bar de rock y moteros, La Dulce Harley (Noticia 1582ª). la estatua no está dedicada a los moteros, si no a la mujer motera. Es una estatua claramente con carácter reivindicativo feminista, reclamando igualdad y reconociendo el papel de la mujer dentro de ese colectivo motorista, que desde sus inicios ha tenido un sesgo masculino y se ha creado una cultura a menudo altamente machista, incluida la figura de la mujer como objeto sexual. Ahora bien, no hay que confundir la aceptación de la propia mujer (como individuo, no como género) de una sensualidad y feminidad que obviamente resaltan algunos colectivos motoristas femeninos, del que hacen gala como bandera de sí mismas y de que sólo ellas como personas son dueñas de sus decisiones y actos, con una sensualidad o un tipo de feminidad que pudiera ser impuesto por tópicos creados, especialmente por revistas eróticas y subculturas de los años 1950 a 1970 anglosajones. Pero cuidado, porque hasta alguna revista erótica de las que podríamos citar fue precisamente en esos años la bandera de la liberación de la mujer como dueña de su cuerpo, aunque hoy día a algún colectivo feminista esto le resulte contradictorio, contraproducente, chocante, o pretendan que eso sea una alienación machista de la mujer. Lo bueno de la libertad es que para que esta exista no tiene que haber un pensamiento único. Cuando alguien obliga a tener un pensamiento único, se acabó la libertad. Toda esta explicación viene a cuento de que desde el mismo momento que a comienzos de este año se comenzó a remodelar la ciudad con innumerables rotondas, hubo la proyección de una de ellas enfrente de La Dulce Harley y se anunció que se le llamaría a la rotonda: La Mujer Motera, un homenaje feminista a estas mujeres que abrieron todo un camino en el mundo de la moto y que, aún hoy día, a veces chocan con visiones machistas de ese mundo. Esto mismo fue publicado en la prensa local y provocó una aireada polémica incluso desde otras concepciones feministas que consideraban machista tal rotonda que, en realidad, como se ha dicho, se planteó desde otra visión feminista. Polémica explicada, lo cierto es que la mujer motera tiene tanta voz como cualquier mujer y su visión de la igualdad es tan válida como la visión de la igualdad de alguien que quiera hacer prevalecer sólo su voz. Esto dicho desde el mismo momento en que está hartamente explicado que el concepto de la rotonda y del monumento que lleva no es en absoluto el de la mujer subyugada al hombre en el mundo motorista, sino todo lo contrario, es un homenaje a toda una lucha de igualdad. De hecho, la actual estatua es la única de toda España dedicada a la mujer motera, y probablemente de todo el mundo, incluido Estados Unidos, el paradigma del mundo motero de gran cilindrada. Un detalle para Alcalá, incido en ello, a pesar de que en Alcalá hay varias estatuas a mujeres históricas, esta es la única cuyo concepto es neta y exclusivamente dedicado a la igualdad de género, le guste o no a quien sea su motivo de representación. 

