Hoy se ha producido en el Parlamento español la primera votación que decidía si se debía realizar una reforma constitucional que limite el gasto público de las diferentes administraciones que componen el conjunto del Estado español. Tal reforma comenzaría a entrar en vigor dentro de unos años, sin embargo se quiere elaborar y poner en teoría política en funcionamiento de aquí a antes de que acabe la actual legislatura del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), a manos del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, lo que lo sitúa antes del 20 de noviembre de este año dado que se anticiparon las elecciones que debían ser en realidad en 2012. Como apasionado de la Historia, los aconteceres actuales que la componen, por deformación profesional también, y por sentirme comprometido con la sociedad dentro de mis meras posibilidades de ciudadano normal y corriente pero responsable de serlo, no he podido menos, como siempre que puedo, que ver entero y en directo el debate de la sesión. Lo ofreció el canal de televisión 24 Horas.
Tal reforma constitucional se acordó entre el presidente del gobierno y el presidente del partido opositor, Mariano Rajoy, del conservador Partido Popular (previsiblemente próximo vencedor de las elecciones de noviembre, por ende, próximo presidente de España si así se cumple). No por nadie más. Lo hicieron la semana pasada, finales de agosto, cuando los propios políticos de la nación están de vacaciones al igual que la gran mayoría de la ciudadanía, la cual en buena parte, ya en playas, pueblos o montañas, ignoran en buena parte qué está ocurriendo exactamente. Entre tanto otras personas han pasado a manifestarse delante de las puertas del Congreso de los Diputados para pedir que, al menos, tal reforma pase previamente por un referendum ciudadano que la apruebe o la niegue. Dicha iniciativa es pedida mediante firmas por un catedrático con gran éxito. La ley no exige pedir un referendum ciudadano para aprobar una reforma constitucional, pero la legitimidad democrática del sistema sí lo necesita, lo exige, diría yo. Las firmas que se piden son para pedirle a los señores diputados que pidan en la próxima votación, creo que del viernes, si no de una tercera, que pidan el tal referendum. Se necesitan 35 diputados dispuestos a pedirlo, y las cartas numerosas de ciudadanos podría animarles a romper su disciplina de partido y pedir un referendum. Yo ya firmé una de las cartas la semana pasada, por aquí.
Firmé eso e hice más, también le mandé cartas pidiendo cuando menos que pidan a sus cúpulas un referendum a los grupos del PSOE y de Izquierda Unida en Alcalá de Henares. ¿Por qué? Porque la reforma que se plantea es una reforma que recortará el Estado del Bienestar, la falta de ingresos para gastos en ayuntamientos, provincias y comunidades autónomas, provocará que se realicen los recortes en los sectores de siempre: salud y educación principalmente, en favor de la privatización de los mismos. Si quieren realmente ahorrar podrían por ejemplo bajar el sueldo de todos los cargos políticos al salario mínimo interprofesional, eliminar las concesiones fiscales a la Iglesia haciendo efectivo el artículo constitucional que dice que España es laica (Título I, artículo 16), eliminar esa especie de paraísos físcales dentro de España en los que se han transformado los SICAV, empezar a poner impuestos a las rentas más altas, cortarles las alas especulativas a bancos y cajas de ahorro, etcétera. Dudo mucho que esa reforma vaya a mejorar la situación del trabajador bajo y medio, creo que la va a empeorar en mucho, y si no al tiempo. Aparte, es una reforma planteada hace un año por el Partido Popular (PP) y ahora avalada por la Unión Europea de mano del gobierno democristiano de Alemania y del Banco Central Europeo. Y ese es el problema, que es una reforma constitucional que avala el mercado, no la democracia. Las recomendaciones del Banco Central Europeo, las de la Organización Mundial del Comercio, el Grupo de los 8 y demás, son recomendaciones de grupos de banqueros, empresarios multinacionales y los países más ricos que nadie ha elegido democráticamente, simplemente un día se unieron y empezaron a hacer sus recomendaciones (siempre a favor de ellos mismos), sobre todo desde el final de la Guerra Fría en 1991.
