lunes, abril 18, 2022

NOTICIA 2130ª DESDE EL BAR: CINE QUE VI ESTA SEMANA

Ya se ha terminado Semana Santa, pues Santas Pascuas. Bueno, eso en el cristianismo católico y en el protestante en sus diversas vertientes, porque en el cristianismo ortodoxo Domingo de Ramos fue ayer, así que para ellos es Semana Santa. Ha sido para mí la Semana Santa más aburrida de mi vida y con creces. Lo puedo afirmar con rotundidad y seguridad. También la más solitaria y para rizar el rizo en el barrio prácticamente cerraron todos los bares donde he hecho conocidos entre los vecinos de toda la vida. No es que uno haya podido viajar tampoco. Hace años que uno no puede hacer prácticamente nada, siempre con el problema del desempleo y la escasez de dinero pendiente sobre mí como la espada pendía sobre la cabeza de Damocles. Me hace gracia amarga cuando siempre hay alguien que cuando le dices que estás en el desempleo se lo toma con buen humor y te dice que así descansas o que es como si fuera vacaciones. No. No descansas. No, no son vacaciones. No, no estás de fiesta. No, no puedes hacer gran cosa. No, no te puedes permitir gran cosa, a menudo ni siquiera elegir la comida que quisieras en la tienda a la hora de comprar. No puedes, tampoco, formar una vida ni presente ni futura. Pero ante el mal tiempo, así como sopla el viento te pones la capa, buena cara. 

Al menos he podido asistir a las exposiciones gratuitas sobre Quino y sobre Siudmak en Alcalá de Henares, muy recomendables. 

Así pues, hoy voy a centrarme en hablaros de películas que he visto estos días. En concreto en cuatro, he visto alguna más, pero me voy a centrar en estas cuatro que más o menos estuvieron distribuidas a lo largo de la Semana Santa.

