lunes, febrero 06, 2006

NOTICIA 27ª DESDE EL BAR: ALGO DE MI VIDA, PENSAMIENTO


Me gusta hablar de cosas como Ipanema con ella. Puedo descubrir ese lugar sin haber estado jamás allí, sólo a través del recuerdo que guardaron sus ojos cuando vieron el lugar. Y la playa de Flamingo. Y la vida en las fabelas brasileñas. Y algún mercadillo italiano... y descubro mucho de ese mundo a través de la música brasileña que la Psicóloga del Bar no para de poner de los múltiples discos que se trajo de allí. Carámbanos... y sin embargo está emparejada. Es una amiga interesante y divertida, como ya dije en otra ocasión... pero sigo insistiendo en que me ha creado cierta adicción, que no puedo negar que me gusta. Mmmhh... Tuvimos una conversación acerca de relaciones de pareja, pero no motivada por su situación (cosa que ni se plantea, obviamente), si no por una anécdota de este fin de semana con cierta conocida que desapareció fugazmente. Yo dije que sostenía mi norma personal de no interferir en parejas formadas, más que nada porque, aunque nunca he tenido pareja, a mí no me gustaría que me lo hiciesen. Es algo muy de Kant: no hagas o desees al otro lo que no te harías o desearías para ti. Sin embargo ella consideraba que eso era desperdiciar la juventud si se presentaban determinadas ocasiones. Supongo que no llegué a exponer mis ideas claramente del todo. Lo que afirmo es que nunca engañaría a alguien de una pareja. En otras palabras, si ese alguien lo tuviera hablado con su pareja y ambos estuvieran de acuerdo en poder relacionarse afectiva o sexualmente con otros, pues sí entraría en el juego, porque no estaría siendo partícipe de ningún engaño ni traición sentimental. Si me ofrecieran, más allá aún, un terceto sentimental y me gustasen los componentes de la pareja y yo a esa pareja, pues también participaría, porque no hay engaño ni traición en esa pareja. Simplemente. Incluso si en el hipotético caso de que algún día tuviera yo pareja y se diera el caso de que nosotros mismos acordáramos esto mismo, pues es posible que lo aceptara. Podría ser una relación realmente interesante y participativa. Pero si soy el invitado, como decíamos, y me ofrece uno de los dos entrar en esa pareja sin el conocimiento y aceptación de la otra parte, pues lo dicho, no participaría, porque no quiero ser partícipe de una traición sentimental que pueda ser muy dolorosa o vil para la parte que desconociera el echo.
En fin, pensamientos de esta índole aparte, carajo, me gusta conocer su forma de pensar y ver el mundo. Es realmente estimulante. Aunque ya se sabe... vuelvo a casa tan solo como siempre. ¿Qué le vamos a hacer? C'est la vie (¿se escribirá así?). Entretanto leo en la página del Área de Broca que ha muerto el intérprete del abuelo de la Familia Monster de los años de 1960'. Otro mito que nos hizo reír que se va al otro barrio. Bueno, Al, a ver si regresas en forma de vampiro cachondo como en la serie.

9 comentarios:

EL CHICO GRIS dijo...

¿Qué cojones estuviste haciendo el sábado cuando me pire?

Canichu, el espía del bar dijo...

dar un poco más de coba e irme a casa. La chica en cuestión no era la húngara, no respecto a mí, pero sí que es cierto que hablé del final de esa noche con La Psicóloga del bar y se lo tomo por la vía sexual... y no por la vía de una conocida a quien había que acompañar un rato pues Acolade estaba en el Paranoid. MAl pensado, si es que todo lo miráis por la vía sexual. Un saludo, que la cerveza te acompañe.

EL CHICO GRIS dijo...

¿Hay otra vía?

EL CHICO GRIS dijo...

Digo ¿Hay otra via?

EL CHICO GRIS dijo...

Y a ver si actualizas el puto reloj de la pagina

Canichu, el espía del bar dijo...

La vía de lo no sexual.

EL CHICO GRIS dijo...

Esa via es una mentira, normalmente usada como escusa

Canichu, el espía del bar dijo...

bueno, si vas de duro por la vida sí, pero existe, no todo es meter polla en caliente

EL CHICO GRIS dijo...

ir de duro por la vida no es intentar meter la polla en caliente. pero hay veces que es mejor pensar solo en meter la polla en caliente, que dedicarse a darle vueltas y vueltas al puto coco