"[El cine español] es políticamente ineficaz, socialmente falso, intelectualmente ínfimo, estéticamente nulo e industrialmente raquítico", lo sentenció el director de cine Juan Antonio Bardem en 1955. El mismo año otro afamado e histórico director español, Luis García Berlanga, apuntilló al respecto: “El cine español es uno de los fenómenos más anodinos de nuestro tiempo”.
Entre ambos directores acumulan un gran número de los mejores títulos de la cinematrografía española del siglo XX, "Calle Mayor", "Muerte de un Ciclista", "El Poder del Deseo", "Plácido", "El Verdugo", "La Vaquilla"... Casi todos sus mejores títulos son de las décadas centrales de ese siglo XX, una época muy difícil para cualquier tipo de arte, y para la vida misma, pues son las épocas de la dictadura de Franco (con su fuerte censura), especialmente la década de 1950'. Sus frases tenían mucho sentido en aquella época. La mayor parte de las producciones eran o de corte moral de cine de niños con habilidades (musicales normalmente), o bien que resaltaran valores católicos, o bien producciones históricas que resaltaran unos tópicos de la España más conservadora y proclive al ideario de El Movimiento del régimen de Franco, o bien ficciones de familias que vivían bien y felices, sin vicesitudes económicas y sociales ni cortes en sus libertades amenazadas por el gobierno. No obstante el ambiente lo retrató bastante bien una novela, "El Jarama", de Sánchez Ferlosio, donde un grupo de jóvenes amigos pasan un día normal y corriente de diversiones rutinarias a pocos días de haberse producido la muerte de una amiga de todos ellos. Esa metáfora de lo que estaba ocurriendo en España es lo que reflejaba también el cine español de la época.
El cine español comenzó temprano de mano de los franceses Lumiere a finales del siglo XIX, pero pronto de mano de directores españoles. De hecho, aunque fue Buñuel el director español del cine mudo más innovador e importante de los años 1920', con repercusión mundial en la Historia del Noveno Arte, contamos con más nombres que aportaron al cine de la época, dentro y fuera de España, aunque menos conocidos popularmente hoy día. Y no sólo eran directores, los había de todo tipo. No obstante, el primer experimento de cine sonoro no se hizo en Estados Unidos, como se cree, si no de forma breve y no comercial en España. La guerra civil española de 1936 a 1939 revolucionó el cine documental, con nuevos enfoques y nuevas propuestas de realizar estos. Incluso la cartelería de las películas venían siguiendo las tendencias de artistas españoles desde 1931, con la II República y su apoyo a la cultura (los carteles antes eran pintados y casi todos los artistas eran vanguardistas). Pero tras 1939 la ruptura con las libertades en favor de un férrero control dictatorial que simpatizaba y se apoyaba en ideas fascistas interrumpió aquel rumbo.
El panorama de las primeras décadas de la dictadura en el cine español era el citado. Alguna película propia del ideario del régimen podría salvarse, algunos actores, algunos directores, pero en general era un cine que ha salvado por calidad pocos títulos, casi ninguno. No había calidad. Hubo una productora que imitaba el cine de Hollywood en escenarios y argumentos, o intentaba imitarlos, desde la Historia de España, una productora cuyas películas nadie emite ni recupera ya, y quizá más por su significado netamente nacionalcatólico y fascista que por otros motivos más artísticos. Pero no era un buen cine. No se hacía un buen cine. Las películas que más han gustado al público no tenían grandes guiones, quizá sí grandes intérpretes, como Fernando Fernán Gómez, quien en realidad, como muchos descubrieron en su entierro, era un anarquista que ocultaba serlo durante la dictadura, podríamos citar a otros más. La película más vista del momento era "El Último Cuplé", con Sara Montiel. La gente quería verla cantar, por lo que como película musical era un buen musical para España, para los gustos del momento.
Los directores como Bardem o Berlanga se atrevieron a criticar la dictadura y la sociedad de la misma de un modo sutil, aunque no exento de censura y de vigilancia. Sus películas alcanzaron gran calidad precisamente por no querer hacer propaganda de las ideas de El Movimiento, ni hacer un cine comercial de familia. Pero tenían más. Cualquiera que las vea y conozca el cine de la época, sabrá encontrar innovaciones sorprendes, técnicas de rodaje complejas, fotografías y juegos de luces tremendos... un cine a la altura del cine europeo y el norteamericano, con motivaciones españolas enfocadas desde sentimientos universales, esto es de cualquier persona del planeta.