PSOE y PP apenas se unieron 48 horas para decidir, redactar, y pactar una reforma que ahora proponen, a expensas del resto de los diputados y grupos representantes de la sociedad española, y al margen de los propios españoles. Alegan que no quieren celebrar un referendum porque quieren no provocar miedos o algo así... ¿a quién? Al mercado. ¿Es que el mercado es un ser vivo? No, no lo es. En realidad quieren decir que quieren hacer lo que los grandes empresarios, que son los que venden en ese mercado, quieran. Estamos en manos de los grandes empresarios. Si estos ya manipularon demasiado para la reforma laboral de 2010, de la que había motivos para ir a la huelga, y ahora quieren manejar más para otra reforma en 2012 más a su favor aún, pasando además por esta reforma constitucional, entonces quizá los ciudadanos debemos primero asumir que PSOE y PP hace ya mucho que se comportan económicamente con los mismos criterios (de ahí un acuerdo en 48 horas, algo inédito), y asumir que hay que empezar a girar las cabezas hacia los grandes empresarios y banqueros para gritarles: "¿A vosotros quiénes os ha elegido para que decidáis tanto? Sois como dictadores de una nueva calaña. Todo a vuestro gusto y antojo. Pero vuestras posesiones son sólo posibles con nuestro trabajo. Seguís tirando de la cuerda tanto que la vais a romper y sois menos que nosotros para no ser vosotros los que se caigan de bruces".
Los sindicatos mayoritarios, la Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CCOO) traicionaron a la clase trabajadora tras la huelga general del 29 de septiembre de 2010, al colocar a uno de ellos como Ministro de Trabajo para que asuma y lleve a cabo esa misma reforma contra la que se suponía protestaban, pero también cuando pactaron otra nueva reforma gravosa para el trabajador, la de las pensiones, a comienzos de este 2011. Pero ni fueron ellos exactamente, fueron sus cúpulas. Pues entre sus militantes y simpatizantes de base hay mucha gente respetable que sigue creyendo en la lucha obrera por sus derechos y que padece y lamenta las decisiones de sus dirigentes, que el próximo día 6 de septiembfre planean manifestarse contra la nueva reforma constitucional, cuando los ciudadanos, sin necesidad de ellos, ya lo están haciendo.
El voto de disciplina de partido que se ha visto hoy en el Parlamento es vergonzoso. Sobre todo porque se sabe que muchos socialistas del PSOE son contrarios a esta reforma en sus términos y en sus formas. Y creo que alguno del PP es contrario a las formas. No obstante sólo un diputado del PSOE, Antonio Gutiérrez, ex-sindicalista, votó en contra rompiendo esa disciplina de voto. Disciplina de partido y de voto que el propio PSOE quiso garantizar realizando una reunión exahustiva ayer mismo en su sede madrileña. La disciplina de partido no está recogida en la Constitución. Debiera ser plena, alta, gravosa y criminalmente prohibida. Es antidemocrática. Un ciudadano vota a diputados y senadores, no a partidos políticos, aunque las listas sean cerradas a la hora de votar. Un diputado o un senador representan por sí solos, por cada uno de ellos, a miles de ciudadanos que les votaron para que estuviesen allí. Su voto debe estar comprometido con el ciudadano, no con su partido, capaz de sancionarle o coartar su carrera política si no obedece a esa disciplina de partido que se traduce en disciplina de voto. Es antidemocrático porque al actuar así no representan a la soberanía ciudadana, sino a sus intereses particulares de partido. No. Digamos NO, alto, claro, y en grito. NO. BASTA. Queremos democracia de verdad. Incluso han creado leyes anti transfuguismo político, que no son otras que las que condenan a aquellos que rompen con la disciplina de voto. Cuando un diputado, senador o concejal vote en contra de su partido por interés personal es corrupción, basten las leyes anti corrupción para condenarle. Una ley antitransfuguismo es en realidad una ley contra quien vota en conciencia en uso de su cargo cuando así lo hace.
No pasar por un referendum legalmente será posible, pero en un caso así, pese a ser posible, es indeseable. Un referendum es la única garantía de democracia auténtica, la única legitimidad, la única representación válida a la hora de cambiar algo que afecta a todos los españoles como es el texto magno que nos gobierna por ahora y por décadas, quién sabe si siglos como en otras naciones del mundo.
Hasta la fecha la Constitución actual, creada en 1978, sufrió sólo una reforma. Fue en 1992, no hubo referendum porque era generalmente aceptado. Se trató tan sólo de incluir en el artículo 13.2 la expresión "y pasivo" para conceder el derecho a voto a los extranjeros residentes en municipios de España, de acuerdo a las leyes que garantizaban a todos los ciudadanos de la Unión Europea el derecho a sufragio viviesen donde viviesen dentro de la Unión. Sin embargo, la actual reforma es mucho más profunda y afecta no a conceder derechos democráticos, sino más bien a eliminar el Estado de Bienestar, por mucho que los gobernantes actuales digan que no, que de lo que se trata es de ahorrar... También se ahorra no sólo recortando gastos, se ahorra igualmente aumentando los ingresos en la Seguridad Social, esto es contratando gente. Todavía no he visto ninguna ley que obligue a los grandes empresarios a contratar gente cuando estén en posición de ello.