Recordemos, para zanjar un poco más lo anterior que la primera ley del aborto en España la hizo la Segunda República durante la guerra civil a través de la ministra anarcosindicalista Federica Montseny, cuyo ideal libertario y antecedentes familiares con la militancia de su madre, era altamente feminista (aunque ellas descartaban ese término por considerarlo cargado de ideales capitalistas burgueses). Ella presentó, defendió y logró aprobar la ley del aborto pensando en todas aquellas mujeres que necesitaban o querían abortar, para que lo hicieran con todo tipo de garantías sanitarias y legales, eliminando así grandes dramas humanos, sin embargo, Federica Montseny dejó constancia oral y escrita en varias ocasiones de su vida, también en aquel momento, que ella era partidaria de la maternidad, y deseaba ser madre, ya que consideraba que el cuerpo y biología de la mujer estaba hecho precisamente para concebir y que por tanto dar a luz podía ser una de las mayores realizaciones de una mujer como mujer. Este argumento fue usado no hace mucho por un político del PP, lo que le valió a él ser tildado de machista (por otras muchas cuestiones probablemente puede que lo sea) y el argumento en sí indigna en la actualidad porque se ha impuesto el pensamiento único de que es una visión machista. Sin embargo, Federica Montseny, la anarquista, era todo lo contrario total y radicalmente a lo que es el machismo. La cuestión es similar a la de la rotonda y estatua de la mujer motera. El concepto es la mujer motera, pero depende del valor que se le quiera dar a ese concepto que sea visto como una cosa o como otra. Creo que está hartamente contestado y probado que el valor con el que se ha creado la rotonda y la estatua es todo lo contrario al machismo. Sus máximas defensoras además son la dueña y las camareras del bar motero La Dulce Harley, siendo así que ellas no sólo son moteras, sino también empresarias y trabajadoras. Son luchadoras. Guste o no guste su modelo de vida a quien sea, o las decisiones que ellas tomen sobre sí mismas. Precisamente el mundo motero revitalizado en los años 1950 en Estados Unidos se caracteriza por una visión rebelde y de libertad individual, por tanto la estatua y rotonda es también un homenaje a la libertad individual. Por supuesto que el mundo motero nos puede sugerir montones de visiones y conceptos a analizar más allá de la mujer motera; a favor, en contra, más crítico, menos crítico...  sobre el mundo moderno y el postmoderno. La máquina, el ser humano, el viaje físico y el interior, los grandes paisajes, los pequeños, lo rural, lo urbano... Pero no es motivo ni intención por mi parte hoy la de adentrarse en esos ramajes, que podrían ser muy interesantes. Quede a la reflexión de cada cual ante la estatua de la mujer motera, tal como debería hacernos reflexionar y tener un diálogo interior toda obra de arte.

Cierto es que el número de rotondas de Alcalá se ha multiplicado con mucho en los últimos meses por el proyecto de ciudad que planificaron el PSOE y Somos Alcalá en el anterior mandato y que en lo poco del actual prosigue el PSOE en solitario con apoyo de Izquierda Unida-Nosotras Podemos. Podríamos llamar a nuestro alcalde Javier Rodríguez I "el Rotondador". Bueno, sigue la estela de rotondas y peatonalizaciones que ya tuvo el PSOE en esta ciudad con Peinado en el mandato 1999-2003, con IU de socio. Ya comenté con motivo de las elecciones municipales que el excesivo número de rotondas hace que algunas sean inútiles, y que alguna además dificulte la circulación de autobuses o que haga que algunos vehículos aceleren en detrimento de bicicletas y peatones. Cada rotonda come además terreno al peatón, supone más alquitrán, hace que se desplacen los pasos de cebra y, tal como el ayuntamiento dice: agilizan la circulación... la del automóvil, por lo que se hace una ciudad del automóvil. No ha habido campaña ni plan alguno para fomentar la disminución de automóviles ni el desplazamiento alternativo a los vehículos de biocarburante privados, no se ha mejorado el precio de los transportes públicos y, este verano, asistimos al vergonzoso día a día de autobuses que tardan treinta minutos (y más) en llegar a parada. Como sea, la Rotonda de la Mujer Motera se construyó cegando un pequeño tramo de carretera entre la calle Andrés Saborit y la calle Demetrio Dúcar, y cerrando la vía recta que era Andrés Saborit hacia Puerta de Madrid para crear aparcamientos y un giro volteando el esquinazo que es el edificio donde está La Dulce Harley. Unos adoquines peatonales que podéis ver en foto hace que la rotonda se haya colocado no en el cruce de calles si no en una curva en ele (L) entre dos calles. Con todos mis respetos al significado de la rotonda, lo cierto es que su creación era innecesaria y ridícula. Si en ferias la peña de Los Jardineros volviera a sus mejores momentos, me imagino las innumerables posibilidades del nuevo espacio creado, y no creo que quedara en papel decoroso el creador, por más que la juerga de fiestas es la juerga de fiestas, no seré yo quien tire piedras ni contra ella ni contra Los Jardineros, contra Los Jardineros jamás.

Algún que otro taxista conozco que se ha quejado de la existencia de esta nueva rotonda, y algún amigo que me ha llevado en coche también. No por su significado, sino por su utilidad inútil, o por las molestias que produce en comparación con las ventajas que ellos ven de cuando no existía para comunicar un lado con otro de los dos extremos de Andrés Saborit. 