2010: Odisea dos (Peter Hyams, 1984): La compré en DVD de segunda mano apenas por dos o tres euros. Excesivamente barata, o al menos en otra época hubiera sido excesivamente barata. Creo que la última vez que la vi fue precisamente de niño en aquellos años de 1980, o tal vez fue en algún momento de la primera mitad de la década de 1990. La película contó en su día con relativa repercusión mediática, por ser la continuación de 2001: Una odisea espacial, de Kubrik, estrenada en 1968. Aquella primera película tenía guión de Kubrik junto al escritor Arthur C. Clarke, y aunque Clarke hizo posteriormente una novela que no terminó de gustar a Kubrik, lo cierto es que Clarke escribió una segunda novela, esta de 2010, e incluso una tercera, 2061: odisea tres, de la que no se hizo película quizá por el fracaso de 2010. Confieso, también me compré de segunda mano la tercera novela por saber cómo acaba este relato. La película 2010: Odisea dos, en realidad se llamaba 2010: el año que hicimos contacto. Y de eso va. La vi en lunes santo. Coincido plenamente en la crítica recogida en Film Affintiy de Robert Evert para el Chicago Sun-Times: "Una película más cómoda con la técnica que con la poesía, con más carácter que misterio, que explica demasiado y deja demasiado poco a nuestro sentido de la maravilla, pero una buena película". Evidentemente la crítica hacía una comparativa con la de Kubrik, más abierta a interpretación y llena de caminos y poesía misteriosa, tanto que el final de la película yo no lo entendí hasta que leí la primera novela. Ahora lo aprecio mejor y más cuando leí una entrevista a Kubrik en Playboy de 1968. Yo sí creo que 2010 tiene poética, un lenguaje poético muy ligado a la estética. Se recrea en lo estético y dentro de eso en una poesía visual comparable a algunos cuadros de museo que apelan a la recreación de un sentimiento, pero es cierto que coincido en todo lo demás con Evert. Explica demasiado innecesariamente y mata el misterio y los caminos generosos con el espectador que había inaugurado Kubrik. Ese es un defecto que ha aumentado en nuestras épocas cuando por ejemplo se ha querido explicar hasta la más mínima cuestión de Star Wars en las secuelas y precuelas que se han rodado desde la década de 1990. No solo no son necesarias, sino que además deterioran todo lo misterioso y atractivo de las historias originales de la saga. No es necesario. Me quedo con el HAL-9000 despertado a la conciencia de la vida de Kubrik y preferiría prescindir del HAL-9000 de las conspiraciones de Estado que tuvo un error de programación de Hyams. Quizá tanta explicación de todo es lo que hizo que la película fracasara y fuera rápidamente olvidada a pesar de que es una buena película, pero que necesariamente debería ser independiente de la de Kubrik, el error fue querer continuar a Kubrik y su obra maestra. 2001 innovó en la ciencia ficción tanto introduciendo metafísica y filosofía, como en efectos especiales, que preludiaron los de Star Wars diez años antes, de hecho 2010 ya contó con la factoría de efectos especiales de Star Wars... y ganaron premio Oscar. La película de Hyams funciona como un ejercicio de estética, técnica y un argumento propio de la época inmerso en la Guerra Fría, pero fracasa ante la historia anterior que nos narró Kubrik. Quizá lo mejor de Hyams está en que en un mundo donde parece nacer algo nuevo y maravilloso de manos alienígenas, que la gente confundió con fantasmas en su día, otro error a la hora de narrar, hay un detalle hacia el final del metraje que es inquietante: todo esto es vuestro, referido a un nuevo sistema solar con planetas llenos de posibilidades de vida, excepto Europa, la luna de Júpiter. Lo que en principio parece un milagroso hecho donde unos alienígenas asemejados al dios creador dan una nueva oportunidad a la humanidad regalándoles una nueva alianza mediante las posibilidades de expansión por nuevos mundos, en realidad encierra una advertencia: un nuevo "no comeréis del fruto del árbol de la vida", que sería la luna Europa, donde aparentemente parece que viven estos alienígenas o vivirán. Ante este hecho es evidente que la tercera parte, que tengo aún por leer, parece que tratará del mordisco a la manzana prohibida. Pero incluso ese mensaje inquietante quedaba diluido entre la belleza poética y estética del metraje protagonizado, por otro lado, por el protagonista del Tiburón de Spielberg (1975). Y entre tanto de fondo hay un mensaje secundario a lo largo de todo el metraje que es al final el que hace que los alienígenas-generadores de vida decidan crear una nueva oportunidad-alianza con los humanos. Aquel regalo de vida en todo el sistema solar para que los humanos se expandan viene dado porque los humanos encerrados en su planeta Tierra parecen tener problemas de convivencia entre sí por la Guerra Fría. La historia narrada en 1984 está ubicada en el año 2010, en su día era futurista y de ciencia ficción, con un toque entre la utopía con un guiño a la distopía, pero en realidad hoy día, en pleno 2022, es una ucronía, un futuro alternativo, pues la historia cuenta con que la Guerra Fría continúa y aún hay un continuo soniquete de enfrentamiento entre Occidente liderado por Estados Unidos de América y el bloque soviético liderado por la Unión Soviética, Rusia. Veremos a lo largo de todo el metraje noticias de fondo en el telediario donde un conflicto en aguas de una república centroamericana va escalando amenazas bélicas y sanciones entre las dos partes mundiales en conflicto. Algunos personajes comentarán las noticias en determinadas partes de la historia. Asistimos así a una subtrama amenazante con la destrucción del mundo con una guerra nuclear. Queda curioso los guiños a Blade Runner (Ridley Scott, 1982), que sigue la novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Phillip K. Dick. Aparecen por ejemplo en los delfines como mascotas en la casa del principal científico de la nueva misión galáctica, pero también en el despertar a la conciencia y la metafísica de algunas computadoras, que llegan a preguntarse si al ser desconectadas soñarán y mediante el sueño seguirán siendo conscientes de sí mismas. En aquella historia recordemos que La Tierra tenía polvo radiactivo de un conflicto nuclear y los humanos más sanos se iban a otros planetas, mientras algunos ciborg cobraban conciencia de vida. La guerra queda declarada en el metraje de Hyams y eso hace que los alienígenas decidan intervenir. En 1986 rescatará esta forma de narrar en dos tiempos Frank Miller en su cómic Batman, el regreso del caballero oscuro. Mucha gente le ha adjudicado ese acierto narrativo que por fuerza confluye con la trama central en determinado momento a Miller, pero realmente ya lo habían aportado Clarke e Hyams en este 2010. La película no es mala película, y sin duda es otro ritmo de ciencia ficción que no coincide con el actual basado en la batalla continua, pero su problema es el dicho: haber querido ligar esta historia a continuar la de Kubrik, creo que eso decepcionó a muchas personas. Ha pasado a ser una continuación olvidada de la historia de las continuaciones de cine, pero a pesar de todo, tiene partes interesantes.

