miércoles, agosto 22, 2007

NOTICIA 316ª DESDE EL BAR: EL ESPÍA EN EL CLANDESTINO DEL 2003

Creo que El Clandestino es un bar nocturno que ya no existe, pero podías ir, escuchar conciertos de hard rock de grupos locales y alrededores, y ser un clandestino más de la noche... conocido por todos los clandestinos urbanos.

Un guitarrista de heavy metal, El Tronco, me hizo esta fotografía desde el escenario mientras tocaba con su grupo, creo que por entonces él estaba con los Reset. Yo estaba en primera fila. Se la pedí al acabar el concierto y me dio una copia via correo electrónico. Es una pena que no me la diera en papel fotosensible, ya que nunca logré una buena calidad intentando imprimirla, está a baja resolución, pero en las pantallas de ordenador queda bien. Aquel concierto del 2003 en El Clandestino lo daban varios grupos de rock locales, más este de heavy metal e íncluso un grupo de pop. Yo había pasado todo el día en un macrofestival de la palabra en la Facultad de Filosofía y Letras. Estaba a punto de comenzar el Verano y aquel festival lo organizaba Emilio Sola, un catedrático cervantista que es escritor y fue hippie en España en los 1960' y 1970'. Algún día he de escribir de él. Había bebido cerveza, fumado marihuana, recitado poemas propios contra la guerra de Irak, iniciada hacía poco, visto películas pornográficas de principios del siglo XX junto a un montón de gente con gorros de papel en la cabeza y una extraña música electrónica que percutía en la cabeza tras un rato de un modo obsesionante. Por entonces aún se me recordaba como miembro de la ASU, y mis palabras contra la guerra, y mis poemas, sonaron a anarquista pacifista con tal contundencia que recibí un aplauso lleno de antimilitarismo. La facultad grabó parte de aquel día y mi acto fue elegido para grabarlo para la Historia de la Facultad. Incluso la decana mandó hacerme fotos, y allí me tienen en sus archivos, según me dijo la propia decana un año más tarde, cuando me licencié como historiador. Y acabé en El Clandestino, y El Tronco me hizo esta fotografía... y a veces hecho de menos esos momentos, y trato de moverme y hacer actos así de creatividad, aunque muchas veces no se logren bien los objetivos... No soy nadie importante, pero sé que hago lo que me gusta y lo que creo debo hacer. Soy militante de mis creencias. Soy un clandestino como todos lo somos.

Hace un tiempo me paró por la calle un marroquí y me saludó. Yo no lo recordaba. Era parte del público que me vio hablar y recitar desde el balcón a las escaleras de la facultad donde estaba el público en aquel día. Recordaba mis palabras contra las guerras y la violencia y las armas y me llamó hermano. Y sin embargo aquel día yo acabé en El Clandestino, cerveceado, y no es algo que reproche, porque fue un gran día y aquel concierto era un buen concierto. Todos somos clandestinos con cosas que ocultar que los demás conocen a voces... y en realidad no queremos ocultar. La vida es muy corta, pasa rápido, lo que perdura es... ¿lo clandestino? No, no quiero ocultarlo.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces quiero un gramo de tu locura

;)

Anónimo dijo...

El concierto lo recuerdo. Pero lo de la facultad no sé si es el mismo día que te vi yo, cuando leiste a mi mano que sube y baja, no sé. La verdad es que aqulla fue una de las mejores épocas de mi vida. Pero prefiero no ponerme nostálgico. Ayer me di cuenta de que hace diez años de que B. Guardian sacó el Nightfall y casi me caigo de la silla. AHHHH! Los viejos tiempos.

Anónimo dijo...

clandestinos somos todos
aunque algunos lo tienen reprimidos pero en la vida terrenal hay de todo....

Raquel dijo...

Yo a veces soy clandestina incluso para mí misma, Espía.
Espero que lo que perdure sea lo bueno. Un beso.

Anónimo dijo...

Te recuerdo subido en el balcón de la facultad y se que pensé, como se emocione se va a caer, así que me concentraba a medias en escucharte y a medias en el teléfono decidiendo sobre a quien sería mejor llamar si te precipitabas al suelo desde tan alto; creo que al final pensé que mejor a los bomberos que lo mismo arreglan un roto que un descosido. Fue un buen día ese, pero tambíen ahora

Liliana dijo...

La vida es corta y lo que perdura es la coherencia o la incoherencia con que la vivimos. Por lo que he leído, estoy casi segura que tú eres coherente con lo que crees. Foto curiosa. Habla de tiempos de estudiantes. Buena época.

Mauricio dijo...

Que grande Canichu. La ASU. Cuantos recuerdo. Yo fui el fundador de esa asociacion con la esperanza de llevar el anarquismo y el socialismo a la Universidad. Fueron grandes momentos. Organizamos cosas interesantes como charlas sobre la guerra y el nacionalismo. También la participación que tuvimos en las movilizaciones contra la LOU. Nosotros fuimos el verdadero impulso de aquellas movilizaciones. O el encierro contra la Ley de Extranjería.
La verdad es que mis años en la Universidad fueron los mas felices de mi vida. Luego en la Autónoma me vincule a la Comisión de Cultura contra la Guerra, pero siempre hice cosas con la ASU en Alcalá.
Me ha gustado el post. Los viejos tiempos, aunque suene a abuelo cebolleta.