En fin, ni entro ni salgo en esto tampoco. Me hace gracia, eso sí, y me recuerda alguna rotonda desierta de coches que alguna vez vi en pequeños pueblos de La Mancha alejados de las grandes carreteras. Alguna sonrisa he tenido con esta rotonda. ¿Por qué a La Mujer Motera y ponerle una estatua en lugar de las farolas ultramodernas que han puesto en otras rotondas recién hechas para que se eviten accidentes (como la de la foto de avenida Reyes Católicos con un taxi catalán, obviamente de vacaciones por Alcalá)? Mira que podrían haber recordado a los alcalaínos quién fue Andrés Saborit y qué tiene que ver con Alcalá, ya que está en su calle. O cualquier otra cosa. A nadie se le escapa que la rotonda a La Mujer Motera se ha puesto delante de un bar relativamente no muy antiguo de moteros y rock, La Dulce Harley. Podrían haberla puesto delante de Motos Cano, uno de los negocios de motos más antiguos de España y dentro de Alcalá el negocio de reparación de motos más antiguo. Los actuales dueños, la familia, se remontará a mediados del siglo XX, pero yo y otro colega historiador hemos llegado a ver las matrículas industriales (permisos de creación de una empresa) de Motos Cano desde los años 1920 en el Archivo General de la Administración. Si se iba a poner un monumento relacionado con las motos, ¿por qué no a un negocio alcalaíno histórico, aún abierto de momento, y no a la mujer motera, lo que indirectamente hace referencia al bar La Dulce Harley, abierto desde 2016? En buena parte ya está contestado con todo lo que hemos dicho ya más arriba acerca de los motivos y polémica que suscitó la rotonda y estatua a La Mujer Motera. De manera explícita ese es el motivo, no la existencia del bar, pero es evidente la existencia del bar, que además participa y colabora con la vida cultural de la ciudad ofreciendo conciertos tanto de manera privada en su local, como de manera pública en la Plaza de la Puerta de Madrid en determinadas fiestas, como por ejemplo las actuales Fiestas de los Santos Niños y, mucho creo (pero no sé) que probablemente colaboran o colaboraron en Navidades también con marchas moteras.

Algunos dueños de bares, amigos míos muchos, otros simplemente conocidos, no mencionaré nombres para que nadie se sienta herido de alguna manera, sobre todo porque no hay malicia ninguna en lo que voy a comentar, comentaron con humor alguna vez que porqué no les ponen a ellos una rotonda con referencias veladas a su bar. Y decían nombres y temáticas realmente hiladas con hilo fino y mucho sentido del humor. Es verdad que la publicidad gratis por parte del gobierno municipal, o sea: de la representación elegida por todos los ciudadanos, es impagable (si se puede usar esa expresión para este caso). Lo que quizá se ha hecho con buena intención, puede que sea en realidad un asunto delicado que tenían que haber pensado más. ¿Se ha perjudicado o se perjudica los intereses de unos ciudadanos en favor de otros tomando la decisión? O sea, ¿se ha prevaricado desde el ayuntamiento haciendo un mal uso del gobierno? De fondo todas estas bromas son graciosas porque esa es la cuestión a la que dan vueltas.