Pero llevaban razón, el cine español a la altura de 1955 era todo lo que habían dicho hablando en general. El cine español era uno de los fenómenos más anodinos de aquellos tiempos. Su esplendor de los 1890' a 1939 era muy limitado a determinados nombres personales, pero no destacaba el cine español en sí, si no esos nombres, como Segundo de Chomón o el citado Buñuel. Era políticamente ineficaz. Casi todas las producciones se hacían para apoyar las ideas de la dictadura ("Marcelino Pan y Vino" es tan buen ejemplo como cualquiera de las divertidas comedias de Paco Martinez Soria si se las analiza políticamente) , o se forzaba a que lo hicieran por medio de la censura. Las pocas películas que trataron de esquivar este efecto, como las de los propios Berlanga y Bardem, no lograron concienciar mentes, ni dar pistas para empezar a concienciarse, al menos no en un primer momento. Ni siquiera para intentar cambiar las cosas desde dentro del propio régimen. Era socialmente falso. La alegría y el positivismo de las vidas que se mostraban en películas como "Tómbola", "El pequeño Ruiseñor" o "Cateto a Babor", ocultaban los años del hambre y la escasez, la represión política, la deficiente vida de los 1950' o el no tan idílico vivir de los 1960' españoles. Intelectualmente ínfimo. La mayor parte de las producciones se hacían en apoyo de la dictadura, siguiendo los puntos ideológicos del Movimiento o bien los de Falange, ejemplo total de ello es la película "Raza", cuyo guión era del propio dictador Franco. La gran mayoría de las películas no discutían ni mostraban nuevos enfoques de ideales que estaban preestablecidos y cuidados por las tijeras censuras de Falange. No se podía mostrar ideas diferentes, y las vanguardias, normalmente, eran mal vistas. No gustaban las innovaciones ni las metáforas. Eso recortaba muchas posibilidades creativas. Estéticamente nulo, precisamente porque el régimen no quería vanguardias. Buena parte de las películas de los 1940' y 1950' no abandonaban cánones de escenarios casi de teatro o de plató de rodaje, con sus respectiva colocación clásica de las cámaras. Sólo unos pocos se atrevieron a innovar, como Berlanga, con usos de las cámaras donde, por ejemplo, no se producía corte alguno de la imagen para pasar de una escena a otra, haciendo que la cámara se moviera por un espacio enorme, casi inimaginable de ser posible. E industrialmente raquítico. Las producciones de cine eran pocas. En 1951 se producían unas 40 películas al año, en 1962 eran unas 80. Había poco presupuesto, y pocos autores. El productor estadounidense Bronston se asentó en España y comenzó a rodar varias superproducciones de Hollywood aquí. Varios directores le imitaron, norteamericanos e italianos. El cine español, y los profesionales del cine español, se vieron favorecidos por este hecho, supieron aprovecharlo, pero cuando Bardem y Berlanga dijeron aquellas frases en 1955 este fenómeno aún estaba difuso en cuanto hasta dónde llegaría.
Cuando llegó la década de 1970' el panorama del cine español había mejorado en muchos aspectos técnicos, interpretativos y de dirección. Pero se marcó claramente una linea entre producciones que seguían apoyando las líneas del régimen de mostrar un rostro amable de la sociedad que planteaba en teoria (estas fueron sobre todo las comedias que tanto nos han hecho reir de gente como Alfredo Landa, José Luis López Vázquez, Lina Morgan o el citado Paco Martínez Soria) y gente que se arriesgó a ir más allá en sus críticas a la dictadura y su sociedad (Berlanga, Bardem, Carlos Saura, Chicho Ibáñez Serrador o los hermanos Summers).
Con la caida de la dictadura en 1975, la cual quedó atrás en 1978 definitivamente, el cine siguió esas dos lineas aunque con matices democráticos ahora. Las palabras de Bardem y Berlanga de 1955 parecían confirmarse de nuevo en los 1980' con películas como las de los hermanos Ozores, y las protagonizadas por Pajares y Esteso ("Yo hice a Roque III", "Los Bingueros"), incluso seguía existiendo un cine de niños con cualidades artísticas (Parchís o Enrique y Ana). Pero también hubo una profundización en la intelectualidad de los argumentos y en el sentido político y social, así como una mejora en la estética, se puede ver en Garci, Uribe, Mario Camus o Pedro Almodóvar. Películas de ejemplo pudieran ser "La Escopeta Nacional", "El Bosque Animado", "Pepi, Luci , Bom y otras chicas del Montón", "Volver a Empezar", "El Crack", "El Lute", El Vaquilla", "El Vuelo del Dragon Rapide", "Tijeras" y otras.
Desde los 1990' al actual 2010' se está viviendo una edad dorada del cine español. Gente como Alex de la Iglesia, Fernando Trueba, Isabel Coixet, Julio Médem o Alejandro Amenábar, desde la dirección (pues en otros oficios del cine también hay grandes nombres) han consolidado el cine español internacionalmente, y han logrado un aumento del público en las salas de cine, pese a que hay muchos autores españoles que tienen serios problemas para vender entradas para ver sus películas. Hay en España en estos momentos a mi juicio tres maneras de hacer cine, una a la norteamericana con grandes producciones y argumentos presentados con determinados formulismos propios de Hollywood, donde destaca el espectáculo ("El Día de la Bestia", "El Capitán Alatriste", "El Laberinto del Fauno" o "Ágora"), otra a la europea, donde el peso está en el argumento y las relaciones humanas ("La vida secreta de las palabras", "Tierra", "Lucía y el sexo" o "Belle Epoque"), y otra que sigue siendo una forma bastante española en sus diferentes vertientes ya expuestas ("Azuloscurocasinegro", "Torrente, el brazo tonto de la ley", "El Bola", "Justino, un asesino de la tercera edad", "Celda 211", "Bajo las Estrellas" o "Aupa Etxebeste").
Y habiendo dicho todo esto ¿qué opináis del cine español actual vosotros, en relación a la frases de Berlanga y Bardem de 1955? ¿Creéis que el cine español sigue siendo "políticamente ineficaz, socialmente falso, intelectualmente ínfimo, estéticamente nulo e industrialmente raquítico", así como que "es uno de los fenómenos más anodinos de nuestro tiempo”? Analizando el cine español en todas sus vertientes desde la óptica de 2010. Me interesa vuestra opinión. Yo entretando me voy a la ducha, que en un par de horas me voy al cineclub para ver la película "Entre nosotros", de Maren Ade, alemana, creo. Que la cerveza os acompañe. Espero leeros a alguno mañana.
1 comentario:
Bueno, pues veo que el debate se estableció en el enlace de networked por vía facebook. Si alguien lo quiere leer, está por allí. Aunque me hubiera gustado que se hiciese aquí. Un saludo.
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