La Contitución de 1978 fue un proceso largo y duro que hubo de mirar de soslayo al anterior periodo constitucional que fue el de la II República entre 1931 y 1939. También tuvo que mirar a las leyes de la dictadura franquista creadas entre 1936 y 1978, y a todos aquellos foros internacionales que aceptaban como legítimos representantes a los exiliados españoles. Entre 1970 y 1973 hubo grandes luchas obreras. De 1973 a 1975 hubo incluso luchas con las mayores matanzas por parte del gobierno desde los 1940'. Muerto el general Franco es nombrado sucesor, por la elección antecendente que había hecho el dictador, el rey actual, Juan Carlos I de Borbón, y la dictadura militar pasó a ser de modo práctico (ya no sólo teórico) una monarquía parlamentaria. El Rey Juan Carlos I nombró su primer gobierno a cargo de Arias Navarro (futuro cofundador de Alianza Popular), último presidente de Franco, y posteriormente, en 1976, a Adolfo Suárez, ex ministro del Movimiento de la dictadura. Tras una serie de acontecimientos en los que no vamos a entrar ahora, se logró en junio de 1977 unas elecciones que fueron constituyentes. La Constitución se terminó, tras muchos meses de trabajos, esfuerzos, negociaciones, cesiones y concesiones, y hasta violencias, en 1978. Gran cantidad de juristas, historiadores, sociólogos, políticos, sindicalistas y otros profesionales y pensadores, desde esa fecha hasta ahora, consideran que el rey ya no estaba legitimado sólo por Franco, sino también por la soberania nacional de todos los ciudadanos españoles, ya que no sólo esa constitución se creó entre los grupos mayoritarios votados democráticamente en 1977, si no que se vio refrendada por un referendum nacional celebrado el 8 de diciembre de 1978. El sí mayoritario de la ciudadanía ese día fue lo que legitimaba la actual Monarquía Parlamentaria, más que el nombramiento del general Franco.
Fue el consenso lo que logró aquello. La actual reforma, como ha recordado el lider de Convergencia i Unió, no es legítima, aunque sea legal, porque se ha acordado en 48 horas entre el gobierno formado por el PSOE, y el aspirante a gobernar, el PP. Pero el resto de grupos parlamentarios han sido excluídos. No han contado con su opinión, ni sus puntos de vista. El consenso constitucional de 1978 queda así roto. También el Partido Nacionalista Vasco y otros grupos más lo han visto así. Izquierda Unida y Unión, Progreso y Democracia, han ido más allá, el consenso constitucional de 1978 queda roto no sólo por lo dicho, sino porque fue fruto de un sí ciudadano obtenido en un referendum. Negar un referendum ahora es romper la unidad, el consenso, y el sentimiento de vivir una democracia auténtica. Los medios seran legales, pero no son legítimos en este caso. No hay que tener miedo a lo que digan los ciudadanos en las urnas, que quizá hasta les den la razón. Y si no se la damos... que nos respeten, que eso es la democracia. Preguntar a tus gobernados y hacer lo que entre todos mayoritariamente creemos mejor. De otro modo estamos como en las dictaduras o las monarquías despóticas donde se hace lo que uno o unos pocos dicen, alegando que es lo mejor para todos (sin contar con todos, sino tan sólo con ellos mismos y los que les aplauden).
La próxima votación en el Parlamento será este viernes que viene. Ahora hay abierto un periodo de 48 horas para que los señores diputados hagan sus enmiendas al texto presentado por el PSOE y el PP para la reforma constitucional. Señores y señoras que nos gobiernan, deben ustedes romper con algo tan antidemocrático como la disciplina de partido y de voto a la hora de entrar en el Parlamento. Usen eso para sus asuntos internos, no para los de la nación. Nadie les eligió para que medrasen en su carrera personal gracias a los votos que les auparon, sino para que nos representen a los ciudadanos. Hoy han aprobado llevar a cabo la reforma.... Sean responsables al menos con su cargo y pidan un referendum para refrendar la reforma... De otro modo, la Constitución quedará un poco menos legítima democráticamente.
