miércoles, julio 17, 2019

NOTICIA 1890ª DESDE EL BAR: DEL DUENDE

Las ideas creativas tienen duende, al menos así lo avalan los flamencos. La página La Libertina  trata de explicarlo con citas de gente importante de la cultura, como Lorca, en su artículo "¿Qué significa 'tener duende'?". Habrán sido los duendes, o el duende, pues. 

En Cádiz hay un callejón vallado llamado "del Duende". Hay un mínimo de tres teorías sobre ello. Parece que todo remite a la Guerra de la Independencia en los comienzos del siglo XIX, a un soldado francés enamorado de una gaditana y a un fusilamiento que fue fingido. Ella, logró que fuera fingido en secreto, para poder salvarlo a él, a escondidas se veían en ese callejón y alguno hubo que lo vio y creyó ver a un muerto en vida, por tanto, un espíritu, un duende. Otros dicen que lo fusilaron de verdad, y que por ello se aparece en el callejón, en busca de ella. Y otros que los fusilaron a los dos y que hasta el día de hoy se aparecen allí de vez en cuando. Reciben flores y velas desde entonces, y nadie pasa. Yo cuando lo vi en su día aún no conocía estas leyendas básicas, hay otras, y al estar en un barrio que Cádiz le dedica al flamenco con estatuas a cantaores y hasta un local del ayuntamiento dedicado al flamenco pensé que se trataba del duende flamenco. Diversas historias para un mismo hecho. Alguien ha tenido que hacer nacer esas historias. Historias falsas con sustratos de realidad, pero los sustratos de realidad no las hace reales, si acaso verosímiles, que no verdaderas. Y sin embargo, a veces las historias que traspasan el mito para caer en la creencia, terminan teniendo cuerpo de realidad e influyen en la realidad. Pongamos por caso la planitud de La Tierra durante varios siglos entre la Edad Antigua y la Edad Media.

No hace mucho una de mis ideas creativas ha sido premiada con el reconocimiento. Yo no recibo premio físico alguno, y pasaré como un viento. Es una noche de eclipse parcial de Luna y sólo los que miren de soslayo, de soslayo les mirará la Luna. Siempre habrá quien reflexione que Miguel Hernández tal vez no era un metafórico perito en Lunas, si no un ambiguo perito en lunas, lunas de espejos con reflejos de uno mismo o del otro, de una realidad o de otra, un Hernández reflejo o un Hernández carne, un Hernández que se consideraba perito, o sea: experto como para valorar la luna o tal vez la Luna. 

Es tan bello hablar con todas las amistades y todas las personas. Nos hace expertos vivos.

Saludos y que la cerveza os acompañe.

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