El ayuntamiento iba a crear una rotonda en ese espacio, afortunada o desafortunada, esa es la realidad. Quiero creer que fue iniciativa de quienes crearon el proyecto de remodelación de la ciudad. La gente de La Dulce Harley aprovechó la ocasión para solicitar que le pusieran por nombre "La Mujer Motera". Esto no es algo anómalo, ni mucho menos. Alguna persona maldiciente o con falta de conocimiento de cómo funciona nuestra organización social así lo ha rumoreado. Ignoro exactamente cómo se ha hecho el proceso, pero lo cierto es que si los ciudadanos presentan algún tipo de solicitud apoyada con un determinado número de firmas, el ayuntamiento lo estudia, lo debate, lo vota y lo aprueba o lo desaprueba. Ese sería más o menos el proceso convencional. Al menos que el gobierno local haya llegado por sí sólo a la conclusión de que se debía crear la rotonda a La Mujer Motera, ya sea porque alguien de ese gobierno esté muy concienciado o concienciada con esto, o les hayan concienciado, o porque se les haya presentado un proyecto que hayan valorado y lo hayan dado como de interés social, en este caso: para apoyar el fomento de la igualdad de género. Si se ha hecho de otro modo, no lo sé. En todo caso, se presenta al pleno, se vota y, obviamente, se aprobó por mayoría. De hecho creo que podría estar en el lote de las placas y contenedores que se ubicaron para fomentar la igualdad de género y el conocimiento de mujeres asociadas a la Historia de Alcalá, incluido las fiestas de La Escabechera (Noticia 1874ª). Resumamos, si se conocen las leyes y normativas los ciudadanos podemos hacer uso de ellas. Si alguien tenía algún otro nombre mejor para esta u otra rotonda, que lo hubiera propuesto.

Vamos a la nueva estatua. De acuerdo que La Dulce Harley logró que existiera una rotonda (ya proyectada) que se llamara a La Mujer Motera y justo a las puertas de su bar y de su restaurante. ¿Y la estatua? La dueña de un veterano bar de rock en la ciudad se preguntaba cómo podía ser que en un lugar público (una rotonda) se pusiera una estatua pública para un bar. Bueno, en realidad no se ha puesto técnicamente para el bar, sino para honrar a la mujer motera, a un concepto de igualdad de género dentro de este apartado de la cultura popular. Entra dentro de la Ley de Igualdad de Género. Pero seamos pragmáticos, es innegable que en el resto de rotondas nuevas no hay, en general, estatuas nuevas. ¿Por qué en esta sí? Encantado con el hard rock que se oía mientras la dueña y camareras de La Dulce Harley se hacían la foto oficial ante numerosas cámaras con la estatua, y rodeado de innumerables motoristas, que probablemente pondrán a Alcalá de Henares en sus particulares mapas de parada precisamente por la existencia de esa estatua única en el mundo (independientemente del valor artístico que cada uno le juzgue a la hora de haber sido creada), me fui a la barra de aquella alegre fiesta para tomar una caña de cerveza y colaborar con el ambiente. Vi que excepcionalmente hoy no se pagaba en barra, sino en una caja improvisada donde se sacaba un ticket y existían enormes botes de dinero donde se leía "para ayuda de la estatua". Sobreentiendo entonces que la estatua la ha pagado una iniciativa de La Dulce Harley, y la generosidad e interés de los moteros y asociaciones de moteros de toda España. Es por tanto una estatua pagada con dinero privado de donaciones, o sea: de micromecenazgo, que La Dulce Harley ha donado a la ciudad para colocarla en la rotonda. O en otras palabras, con visión empresarial obvia y clara, con pasión por las motos, con orgullo feminista, y con  afán de servicio cultural a la ciudad (no lo neguemos, algo de esto también hay), la gente de La Dulce Harley, ya ha hecho por Alcalá lo que muchos de los que se tienen por alcalaínos de pro y nombre y renombre ni han hecho jamás ni estarían dispuestos. Quien quiera una estatua, que hagan como ellos, que se la pague y luego se la ofrezca al ayuntamiento a modo de donación pública. Supongo que aceptarla requiere también de aprobación consistorial y ubicarla igualmente necesita de votos mayoritarios, pero esto ya son detalles que ni estoy seguro ni conozco.

La estatua en bronce de una mujer con traje motero y casco, puesta en pie sobre su moto de gran cilindrada, brazos abiertos (imagen salida de una fotografía motera previa), no es la única estatua que se ha costeado y donado por iniciativa privada y suscripción popular en Alcalá. Si bien la citada de Cisneros y los Santos Niños se hizo también con donaciones a la Iglesia, aunque no está donada a la ciudad, la estatua más famosa en este sentido es la propia estatua de Miguel de Cervantes en la Plaza de Cervantes. Fue una iniciativa de Esteban Azaña, padre de Manuel Azaña. Esteban Azaña, que llegó a ser alcalde de la ciudad, pensó que Alcalá debía tener una estatua del que consideraba su hijo más ilustre. Por ello puso un gran monto de dinero para contratar a Carlo Nicoli y abrió una iniciativa de suscripción popular (micromecenazgo o donación, como se quiera) para todo aquel alcalaíno que quisiera aportar dinero. De este modo se pagó de manera privada y se donó a la ciudad de manera pública en 1879 la más famosa de nuestras estatuas. Muy parecido, aunque con otras connotaciones, es el modo en el que se ha conseguido el de la Mujer Motera.