Los reyes del sol (J. LeeThompson, 1963): La vi en Jueves o Viernes Santo. Estaba pasando canales en el televisor tumbado en el sofá cuando en un canal claramente de orientación cristiana en su programación encontré esta película comenzando. Estaba protagonizada por Yul Brinner joven y he de reconocer que me llamó la atención Shirley Anne Field y su belleza. No la había visto nunca y ni siquiera sabía que existía. Así que al final comencé a verla y al final la vi entera porque me generó interés una trama que siendo sincero era propia de las películas que se hacían de serie B para los cines de barrio y las sesiones baratas. Películas que se hacían prácticamente para hacer caja rápida entre espectadores obreros ávidos de diversiones rápidas. No hay que ser exigente con este largometraje, falto de todo tipo de medios quizá por un coste barato para su productora, que en estas películas buscaban rentabilidad máxima ante una inversión mínima. Tampoco hay que pedir ni exactitud histórica ni verosimilitud ni veracidad. Es en sí misma un anacronismo brutal. Se sitúa en la América precolombina. Un pueblo maya se exilia de Centroamérica y se lanzan al mar para buscar un nuevo lugar donde fundar un nuevo reino. Así llegan a Norteamérica, donde topan y chocan con el pueblo sioux. El rey de unos y el jefe de los otros se transforman en antagonistas cultural, económica y personalmente. En medio la posible prometida del rey maya le gusta al jefe sioux, que cae preso de los primeros. Hay un choque cultural muy claro donde la película deja al descubierto sin disimular demasiado un conflicto político de entender la vida parecido al de los dos bloques protagonistas de la Guerra Fría, el occidental y el soviético, con invasión de territorio incluida. Es posible que estas películas hayan sido elegidas por el actual contexto de guerra en Ucrania. Como sea, los enemigos de los mayas, otro rey maya, llega a encontrarles y así aparece una tercera potencia enemiga ahora tanto de los primeros mayas aparecidos como de los sioux. La hermandad ante los problemas comunes hacen que todo problema se pueda solucionar, sin que se disimule tampoco demasiado que el segundo rey maya parece representar a los fascistas. La película es una película de aventuras que no deja pasar la oportunidad de lanzar la idea de las bondades del pueblo estadounidense como demócratas y gente libre incluso representados por las tribus sioux previas a los colonos europeos. Lo curioso de esta película en plena Semana Santa en este canal de televisión es que los sacerdotes y la religión maya, que exigen sacrificios humanos, son representados como entidades que ejercen en contra de la vida y de las sociedades. No deja de ser curioso ver como se pone en valor numerosos discursos del jefe sioux contra la religión, o al menos contra la religión jerarquizada. No hay que pedirle mucho a esta película, simplemente entretenimiento básico. Suficiente, siempre que no se quiera ser exigente.

