Hace bastante tiempo intentaba tocar la percusión, pero Mozart dijo que aquello no era música. Asíque le mandé a alguien que le metiera miedo en el cuerpo. El tipo al que mandé le encargó un réquiem. No sé exactamente que idea del miedo tenía, pero la cosa funcionó... en exceso eso sí. Mozart murió y a su entierro de ataúd de alquiler apenas asistió un perro a ver como lo tiraban a una fosa común pública. Desde entonces se han abierto muchas fosas, y ha caído tanta gente válida en ellas... Es lo que tiene la moda, que la sociedad pide fosas.
5 comentarios:
eso, que ya está bien de tanto niño prodigio y risitas alocadas! jaja
copón que foto...ignoraba tus pinitos musicales en el "Mago de Oz"!!!
Saludos!!!
Bravo, bravísimo!!No tengo palabras, magníficos atuendos y maravillada me quedo ante la revelación!
pffff
me has dejado fria.
Muy buen post. Destila humor y acidez. Me gusta.
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