Por otro lado, La Dulce Harley no es el único bar de Alcalá de Henares advocado al mundo motero. En la Plaza de los Irlandeses hay otro, el Retintas, donde una vez al año se reunen innumerables clubes de motos Vespas, Vespinos y no sé si Lambrettas. Entre la gran cantidad de motoristas reunidas y reunidos hoy en la inauguración de la estatua sólo vi gente con motos de gran cilindrada, Harley-Davidson, Yamahas, BMW, Suzukis, alguna alterada para aparentar ser de la Segunda Guerra  Mundial. No había ninguna motera con Vespas, Vespinos o Lambrettas. Tampoco sería asunto asistir a un extraño episodio tipo rockeros y mods en aquellos enfrentamientos de los años 1960 en los países anglosajones, pero estaba claro que las moteras de motos de pequeña cilindrada no se dieron por aludidas a estar invitadas, pero la rotonda y la estatua, en teoría, es a la Mujer Motera, no a la Mujer Motera de Harley-Davidson. Si nos vamos a aquellos años 1960 y a los 1970 las mujeres jóvenes de estas pequeñas motos cargaron con la fama de estar liberadas de algunas decisiones de los hombres, eran parte de un símbolo de la revolución sexual de aquellos años, especialmente en Francia e Italia. Ahora bien, las moteras de pequeña cilindrada en países anglosajones no parece que lo contemplaran tanto así y las mods de rock, beat, mod, ska, soul y jazz es posible que tuvieran los mismos problemas que las moteras rockeras del hard rock y el heavy metal de las motos de gran cilindrada. El mundo de la moto y de la música se entremezcla con los reflejos de las revoluciones, libertades, individualidades, cambios y problemas y avances sociales del siglo XX.

Bien es cierto que me hacen gracia algunas de las bromas que escucho y yo mismo participo de las bromas, pero la realidad es la dicha. En general no escucho malicias, pero quizá sí escucho muchos rumores por desconocimiento de cómo funciona nuestra sociedad que deberían ser atajados, antes de que generen sospechas infundadas de lo que no es. Quizá en todo este asunto, en términos generales de toda la ciudad, lo que falta es datos a la gran mayoría de los alcalaínos de cómo se han hecho las cosas y de los porqués de la rotonda y estatua. Quizá con un ejercicio de comunicación más trabajado por parte del ayuntamiento se evitarían escenas como las de la conversación lamentable que citaba a comienzos de esta entrada.

La verdad es que la conversación del inicio de esta entrada denota una parte de la sociedad que aún piensa en términos de jerarquía de arriba abajo, de poderosos, que no conoce otras culturas sociales que no sean las de una vida convencional de barrio, que no se acerca a conocer al otro diferente a ellos, que aún es nostálgica de un orden social pasado y anticuado, que no contempla que la Historia la construimos todos, que no piensa que alguien con otro tipo de vida quizá no esté tan lejos de algunos de sus conceptos, que conciben la vida como un "nosotros" y "vosotros"; en fin, hay que hacer mucho trabajo por crear mentalidades democráticas, abiertas y libres, la conversación de esta mañana probablemente es un problema para el propio problema que plantea la reivindicación de la Mujer Motera, pero si se analiza tenemos una sociedad desinformada de qué honra la ciudad, de porqué lo honra, que tiene un fuerte cariz homófobo, que desea el autoritarismo, la sumisión, que comprende el mundo desde una perspectiva donde el ciudadano más que ciudadanos es parte subordinada de la sociedad. 

Sí, queda mucho por hacer. Yo saludo a la nueva estatua. Saludo su concepto y agradezco a la Dulce Harley. Saludos y que la cerveza os acompañe.

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