Todos los años, hacia el final del año, selecciono la fotografía que me parece más representativa, o que más me llama la atención. Este año es especialmente complejo. Hay una gran cantidad de imágenes muy potentes. Desde el comienzo de año con el asalto al Capitolio de Estados Unidos, que es la primera gran rebelión de su Historia desde la Guerra de Secesión, al lanzamiento de un nuevo telescopio espacial más potente que el Hubble hace apenas un par de días en este final de año. Entre medias han habido desastres naturales llenos de imágenes impactantes como la Filomena que congeló Madrid, las riadas del norte de España, pero también las inundaciones que ha provocado el Ebro en las lluvias de Otoño, especialmente e Zaragoza, y desde luego el volcán de La Palma, en Canarias, con la erupción más larga y devastadora de los siglos más recientes. Tenemos también a Biles, toda una heroína olímpica, abandonando los juegos tras reconocer un problema mental por agotamiento. Están las tremendas imágenes de los palestinos defendiéndose en una mezquita de un asalto israelí, y sus posteriores enfrentamientos bélicos. La retirada de los aliados y la caída de Afganistán de nuevo en manos talibanes. Los disturbios de Barcelona ante una decisión judicial sobre los presos del independentismo. El rescate en el mar de un niño inmigrante por parte de un guardia civil, y también el abrazo de una miembro de la Cruz Roja a otro inmigrante, pero también la llegada descontrolada de inmigrantes de manera ilegal por la zona de Ceuta ante un encontronazo diplomático con Marruecos al asistir médicamente España al líder del Sahara Occidental en pleno conflicto bélico entre ellos. La fotografía de la primera mujer vacunada en España y posteriormente las innumerables fotografías de vacunaciones por todo el mundo. La soledad de Isabel II de Reino Unido en el funeral de su esposo y a uno de sus nietos con su esposa desvelando en televisión cosas incómodas en su familia. Tenemos Venecia desierta por la Covid-19, y La India en el colapso sin madera de tantas piras funerarias que tuvieron que encender para quemar a sus muertos por la pandemia. Tenemos a Messi llorando porque se iba del Barça Futbol Club y al día siguiente su alegría de estar en otro equipo de fútbol en Francia. Tenemos las Olimpiadas de 2020 celebradas en 2021. Tenemos a un puñado de multimillonarios financiando sus propios paseos en naves espaciales soltando toneladas de contaminación innecesaria en un año que el cambio climático sigue volviéndose más peligroso. Tenemos lo dicho: un año lleno de imágenes muy interesantes dentro de una década de 2020 que de momento sigue sin mostrarnos su lado más positivo.
La imagen muestra un avión de carga militar abarrotado de gente que parte al exilio forzoso. Abarrotado por encima de lo que se recomendaba cargar de personas el avión, como se explicó en su día, por el mero hecho de querer hacer todo lo posible para evitar un gran desastre y muchas represiones contra aquellos afganos que colaboraron con los aliados en el periodo democrático abierto con la extensa e interminable guerra. Guerra que, como todas las guerras, incluía sus injusticias y su falta de libertades, sus violencias y sus barbaridades. Guerra que trajo, también es cierto, libertades sobre todo para la mujer. En esta fotografía, acercarse a las caras de las mujeres es especialmente un mundo lleno de historias personales de vidas mucho más que rotas, sabedoras del fin de un mundo vivido, la ruptura con los lugares y el distanciamiento con mucha gente querida de la que no sabrían qué sería de ellas.
Os dejo a vuestra propia reflexión, sin extender la mía, que en realidad tiene múltiples direcciones, pero que no os termino de compartir precisamente para dejaros lo más libres posibles para vuestra propia valoración.
Saludos y que la cerveza os acompañe.
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