P.D.: "(...) Que las eventuales reformas del texto constitucional que el futuro pueda aconsejar debe acomodarse a las reglas del juego que la propia Constitución establece; y abordarse con idéntico o mayor consenso al que presidió su elaboración (...)" (del Acuerdo de Gredos escrito por los padres de la Constitución Española de 1978, en el 25º aniversario de la misma en 2003)
Tal reforma constitucional se acordó entre el presidente del gobierno y el presidente del partido opositor, Mariano Rajoy, del conservador Partido Popular (previsiblemente próximo vencedor de las elecciones de noviembre, por ende, próximo presidente de España si así se cumple). No por nadie más. Lo hicieron la semana pasada, finales de agosto, cuando los propios políticos de la nación están de vacaciones al igual que la gran mayoría de la ciudadanía, la cual en buena parte, ya en playas, pueblos o montañas, ignoran en buena parte qué está ocurriendo exactamente. Entre tanto otras personas han pasado a manifestarse delante de las puertas del Congreso de los Diputados para pedir que, al menos, tal reforma pase previamente por un referendum ciudadano que la apruebe o la niegue. Dicha iniciativa es pedida mediante firmas por un catedrático con gran éxito. La ley no exige pedir un referendum ciudadano para aprobar una reforma constitucional, pero la legitimidad democrática del sistema sí lo necesita, lo exige, diría yo. Las firmas que se piden son para pedirle a los señores diputados que pidan en la próxima votación, creo que del viernes, si no de una tercera, que pidan el tal referendum. Se necesitan 35 diputados dispuestos a pedirlo, y las cartas numerosas de ciudadanos podría animarles a romper su disciplina de partido y pedir un referendum. Yo ya firmé una de las cartas la semana pasada, por aquí.
Firmé eso e hice más, también le mandé cartas pidiendo cuando menos que pidan a sus cúpulas un referendum a los grupos del PSOE y de Izquierda Unida en Alcalá de Henares. ¿Por qué? Porque la reforma que se plantea es una reforma que recortará el Estado del Bienestar, la falta de ingresos para gastos en ayuntamientos, provincias y comunidades autónomas, provocará que se realicen los recortes en los sectores de siempre: salud y educación principalmente, en favor de la privatización de los mismos. Si quieren realmente ahorrar podrían por ejemplo bajar el sueldo de todos los cargos políticos al salario mínimo interprofesional, eliminar las concesiones fiscales a la Iglesia haciendo efectivo el artículo constitucional que dice que España es laica (Título I, artículo 16), eliminar esa especie de paraísos físcales dentro de España en los que se han transformado los SICAV, empezar a poner impuestos a las rentas más altas, cortarles las alas especulativas a bancos y cajas de ahorro, etcétera. Dudo mucho que esa reforma vaya a mejorar la situación del trabajador bajo y medio, creo que la va a empeorar en mucho, y si no al tiempo. Aparte, es una reforma planteada hace un año por el Partido Popular (PP) y ahora avalada por la Unión Europea de mano del gobierno democristiano de Alemania y del Banco Central Europeo. Y ese es el problema, que es una reforma constitucional que avala el mercado, no la democracia. Las recomendaciones del Banco Central Europeo, las de la Organización Mundial del Comercio, el Grupo de los 8 y demás, son recomendaciones de grupos de banqueros, empresarios multinacionales y los países más ricos que nadie ha elegido democráticamente, simplemente un día se unieron y empezaron a hacer sus recomendaciones (siempre a favor de ellos mismos), sobre todo desde el final de la Guerra Fría en 1991.
PSOE y PP apenas se unieron 48 horas para decidir, redactar, y pactar una reforma que ahora proponen, a expensas del resto de los diputados y grupos representantes de la sociedad española, y al margen de los propios españoles. Alegan que no quieren celebrar un referendum porque quieren no provocar miedos o algo así... ¿a quién? Al mercado. ¿Es que el mercado es un ser vivo? No, no lo es. En realidad quieren decir que quieren hacer lo que los grandes empresarios, que son los que venden en ese mercado, quieran. Estamos en manos de los grandes empresarios. Si estos ya manipularon demasiado para la reforma laboral de 2010, de la que había motivos para ir a la huelga, y ahora quieren manejar más para otra reforma en 2012 más a su favor aún, pasando además por esta reforma constitucional, entonces quizá los ciudadanos debemos primero asumir que PSOE y PP hace ya mucho que se comportan económicamente con los mismos criterios (de ahí un acuerdo en 48 horas, algo inédito), y asumir que hay que empezar a girar las cabezas hacia los grandes empresarios y banqueros para gritarles: "¿A vosotros quiénes os ha elegido para que decidáis tanto? Sois como dictadores de una nueva calaña. Todo a vuestro gusto y antojo. Pero vuestras posesiones son sólo posibles con nuestro trabajo. Seguís tirando de la cuerda tanto que la vais a romper y sois menos que nosotros para no ser vosotros los que se caigan de bruces".
