domingo, enero 05, 2025

NOTICIA 2366ª DESDE EL BAR: CORTO MALTÉS. LA LÍNEA DE LA VIDA

Ya lo dije en octubre pasado, en la Noticia 2348ª, cuando hablé de la nueva entrega de aquel Corto Maltés situado en el siglo XXI de la mano de Martin Quenehen y Bastien Vivés, este año Corto Maltés venía por partida doble, pues en su versión clásica que sigue la línea marcada de Hugo Pratt, se iba a publicar la nueva entrega de la mano de Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero. Y así fue. Si el otro se publicó en verano, este se ha publicado a finales de noviembre de 2024. El álbum se llama La línea de la vida, y está ambientado en 1929, es la historia que más nos ha avanzado en la vida de este marinero, pirata, anarquista, aventurero... La historia hasta el momento más avanzada en el tiempo fue la creada por Hugo Pratt en la isla de Mü, ubicada en 1925. Hay referencias de Corto en Los Escorpiones del Desierto, donde dicen haberle visto por última vez en 1936, en España. Ahora bien, esto es inexacto, pues desde la primera página de la primera vez que Pratt publicó una obra de Corto, Balada del Mar Salado, una carta de Pandora en la década de 1960 indica que Corto Maltés vive de anciano, o con edad avanzada, con ella en Chile, y que pasa el tiempo sentado en su casa mirando al mar con la mirada como perdida, pensativo. También es cierto que Vittorio Giardino quiso abordar el final de Corto en uno de sus cómic sobre Max Fridman, que vería su fusilamiento en aquel 1936 en la guerra civil española. También es verdad que siempre ha habido rumores de que Pratt tenía ya pensado parte de un cómic que tratara este asunto de España, y que Corto no muere, sino que huye ayudando a unos brigadas internacionales, aún pasando por un paredón de fusilamiento. Pero eso son rumores. La realidad: que se supone que en la década de 1960 sigue vivo y en Chile.

¿Por qué comento todo esto? Porque la historia de la hipotética muerte de Corto en 1936 ha ido y venido envuelta en polémica y debates, cuando sinceramente no hay polémica alguna desde el primer momento que Pratt le da por vivo en la década de 1960. El actual álbum juega con la idea de un vaticinio futuro que le hacen sobre que se le acerca la fecha de la muerte con acento español. El prologuista incluso quiere jugar con estas dudas... cuando insisto: no cabe duda. Ahora bien, el prologuista nos menciona algo interesante, en Las helvéticas Corto bebió del Santo Grial adquiriendo una hipotética vida eterna. Quizá con esta hipótesis juega la idea de un posible Corto inmortal en el cómic que este año publicaron Quenehen y Vivés, Reina de Babilonia. Ya comenté entonces que se nos muestra al Corto más vulnerable y que parece incluso descender al infierno e incluso aludirse a una posible inmortalidad. Sea como sea, Corto, mortal y falible, se nos presenta en esta obra de La línea de la vida, igualmente como el Corto más vulnerable de todos los vistos.

Es conocida la anécdota de que Corto nació sin línea de la vida en la mano, por lo que se la hizo él mismo con una navaja, y alguna vez la cambió a gusto. De ahí toma el título el libro, pues la obra nos habla de fondo de la mortalidad de Corto. Una vidente conocida por los lectores le encarga una misión al estilo pirata de sus inicios con Pratt, sólo que más bien es a modo de contrabandista, cosa que se le torcerá y gentes del gobierno mexicano le pillarán y le prometerán el perdón si contrabandea armas para unos insurgentes, pues el político juega a dos cartas. Ahí hay un paralelismo con la obra de Reina de Babilonia, pareciera que se hubieran puesto de acuerdo ambos equipos creadores. Más aún, Corto se encuentra terminando su barco La niña de Gibraltar, sobrenombre de su madre, pero también guiño conocido entre sus lectores de que entre los rumores del posible guion de Pratt para la historia de 1936, Corto llega a España en un barco llamado de esa manera. 

La historia se desarrolla en México una vez que ha triunfado la revolución, pero que no termina de asentarse pues aparece la contrarrevolución de los cristeros. Los cristeros eran gentes del México rural con unas ideas católicas muy extremas y que se pusieron en contra del gobierno mexicano cuando este se hizo laico y creó algunas leyes que chocaron con la Iglesia católica. Su guerra duró de 1927 a 1929. Aunque en el cómic se verá a un cristero con un estandarte donde se leen vivas a Cristo Rey con la fecha de 1927, en realidad la ambientación se da en 1929, el final de aquella rebelión, pues se cuenta en viñetas la muerte de un personaje real, el general Gorostiza, que fue abatido a tiros en 1929. 