Sodoma y Gomorra (Robert Aldrich, 1962): Un clásico del cine italiano, con dirección estadounidense, en las películas religiosas de mediados del siglo XX que cada Semana Santa emite algún canal de televisión... y aún con todo: yo nunca la había visto. Este año quise verla, por ver algo nuevo para mí casi tradicional de estas fechas. Fue en Sábado Santo en un canal televisivo que no paraba de emitir películas religiosas. Confieso una vez más, la reina de Sodoma y Gomorra, interpretada por Anouk Aimée, me llamó mucho más la atención que la anterior Shirley Anne Field. Me pareció atrayente aún haciendo de mujer fatal. Una de las cosas que más me han sorprendido para bien de este metraje es que está muy adelantado a su época y aunque se ve sometido a las restricciones y censuras de su época de rodaje, dice y deja intuir una gran cantidad de barbaridades y obscenidades que si hicieran una versión actual se cometerían excesos de dirección que no estarían a la altura. Evidentemente la trama recrea la historia bíblica de Sodoma y Gomorra, dos ciudades-Estado que cometía todo tipo de pecados y depravaciones, especialmente sexuales, a los que llega el pueblo errante de los hebreos dirigidos por Lot. Los judíos conviven entre los sodomitas y los gomorritas intentando mantener su moral y sus leyes, pero poco a poco se van corrompiendo adoptando las mismas costumbres que las gentes de aquellas ciudades. Dios decide intervenir castigando a Sodoma y Gomorra con su destrucción total y dando la oportunidad a Lot de salvarlas si encuentra diez personas justas en ellas, sino debe abandonar con su pueblo hebreo aquellas ciudades sin que nadie deba mirar atrás, bajo amenaza de castigo divino. Bien es sabido que la mujer de Lot miró atrás y se convirtió en estatua de sal. Esta historia, como las historias de la antigüedad y especialmente las religiosas, contiene en sí un lenguaje poético que trata de explicar el mundo. Parece evidente que el mirar atrás, más allá de lo literal, puede indicar que el pueblo de Dios cometió todo tipo de excesos pecaminosos que se desviaban de las leyes dadas, por lo que mirar atrás podría ser querer no volver al orden de una ley dada, Lot queriendo recuperar su liderazgo basado en un cierto sentido de pueblo o nación, castigaría a quien no quiera reconocer el orden restablecido. La trasformación en sal de la mujer de Lot evidentemente hace referencia a la esterilidad de todo aquello que no agrade a Dios, o también interpretable a las leyes del nuevo orden tradicional restablecido. Lo más llamativo de esta película son los trajes y decorados tan insinuantemente dirigidos al sexo explícito para quien quiera leer subtextos en el guión. Pensemos que el inicio de la película es un travelling sobre el salón del trono donde hombres y mujeres duermen desperdigados tras lo que se adivina ha debido ser una noche de borrachera y sexo en grupo, aunque todo queda insinuado en detalles, no explicitado. Del mismo modo que las hijas de Lot aparecen con diálogos y posiciones junto a su padre muy evidentemente insinuados para quien conozca la Biblia. Aunque no sale en la película, tras la muerte de la mujer de Lot y haber abandonado aquellas tierras, Lot acabará viudo viviendo en una cueva con su dos hijas según el texto sagrado. Ellas no han podido tener parejas por el control excesivo de su padre, y viviendo de esa manera deciden emborracharlo y tener sexo con él, con lo que quedan embarazadas y la Biblia continúa con las siguientes generaciones sagradas a través de estos. La película acaba cuando la esposa de Lot se transforma en sal, pero queda evidente en varias escenas que el director quiso transmitir la depravación incluso en esas escenas dichas donde hay diálogos y apariciones de las hijas con su padre que parecen querer hacer referencia a ese futuro que les espera. Pero no solo se trata de insinuaciones de sexo, incluso cuando alguien da la mano a alguien, hay también escenas de torturas bastante inusuales, como el peto con clavos para dar abrazos o las ruedas con humanos sobre el fuego solo comparables con las rodadas en la película erótica sadomasoquista Calígula de Tinto Brass en 1979, hay traiciones letales, asesinatos varios, borracheras, gula, ira, robos, guerra, violación, envidia, avaricia, mentiras, esclavismo, ambición, soberbia... todo tipo de pecados capitales y no capitales. Para ser una película de 1962 Aldrich rueda todo un salto muy avanzado y atrevido a su tiempo. Quizá por eso hizo la película en Italia, con gente de allí, evitando mucha de la censura de Hollywood en aquellos momentos tan cercanos a la caza de brujas, porque, por otra parte, hay un subtextos en todos los diálogos de todos los personajes con un mensaje profundamente de enfrentamiento de clases y crítica brutal contra el sistema capitalista. Parece que hubiera un mensaje de justicia social a favor si no de un comunismo democrático, al menos un llamamiento al socialismo a la europea democrática, como el que se veía en Italia o Francia. Hay también numerosas críticas a la ley de Dios que permite determinadas injusticias pero exige sacrificios para evitarlas solo a una parte de la sociedad, en este caso los hebreos. Evidentemente en el subtexto la apelación no sería a la ley de Dios, si no a la necesidad del bloque occidental de necesitar injusticias y explotados (esclavos) también para subsistir al necesitar materias primas baratas, en la película sal, que podría interpretarse por ejemplo en petróleo o lo que se prefiera como símil actual. El uso de la guerra y del espionaje para hacerse con gobiernos y recursos evidencia aún más todo este subtexto. Bien es cierto que se rompe hacia el final del metraje porque se hace evidente que la historia bíblica necesita de la intervención de Dios y sus leyes para ajustarse a un metraje que era eso: una historia bíblica. Me parece una película muy recomendable, quizá falta de medios en comparación con otras superproducciones de aquellos años, pero cuyo guión y dirección hacen de este relato algo inteligentemente usado para hablar en aquellos años de algo más que el relato bíblico, o quizá el relato bíblico hablaba precisamente de eso mismo.