Los sindicatos mayoritarios, la Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CCOO) traicionaron a la clase trabajadora tras la huelga general del 29 de septiembre de 2010, al colocar a uno de ellos como Ministro de Trabajo para que asuma y lleve a cabo esa misma reforma contra la que se suponía protestaban, pero también cuando pactaron otra nueva reforma gravosa para el trabajador, la de las pensiones, a comienzos de este 2011. Pero ni fueron ellos exactamente, fueron sus cúpulas. Pues entre sus militantes y simpatizantes de base hay mucha gente respetable que sigue creyendo en la lucha obrera por sus derechos y que padece y lamenta las decisiones de sus dirigentes, que el próximo día 6 de septiembfre planean manifestarse contra la nueva reforma constitucional, cuando los ciudadanos, sin necesidad de ellos, ya lo están haciendo.
El voto de disciplina de partido que se ha visto hoy en el Parlamento es vergonzoso. Sobre todo porque se sabe que muchos socialistas del PSOE son contrarios a esta reforma en sus términos y en sus formas. Y creo que alguno del PP es contrario a las formas. No obstante sólo un diputado del PSOE, Antonio Gutiérrez, ex-sindicalista, votó en contra rompiendo esa disciplina de voto. Disciplina de partido y de voto que el propio PSOE quiso garantizar realizando una reunión exahustiva ayer mismo en su sede madrileña. La disciplina de partido no está recogida en la Constitución. Debiera ser plena, alta, gravosa y criminalmente prohibida. Es antidemocrática. Un ciudadano vota a diputados y senadores, no a partidos políticos, aunque las listas sean cerradas a la hora de votar. Un diputado o un senador representan por sí solos, por cada uno de ellos, a miles de ciudadanos que les votaron para que estuviesen allí. Su voto debe estar comprometido con el ciudadano, no con su partido, capaz de sancionarle o coartar su carrera política si no obedece a esa disciplina de partido que se traduce en disciplina de voto. Es antidemocrático porque al actuar así no representan a la soberanía ciudadana, sino a sus intereses particulares de partido. No. Digamos NO, alto, claro, y en grito. NO. BASTA. Queremos democracia de verdad. Incluso han creado leyes anti transfuguismo político, que no son otras que las que condenan a aquellos que rompen con la disciplina de voto. Cuando un diputado, senador o concejal vote en contra de su partido por interés personal es corrupción, basten las leyes anti corrupción para condenarle. Una ley antitransfuguismo es en realidad una ley contra quien vota en conciencia en uso de su cargo cuando así lo hace.
No pasar por un referendum legalmente será posible, pero en un caso así, pese a ser posible, es indeseable. Un referendum es la única garantía de democracia auténtica, la única legitimidad, la única representación válida a la hora de cambiar algo que afecta a todos los españoles como es el texto magno que nos gobierna por ahora y por décadas, quién sabe si siglos como en otras naciones del mundo.
Hasta la fecha la Constitución actual, creada en 1978, sufrió sólo una reforma. Fue en 1992, no hubo referendum porque era generalmente aceptado. Se trató tan sólo de incluir en el artículo 13.2 la expresión "y pasivo" para conceder el derecho a voto a los extranjeros residentes en municipios de España, de acuerdo a las leyes que garantizaban a todos los ciudadanos de la Unión Europea el derecho a sufragio viviesen donde viviesen dentro de la Unión. Sin embargo, la actual reforma es mucho más profunda y afecta no a conceder derechos democráticos, sino más bien a eliminar el Estado de Bienestar, por mucho que los gobernantes actuales digan que no, que de lo que se trata es de ahorrar... También se ahorra no sólo recortando gastos, se ahorra igualmente aumentando los ingresos en la Seguridad Social, esto es contratando gente. Todavía no he visto ninguna ley que obligue a los grandes empresarios a contratar gente cuando estén en posición de ello.