Corto recibe a Boca Dorada mientras remata su barco. Ella le hace participe de un lucrativo negocio donde estafar a otro personaje real, un arqueólogo anglosajón que se dedicó a poner en valor los restos de las culturas maya y azteca y que fue descubriendo, pero a la vez sacando de México para llevarlas a museos europeos, fundamentalmente el Museo Británico. Esta actividad debía hacerla de manera clandestina, pues el nuevo gobierno de México prohibió la salida de sus riquezas arqueológicas, que comenzaron a poner en valor como identidad cultural, la cual paradójicamente se alimentaba del trabajo de arqueólogos de otros países. Así vamos a ver a un Corto Maltés que ejerce de estafador y hasta le veremos vestir de calle como un hombre de la burguesía muy elegante. Algo muy inusual y que incluso ilustrará la cubierta. El problema es que en medio de este negocio tiene que verse con un gobernador mexicano y otro personaje real, el embajador de Estados Unidos cuya hija se casará con el famoso aviador Lindberg, el primer aviador en cruzar el Atlántico Norte. En esos momentos Estados Unidos ha mediado con México para mejorar las relaciones entre ambos países facilitando que Lindberg, como empresario privado, pueda usar sus aviones para el bombardeo de los campamentos de cristeros. Con todos estos personajes se cruzará Corto, que será descubierto en secreto por el político mexicano, el cual es un doble agente  que le quita todas las piezas arqueológicas y su barco a cambio de que trafique con armas y lleve fusiles y munición al general Gorostiza, de los cristeros. Esto nos recordará a cuando Corto ya llevó armas al IRA durante la Primera Guerra Mundial. No es algo baladí, pues se encontrará con Banshee en México. Aunque se explica qué hace una irlandesa del IRA en México, lo cierto es que como lector me parece un poco forzado para mostrarnos a uno de los personajes femeninos conocidos del pasado de Corto. Y por cierto, retoman explícitamente un romance intuido en la obra de Pratt. Un joven periodista europeo, rubio, con jersey azul y bombachos (sí, recuerda a Tintín y quizá sea un homenaje a ese personaje) reconoce a Corto y le persigue por todo México en busca de una historia que escribir. A la vez escribe de la revolución mexicana, recordando al lector a John Reed. Se llama Yann Rêveur, que traducido sería Yann Soñador, y por cierto, existe hoy día un bloguero francés llamado Yann que se define como rêveur y trata sobre viajes por el mundo. Como sea, a esta altura del relato así aparece otro personaje conocido, Rasputín, que en esta historia remarcará la estrecha amistad con Corto y la confianza que se tienen el uno con el otro en su vertiente más delictiva (ambos habían sido piratas juntos en Balada del mar salado). Sin contar mucho más. A lo largo de esta historia en la que Corto quiere recuperar su barco y jade mexicano, nuestro héroe se nos muestra falible y le persigue la muerte, hasta en dos ocasiones su vida corre peligro de muerte. 

Este cómic tiene numerosas innovaciones. Algunas ya están comentadas, otras tienen que ver con las composiciones de página y también con las perspectivas. Díaz Canales y Pellejero se han atrevido más a dotar a Corto con un poco más de su forma de crear. Quizá sea el álbum cuyas composiciones de página y de color están más meditadas y forman conjuntos estéticos uniformes. Aumentan las viñetas apaisadas y la transmisión de emociones a través del color, como el calor sofocante o el frío de la noche. Sin duda la parte estética cobra una gran importancia en esta obra. Los autores crean su propio mundo dentro del mundo de Pratt y se combinan bien como un guante.

Sin embargo, creo que esta vez deberían haber desarrollado una obra de mayor volumen, pues abren muchas puertas que solucionan de manera muy rápida de una viñeta a otra. Aunque crean interesantes recursos narrativos entre viñetas en algunos de esos saltos, cruzando incluso el transcurso temporal de lo narrativo por ejemplo en el cuento que les narra el periodista a unos niños, siendo el protagonista del cuento el propio Corto, hay algunas otras partes que hubiera sido deseable alguna página más para una explicación más completa de lo ocurrido entre una secuencia y otra. Del guion, lo que hay que decir, al margen de esto, es la gran riqueza de conocimientos y posibilidades de aventura que saben lograr los autores actuales. En este caso se adentran también dentro de toda esa biografía troncal más mítica de Corto y eso alimenta al personaje. 

Siempre interesante. Siempre estimulante. Saludos y que la cerveza os acompañe.

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