Resucitado (Kevin Reynolds, 2016): Coincido con mucha gente en que es una película llamada a ser de las películas actuales que irán tomando el relevo televisivo en futuras Semanas Santas a otros metrajes. La vi el Domingo de Resurrección en televisión. En su día casi fui al cine a verla, y posteriormente llegué a ver su inicio en un ordenador, me creó curiosidad, pero esta es la primera vez que la vi entera. La película decepcionó mucho cuando se estrenó en 2016 y fue un fracaso en taquilla. Su principal acierto es la primera mitad, en la segunda mitad todo se desploma al cambiar de ritmo de manera estrepitosa y perdiendo fuerza por todos lados. El problema está en que comienza siendo una especie de película de detectives con suma violencia centrada en los personajes secundarios en torno a la desaparición de la tumba del cuerpo de Cristo. Atrae la dureza castrense del oficial romano al que se le encarga recuperar el cuerpo, la cual tiene serias críticas al poder y a los intereses políticos creados. No se esquiva por ejemplo la ejecución de un inocente, Cristo, por mantener el orden social en Jerusalén. Se entra en los fondos oscuros del ejercicio del gobierno y lo que hoy día se llamaría juego sucio del Estado. Interesa también una reinterpretación tan verosímil como tremendista de escenas y personajes del relato de la pasión de Cristo. Ahora bien, llegada la segunda parte del metraje, el descubrimiento de Cristo por parte del oficial romano, toda la fuerza que va cobrando poco a poco se rebaja de manera precipitada y rápida hasta hundirse y la trama pasa a ser simplemente el lanzamiento del mensaje del Nuevo Testamento de paz y amor basados en Cristo a todos los telespectadores. Por ello mismo probablemente este metraje contará con el beneplácito futuro de muchos canales televisivos cristianos para estas fechas. El metraje ejerce una especie de catequesis mediática en su segunda mitad. 

Y con esto doy por hoy lo que quería escribiros. Esta tarde firmo libros en la Feria del Libro de Novedad de Alcalá de Henares. Saludos y que la cerveza os acompañe.

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