La Contitución de 1978 fue un proceso largo y duro que hubo de mirar de soslayo al anterior periodo constitucional que fue el de la II República entre 1931 y 1939. También tuvo que mirar a las leyes de la dictadura franquista creadas entre 1936 y 1978, y a todos aquellos foros internacionales que aceptaban como legítimos representantes a los exiliados españoles. Entre 1970 y 1973 hubo grandes luchas obreras. De 1973 a 1975 hubo incluso luchas con las mayores matanzas por parte del gobierno desde los 1940'. Muerto el general Franco es nombrado sucesor, por la elección antecendente que había hecho el dictador, el rey actual, Juan Carlos I de Borbón, y la dictadura militar pasó a ser de modo práctico (ya no sólo teórico) una monarquía parlamentaria. El Rey Juan Carlos I nombró su primer gobierno a cargo de Arias Navarro (futuro cofundador de Alianza Popular), último presidente de Franco, y posteriormente, en 1976, a Adolfo Suárez, ex ministro del Movimiento de la dictadura. Tras una serie de acontecimientos en los que no vamos a entrar ahora, se logró en junio de 1977 unas elecciones que fueron constituyentes. La Constitución se terminó, tras muchos meses de trabajos, esfuerzos, negociaciones, cesiones y concesiones, y hasta violencias, en 1978. Gran cantidad de juristas, historiadores, sociólogos, políticos, sindicalistas y otros profesionales y pensadores, desde esa fecha hasta ahora, consideran que el rey ya no estaba legitimado sólo por Franco, sino también por la soberania nacional de todos los ciudadanos españoles, ya que no sólo esa constitución se creó entre los grupos mayoritarios votados democráticamente en 1977, si no que se vio refrendada por un referendum nacional celebrado el 8 de diciembre de 1978. El sí mayoritario de la ciudadanía ese día fue lo que legitimaba la actual Monarquía Parlamentaria, más que el nombramiento del general Franco.
Fue el consenso lo que logró aquello. La actual reforma, como ha recordado el lider de Convergencia i Unió, no es legítima, aunque sea legal, porque se ha acordado en 48 horas entre el gobierno formado por el PSOE, y el aspirante a gobernar, el PP. Pero el resto de grupos parlamentarios han sido excluídos. No han contado con su opinión, ni sus puntos de vista. El consenso constitucional de 1978 queda así roto. También el Partido Nacionalista Vasco y otros grupos más lo han visto así. Izquierda Unida y Unión, Progreso y Democracia, han ido más allá, el consenso constitucional de 1978 queda roto no sólo por lo dicho, sino porque fue fruto de un sí ciudadano obtenido en un referendum. Negar un referendum ahora es romper la unidad, el consenso, y el sentimiento de vivir una democracia auténtica. Los medios seran legales, pero no son legítimos en este caso. No hay que tener miedo a lo que digan los ciudadanos en las urnas, que quizá hasta les den la razón. Y si no se la damos... que nos respeten, que eso es la democracia. Preguntar a tus gobernados y hacer lo que entre todos mayoritariamente creemos mejor. De otro modo estamos como en las dictaduras o las monarquías despóticas donde se hace lo que uno o unos pocos dicen, alegando que es lo mejor para todos (sin contar con todos, sino tan sólo con ellos mismos y los que les aplauden).
La próxima votación en el Parlamento será este viernes que viene. Ahora hay abierto un periodo de 48 horas para que los señores diputados hagan sus enmiendas al texto presentado por el PSOE y el PP para la reforma constitucional. Señores y señoras que nos gobiernan, deben ustedes romper con algo tan antidemocrático como la disciplina de partido y de voto a la hora de entrar en el Parlamento. Usen eso para sus asuntos internos, no para los de la nación. Nadie les eligió para que medrasen en su carrera personal gracias a los votos que les auparon, sino para que nos representen a los ciudadanos. Hoy han aprobado llevar a cabo la reforma.... Sean responsables al menos con su cargo y pidan un referendum para refrendar la reforma... De otro modo, la Constitución quedará un poco menos legítima democráticamente.
P.D.: "(...) Que las eventuales reformas del texto constitucional que el futuro pueda aconsejar debe acomodarse a las reglas del juego que la propia Constitución establece; y abordarse con idéntico o mayor consenso al que presidió su elaboración (...)" (del Acuerdo de Gredos escrito por los padres de la Constitución Española de 1978, en el 25º aniversario de la misma en 2003)